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Algo breve en un almacén

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El día de hoy salí de paseo. Durante los ratos que descansaba en algún asiento del Centro Histórico, entraba por ratos al chat gay de la ciudad. Llevo un par de semanas buscando a alguien que me llenara de semen. No pude encontrar nada por diversas razones y el día de hoy no parecía la excepción. Ya habían pasado varias horas, así que en mi último descanso de la caminata de 4 horas entré de nuevo al chat.

Como de costumbre, puse como Nick ‘llenamedeSEMEN’, encontré algunas propuestas, pero ninguna dijo nada realmente, luego de 5 min, poco antes de desconectarme, alguien me contactó y me dijo que se encontraba a unos 10 minutos de dónde yo estaba. Rápidamente compartimos números de teléfono y fui a verlo.

Durante el camino me di cuenta de que estaba algo alejado del Centro y las calles se veían cada vez más pálidas. Cuando llegué a la calle, me llamó la atención un mercado del que jamás había escuchado, se veía completamente decaído y apenas habían un par de locales abiertos. Empecé a sentir algo de nervios, pero luego de caminar unos metros pude ver a un señor sobresaliendo de su local. Él era un hombre de 49 años, con bigote, de complexión delgada. Su aspecto era algo rudo, pero hablé con él, su voz era bastante calmada y amable.

El local era una especie de almacén pequeño, veía algunos materiales de construcción, pero eran pocos. Cuando llegué, él recibió una llamada, así que tuve que esperarlo un par de minutos observando el lugar. Al terminar la llamada cerró el local y luego de eso, me dijo que fuera a la habitación de atrás, ahí había algunas tablas de madera apiladas, llevó una toalla y la puso encima. Luego se quitó la bata y fue por un condón y lubrícate. Entre tanto, yo no estaba seguro de qué hacer, así que simplemente me quité la camisa y me bajé los pantalones. Él se terminó de desvestir detrás de mí, no lo pude ver bien, sólo me di cuenta de que llevaba bóxer amarillo y era velludo. No pude ver su pene pues me recosté contra la pila de madera y no me volví a mover de ahí.

Él me empezó a tocar. Me tocó el trasero e, incluso, me lo mordió. Siguió tocando por toda mi espalda. Entonces se alejó un poco para ponerse el condón. Me untó el lubricante e intentó penetrarme. Tardó un poco, pero una vez que pudo meterla, empezó a darme duro. Me gusta el sexo rudo, pero las tablas y la posición hicieron algo difícil que pudiera dominarme por completo. Aun así, a ratos me daba fuertes nalgadas y besaba la espalda. Además, me preguntaba qué tal me parecía a lo que yo sólo le pedía entre gemidos que me diera más fuerte. Él se aceleró y yo empecé disfrutar más y más. Al par de minutos me preguntó si quería que ya se viniera a lo que dije que sí, pues había olvidado que estaba usando condón y yo sólo pensaba en que quería su semen dentro. Luego de un fuerte gemido, se quedó un rato y sacó su pene de mí. El condón se quedó atorado en mi trasero.

Luego de sacármelo, yo me levanté y pude ver que su pene era algo delgado y de unos 15-18 cm. Al principio pensé que era algo más pequeño, pero lo disfruté. Finalmente, ambos nos vestimos y me arreglé un poco con trastero que estaba por ahí. Me quedé sentado otro rato, ya que recibió otra llamada. Al terminar, abrió el local de nuevo y nos despedimos. Durante todo el trayecto a casa sentí cierto calor en mi trasero como si de verdad hubiese eyaculado dentro. Fue una sensación agradable.

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