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El poder de mis manos (3): La señora Inés, la empleada

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Los días transcurrían sin ninguna novedad en el barrio y casa de mis vecinos. Luego de regresar de estudiar, no tenía mucho tiempo para ayudarlos, pero siempre buscaba hacerlo hasta que la señora Ángela me llamó para decirme por favor si podía llevar unos paquetes de ropa lavada a domicilio que me pagaría por hacerlo.

Cuando me entrego los paquetes y la dirección de la cliente ahí recién me dijo que era la señora Bibolotti, tuve que disimular la emoción y actuar lo más normal posible ante la señora Ángela en ese momento vinieron a mi memoria su cuerpo de tetas grandes y enorme trasero blanco.

Cuando llegó a su casa toqué el timbre y una muchacha abrió la puerta y me hizo pasar a la cocina y dijo que esperara a la señora era su empleada, cuando la vi estaba igual de bella y yo estaba ya con una tremenda erección que no podía controlar y se lo hice notar bien sus ojos celestes vieron el bulto en mi pantalón.

Ahora era ella quién actuaba como si nunca lo hubiera visto ni tocado y tenido en su boca para luego terminar dentro de su chucha dejando mucha leche caliente, preguntó cómo seguía la salud de la señora Ángela le dije que ya estaba mucho mejor teniendo en cuenta su edad.

La empleada se llamaba Inés y también se dio cuenta de que tenía dura la verga y se puso roja de la vergüenza y para romper el silencio que había la señora Bibolotti le dijo que ya se podía llevar la ropa limpia a guardar y ella obedeció.

-¿No te da vergüenza andar así mostrando eso a todo el mundo?

Reclamó ella sin dejar de ver la erección le dije que al mundo no se lo enseñaba pero a ella sí y no podía evitarlo viéndola y era porque la había extrañado mucho.

- ¿Tú debes estar loco? recuerda que estás en mi casa y eso que pasó fue porque me dejé llevar por los masajes y me calentaste con tus manos...

Bueno parecía que por las puras m había hecho ilusiones así que pedí el pago para irme rápido de su casa y ella pagó y me dirigí a la salida algo molesto pero ella me llamó.

-Muchacho espera ven acá

-No me llamo muchacho mi nombre es Antonio pero me dicen Toño... (Contesté de mala manera)

-¡Está bien Toño no te molestes sé que viniste con muchas ideas y tan bien ganas por lo que veo y no te puedes ir así porque sé que yo soy la culpable espera acá un momento...!

Cuando regreso Inés su patrona le dijo que yo le iba a dar unos masajes y que era muy bueno ya que ella se estaba quejando de unos dolores en el cuello días atrás, se sorprendió y dijo que no era necesario que ya estaba bien pero la señora Bibolotti insistió casi se lo ordenó y dijo que ella luego se lo iba agradecer.

-¡Pero señora es tan joven que puede ser mi hijo no creó que él sepa...!

Inés era una mujer de 48 años zamba clara algo bonita de cara de cabello ondulado y sujeto por una coleta de buenas tetas y culo bien grande algo gorda y era viuda.

-Inés no te dejes engañar por su edad es muy bueno dando masajes y él te va quitar el dolor que tienes de ahí luego tú decides. Y vayan donde el señor hace ejercicios y que no se hable más me voy a mi habitación.

Fuimos a la parte de atrás de la casa yo la seguía viendo cómo se movían esas nalgotas como la tela de su uniforme era delgada se notaban muy bien se me hacía agua la boca de solo verlas, cuando llegamos era un cuarto grande donde había máquinas para hacer pesas y también una camilla.

-Y ahora que hacemos joven

Le dije que me llamaba Toño y se echara sobre la camilla pero antes debía quitarse el uniforme y cubrirse con una toalla que no tenga miedo que yo había aprendido de una señora que le daba masajes a su patrona.

Ella se fue a un baño que había ahí y regresó como yo le dije y se echó sobre la camilla boca abajo mis manos recorrían su cuello y estaba bien tensa sus músculos estaban duros y seguí dándole por hombros brazos y espalda la toalla cubría su enorme culo.

-Diga si le hago doler para detenerme porque a veces sucede cuando los músculos están muy duros señora Inés.

