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Macho por fuera, zorra por dentro. (Adicto al semen)

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Desde que tengo memoria la masturbación había entrado en mis planes y en mi forma de ser, inconscientemente siempre la he llevado conmigo. Recuerdo que de pequeño me masturbaba de una forma un tanto peculiar: con una mano sujetaba la base de mi polla y con la otra la "azotaba" de un lado y de otro como si estuviera dándole una pequeña paliza de tortas hasta que alcanzaba el orgasmo. Un orgasmo que por aquel entonces llegaba sin más, es decir, una "corrida silenciosa", no porque estuviese yo muy callado precisamente, sino porque era aún demasiado pequeño como para que por mi polla chorreara semen.

Sin embargo ya entonces estaba un poco obsesionado con el sexo y cada día podía llegar a hacerme hasta 10 pajas si me pillaba muy cachondo o muy imaginativo...

Como ya os conté en anteriores relatos, mis padres escondían algunas peliculas porno en casa y cuando se daba la ocasión aprovechaba para invitar a mis amigos a casa y nos pajeabamos todos juntos... Así empecé a aprender otras formas de masturbarme, mirando de reojo y así empezamos a hablar de lo que era "correrse". Por aquel entonces pensábamos que era una "meadita" que se hacía después de llegar al orgasmo, así que ya nos ves a todos allí intentando hacer pis después de habérnosla cascado... 

Poco después empecé a echar un liquidillo transparente cada vez que me masturbaba y con el tiempo llegó a ser de un blanco más o menos intenso, según la ocasión...

Aquél líquido llamaba mucho mi atención. Ya cuando empezaron mis jueguecitos sexuales con Juan en nuestras primeras experiencias, me fijé en que cuando se la chupaba, su polla estaba ya un poco mojada por ese líquido transparente... Juan siempre fue de disparo fácil... Un día de los que estábamos con nuestro juego preferido (piedra, papel, tijera) en el que el ganador elegía lo que el perdedor tenía que hacerle o dejarse hacer, Juan me ganó y eligió restregar su polla en mi culo, ya que por aquel entonces éramos muy pequeños y aún no nos habíamos atrevido con la penetración. Me hizo tumbarme completamente desnudo, boca abajo en el sillón, él se colocó encima de mí y me abrió el culo con las dos manos para dejar justo en medio de la raja su polla calentita. Empezó a embestir como si me la estuviera metiendo. La verdad es que yo me estaba poniendo muy cachondo también notando su polla dura resbalandose entre mis glúteos... Al poco tiempo se quedó parado y empezó a reír... Me incorporé preguntándole qué pasaba y noté mi culo húmedo... ¡El muy cabrón se había corrido en mi culo! la ignorancia de aquella época hizo que me preocupase un poco más de lo normal pensando que al correrse (fuera) en mi culo podía haberme pegado alguna enfermedad... Juan sin embargo estaba satisfecho por la jugada y sonreía pícaramente.

Creo que todos hemos sentido la curiosidad de probar el semen. ¿A qué sabe?, ¿cómo sería tragárselo?, etc. Pues llegó el día en el que me atreví a probar mi propio semen. Ya había probado un poco del líquido preseminal de Juan, cada vez que le mamaba su polla, pero aún no había probado una corrida como dios manda. Ese día me estaba masturbando viendo porno y estaba tan cachondo que cuando me corrí no lo pensé dos veces, unté mis dedos en mi propio semen y me los llevé a la boca... El sabor me dejó un poco sorprendido, una mezcla ácida y agridulce que se me quedaba agarrada a la garganta.

Empecé a tener fantasías con mi mejor amigo Jesús, que nunca se dejaba ver su miembro en las quedadas para pajas en mi casa y me tenía muy intrigado, y empecé también a pensar en proponerle a Juan que la próxima vez se corriera en mi boca.... Así me masturbaba cada día, soñando con probar el semen de mis amigos...

