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Pina, la chica de tetas grandes del BBS

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A Pina la conocí hace ya varios años, recuerdo que la amistad nació en algún foro de un BBS (Bulletin Board System o Sistema de Tablero de Anuncios) pudo haber sido en el Servidor de una de las universidades Mexicali o de Guadalajara. Como breviario cultural un BBS es un sistema el cual se entraba por medio de la red que en ese momento estaba en pañales utilizando el protocolo Telnet popular solo entre los ñoños por ahí de 1985-1995 aproximadamente.

Las pláticas en los foros o chats eran como cualquiera de su época en modo texto, aunque la comunidad era muy reducida la mayoría era gente universitaria ya que no todo el mundo tenía acceso y esto hacia que nos integráramos y apoyáramos mucho más, había compañerismo en ese medio.

Era el inicio de las comunidades virtuales, que bajo el anonimato que nos daba la red de redes, éramos libres de expresar, opinar y hacer miles de cosas interesantes bajo un código de honor friki.

Yo aún estudiaba en mi ciudad natal en el estado de Veracruz, cuando por ese medio conocí a Oruguita, bueno ese era su Nickname o apodo. Su nombre real en este caso tampoco lo podría dar, pero le llamare Pina.

Ella era originaria de la Ciudad de México, estudiante de una de las universidades grandes del país, no nos conocíamos en persona pero en alguna platica de la comunidad a la que pertenecíamos se fue dando la amistad y entre platicas juegos y bromas guardábamos la esperanza de que algún día podríamos reunirnos con cualquier integrante de esa comunidad, de hecho había reuniones llamadas “Fiestas BBSeras”, pero por lo regular eran en ciudades muy al norte del país o en la ciudad de México, y a las cuales no pude participar, pero había “Amigos” de esas localidades que si asistían y a veces nos comentábamos como estaba “fulanita” o “sutanita”, o se compartían fotos de las fiestas, por estos medios fue que conocíamos a la gente.

A Pina la conocí por fotos de una de esas reuniones a la que ella había asistido y era la típica chica nerd dueña de un cuerpo un poco robusto, más no gorda casi típico de las niñas frikis de la época, yo era mayor que ella por 5 años. Ella me demostró ser una “compañera” agradable, una chica con la que podía contar con su sincera amistad. La conocí en persona en uno de mis viajes que tuve que hacer a la ciudad de México para comprar algunos componentes de computadoras, y acordamos reunirnos para conocernos. Una vez que nos conocimos lo repetimos un par de veces más después de ese primer encuentro, solíamos reunirnos por las calles del centro de la ciudad básicamente por el edificio de Bellas Artes nuestro punto de reunión, para después tomar algo en el famoso restaurante de los azulejos o alguno de la periferia y poder conversar plácidamente. La amistad continuaba como siempre por medio de la comunidad BBSera, hasta que evoluciono el Internet y empezamos a usar los recién nacidos ICQ, y MSN.

Los años pasaron hasta que me fui a radicar a la gran ciudad de México por cuestiones laborales, al principio me encontraba alquilando un cuarto en una pensión, por lo que se me hacía difícil invitar amistades, como típico provinciano recién llegado, uno no tiene compromisos en la ciudad y extraña uno a su familia así que viajaba constantemente a mi casa, poco a poco fui alargando los periodos de mis viajes y en algún fin de semana sin algo que hacer me reunir con Pina nuevamente, salimos un par de veces más, básicamente ella se encargaba de llevarme a conocer la ciudad en los fines de semana que no viajaba a mi tierra.

Volvió a pasar unos meses cuando para cuando pude rentar un departamento, precisamente en búsqueda de mi libertad y privacidad, en él que podía hacer y deshacer como ya les he relatado en otras de mis historias. Ya mis viajes a mi ciudad de origen fueron más lejanos, porque ahora podía estar plácidamente en el departamento, organizándolo y descansando. En aquellos fines de semana que estaba en la ciudad, Pina podía ser una buena compañía, nunca la había visto más allá de una buena amiga y una muy grata compañía, con ella había conocido algunos lugares interesantes de la ciudad. Un día la invite a que conociera mi nuevo departamento, así que después de tanto tiempo de no vernos, nos volvimos a reunir pero ahora en mi departamento, ya tenía la mayoría de muebles y lo principal, ya saben la cama, aquel altar del sacrificio donde pasaban la mayoría de las chicas premeditadamente sabían lo que sucedería en ese departamento.

