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Los placeres de ser un practicante (Parte 1)

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Se acercaba el momento de realizar mi practica como estudiante en un colegio y los nervios me estaban comiendo vivo, debía realizar clases junto a un profesor y no me sentía listo para hacerlo. Me encontraba esperando al profesor que dijeron me atendería para darme la bienvenida y realizar el proceso pensando en muchas cosas, cuando escucho una voz femenina decir mi nombre y ahí fui cuando conocí a mi profesora ‘mentora’, por así decirlo.

Era una mujer madura, de unos 40 años, con largo pelo liso y negro, muy morena de piel, con rasgos latinos, de gruesos labios, algo rellena de contextura pero con un par de tetas muy grandes que se notaban bajo la blusa, culo mediano de nalgas firmes que se marcaba en su pantalón. Me dio la bienvenida y me explico todos los procedimientos a realizar, entre los nervios mi vista se movía de su cara a sus enormes tetas, si bien la ropa que llevaba puesta las cubría completamente aun podía distinguir su gran tamaño de pechos.

Quedamos en que comenzaría la siguiente semana, nos despedimos cordialmente y me marche, sin saber que experimentaría muchas de mis fantasías sexuales gracias a dicho colegio.

Debo decir que soy un tipo muy caliente, siempre ando mirando de manera disimulada a las mujeres con las que me encuentro, especialmente a mujeres maduras quienes son mi mayor fantasía pero debido a mi actitud algo tímida jamás llegue a concretar, pero siempre me fije en mujeres mayores siempre mirándolas de pies a cabeza y poniendo más énfasis en tetas y culos sin mencionar que muchas de mis fantasías de pajero involucraban acostarme con una buena madura.

También debo mencionar que no soy la gran cosa para nada, solo un tipo joven en sus 20´s y bastante común. Apenas llegue a mi hogar pensé en la profesora que conocí, a la cual en este relato llamare Paola, pero no me causo gran impresión sobre todo por lo descuidado de su vestir, aun así ya la tenía en mi mente, sin embargo no fue hasta la siguiente semana que las cosas empezarían a volverse interesantes para mí.

Llego el primer día y llegue al colegio más temprano de lo que debería, la directora me saludo amistosamente y fue ahí donde me di cuenta que la mayoría de los profesores en este colegio eran mujeres pero una me llamo más la atención que otras. Mientras esperaba la llegada de Paola, escuche una risa a mis espaldas y al darme vuelta vi a un tremendo pedazo de madura, tenía el pelo corto y castaño hasta el hombro, de piel morena, mediana de estatura, sonrisa coqueta, tetas medianas pero muy buen puestas y firmes (como comprobé después), una cintura bastante grande y un pedazo de culo exquisito, grande con grandes nalgas, una cuerpo bastantes curvas.

Me sonrió y me pregunto si era el practicante, respondí que sí y con una sonrisa burlona pero coqueta me deseo suerte para luego darme un gran abrazo. Se presentó y me dijo que su nombre era Andrea, tenía 37 años, y que ella estaba para lo que necesitara, me dejo vuelto loco apenas verla así que apenas si pude gesticular una sonrisa. Me guio a la sala donde se encontraba Paola y ahí fue cuando pude ver por primera vez ese culazo, encerrado en unos leggings que se hundían en su raja dejando tremendo pedazo de culo totalmente pegado a la tela, tuve que tragar saliva, mi vista estaba fija en el exquisito bambolear de su culo, su nalgas rebotaban y se meneaban de una manera celestial, estaba que me corría ahí mismo. Mantuve la compostura y nos despedimos, salude a Paola y así ya comenzaba mi primer día de ser casi profesor.

No los aburriré con los detalles innecesarios de dar clases, pasaron aproximadamente 2 meses en los cuales miraba de arriba a abajo a Andrea en cada oportunidad y ella me dirigía miradas coquetas sin mencionar los abrazos que me daba. Una clase en particular tuve que acompañar a Andrea a su clase debido a que Paola, mi profesora mentora, debía atender otros asuntos.