Aquella tarde decidí engañar a Juan: le cité en mi casa para una reunión de amigos a la que en realidad sólo le había invitado a él... Quería que jugáramos a nuestro juego favorito y estaba muy muy MUY cachondo... Cuando llegó a mi casa me inventé la excusa para que no apareciera cada uno de nuestros amigos y le propuse jugar un rato a la playstation... Al poco rato nos miramos y los dos descubrimos el bultito que empezaba a asomar de nuestras respectivas entrepiernas. Inconscientemente cada vez que estábamos sólos acabábamos pensando en lo mismo... Así que le propuse jugar a que el perdedor se fuera quitando prendas de vestir de las que llevábamos encima hasta quedarnos desnudos por completo, el ganador elegía qué prenda debería quitarse el perdedor y el primero en quedar desnudo tendría que ser el "esclavo" sexual del otro y hacer todo lo que le mandase.

Casualmente estábamos jugando a un juego que se le daba mucho mejor a él... así que en la primera partida me quitó los pantalones, en la segunda, fue directo y me quitó los calzoncillos dejando mi polla erecta al aire. Una más y estaría a su merced... Me esforcé por ponérselo difícil y conseguí ganarle una partida y quitarle sus pantalones. Su polla no le cabía en los gayumbos de lo dura que la tenía y asomaba por el lateral derecho... Ante esa distracción perdí la última partida... Ya no me quedaban más prendas y ahora tendría que hacer todo lo que me pidiese.

Empezó, cómo no por una mamada, así que estuve mamando su rabo durísimo durante unos 10 minutos, luego me hizo poner el culo, se restregó un rato hasta que se aburrió y decidido a correrse, se sentó en el sofá, yo me tumbé dejando mi cabeza a la altura de su polla mientras me empecé a meter un par de deditos en mi culo y con la otra mano le masturbaba. Juan gritaba de placer, le encantaba hacerme saber lo mucho que le gustaba cómo se la chupaba. Agarraba mi cabeza con las dos manos empujándola hacia su pólla hasta tocar mi campanilla con ella. Era el momento perfecto para llevar a cabo mi plan. Sin decir nada seguí chupando con todas mis ganas y masturbándole ya a toda velocidad, por su cara supe que la ansiada corrida estaba a punto de llegar y así me lo comunicó él poco después: "¡me corro! mmmm ¡me corro!" me advertía para que, como siempre me sacara su polla de la boca y se corriera sobre su abdomen, pero contra pronóstico, seguí mamándole esperando con ansia su jugo... De repente noté un pequeño chorro de leche en mi lengua al que acompañaron otros 5 o 6 más fuertes. El semen llenó mi boca por completo hasta el punto de que me tragué parte sin querer y se me salió entre los labios otro poco. Juan gritaba sorprendido y excitado: "¿que has hecho, loco? ¡qué cabrón! ¿qué haces? ¡estás loco! mmmm ¡por dios!" y yo con la excitacion y mi boca llena de leche, acabé por correrme con mis deditos excitando mi culo, manchándolo todo con mi semen.

Juan no dijo nada, pero sé que le encantó...

Como sabéis por anteriores historias, poco después de aquel día, descubrí que el semen no solo me gustaba en la boca, sino que también me encanta que se corran en mi culito, cuando Juan me folló el culo por primera vez y se rompió el preservativo... Son cosas que no se me olvidarán jamás...

Desde entonces, cada vez que puedo, me encanta saborear un poquito el semen de mi amigo Juan, que es el tío con el que más confianza tengo para poder hacerlo sin miedo... Aunque alguna vez, me animé también a probar el de algún otro... pero eso os lo contaré en otro relato... ;P

Estos hechos me hicieron adicto al semen y ahora mismo estoy deseando pillar a Juan con la guardia baja y volver a probar su jugoso néctar... Veremos si pone resistencia... Si tengo suerte os contaré la experiencia, ¡por supuesto! ;)

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