Esa tarde nos citamos en una estación del metro el cual estaba a una calle del edificio donde estaba rentando, le di el tour por el mercado de la colonia aprovechando hacer la despensa y comprar algo que prepararíamos para comer, pasaríamos la tarde en el “Depa” viendo pelis, platicando y poniéndonos al día lo que hacíamos cada vez que nos reuníamos, aparte de que también había estudiado informática y podíamos hablar de ciertos temas relacionados.

Ese día me deslumbro cuando la veo llegar con un bonito escote en la blusa que usaba ese día, aunque ya había notado en anteriores reuniones que era de teta grande, nunca las había visto de esa manera, eran grandes y casi tocables por que sobresalían del escote de su blusa, se antojaba besarlas y prenderse de ellas para mamar como becerro. Como ya les había comentado ella era de complexión gruesa, sabía que ella hacia deporte en un equipo femenil, es por ello que su cuerpo estaba firme. No le quitaba aquel bello atractivo de sus tetas grandes, blancas, “apretujables y besables” que ya me estaba haciendo fantasear poder besarlas y de ser posible cogerla.

Llegando al departamento, le mostré las habitaciones y cuando llegamos a la habitación principal donde estaba mi cama, me elogio lo ordenada y acogedora que estaba a lo cual la invite a sentarse, me senté junto a ella y en algún momento ella jugueteo tirándonos en la cama haciendo cosquillas sin ninguna “Malicia”, creo que era parte del cachondeo que ya se estaba armando en el departamento o no sé qué paso, pero estábamos tumbados en la cama platicando y jugueteando, hasta ese momento no era mi intención pasarme de listo ella creo que al final de cuentas tenía miedo de involucrarme sentimentalmente ya que no deseaba una relación seria, así que paramos el juego y nos fuimos para la sala, preparamos una botana ligera, y unas bebidas para disfrutar con comodidad de una película, nos sentamos en el mismo sofá “Loveseat” cuando de repente ella iniciaba nuevamente con el juego de las cosquillas, quería seguir el juego, ya nos teníamos la suficiente confianza de conocernos por muchos años, aunque nunca más allá de unas cuantas reuniones y unas tardes muy placenteras de amigos únicamente.

El cachondeo de este relato da inicio cuando yo recargue mi cabeza sobre su hombro, como buenos amigos que nos confiábamos, y pero el escote que llevaba ese día, estaba alterando mis libido, me estaban haciendo tener fantasías con sus tetas, fue el contacto de mi cara en la piel de sus hombros y tener tan cerca esas bubis, tan ricas, blancas y bellas, que vire mi cara hacia abajo donde sus senos se separaban y se veían hermosos, se me estaba parando la verga de solo pensar lo rico que estaría besarlos, creo que el cachondeo y erotismo ya estaba dado en el ambiente del departamento, una clave fue el juego en la cama, y la gota que derramo el vaso, era que me permitía estar a unos centímetros de sus grandes tetas. Ya solo faltaba que me pidiera que le besara sus bubis grandes…

