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La señora Marcela

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Cuando regresaba del trabajo ya estaba por ingresar al edificio donde vivía veo llegar una movilidad escolar que se detiene y bajar a tres niños que vivían también ahí me saludaron y se fueron corriendo hacia el ascensor. Ahí vi a una señora de unos 52 años que estaba a cargo de la movilidad, siempre me gustaron las mujeres mayores y me fije bien en ella era de tetas de buen tamaño e igual de culo algo gordita pero aún mantenía una regular figura.

Había que saber cómo se llamaba esa señora que tanto me gustaba, pero para no despertar sospechas le pregunté a una de las madres de los niños por su nombre aduciendo que un familiar quería tomar sus servicios de movilidad para sus hijos y con ese dato la busque por las redes sociales como Facebook y whatsapp, etc.

Luego de buscarla por todas las páginas al final la ubique, ahí me entere que hace dos años se había quedado viuda y tenía dos hijos ya de 16 y 20 años, se llamaba Marcela y leyendo sabía más de ella. Le envié una solicitud de amistad mi foto no estaba muy clara a propósito ahora sólo me quedaba esperar que acepté.

Habían pasado tres semanas y nada aún ya había perdido las esperanzas que aceptará mi amistad cuando ya estaba a días de acabar el mes vi que le dio like a mi invitación. Era muy difícil de conversar sus respuestas eran cortas era muy desconfiada pero había que tener mucha paciencia igual seguía platicando con ella para cortar el hielo y así pasaron tres meses y medio donde diariamente hablamos de noche varias horas y ya teníamos mucha más confianza..

Cuando nos conectamos por la cámara ahí me dijo que era muy joven para ella en tono de broma pero para eso ya éramos bien afines así ya no tuvo mucha importancia para ambos. Ella estaba muy emocionada y llegó el día que nos veríamos por primera vez, solo esperaba que no se arrepintiera al verme mucho más joven, nos encontramos en un parque a las 7pm al llegar la vi parada y me acerqué y la saludo con un beso en la mejilla.

Se suponía que solo éramos amigos y no quería apresurar las cosas o asustarla a Marcela en nuestra primera cita, nos sentamos en una banca y comenzamos a platicar como siempre lo hacíamos desde meses atrás por whatsapp.

Ahí me contó sobre sus hijos, su suegra y nuera porque aún vivía en el segundo piso de la casa de la madre de su difundo esposo por eso nadie sabía de mí, cuando note que de vez en cuando se tocaba el cuello le preguntó y me dijo que era porque estos días su chófer estaba enfermo y tuvo que manejar y ahí le sugerí si podía darle un masaje que era muy bueno dándolo.

Sentir su piel suave de su cuello y hombros me hicieron tener una buena erección luego seguí por su espalda, ella también disfruta como mis dedos recorren su piel y cuando cerró los ojos acerqué mi boca a la de ella y para sorpresa mía le robé un beso. Luego mi mano bajó y les toqué una nalga como no me dijo nada ahora mi mano recorría ese cuño grande y carnoso.

Justo cuando quería meter mi mano debajo de su blusa para tocar sus tetas que notaba como sus pezones erectos sobresalían sobre la tela de la blusa apareció una señora con su perro que lo estaba paseando en el parque y la puso muy nerviosa a Marcela y peor cuando nos vio y notó la diferencia de edad.

Así que me dijo para irnos porque ya era muy tarde, la acompañé para que tomará un taxi y me diga si llegaba bien cuando estaba también por abrir la puerta de mi casa me llamó y me dijo que gracias le había gustado conocerme en persona y por el masaje, para ser la primera vez no estaba nada mal.

La segunda vez que nos vimos fue en el mismo lugar ahora estaba muy cerca de ella sentado y mi mano recorre su cuello y hombros y también su culazo y otra vez aparece la misma señora con su mascota antes que diga algo Marcela le dije para ir a un lugar más tranquilo y fuimos a un hostal cercano.

-No sé… tengo miedo Alberto...

Igual la convencí a Marcela y fuimos ella estaba muy avergonzada tenía la mirada hacia el piso cuando llegamos a la recepción del hostal, ya dentro de la habitación empecé a besarla para que se le vaya la vergüenza y me puse detrás de ella para que sienta como tenía mi verga bien dura en sus nalgotas..

Besaba su cuello y mordía las orejas a Marcela que respiraba muy agitada su cuerpo temblaba, mis manos recorrían y magreaban sus enormes tetas ella estaba muy excitada y gemía y tiraba para atrás su culo moviéndolo sobre un duro falo que luego de mucho tiempo sentía su culo.

