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Recuperando el slip
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Tiempo de lectura: 15 minutos

Ya era domingo y me quedaba menos de una semana de permiso, el jueves tenía que marchar para Zaragoza, ya que el viernes a primera hora tenía que presentarme en el cuartel. Había decidido ir de nuevo al café bar Bío, dejar que me volviera a dar por el culo y así recuperar el slip que me tenía. Si tenía que ir a dormir con él, pues iría, dormiría con él y me dejaría follar toda la noche. Además, aquello cada vez me gustaba más, sentir como me abrían el culo y me follaban dejando preñado el culo de semen, me excitaba y cada vez me hacía más adicto, vamos que me gustaba la polla más que un caramelo a un niño. Me gustaba sentir como me ensartaban la polla en el culo y luego me regaban de leche las entrañas.

Bío, había sido el segundo hombre que me había dado por el culo, luego fue su amigo Chema, y ese domingo, antes de que me marchara para Zaragoza el jueves al medio día, me volvería a dar por el culo, quería terminar el permiso y incorporarme al cuartel, bien satisfecho de polla, el culo bien abierto y preñado de semen, y por supuesto recuperar el slip.

El domingo a las 4 de la tarde, fui al café bar Bío a tomar café, hojear el periódico, luego dar una vuelta por el centro de la ciudad, y de paso quedar de nuevo con el dueño, quería que me devolviera el slip. Cuando me vio entrar se quedó mirándome algo extrañado. Me senté en un taburete, le saludé con un hola y le pedí un café cortado y una copa de brandi 1900, que era lo que solía tomar, él me devolvió el saludo, me puso el café y la copa. Le pedí si me dejaba el periódico, cosa que me trajo al momento preguntándome algo extrañado como yo por allí a aquellas horas. Pensé que ya habías terminado el permiso, como hace 2 días que no se te ve el pelo, creí que ya te habías marchado.

No, le contesté, me marcho el jueves al medio día, el viernes a primera hora tengo que estar en el cuartel.

¿Dónde estás haciendo el servicio militar? Me preguntó.

Estoy en Zaragoza, en la academia general militar.

Pero que estás, ¿estudiando para militar?

No, solo estoy realizando el servicio militar y me tocó allí hacerlo. Estoy en ingenieros destinado en la central de teléfonos.

Y que te pasó que no viniste desde el jueves por aquí.

Pues que he tenido que ir a la aldea con mi padre, hoy por la mañana hemos llegado, y como quería recuperar el slip y me apetecía un café, he venido a ver si lo recupero.

Pues ya sabes lo que tienes que hacer, así que, si quieres recuperarlo, te espero esta noche en mi cama. Quiero que te quedes a dormir conmigo. Quiero abrirte el culo con mi polla y follarte toda la noche.

Bueno le contesté, ahora voy a dar una vuelta y por la noche vengo de nuevo por aquí.

Tomé el café y mientras terminaba la copa, estuve leyendo el periódico, luego me despedí, quedando en volver a la noche.

A las 9 de la noche cansado de dar vueltas por el centro de la ciudad y haber bebido demás, me fui para el barrio e ir al café bar Bío y irme con él. Quería recuperar el slip y que me volviera a follar. Pero antes de ir por el café bar, pasé por mi casa, fui al baño, hice lo que tenía que hacer, luego me metí en la ducha, y una vez listo y preparado para ser enculado de nuevo, avisé en casa que me iba de fiesta y que seguramente no volvería hasta la mañana siguiente.

Cuando entré en el bar, estaban retrasmitiendo un partido de fútbol, por lo que había bastante clientela, entre ellos se encontraba el amigo de Bío, Chema, que la última vez me había follado después de ver como lo había hecho Bío, el dueño del café bar. Los 2 sonrieron al verme entrar, hijos de puta, seguro que me iban volver a follar los 2 aquella noche.

Los saludé quedándome en la barra justo al lado de la máquina recreativa, el partido de fútbol que retrasmitían, no me importaba, así que jugaría unas partidas en la máquina y luego si acaso, vería el resumen de los partidos de la jornada, que eso sí me gustaba e interesaba. Pedí una cerveza y me dispuse a jugar en la máquina recreativa.