No aguante más la tortura y mi respirar cerca de su pecho yo creo que la éxito o mis feromonas y las de ella se acoplaron perfectamente, ya que torpemente fui bajando mi cara por su grandes senos, podía sentir sus latidos por lo que empecé a darle suaves besos sobre la parte de sus tetas que salía de la blusa, sintiendo como su piel se había erizado, sin que rechazara o me negara aquellas caricias, bese su dos grandes senos por la apertura de su escote hasta llegar a sus pezones los cuales ya estaban erectos cuando mi lengua se extendió hasta localizar aquellos ricos botones café obscuros, mis labios aprisionaban aquellos ricas protuberancias, muy agradable sensación el poder apoderarme de esas dos grandes bubis, ella solo acaricio mi cabeza dejándose llevar por mis caricias que propinaban mis labios sobre su pecho parecía bebe alimentándome y extasiado de tan suculento manjar, yo los exprimía como si quisiera obtener de ellos su preciado líquido, aunque sin conseguir algo saliera de ellos, pase a besarle el cuello, y mientras mis manos no perdían tiempo de acariciarla, estuvimos fajando en aquel sofá, mientras más besos le propinaba, más caliente se ponía mi amiguita, después de unos minutos ya tenía las tetas de fuera, le había bajado su blusa hasta sacar sus dos grandes tetas, yo me estaba dando un banquete con esos dos grandes melones, no estaban caídas a pesar de ser grandes, su juventud y el deporte que ella practicaba las hacia firmes a pesar de su gran tamaño.

Por mi parte ya estaba más que calientes, dirigí una de sus manos hacia mi verga para que sintiera como me había puesto, aunque con un poco de nervios, tímidamente acaricio mi pene sobre mi ropa abriendo unos grandes ojos mientras nos besábamos al sentir tan caliente y dura mi verga. Al parecer solo iba a ser un cachondeo sin llegar a más ya que se estaba haciendo del rogar un poco, pero no quite el dedo del renglón y fui insistente en mis caricias y besos, aunque nunca había planeado un encuentro sexual con ella, si había deseado sus grandes melones la primera vez que vi sus grandes tetas, esa tarde el Dios Eros nos había dado un “empujoncito”, así que ahora dependía de mí el que yo le diera su “empujadita” a ella.

Yo ya quería desnudarle ahí mismo en la sala, pero ella continuaba con la negativa, asi que poco a poco la hice levantarse de aquel sofá, y mientras la besaba y acariciaba, atravesamos el pasillo del departamento que llevaba a mi recamara, me coloque atrás de ella mientras caminábamos, con mi verga que quería reventar el pantalón mientras la abrazaba cogiendo sus tetas desde atrás, besando su cuello mientras mi verga le daba piquetes a su colita, ella con un poco de miedo pero a la vez quería seguir en ese rico juego de seducción que la llevaron hasta mi cama, donde previamente habíamos jugueteado.

Tal vez ella no había ido preparada para ser cogida ese día, pero nuestro lívido ya estaba despierto y no habría nada que nos detuviera. Al principio no me dejaba hacer más que los besos y caricias, tendidos en aquella cama, yo ya tenía la verga al 100%, pero no estaba desnudo, mientras nos acariciábamos mutuamente, ella se negaba a que yo avanzara más allá de aquel escarceo que habíamos iniciado en la sala, entre gemidos ella ya iba cediendo terreno y eso fue una buena señal para mí.

Con paciencia logre quitarle su blusa, el brasiere y su pantalón, pero no me permitía quitarle su prenda más íntima, la cuidaba con mucho recelo, quería que solo jugáramos, y cuando intentaba bajarle la prenda, ella rápidamente con sus manos me apartaba y se aferraba a esa última prenda, mientras que yo como poseído me aferraba a tan ricos cantaros, y solo gemía y balbuceaba.

Pina: “no… nooo… noooo...”

Yo: “Andale Pina, mira como me tienes, palpa mi verga y siéntela...”

Pina: “Ummm, pero noo, mejor nooo… solo así... no hay más...”

Sabía que solo era cuestión de trabajo, recorrí con mi boca todo su cuerpo cubriéndolo de besos y caricias, en algún momento ella ya no aguanto más y me permitió que le quitara esa última prenda, le quite su calzón mientras mi boca se afianzaba en sus grandes tetas, las cuales me las comía con desesperación, tuve que parar para quitarme el resto de la ropa, y mi verga salió como resorte, de lo dura y caliente que ya estaba, sus ojos se fijaron en mi verga y en su rostro se dibujaba un gesto de calentura y ternura a la vez. Me volví a acostar con ella, y jugueteaba con mi falo sobre su pubis ya desnudo. Nos enfrascamos en besarnos y acariciarnos como podíamos, ella se retorcía en mi cama, al sentir mis besos en sus pechos, y cuello, tratando de abrir sus piernas para que mi falo la penetrara, pero aun no era momento, ahora yo tenía que hacerla sufrir por lo que ella me había hecho pasar (jejeje)