Ahora vestía un pantalón de tela color negro y una blusa de seda blanca que rápidamente fui quitando los botones y se lo quité recién podía ver a plenitud sus enormes tetas que apenas eran sujetas por su brasier rojo mis labios se fueron de frente a esas enormes masas de carne.

-Ahhh Albertooo ohhh me estás haciendo sentir de nuevo mujer...

Me fue fácil abrir el broche de su sostén y como un bebé hambriento metí su hinchados pezones en mi boca mi lengua jugaba con ellos eso la volvía loca a la viuda que luego de dos años de guardar luto ahora un hombre la volvía a tocar y hacerla vibrar.

Pero lo que hizo después me sorprendió por completo cuando se arrodilló y bajó el cierre del pantalón y con mucho cuidado metió la mano y sacó de su encierro a la verga que ya estaba bien dura y reclamaba su libertad con ansias y se lo metió a la boca jamás hubiera imaginado lo buena que era chupando la pinga.

-Ohh... qué rico se siente tu boquita caliente y golosa... sigue así… ohhh... mamita...

Sus cabeza se movía rápidamente cuando salía y entraba mi verga de su cavidad bucal tenía por momentos algunas arcadas al tragarlo pero eso no la detenía para nada y seguía chupando con desesperación hasta que consiguió que llegue a explotar y eyacular en su boca sin avisar quise que se lo trague pero no quiso y se fue al baño para botarlo.

Luego regresó y nos besamos y fuimos a la cama ahora era ella quién me quitaba la ropa ya había desaparecido su timidez del inicio, ahora era una mujer de 52 años que quería volver a disfrutar del sexo y era hora de devolver el favor del sexo oral que había recibido.

Ella ya estaba desnuda su sexo lo tenía bien cuidado sus labios vaginales eran hinchados y marrones que besé y lambia como un perro y sus piernas se abrieron para facilitar lo que hacía, su chucha estaba ya bien mojada y preparada para ser penetrada después de mucho tiempo y me coloco sobre ella y con cuidado la fui poseyendo.

Sus paredes vaginales iban cediendo al invasor que se abría camino a su interior sus gemidos eran fuertes sus piernas se cerraron sobre mí y apretó fuerte, su sexo estaba bien caliente y lubricada algo apretado por falta de uso, como sus dos embarazos habían sido por cesárea su vagina no había sufrido mucho con el parto.

-Ahhh siii dámelo todooo ohhh lo quiero todo adentro…

Después de varios meses había conseguido al fin tenerla como la imagine cuando la vi por primera vez, mientras la convertía en mi mujer a Marcela nuestras bocas se unían en un beso apasionado, luego le dije que se pusiera en cuatro patas y me regalé su enorme trasero.

Esas nalgotas me volvían loco y metí en medio mi verga que reclamaba su trofeo su ano y fui metiendo muy despacio y cuando logró entrar el glande ella se quedó quieta y no dijo nada y soportó con valentía la penetración anal, para ser una mujer que después de tiempo tenía sexo no se negó y aceptaba todo lo que yo hacía con su cuerpo.

-Ufff despacito qué dueleee ayyy...

Sólo pedía que tuviera cuidado cuando se lo iba metiendo de a pocos en su esfínter que al comienzo se resistía en aceptar al invasor que abría sus apretadas paredes del ano, sus gritos de dolor los sofocada mordiendo la almohada que aun así dejaba salir algunos lamentos.

-Ayyy… ya lo tengo todo dentro de mi ayyy ven despacio mi amor uffff

Había que sujetarla bien de sus anchas caderas y poco a poco fui aumentando la fuerza y velocidad de la penetración en su culo, estaba bien apretado su esfínter y fue vencido luego de unos segundos se fue abriendo y aceptó al fin a la nueva verga que de ahora en adelante sería su dueño y entraría varias veces en su culo

-Ahhh... sii sii qué rico se siente. Metelo todo ohhh

Sus nalgotas saltaban cada vez que entraba y salía de su orto la verga que la estaba haciendo resoplar y gemir como una perra bien arrecha y yogui seguía dándole duro que rico se sentía ese hueco apretado y caliente.

-Aggg si que rico culo tienes Marcela bien apretado y caliente ohhh… siii ya me vengooo... ahhh

Todo mi semen terminó dentro del culo de la señora Marcela que lo recibía tranquila y bien agitada y ahí estábamos los dos sobre la cama y era el inicio de una relación de una señora viuda que tenía muchas ganas de tener sexo pero tenía que tener mucho cuidado que no se enteren sus hijos ni la madre y hermana de su difundo esposo.

Cada 15 días nos veíamos en el mismo hostal y teníamos sexo y algunas veces tomábamos algo de licor hasta ahora la recuerdo con mucho cariño.

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