Entre a la sala con Andrea e hice lo posible para evitar pensar en su culazo, cosa imposible por la manera coqueta de su vestir, una polera de tirantes que dejaba ver el inicio de sus tetas y leggings igual de ajustados que el primer día que la vi. Me di cuenta que los niños tampoco perdían detalle de lo que hacía Andrea, nos traía vuelto locos a medio colegio. Estábamos impartiendo clases cuando un alumnos nos llamó por una duda, nos acercamos a su puesto y antes que pudiera llegar Andrea se agacho afirmándose en su escritorio levanto en pompa se culazo, sin querer choque mi entrepierna con su culo haciéndome dar un salto hacia atrás, pero no pareció molestarle de hecho puso su culo más atrás para apoyarlo en mi entrepierna una vez más.

Mi pene reacciono al instante con una gran erección, cosa que no pareció importarle, así que poseído por la excitación roce mi pene contra su culo dos veces antes de entrar en razón y darme cuenta que los alumnos podrían darse cuenta. Andrea se levantó como si nada y me miro con una sonrisa coqueta.

Nos pasó nada más esa clase pero apenas salí estaba con una excitación brutal, me quede en la sala de profesores hasta que me dieron ganas de orinar y tome las llaves del baño de profesores. El baño se encuentra escondido al a vuelta de la sala de profesores y cuenta con una reja y un candado para evitar cualquier problema con los alumnos. Corrí al baño porque tenía muchas ganas de orinar y abrí todo rápido olvidando poner el seguro por dentro pero no pensé que fuera necesario.

El cierre de mi pantalón no quería bajar así que me baje los pantalos y boxers por completo y me dispuse a orinar, apenas termine recordé el culo de Andrea en esos leggings y como ya tenía el pene en mano pensé en hacerme una paja, lo dude bastante pero me dejó muy excitado, así que estaba comenzando la paja cuando la puerta se abre en par y para mi sorpresa era Paola, mi profesora mentora.

Me queda viendo con la boca abierta, su vista baja enseguida a mi semi erecto pene y mi culo que también estaba a la vista, reacciono algo tarde y me tapo mis genitales a lo que Paola solo reacciona a decir perdón y cerrar la puerta de golpe. Me quede helado y salí ya vestido a pedirle perdón a mi profesora mentora, ella riendo me dijo que no me disculpara que fue su culpa pero que pusiera seguro la próxima vez.

Después de ese vergonzoso accidente la relación entre Paola y yo paso a ser mejor y más de colegas que de profesora mentora y practicante pero mi vista seguí fija en Andrea y esa tarde al fin tendría lo que tanto quería. Salí mas tarde de lo normal y dije que llegaría atrasado a la universidad si no me marchaba pronto, en eso Andrea se ofrece a llevarme en su auto, accedí y bastante contento y nervioso me subí a su auto.

Partimos y conversamos de cosas varias hasta que sin advertencia alguna apoya su mano en mi entrepierna, casi como un reflejo mi pene se erecta al sentir el tacto y Andrea lo toma con más firmeza y coquetamente me mira y me dice que se equivocó de palanca de cambio. Ella frena en un lugar bastante apartado y empezamos a comernos a besos, mis manos fueron directo a su culo mientras ella se sentaba de piernas abiertas encima mío, en un momento de estupidez quise cuestionar el momento pero me dijo que primero acción y después hablábamos.

Se quitó la blusa que traía puesta y para mi sorpresa no llevaba sostén debajo, sus tetas quedaron al frente mío, redondas y bien firmes con unos pezones marrones apuntándome, sin dudarlo devore sus tetas mientras agarraba su enorme culo y le decía lo rica que estaba. Le comí las tetas por un largo rato mientras nos frotábamos y ella me dijo que quería mi pene, paso al asiento de atrás y se bajó lentamente sus ajustados leggings, quede con la boca abierta al ver aparecer el culo que tanto desee, enorme, con nalgas redondas y bien torneadas y firmes divididas por una enorme raja sin nada que la tapara, rio al ver mi expresión y se agacho más dejándome ver su vagina depilada y jugosa por la excitación.

Me dijo que esperaba y se puso en cuatro menando su culazo de un lado para otro, me baje rápidamente el pantalón y pase mi pene por todo su culo, ya estaba por acabar, pero me aguante como pude y la penetre, gimió de placer y empezó a mover las caderas y el culo de manera circular que parecía que me estaba exprimiendo el pene, no aguante más y le dije que me corría, me pidió que lo hiciera afuera y me corrí abundantemente sobre sus nalgas y espalda. Termine de gemir y de correrme y ella me comió a besos, le pedí disculpas por no aguantar tanto y me dijo que soy joven que tendríamos otro round, no sabía cómo reaccionar, unas de mis más grandes fantasías se cumplía con tremenda mujer pero fue todo tan de golpe que no sabía que pensar.