Ella con delicadeza, acariciaba mi verga y la chaqueteaba suavemente, lo trataba de dirigir hacia los pliegues de su pucha que ya estaba ardiendo, ya mis manos habían recorrido sus ardientes pliegues y estaba calentita y húmeda. Lista para recibir su regalo, pero tenía que darle antes una rica mamada a sus labios, sabía que eso la iba a derretir, así que baje poco a poco por su cuerpo hasta donde sus piernas abiertas de par en par recibieron mi boca, la cual ayudado por los dedos de ella, abrió camino entre su leve mata de pelos que tenía, para que su vulva se mostrara ante mi, con ese típico sabor agridulce, su clítoris estaba muy sensible ya que al rozar su botón con mi lengua ella solo arqueaba su cuerpo y gemía más fuerte por el placer que le estaba provocando mis caricias, ocupando mis dedos abrí de par en par sus bellos labios vaginales, y ocupaba un dedo para medir la temperatura de su interior, jugando con mi dedo dentro de ella, sabía que ya estaba ardiendo por las sacudidas que ella se daba en la cama al sentir mis dedos introducirse, estuve un rato así jugando con su vulva y sus labios, acariciándolos delicadamente, tratando de no hacerle sentir algo que no fuera agradable, ya en ese momento tuve que usar mi lengua para saborear los jugos que de esa gruta del placer recorrían su interior para brotar ante mi boca, lo cual me di un gusto de saborear y lamer como gatito que bebe su leche de su pozuelo.

Ella ya estaba ardiendo y la agitación de su cuerpo así como sus palabras, me demostraban que ya era el momento…

Pina: “Que me hacess… que ricooo… huuummm ya no me tortures… Así bebe, cómeme soy tuya…”

Ella ya estaba ardiendo literalmente, abandone su panocha para subir nuevamente a sus grandes tetas que eran mi fijación, y mientras me prendía de sus grandes tetas para después besarnos con frenesís hasta enroscar nuestras lenguas en una batalla de besos cargados de deseo.

Mi verga solo hacia intentos de penetrarla, jugaba friccionando mi falo en su pubis, mientras ella movía sus caderas al ritmo de mis embestidas, de repente entre besos y gemidos de su parte, solo dijo

Pina: “Que me has hecho… Hazme tuya de una vez...”

A lo que yo sintiéndome dueño de la situación y con ánimo de hacerla sufrir un poco por haberse hecho del rogar jugué con mi falo en la entrada de su cuevita, la cual solo le tallaba el tronco de mi falo por sus labios pero no se lo metía, a veces solo le metía la puntita, y se la sacaba, ella solo gemía y cuando sentía la cabeza de mi falo entrar soltaba leves gemidos y arqueaba el cuerpo como queriendo empujar mi falo dentro de su cavidad y suplicante decía:

Pina: “que rico mi amor, ya metérmelo, no seas malo, primero me calientas y ahora me haces sufrir… que malo eres conmigo.”

Yo: “Ah sí… yo te calenté?”

Pina: “Si, tú me pusiste así, mira como me tienes… ya no seas malo y entiérrame tu verga mi amor… soy completamente tuya...”

Yo: “Quieres mi verga?… Quieres leche?… dime que es lo que quieres primor?...”

Pina: “Quiero tu verga dentro de mí, quiero tu leche por favor… ya dámela… me tienes ardiendo, necesito tu verga dentro… y probar tu leche...”

Hice una pausa a nuestro “Juego de seducción” y con rapidez fui al cajón de la cómoda en búsqueda de un condón, abriendo el empaque y colocarlo rápidamente en mi verga, que ya quería penetrar a mi nueva conquista.