Ya había acabado el partido de futbol y yo seguía jugando en la máquina, la clientela poco a poco se había ido marchando, era domingo y el lunes la gente tenía que levantarse para ir a trabajar, apenas quedábamos media docena de clientes, por supuesto que entre ellos estaba Chema, el amigo de Bío, y el muy cabrón, miraba más para mi culito que para el partido de futbol, lo mismo que Bío, el dueño del bar. Ambos tenían los ojitos que se les salían de las órbitas, a los 2 se les caía la baba mirándome como movía el culo jugando en la máquina. Estaba seguro de que esa noche ambos me iban dar una buena ración de polla.

Con esos pensamientos yo estaba ya más salido que ellos, y por encima como al pasar por casa, me había quitado el slip, el roce que me daba el pantalón tejano Levi’s que llevaba, me había puesto como un burro de empalmado, el culo me ardía de caliente que lo tenía, y el pensamiento de cómo me iban dar por el culo, me hacía estar excitado a tope.

Terminé de jugar en la máquina y me puse a mirar el resumen de los partidos que estaban dando por la tele apoyado en la barra del bar.

Ya iban dar las 11:30 de la noche cuando quedamos por fin los 3 solamente, se acababan de marchar los últimos 2 clientes. En ese momento salió Bío del mostrador, bajó la persiana y cerró la puerta del café bar.

Poneros aquí, nos dijo señalando la mesa que había al fondo del bar, así puedo ir limpiando y vosotros podéis terminar de beber y ver el resumen de los partidos, y no me molestáis.

Ambos cogimos nuestras bebidas, sentándonos donde nos había señalado Bío. Yo quedé sentado en la silla pegado a la pared y Chema el amigo de Bío, pegado a mi costado derecho. Nada más sentarnos, mientras llevaba la cerveza a mi boca para beber, Chema, colocó su mano sobre mi pierna empezando a acariciármela.

Dios, casi me hace atragantar con la cerveza, aquel tío estaba desesperado por follarme, me acababa de estrujar la polla y huevos con su mano, me estaba sobando en condiciones.

Como está nuestra nenita esta noche, me decía sin dejar de estrujarme la polla y pelotas, mmm, veo que ya estás bien excitado, ¿eh?

Coloqué la cerveza sobre la mesa, dejándome sobar por la enorme mano del amigo de Bío, me gustaba como me metía mano. La verdad es que estaba que reventaba de salido que estaba.

Como vio que no protestaba y me dejaba meter mano, este siguió con la tarea, llevó la otra mano a mi paquete, mientras que con la otra empezaba a soltarme el cinturón, vamos a ver como está nuestra nenita, me decía mientras me aflojaba el cinturón, luego empezó a desabotonarme el pantalón, hasta que consiguió meter su mano.

¡Ufff como viene nuestra nenita! Pero si nos viene sin nada debajo del pantalón, decía acercando su boca a la mía. Pasó su lengua por la comisura de mis labios, mientras con su mano acariciaba mis pelotas e iba buscando con sus dedos la entrada a mi culito.

Anda, deja que te baje el pantalón, me decía mordiéndome el lóbulo de la oreja, mientras empujaba con su mano intentando sacarme el pantalón.

Me incorporé un poco sobre la silla, dejando que me fuera bajando los pantalones. Estaba nervioso y no sabía que hacer, así que mientras Chema me bajaba los pantalones, volví a coger la cerveza y dar un trago.

Así mi amor, deja que te vea este culito y lo liberemos para disfrutar un poquito de él, mmm que cosita más rica tenemos, me decía metiéndome mano a la vez que lamía y mordisqueaba mi oreja.

Anda, se bueno y ve sacándome la polla, ya verás cómo me tienes. Me has puesto como un toro moviendo este culito cuando jugabas en la máquina, eres una nenita muy mala, ¿eh? Me decía sin dejar de meterme mano.

Mientras tanto yo, empecé a bajarle la cremallera del pantalón, metía la mano por la abertura y buscaba con mi mano la verga de aquel maduro que me estaba metiendo mano. Como no era capaz a sacarle la polla, él llevó sus manos aflojando el cinturón y bajarse el mismo junto a los calzoncillos, liberando su enorme falo.

Dios, que verga maravillosa tenía el muy hijo de puta, estaba tiesa a más no poder. No era muy gruesa, pero sí que era larga la hija de puta, la tenía tan dura que hasta se le curvaba mostrándose radiante y muy apetecible. No me había fijado la otra vez como se curvaba la polla de aquel hombre maduro, pero ahora que la veía de nuevo, la boca se me hacía agua y el culito me palpitaba por sentirla dentro mía.