-Está bien pero no me duele al contrario se siente bien. Tenía razón la señora si sabes.

Mis manos masajeaban ahora todo su cuerpo y ella se dejaba hacer e hice lo mismo que había hecho que la señora Bibolotti después perdiera el control y pida verga.

-Ohhh gracias qué rico se siente primera vez que recibo unos masajes.

Cuando mis manos subieron de las pantorrillas y llegaron a sus muslos muy despacio fui subiendo hasta llegar cas a tocar su sexo había que tener cuidado y pregunté si podía seguir su silencio y gemidos me hicieron continuar mis dedos tocaron su vagina que estaba mojada y comencé a masturbarla.

-Ahhh... ohhh diooos me gustaaa ahhh

Retire la toalla que la cubría y abrí más ahora sus piernas mis dedos sobaban sus labios y luego los metí en su chucha tocando su clítoris ya estaba Inés lista para la penetración ahora sus gemidos eran fuertes y le pregunté si quería sentir una buena pinga dentro de ella.

-Siii dámelooo ohh quieroo... ohhh sentir esa pinga... dura que vi en tu pantalón yaaa nooo... aguantooo más…

Ahora la volteó y vi esas tetas de pezones marrones que estaban hinchados siempre me gustaron las mujeres de tetas grandes así que magreaba esas masas de carne mientras las besaba y chupaba.

-Quítate el pantalón Toñito quiero que me metas la pinga ahhh

No había de que preocuparse teníamos permiso de la dueña de casa para cachar, así que al instante me quité toda la ropa y me eché en la camilla apuntando al techo con la pinga, ella se subió sobre mí con su mano dirigió mi verga a la entrada de su chucha y se sentó.

-Ahhh qué ricooo... tan caliente y duro papito siii ohhh.

Y comenzó a mover el enorme culazo que se manejaba sus tetasas se movían de un lado a otro, yo había venido con las ganas de tirarme a la señora Bibolotti y terminé metiendo pinga a la empleada no había nada que reclamarle a ella porque chucha es chucha.

-Ahhh siii siii... cómo extrañaba una buena vergaaa... ahhh...

Era una salvaje saltando sobre mi sentía dolor casa vez chocaban nuestros sexos así que bajé y la apoye sobre camilla y abrí esas nalgotas y metí en medio el falo y empuje fuerte ella dio un grito pero aguantó heroicamente la estocada y entró el glande ahí recién me di cuenta que se lo había metido en el culo.

Era una mujer que había sufrido mucho en la vida así que estaba acostumbrada al dolor y lo aguanta muy bien, su esfínter se resistía a darle pase al invasor que se abría paso centímetro a centímetro, estaba bien apretado su culo de Inés pero ahora yo empujaba más fuerte sus resoplidos que daba me daban más ganas de seguir rompiéndole el culo.

-Uffff... uffff... yaaa estaa todooo adentroo siii aggg

Ahora la tenía bien clavada a la señora Inés y empieza el mete y saca ella se sujetaba fuerte de la camilla mientras recibía lo que le hacía falta al igual que a su patrona una pinga joven ahora entendía la señora Bibolotti lo había planteado todo cuando levante la mirada y la vi a ella que se estaba masturbando viéndonos.

Sus nalgotas saltaban pareciera de alegría a cada embestida que recibía su esfínter que ya estaba bien abierto y lo disfrutaba ya ella al igual que yo, estuve dándole duro hasta que todo lo bueno tiene su final y explote y llene su culo de semen.

-Siiiii… ahhh... tomaaa tu lecheee ohhh

Ella también se puso rígida y tembló cuando sintió como sus entrañas se llenaban de semen por primera vez ahí quedamos pegados como si fuéramos dos perros luego de copular, ya no estaba la señora Bibolotti cuando la busqué con la mirada ya se había ido.

Luego de unos minutos recuperamos el aliento y nos fuimos a bañar ahí volví a cacharla otra vez saliendo el segundo polvo, me preparó un jugo especial para según ella recuperar fuerzas y me fui cuando llegue donde la Sra. Ángela le di su dinero me quiso pagar pero no acepte y me fui a dormir.

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