El ambiente en la habitación estaba ardiendo, ella en mi cama tendida desnuda solo cruzaba sus piernas y un brazo sobre sus tetas, mientras camine hacia la cama y me subí poco a poco a la cama para subir besando y recorriendo con mis labios sus piernas hasta llegar a su pelvis haciéndola que se estremeciera, subí por su ombligo hasta llegar a sus grandes tetas, donde ya me esperaban sus dos botones cafés erectos e hinchados de la excitación, mi verga ya estaba bien caliente y se la pegue a su pucha que igualmente ardía como un volcán.

Dirigiendo mi verga a su ardiente cuevita, la cual empecé a penetrar suavemente haciendo que sus ganas de verga fueran más urgidas por ella, mientras Pina abría sus piernas para que mi cuerpo se acoplara sobre el suyo, mi verga iba entrando en su panocha, resbalando por aquel caldo de almeja que deseaba su ingrediente extra de camarón, mientras mis labios y manos acariciaban sus pechos, hombros y cara, ella solo abría y movía su cadera al compás de mis penetraciones.

Tome sus pies y la hice que los colocara en mis hombros mientras la penetraba y nos mirábamos fijamente mientras la ensartaba. Sus tetas se movían como dos grandes gelatinas en el golpeteo de mi cuerpo con el suyo, a veces tomaba aquellos grandes senos para chuparle y besarle sus pezones, mientras mi verga parecía tener vida propia con movimiento propio, no paraba de entrar y salir de su rica cuevita, la cual estaba ardiendo por la calentura del juego previo. Sus gemidos inundaban la recamara, la cual estaba en silencio y solo a lo lejos se escuchaba la película que habíamos dejado en la sala.

Pina: “Así… así… ahhh… que rico... así cógeme...”

Estábamos embebidos en nuestro ritual amatorio, cuando de repente empezó a sonar el teléfono de del departamento, no quería que me interrumpieran por lo que deje que sonara sin contestar, después de varios timbrazos dejo de sonar para ahora timbrar mi celular en el que el identificador aparecía el nombre de mi amigo de parrandas “Alex”, deje que sonara y recordé que había quedado con él y otro amigo que ese fin de semana iría a checar su computadora para hacerle servicio de mantenimiento y reparar alguna cosas que tenía fallando el sistema operativo, pero no solo era eso sino que habían quedado que a cambio me prepararían un platillo especial para comer en retribución al servicio que le haría a su computadora. El plato era uno típico de la cocina Mexicana, y según tenían una muy buena receta , acompañado obviamente de unas cervezas como ya era costumbre los fines de semana que nos juntábamos para armar nuestras pequeñas reuniones en el departamento con música, cervezas y anécdotas, que por cierto tengo alguna que contare en un futuro.

Tenía a esta amiguita en mi cama y no podía dejarla así, por lo que ante tal insistencia del teléfono, ella al principio me decía que no contestara hasta que fue demasiado y me cuestiono el motivo de tanta insistencia, a lo que le medio comente el plan que se había armado desde hace varios días, a lo cual me dijo que no contestara que yo la tenía así de caliente y ahora tenía que acabar lo que había provocado en ella, así que seguimos en nuestra actividad, haciendo el amor, recorrimos nuestros cuerpos y ella se movía intensamente al recibir mi verga, la puse en cuatro mostrándome ella su amplias nalgas y su panocha bien jugosa y roja en espera de mi verga, incitándome ella con que se la metiera así, no haciéndome del rogar le volví a meter mi verga en ese rico coñito, mientras la tomaba de las caderas y ella solo pujando contra la almohada mientras recibía mis embates de mi verga toda caliente y bañada en nuestros líquidos espesos, mientras me la cogía le decía lo rica que ella estaba, y acariciaba su espalda, lo recorría con mis palmas hasta sus hombros y a veces le daba besos en ella, su cuello y su nuca, a lo que ella respondía con sus boquita ardiente con un:

Pina: “así, así, mas, mas… Que rico me coges… ¿por qué nunca me habías cogido?… “