Anda, mámamela un poquito y saboréala con esa boquita que tienes, que después te vamos a volver abrir el culito con ella y follarte.

Me incliné sobre su regazo, sujeté con mis manos aquella majestuosa verga, abrí la boca y me la metí en ella.

¡Ohhh! ¡ooohhh ohhh! Gimió al notar como mi boca se tragaba su rabo, ¡ohhh que boquita! ¡ohhh que boquita! Gritaba mientras yo tragaba aquella verga y empezaba a chuparla como si fuera un caramelo.

Mientras yo chupaba aquella hermosa polla, con las manos acariciaba y estrujaba los enormes huevos de aquel hombre maduro que por segunda vez me iba a dar por el culo, dejándome la semilla que aquellas enormes pelotas contenían en su interior.

Así nenita, así así, mama tu biberón. Cómetela toda, anda abre bien esa boquita y trágala toda, ¡ohhh mi amor! ¡ooohhh que gusto! Gritaba empujando mi cabeza para hacerme tragar hasta la base su enorme falo.

Mientras nosotros estábamos en plena función, Bío, el dueño del café bar, terminaba de limpiar el local. Seguro que se estaba poniendo como un burro de salido, viendo el espectáculo que le estábamos proporcionando, sentados al fondo del local.

Mientras yo le chupaba la polla al maduro, este fue sacándome la camiseta que traía, al igual que se había sacado por completo su camisa. Me acariciaba la espalda mientras yo estaba inclinado mamándole la polla y me iba subiendo la camiseta hasta dejármela sobre los hombros. Tiró luego de ella sacándomela por la cabeza, haciéndome que dejara de mamarle la polla. Momento que aprovechó para ponerme de pie y sacarme por completo el pantalón y zapatos, dejándome en pelotas por completo.

Hizo lo mismo con su pantalón, sentándose de nuevo sobre la silla, a la vez que me acercaba a él sujetándome por la cintura. Me pegó a él y cogiéndome por los cachetes del culo, llevó mi polla a su boca, engulléndola por completo de una vez.

¡Ohhh! Suspiré al notar como tragaba mi pobre polla engulléndola hasta la base, no es que mi polla sea muy grande, pero el hijo de puta aquel, tenía unas muy buenas tragaderas, se había engullido toda mi polla como si nada y el hijo de puta aún sacaba la lengua, haciéndome cosquillas en los huevos con ella.

¡Ohhh! ¡ooohhh ohhh! Gemía sujetándome a su cabeza, mientras él me comía la polla, e intentaba con sus dedos abrirme el culo.

Con las babas que iban cayendo mientras me chupaba la polla, con una de sus manos me iba lubricando la entrada a mi ano, haciendo que este se fuera abriendo, hasta que consiguió que mi esfínter cediera y uno de sus dedos se introdujera en mi culo. ¡Ohhh! Gemí al notar como entraba su dedo, ¡ooohhh! Volví a gemir al notar como hacía entrada un segundo dedo. Si aquello seguía, yo no tardaría mucho en empezar a correrme, y así se lo hice saber, ¡ohhh! ¡ooohhh ohhh! Me voy a correr, le dije.

En ese momento, dejó de chuparme la polla y con su otra mano me apretó la polla por la base, cortándome la eminente eyaculación. Luego sacó sus dedos de mi culito, me sujetó por las piernas empujándome sobre él, haciéndome que me abriera de piernas, mientras él me empujaba hacia él.

Yo me abrí de piernas, salvando la silla donde estaba sentado aquel hombre maduro que me iba a ensartar su tieso falo en mi culito, y tan pronto estuve pegado a él, me hizo sentar a horcajadas sobre su tiesa y dura polla.

Me fui sentando poco a poco, primero noté como colocaba la punta de su polla en la entrada a mi ano, y mientras me iba sentando, notaba como su polla me iba abriendo el culo e introduciéndose en mí.

Me sujetaba a sus hombros y me iba sentando poco a poco, mientras jadeaba y gemía notando como me iba entrando la polla, ¡ohhh! ¡ohhh! ¡ooohhh! Gemía mientras mi culito se iba abriendo al paso de aquella estaca que se introducía en él.

Así nenita, así, relájate y deja que te abra el culito con mi herramienta. Deja que me introduzca en ti, te folle y te deje bien preñado.

¡Ohhh que gusto! ¡ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto mi amor! Gritó al enterrarme toda su virilidad en mí.