Me abalancé sobre ella mientras nos besábamos aun desnudos, en el auto, en medio de una zona con casas, pero apenas si nos importó. Le besaba las tetas mientras mis manos estaban aplastadas bajo su enorme y rico culo, ella acariciaba mi pene con una mano y con la otra se agarraba de mis nalgas. Entre besos me contó que era una madre soltera con predilección por tipos jóvenes y que si mantenía el secreto yo disfrutaría como nunca esta práctica. Me tenía alucinado y sin saber que pensar, pero era tanta mi excitación que solo decía que si a todo.

Comencé a besar su ombligo y a jugar con su vagina mientras ella de brazos cruzados para apoyar su cabeza gemía bajo el sol que entraba por la ventana, una imagen tan excitante que casi me corrí al verla y que jamás se borrara de mi mente. Me detuvo y entrando en razón me dijo que alguien nos podría ver, me empujo y al caer sentado bajo a chuparme el pene como una experta, la punta de su lengua jugaba con la punta de mi glande y sus labios recorrían mi pene, con su otra mano tomo mis testículos y los acaricio lentamente, no aguante y corrí dentro de su boca, para mi sorpresa se tragó todo mi semen y siguió besando mi pene después de terminar.

Nos vestimos rápido, intercambiamos números y me dijo que esto se repetiría cuando ella me dijera, que antes no diera ninguna señal. Así fue por dos semanas en las que intercambiamos solo miradas de complicidad y yo ya no daba más de excitación. En eso me encontraba pensando cuando Paola me saco de mis pensamientos y me pidió ayuda con unos libros pesados que traía.

Apenas los tome me dijo que debía arreglar uno de los soportes del proyector, se agacho y de rodillas y no pude evitar fijarme en su culo, se veía tan rico en esa posición en la que estaba prácticamente abierta de piernas. Si bien suele vestirse de manera bastante descuidada, ese día se encontraba con unos pantalones de tela delgada que ayudaban a marcar más su culo y para mi sorpresa comenzaban a bajarse y se asomaba la raja de su culo, lo que me puso caliente al instante.

Al terminar se levantó quejándose de dolor de espalda, la ayude a sentarse y le ofrecí un masaje, no traía segundas intenciones realmente pero al sacarse el chaleco que traía dejo a la vista una polera blanca de tirantes que apenas cubría sus enormes tetas. Se sentó en una silla y comencé a masajear sus hombros mientras desde esa posición veía sus tetazas, mi vista no salía del encaje de sus melones y mi erección creció hasta ser muy evidente. Mientras estaba hipnotizado toque con mi erección su hombro, ella dio un salto y yo muy asustado retrocedí, Paola se levantó y me observo un rato mientras yo pensaba que hasta aquí llegaba todo. Intente disculparme pero no me dejo hablar, ya que me agarro pene y testículos con una mano con ímpetu, incluso me llego a doler un poco y me estrello contra la pared dándome un largo beso, me miro asustada y me dijo que aquí no, me mando rápido al baño de profesores.

Confundido y casi corriendo llegue al baño y a los minutos después llego ella, cerro de golpe y puso seguro. Nos miramos sin saber qué hacer, yo no sabía que movimiento realizar, era mi profesora mentora y hace nos días ya me había acostado con otra profesora. Ella hizo el primer movimiento y se sacó la polera dejando a mi vista sus dos grandes tetas, eran enormes, dos grandes melones, algo caídos por la edad pero aun así desafiantes a la gravedad con dos pezones puntiagudos apuntándome, me lancé sobre sus tetas, no podía creer lo que tenía entre manos, Paola cerro los ojos y me pedía que las chupara y yo obedientemente succione sus pezones como recién nacido.

Me bajo el pantalón mientras tocaba mi pene con devoción, me dijo que no teníamos mucho tiempo antes de que otros profesores se dieran cuenta, bajo a chuparme el pene mientras yo aun sostenía sus melones, el tener esas tetas en mi poder me ganó y acabe en su boca y sus tetas. Me dijo que nos vistiéramos rápido y luego hablábamos.

Yo aún no podía creer mi suerte y las cosas solo enloquecerían más desde ese punto.

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