Sus ardientes palabras y el movimiento de su cadera hicieron que mi verga estuviera lista para botar su blanco y espeso contenido, por lo que ella al escuchar mis resoplidos en su nuca y mis palabras indicándole lo rica que estaba, supo que estaba listo para soltar mi ardiente néctar, a lo que ella al último momento se separó quedando de nuevo frente a mí, con la pucha bien abierta y su cuerpo todo mojado de la actividad misma del acto sexual, mirándome me dijo que quería mi leche pero no en el condón, que se lo echara en su cara y tetas, a lo cual pronto manipule el condón lo quite, jalando un par de veces el prepucio de mi verga, arrojando mi semen en su cara en su boca cayéndole a sus tetas, lo cual ella se encargó de distribuirlo por su piel. Se tragó el resto que tenía en la cara, mientras yo desfallecía sobre ella, bufando por lo rico que había resultado esa sesión de sexo no planeada.

Mientras me acurrucaba ante aquel par de tetas grandes, ella me abrazaba y acariciaba, diciéndome que había sido una muy grata experiencia, que había pasado, porque habíamos llegado a ese momento después de tantos años que nos conocíamos y que nunca habíamos dado ese paso, a lo cual no pude contestarle, ella me cuestiono que éramos ahora, (jejeje creo que esa pregunta cómo es como una cubeta de agua fría, quien sabe cómo tomaría la respuesta), a lo que le respondí que íbamos a intentar y ver qué pasaba, a lo que ella acepto.

Nos quedamos abrazados en la cama cuando nuevamente empezó a sonar el timbre del teléfono, ya más relajado y con cargo de conciencia por el compromiso que había hecho desde hace varios días me decidí a contestar la llamada aun al pesar de Pina que no quería que nos interrumpieran.

A lo que quise negar mi disponibilidad con mis cuates, pero pues ya hasta habían preparado aquel platillo especial, con tal de que le ayudara con su equipo y me dijeron que podía llevar a mi invitada. Así que tuve que convencer a Pina para dejar el momento para otra ocasión o mejor aún si me acompañaba a ver aquel asunto a casa de mi amigo, de paso nos invitaban a comer, ella también era del área de informática, pues que más otra Friki de las computadoras, bueno y que esperaba encontrar en el BBS (jajaja aunque también había chicas muy interesantes de áreas de sociales).

Pina acepto acompañarme a regañadientes, así que nos alistamos y nos fuimos a casa de la familia de este amigo, ante los cuales presente a Pina como una “Amiguita” ellos entendieron el mensaje porque me conocían bien y sabían que no tenía una novia fija, trabajamos sobre el equipo que estaba fallando, con ayuda de ella terminamos de arreglar el equipo, ella se acoplo a mis amigos y su familia y nos invitaron a la mesa a comer, lo cual fue muy rápido ya que ella me apuraba con la vista y me preguntaba de vez en cuando discretamente si ya nos íbamos a lo que diplomáticamente y una vez cumplido con mis amigos, salimos de la casa anfitriona y le pregunte a Pina si ya nos íbamos a su casa la iba a llevar, era lo menos que podía hacer por ella después del regalo que me había dado ese día.

A lo que me respondió que mejor regresáramos al departamento, que necesitaba hacer algo, así que nos pusimos en marcha hacia el departamento, y una vez que estuvimos dentro, se me vino encima en una avalancha de besos y caricias, indicándome que seguía bien caliente que necesitaba más de mi verga, por lo que no me hice del rogar y nos fuimos besando por el pasillo del departamento hasta mi recamar, donde terminamos de quitarnos las prendas para volvernos a meter a la cama mientras me decía con una voz melosa y ardiente.

Pina: “Que me has dado, que me has puesto así, yo llegue normal y no planeaba coger, me tienes ardiendo, por favor ya métemela, la necesito nuevamente...”

Yo estaba maravillado con ese para de tetas grandes, que aunque no eran mis únicas bubis grandes que había besado si eran bonitas sus tetas, además de que ella era muy sensible en esa área, y vaya que he conocido mujeres a las cuales no les causa nada el que les toquen sus tetas, pero la mayoría de las mujeres con las que he estado, les ha producido placer el que yo se las bese, estimule, pellizque, chupetee, etc. Siendo de las mejores sensaciones para ambos ya que para mí es como un fetiche las bubis, ya sean chicas o grandes, todas tienen algo diferente y bello y que admirar.