Me había ensartado toda la polla hasta que sus pelotas pegaron en mi esfínter, teniéndome empalado en ella, sentado a horcajadas sobre él.

Dios, que sensación más placentera. Me sentía totalmente abierto y con una larga polla introducida en el culo. Al ser ensartado por aquella polla, me hizo que me abrazara desesperadamente a aquel maduro y jadeara gimiendo fuertemente. Que gusto me había dado al ser penetrado por aquella polla.

Abrazado a su cuello no paraba de gemir, más que gemidos eran gritos y lamentos continuos, ¡ohhh! ¡ooohhh ohhh! Gritaba abrazándome a él, sintiendo como mi culito se iba abriendo para dar cabida a la polla que me había ensartado.

Tranquilo, tranquilo mi amor, anda relájate y no chilles tanto que van a pensar que te estoy matando, me decía, acariciándome la espalda con sus manos, mientras con su boca me iba besando el cuello y cara, hasta que se apoderó de mis labios, los mordisqueó, saboreó, terminando por meterme la lengua en la boca.

Así, así mi amor, me decía sin dejar de besarme y saborearme con su lengua, empezando a moverme con sus manos. Me sujetaba por la cintura, haciéndome que empezase a subir y bajar, clavándome su estaca cada vez más profundamente.

¡Ohhh que gusto! ¡ohhh que gusto! Así mi amor, así, ¡ooohhh que culito! Te lo voy a dejar bien preñadito con mi leche, ya verás que gustito te va a dar.

Yo sudaba por todos mis poros, subiendo y bajando por aquella polla que me follaba el culo, dándome un placer enorme. No paraba de gemir y sujetado a sus hombros cabalgaba clavándome aquel mástil que tanto placer me estaba dando.

Mientras tanto, Bío, el dueño del café bar, contemplaba desde hacía ya un buen rato que había terminado de limpiar el bar, como su amigo Chema me sodomizaba. Estoy seguro de que tenía su polla a tope de dura, y pensaba en que pronto me iba tener en su cama.

Mientras Chema, el amigo de Bío, me follaba allí sentado, Bío se acercó a mi espalda, arrimó una silla sentándose en ella, separó un poco la mesa, y posando sus manos sobre mi cintura, llevó su boca a mi nuca, empezando a darme mordiscos. Me mordisqueaba la nuca, luego bajaba por el cuello hasta el hombro, e iba lamiéndome y mordisqueándome mientras su amigo seguía dándome por el culo.

Así maricón, así, goza y disfruta que esta noche vas a quedar bien follado. Ya verás como te vamos a dejar ese coñito que tienes, te lo vamos a dejar bien abierto y preñado, pedazo de maricón.

Ay dios, que placer estaba sintiendo cada vez que Bío me mordisqueaba la nuca y cuello. Me hacía estremecer y poner los ojos en blanco. Las piernas me temblaban, y aquella verga entrando y saliendo de mi culo rozándome la próstata, me hacía delirar y gemir de tanto gusto que estaba sintiendo, me estaban llevando al clímax del placer.

Sudaba como nunca, subiendo y bajando por aquel falo que se incrustaba en mi culo. Se podía escuchar los gemidos que daba yo, el jadear de Chema, mientras me sodomizaba, y el ruido que hacía la polla al entrar en mi culito, chof, chof chof chof. Hasta que empecé a jadear y gemir más fuerte, ¡ooohhh ohhh! Me corro, ¡ohhh! Me corro, ¡ooohhh! Me corro, me corro, Gritaba mientras me seguían dando por el culo y mordiéndome la nuca, mientras mi polla no paraba de expulsar chorros de semen.

Había eyaculado sobre el pecho del amigo de Bío, mientras este me estaba sodomizando. Dios las piernas me temblaban de tal manera, que tuve que aferrarme fuertemente a él, y en esos momentos empezaba Chema a clavarme la polla con mayor fuerza y profundidad, empezando a correrse dentro de mí.

¡Ohhh mi amor! Me corro, me corro, gritaba soltando toda su leche dentro mía.

Cuando terminó de eyacular y poco a poco fuimos recuperando el aliento, dejamos que nuestra respiración se normalizara, notando yo como su verga iba saliendo de mi culito.

Una vez recuperados, nos levantamos de la silla, Bío el dueño del café bar nos trajo papel para limpiarnos un poco, luego terminamos de beber, yo la cerveza, y así como estábamos, ambos en pelota picada, nos volvimos a sentar, ya que Bío el dueño del bar, nos había traído otras bebidas.

Bueno vamos a beber esta y luego nos vamos, dijo Bío, que quiero follarme este culito en mi cama, decía acariciándome el culo con su mano.

Después de terminar aquella ronda, nos vestimos, pagamos lo que se debía, y Bío y yo nos fuimos para su casa. Al llegar al portal donde vivía Bío, nos despedimos del amigo. Pasarlo bien nos dijo a la vez que me sobaba el culo, mañana nos vemos, le dijo a su amigo.

Vale le contestó Bío, mientras se cerraba la puerta.

Cuando llegamos al segundo piso, que era donde vivía, abrió la puerta haciéndome pasar primero, luego cerró con llave, encendió la luz del pasillo, llevándome directamente a su dormitorio. Encendió la luz, fue a apagar la del pasillo, y nada más volver, se abalanzó sobre mí.

Me abrazó por la espalda, comenzando a morderme las orejas y cuello, a la vez que me iba soltando el cinturón.

Que ganas te tengo, maricón. Me habéis puesto a tope de excitado, si no descargo pronto las pelotas, voy a tener un dolor de huevos insoportable.

Dios, era como una fiera enjaulada, no me daba tregua, ya me había aflojado el cinturón, y desabotonado parte del pantalón. Tiró de ellos hacia abajo, subió sus manos acariciándome el culo, a la vez que me subía la camiseta. Tiró de ella sacándomela por la cabeza, y antes de que pudiera moverme, volvió a apresarme con sus brazos. Me iba mordiendo la nuca, orejas y cuello, mientras sus manos me iban sobando por todas partes.

Teniéndome así abrazado, fue poco a poco dándome la vuelta, hasta que me tuvo frente a él. Entonces se apoderó de mi boca, lamió y mordió mis labios, terminando por meterme la lengua en la boca, saboreando cada rincón de ella.

Mientras yo con mis manos intentaba aflojarle el cinturón e irle quitando el pantalón, cosa que terminó por hacerlo él. En cuestión de segundos, ya se había liberado de toda la ropa. Lo mismo hice yo, terminé de sacarme los zapatos y pantalón, y antes de que me diera tiempo a colocarlos ya se volvió a abalanzar sobre mí.

Me tiró sobre la cama dejándome boca arriba, y empezó a aplicarme una placentera tortura. Con su boca iba recorriendo todo mi cuerpo. Mordía mi cuello, luego iba bajando sin dejar de lamer con su lengua. Se apoderó de los pezones, a los que mordió, succionó y retorció con sus dedos, hasta que llegó a mi vientre.

Allí empezó a pasarme su lengua, iba bajando por las ingles, mientras con sus manos me levantaba las piernas separándolas, y dejando los pies sobre la cama. Me abrió un poco más las piernas mientras me pasaba la lengua por las ingles. Empezó a morderme en la parte interna de las piernas, haciéndome retorcer de gusto y gemir mientras llevaba mis manos a su cabeza.

¡Ohhh! ¡ooohhh! Gemía agarrando su cabeza con mis manos mientras me retorcía de gusto, pero él no paraba, seguía con su placentera tortura, excitándome de tal manera, que mi polla poco a poco volvía a ponerse tiesa y dura como el mástil de un velero.

Cuando vio que me tenía bien excitado y al borde de la locura, llevó su boca a mi polla, la engulló en su totalidad, la chupó y saboreó, luego fue mordiéndome el tronco, lamió los huevos, empezando a mordisquearme el perineo. Ahí me hizo volver a dar fuertes gemidos y retorcerme de gusto. El hijo de puta sabía excitarme y ponerme bien caliente.

Pasó sus brazos por debajo de mis piernas, tiró de ellas para arriba, dejando mi esfínter más expuesto. En ese momento pensé que me iba volver loco, había llevado su lengua a mi ano, empezando a lamerlo.

Dios, entre los mordiscos que le daba al perineo, y la punta de su lengua intentando abrirme el esfínter, me estaban volviendo loco, hasta temblaba de tanto gusto que estaba sintiendo.

Ya deseaba que me diera por el culo, necesitaba que su polla me abriera el culo y lo follara, llenándomelo de leche. Necesitaba aplacar aquella calentura que me estaba martirizando.