Me prendí de ella, pero esta vez por lo caliente que estebamos empecé a jugar con mi falo en su cuevita que ya estaba escurriendo su lechita de hembra, ya que al quitarle el calzón estaba bien mojado, era un fluido limpio y no olía mal, por lo que solo atine a besar su rica pucha que por cierto ella tenía poco vello, bien cortado, no alborotado, pero si era abundante. A lo cual solo atine a meter mi lengua en su coñito rico, y le hice un oral para incitarla más. Ella solo se retorcía entre las almohadas y daba gritos de place.

Pina: “Así… así… dame más… quiero más...”

Termine de darle lengua en su panocha, sabedor de que ella ya estaba nuevamente ardiendo. Por lo que la hice girar para que se acostara boca abajo, y poder admirar sus caderas y su culo desnudo, lo cual me complació, parando sus nalgas, mientras yo me hundía entre sus nalgas para seguir mamando de su pucha ardiente, ella solo gemía y trataba de que mi cara se hundiera más en su interior, mientras solo gemía de tanto placer que sentía, en un momento me dijo

Pina: “me vas a hacer venir de nuevo… que me haces, por favor ya métemelo quiero sentir tu pene dentro de mi interior...”.

Como respuesta de mi parte solo le di unas nalgadas a sus nalgas que estaban paradas apuntando hacia mí, le di un par de nalgadas indicándole que tenía que pedirme lo que quería… Ella solo atinó a decir

Pina: “ya cabrón, dame tu verga, primero me pones bien caliente y ahora no me la quieres dar… por favor ya dámela la neceeesiiitooo...”.

Estaba por completar la frase, cuando yo me estaba colocando atrás de ella, con mi falo apuntando a su pucha, y se la deje ir asi sin miramientos sin condón solo con la humedad propia de ella y un poco de saliva de mi parte que había colocado en la punta de mi glande, se lo metí fuerte y cuando ella decía.

Pina: ”...necesiiiitooo... ay que ricooo”

Al sentir mi falo pelón hundirse en su cueva ardiente como volcán con lava… La tome de las caderas y le embestía bruscamente a solicitud de ella que pedía

Pina: “Mas fuerte papito… más fuerte… Así… Así soy tu perrita soy tuya que me diste que yo no soy así.”

Yo solo le respondía que nada, que solo era el momento oportuno, que lo disfrutáramos.

Yo: “Así te gusta?… Así la quieres mamita?...”

A lo que solo respondió

Pina: “como quisiera pero que no pares de darme mi verga…”

La voltee porque quería disfrutar de sus tetas, así que ahora frente a mí, nos besábamos y yo aprovechaba de sus bubis las cuales se movían al compás de nuestros movimientos de la cogida que nos estábamos dando, se las agarraba, las chupaba y se la mamaba, ella solo las juntaba para que quedara a disposición de mi boca, jugaba con sus pezones, se los mordía levemente se los chupaba al extremo, estábamos idos en nuestro éxtasis, sin importarnos nada a nuestro al rededor, solo estábamos ella y yo en ese cuarto que fue testigo una vez más de un rico encuentro sexual.

Ella se movía sensualmente, su cuerpo a veces me cabalgaba frenéticamente donde pudiera ver como se movían sus tetas al ritmo de mis embistes con mi verga en su coño húmedo. Así estuvimos cambiando de posiciones ideando distintas formas de sentir placer entre gemidos y frases cargadas de erotismo de ambos, se sentía muy rico tener mi verga dentro de ella sin protección, a lo cual ella me recordó no terminar dentro de ella ya que no se estaba cuidando, que le avisara cuando fuera a eyacular porque quería mi leche pero no dentro.