Y gracias a dios que no me hizo esperar. Volvió a levantarme un poco más las piernas, llevándolas más sobre mi pecho, esto hizo que mi culito quedara listo para ser perforado por su verga.

Se echó más encima mía, colocó la punta de su polla en mi agujerito, empujó un poco, abriéndose mi esfínter, introduciéndose el glande.

¡Ohhh! Gemí al sentir como entraba la cabeza de su polla, ¡ooohhh! Volví a gemir cuando dio un movimiento a su pelvis, enterrándome toda la polla en el culo.

Ya está putita, ya está, ya la tienes toda dentro. No sufras más, me decía empezando a mover su pelvis, metiendo y sacando su polla. No sufras maricón, que ahora te voy a follar bien follado, te vamos a aplacar esa calentura que tienes.

Joder que pedazo de coñito que tienes, da gusto follarte maricón.

Los 2 gemíamos y jadeábamos sin parar. Ya estábamos sudando como si estuviéramos metidos en una sauna, y aquello no había hecho más que empezar.

Notaba salir y entrar su polla, los cojones golpear la entrada de mi agujerito, haciendo que sonara el clásico chof, chof chof chof chof, de su polla entrando en mi culo. Yo me sujetaba con mis manos a su cabeza dando gemidos sin parar, mientras él me iba taladrando el culo con su verga.

¡Ay que gusto! ¡ay que gusto! Que coñito más rico tienes, pedazo de maricón. Gritaba sin dejar de darme por el culo. Te voy a abrir en canal, maricón, te voy a meter hasta los cojones dentro y dejarte bien preñado.

Después de un buen rato dándome por el culo, noté como incrementaba los movimientos, dándome unas estocadas más rápidas y profundas, hasta que noté como su polla se hinchaba en mi interior, empezando a soltar trallazos de semen.

¡Ohhh maricón! Me corro, me corro, ya maricón, ya, ¡ooohhh! Me corro. ¡Ohhh que gusto! ¡ohhh que gusto! ¡ooohhh ohhh!

Quedó tumbado sobre mí, mientras tanto su polla terminaba de soltar todo el esperma en mi interior. Me había largado una buena corrida el hijo de puta, había notado por lo menos 6 trallazos de leche bañarme las entrañas.

Una vez recuperó el aliento y la respiración se normalizó, dejó que mis piernas volvieran a su posición normal, y recostándose a un costado mía, se abrazó a mí, empezando a besarme la cara y boca. Eres maravilloso, tienes un culito divino. Si pudiera te estaría follando toda la noche, pero como eso es imposible, vamos a meternos en la cama, dormir abrazaditos, y mañana por la mañana, te volveré a dar por el culo.

Nos metimos dentro de la cama, me abrazó a él, nos tapamos con la sábana y cubre cama, y así abrazado a él, quedé dormido.

Cuando me desperté, estaba abrazado por Bío, notaba su polla y huevos pegados a mi culito, y sus manos acariciarme las pelotas y pajearme la polla, mientras me lamía con su lengua la espalda.

Poco a poco fui despertándome y dándome cuenta de que estaba en la cama de Bío, el dueño del café bar, que este me tenía abrazado a él, y me estaba pajeando mientras me lamía la nuca manteniéndome pegado a él. Noté sus calientes pelotas pegadas a mi culito, y su rabo ya tieso pegado a mí.

Eché la mano hacia atrás, tocando su culo y piernas, buscaba su polla, pero él me susurró al oído, ya era hora de que despertaras, putita. Quédate así quietito anda, que te voy a follar. Quiero sodomizarte, así como te tengo, ya verás que rico se siente que te den por el culo nada más despertarte, vamos a darle el desayuno a tu tierno y caliente culito.

Llevó una de sus manos a mi culo buscando la entrada a mi ano. Una vez sus dedos encontraron mi agujerito, presionó con uno de sus dedos mi esfínter, introduciéndose un poco, yo di un pequeño quejido, pero él susurrándome al oído a la vez que me mordisqueaba la oreja, me decía, tranquilo maricón, tranquilo. Estás bien cerradito putita, pero no te preocupes, tu tranquilo que te lo vamos a lubricar para que no te duela.

Se giró llevando su mano a la mesilla, abrió el cajón, sacó una cajita de crema, y al poco rato noté como sus dedos untados en una fría crema, recorrían la entrada a mi ano. Volvió a presionar mi esfínter llevando ahora su dedo embadurnado con aquella crema y fue lubricando hasta que mi esfínter se relajó, dejando que entraran 2 de sus dedos sin ninguna dificultad.

Ya mi putita, ya estás listo, me susurraba al oído. Encoje las piernas y dame el culito, me decía. Así, así, iba diciéndome mientras me colocaba la cabeza de su polla en mi agujerito. Nada más colocó la punta de su polla en mi ano, llevó su mano a mi ingle, y mientras me acariciaba la polla y huevos con una mano, su boca me mordía el cuello, con la mano que me sujetaba por la ingle, empujó de mi culo hacia él, a la vez que movía su pelvis, metiéndome por completo la polla.

¡Ohhh! Gemí al entrarme la polla en el culo, ¡ooohhh! Volví a gemir cuando se pegó más a mí, clavándome más a fondo aquella verga que acababa de abrirme el culo.

Ya, ya está, ya te la he metido toda, ahora ya te tengo ensartado en mi polla, putita. Ahora vamos a abrirte bien este tierno culito y darle su ración de lechita. Vamos a darle el desayuno a este caliente culito que tienes.

Poco a poco empezó a culearme muy despacito, metía y sacaba su polla, mientras me sujetaba con su mano mi polla y con su boca me mordisqueaba el cuello.

Así maricón, así, ¡ohhh que culito más rico! ¡ohhh que culito! Me decía mientras me daba por el culo. ¡Ohhh que gusto! ¡ohhh que gusto! ¡Ay maricón que culito! Joder como me gusta tu culito, cabronazo.

Yo gemía enterrando mi cabeza en la almohada, y pegaba todo lo que podía el culo a aquel semental que me estaba sodomizando. Dios como me gustaba aquello, no hacía ni 3 meses que me habían desvirgado en Zaragoza, y cada vez me gustaba más que me dieran por el culo. Como había tardado tanto tiempo en probar aquella delicia.

Me gustaba aquella sensación de sentir una polla abriéndote el culo, meterse dentro tuya, y sentir como se descargaban dentro mía, dios que placer notar como me ensartaban y me poseían, aquello era maravilloso sentirse sodomizado y poseído.

Ya llevaba un buen rato siendo culeado cuando, bío, terminó por montarse sobre mí. Me colocó boca abajo, y metiendo sus brazos por debajo de los míos, colocó sus manos sobre mi nuca, me hizo abrir un poco las piernas y ordenándome que levantara un poco el culo, empezó a follarme rápido y profundo, se escuchaba el chof, chof chof chof, de su polla entrando en mi culito, y el golpeteo de sus pelotas y pelvis, pegando en mi culo.

Mientras me daba por el culo, gritaba, ¡ohhh que gusto! ¡ohhh que gusto! ¡ay maricón que gusto! ¡ay que gusto me da follarte este culito!

Yo estaba que me derretía, levantaba todo lo que podía el culito, y gemía cada vez que notaba su polla rozar mi próstata. Tenía los ojos cerrados y la boca abierta de tanto placer que estaba sintiendo.

De pronto empezó a follarme más rápido, y noté como su polla se hinchaba en mi interior, empezando a escupir trallazos de semen.

¡Ohhh que gusto! ¡ohhh que gusto! ¡ooohhh maricón me corro! ¡ooohhh me corro, me corro! Gritaba, derramando todo su esperma dentro de mí.

Cuando su polla ya no soltaba nada de semen y su respiración volvió a la normalidad, se dejó caer sobre el costado, y manteniéndome abrazado a él, empezó a pajearme, hasta hacerme correr a mí. Gimiendo y jadeando de placer, me abracé a él, y mientras le comía la boca, eyaculaba sobre él, derramando mi esperma sobre su vientre y mano.

Una vez nos recuperamos y nuestras respectivas respiraciones volvieron a la normalidad, nos levantamos y abrazado por él, fuimos los 2 al baño.

Allí nos metimos en la ducha, y después de lavarnos un poco, nos secamos, volvimos a la habitación, me dio el slip que me tenía, nos vestimos y me llevó a desayunar a la churrería que hay en la calle donde tiene el café bar.

Me invitó a desayunar, eran las 10:35 de la mañana, y después de desayunar, nos despedimos hasta el día siguiente, él ese día no abría el bar ya que era su día de descanso.

Me fui para mi casa, iba super follado, con el culo bien abierto y repletito de semen. Por supuesto con el slip que había recuperado.

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