Por mi parte quería prolongar esa sesión, estaba con Pina, aquella amiga entrañable de hace muchos años, nunca me la había imaginado que me la cogería alguna vez, así que le indique que quería cogérmela de otra forma y nos paramos de la cama, y le dije que se pusiera recargada en la cama, agachada apoyándose en la cama, mientras yo me colocaba atrás de ella y la penetraba de esta forma, podía admirar sus caderas, sus nalgas y le daba nalgadas mientras ella solo gemía, y movía sus caderas al ritmo que ella quería, gimiendo y repitiendo lo mismo.

Pina: “Quiero tu verga, dame tu leche. Que rica esta así sin nada, la tienes muy rica papi... Porque nunca me la habías dado… Seré tuya cuando yo quisiera...”

Sus palabras entre gemidos me pusieron más que caliente, y estaba a punto de escupir toda mi leche en su interior, yo la agarre fijamente de las caderas, y ella empezaba a sentir los espasmos de mi venida, así que entre gemidos solo dijo…

Pina: “Ahhh que rico, me vengo, me vengo, ya vente échame tu leche pero fuera porfis…”

Eso me puso más como toro de lidia al escucharla a ella explotar, su humedad mojo mi palo y entre sudor y fluidos de ella mis huevos estaban empapados, así que mi venida fue inminente, rápidamente le di el último empujo en su útero, agarrándola fuertemente de sus caderas para luego separarme de ella rápidamente

Yo: “Que rica pucha mi vida… me exprimes… me vengo… que rico que rico… Ufff”.

Mi flema se la eche entre la espalda y las nalgas, la cual brotaba como fuente de mi verga, después del segundo chisguete de semen que le cayó en su espalda, ella solo se hinco ante mi rápidamente poniendo su cara frente a mi verga, abriendo su boca queriendo captar del néctar de mi falo, mamo de mi verga para atragantarse mi leche, me estaba exprimiendo el tuétano, toda mi leche estaba entrando en su garganta, yo estaba por desfallecer ante aquella succionada, me estaba dando una de esas mamadas que hasta los ojos bizcos estaba poniendo de mi parte, jajaja.

Termino de atragantarse de mi leche, indicándome que estaba muy rica la saboreo y con sus manos se embarraba por sus nalgas la que le había caído en ellas, mientras yo me reponía en la cama de tal succionada de tuétano que me había aplicado aquella señorita que me había resultado tan golosa.

Después de que al principio se hizo de rogar, pero después fue ella misma fue quien quería más guerra al hacer que nos saliéramos de la casa de mis amigos para seguir cogiendo en el departamento.

Ella se fue al baño, a asearse y regreso a la cama a mi lado nos acostamos abrasados, mientras nos reponíamos de tan rica faena no programada. Así abrasados seguíamos el cachondeo, mientras platicábamos de cómo habían sucedido las cosas sin planearlo previamente y más por la amistad que ya teníamos de años atrás y nunca habíamos tenido tal contacto, pero que había sido muy rico y placentero, que le había gustado que la cosa fuera así, entre platicas el tiempo se fue dándonos cuenta de que ya era muy tarde, y ella tenía que llegar a su casa, así que la fui a dejar cerca de su casa, despidiéndonos con un tierno beso y la promesa de volvernos a reunir muy pronto.

Pina y yo seguimos siendo amigos y cada que podíamos reunirnos nuevamente para tomar un café en algún restaurante de la ciudad o asistíamos al cine o para hacer el amor casi como la primera vez, a veces con sus escotes me ponían loco y en una ocasión fuimos al cine en el WTC en la CDMX en las escaleras eléctricas, me puse un escalón para ir admirando sus grande tetas que sobresalían de su escote, al cual tuve que sacarle fotos por lo rica que se veían, y ella solo con muecas, de “Que haces... te van a ver...” jejeje

Nunca formalizamos lo nuestro y al no ver una definición de mi parte hacia nuestra relación ella opto por tener un novio formal, no sin antes despedirnos con una rica cogida.

Espero que el relato haya sido placentero para ustedes como para mí lo fue.

Y Ojala puedan regalarme su calificación y/o comentarios sobre este mismo ya sea en este mismo sitio o a mi correo [email protected].

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