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Ocurrio, pero se me fue de las manos. - 02

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Habían pasado diez días desde que estuve con Lucia, tenía muchas ganas de volver a verla, durante ese tiempo pasaron por mi cabeza esos momentos de sexo con ella, y día a día mi deseo de volver de nuevo  aumentaba.

Una mañana después del desayuno, salí de casa y marque su número de teléfono. No pude hablar con ella, deje un mensaje indicándole que deseaba verla y colgué desilusionado. Dos horas más tarde, sonaba la melodía del móvil, era Lucia,… ¿cómo estas Lucia, tengo ganas de volver a verte?, ¿podríamos vernos esta tarde?

―Me parece estupendo, te espero sobre las 19,00 horas, ya sabes donde vivo. – contesto.

―De acuerdo, nos vemos luego. – dije ilusionado.

Las horas me parecían interminables, en mi cabeza solo había sitio para pensar en volver a vestirme de mujer, y disfrutar como el primer encuentro.

A la hora indicada toque al interfono y su voz me saludo dándome paso al edificio. Entre en el ascensor y pulse el 8º, los nervios volvieron a mi cuerpo como el primer día, cruce el largo pasillo y fui a pulsar el timbre. La puerta estaba abierta, Lucia,… Lucia,…  la llamaba sin obtener respuesta.

Segundos después,…… pasa Carla, estoy en el dormitorio. – contestó

Cruce el salón, y entonces me percate de los ruidos que provenían del dormitorio, me pareció extraño, abrí la puerta y quede helado ante lo que contemplaba……

Sobre el borde de la cama, Lucia en la postura del perrito con lencería muy provocativa, le ofrecía su culo a un enorme señor, con musculatura de gimnasio, la enculaba de manera bestial. Ella parecía un pequeño juguete en sus manos, y la manejaba a su antojo con vaivenes de forma poderosa.

No supe que decir, mis ojos salían de sus órbitas ante tremendo espectáculo visual, no movía un solo musculo, quede atontado hasta que la masa muscular,….. Gritó.

―¡Qué haces hay parada!,….si te quieres unir al grupo, ve y cámbiate, que también tengo para ti, putón.

No dije nada, seguía aturdido y sin poder reaccionar.

―Carla cariño, anímate y disfrutemos juntas. – Dijo Lucia.

―Venga, no te lo pienses tanto y ve a cambiarte. – Volvió a hablar.

―¡Putón, si no quieres follar, da media vuelta y lárgate! – Grito él.

Desperté al grito, y como un autómata, me dirigí al baño a cambiarme para poder participar, de lo mismo que disfrutaba Lucia.

Demore mi presencia en el dormitorio más de lo debido, aun no estaba muy ducha en el maquillaje, los nervios no me dejaban hacer bien el trabajo. Incluso la cosa tan simple como ponerme medias, me estaba costando más de lo debido. Aun así, pude terminar de arreglarme y colocar la peluca como punto final, antes de salir dirigí la mirada al espejo y pude contemplar a una mujer que quería parecerlo, y que estaba aún lejos de ello. De momento era, lo que antes me nombro el amigo de Lucia, ¡putón!

Me acerque a la escena y el músculos, en voz alta me indico que pusiera a besar a Lucia. Mis nervios estaban haciendo mella, mi cuerpo temblaba y aun no estaba en lo que hacía.

―Cariño, relájate y disfruta conmigo, sé que estas un poco nerviosa, pero déjate llevar y lo pasaremos estupendo las dos. – hablo Lucia.

Respire hondo y continúe besándola, de reojo miraba la figura del hombretón que nos movía a las dos con sus envites y poco a poco termine por dejar a un lado los nervios y el pudor, para concentrarme en gozar junto a Lucia de tal espectáculo de sexo.

De comernos la boca, pase a tragarme la polla de mi amiga a petición de su enculador, yo engullía su polla boca arriba y mis ojos se estrellaban en la entrada del culo y el bombeo de la polla. Varios minutos pasaron comiendo y observando, la escena de sumisión a Lucia, de repente vi salir el enorme falo de su orificio y lo acerco a mi boca en señal de dominación hacia mí.

Lo restregaba por toda mi cara y se paraba en la comisura de mis labios, ya me encontraba súper excitada y hacia intentos sin lograrlo, de llevarlo a mi boca para comer semejante pene. Solo cuando él lo decidió, paro los movimientos para dejar que saboreara y engullera su polla por vez primera.

Yo no estaba cómoda pero no importaba, ahora no era el momento de quejarse, tenía que aprovechar cada segundo en devorar el manjar que me ofrecían. Tragaba y tragaba sin parar, intentaba introducir un poco más de carne en mi garganta, arcadas incluidas por tragar más de lo que podía.

―Lucia, este putón está bien entrenada, se ve que no es una novata, estoy disfrutando mucho con lo que me está haciendo. – dijo él.

―Ya te comente, que la comía de maravilla, que te iba a gustar lo que mi amiga Carla, mi hizo a mí el otro día. – contesto ella.

―¡Joder!, parece una profesional, que mamada más linda hace.  – dijo

―A esta solo hay que probarla por detrás, para dar el visto bueno y sacar lo máximo de ella. – comento en voz baja a Lucia.

No logre entender ese comentario, mi propósito solo estaba en   disfrutar comiendo la enorme polla. Segundos más tarde Lucia me estaba aplicando lubricante en la entrada de mi ano y momentos después tenía dos dedos dentro de mi culo, haciendo movimientos circulares para relajar mi esfínter, salian y entraban sus dedos, hasta lograr su propósito.

 Al rato ya no eran dos sino tres los dedos que se habrían paso al interior, yo estaba en máximo estado de lujuria y poco importaba lo que sucediera, solo deseaba gozar y nada me importaba con tal de obtener el máximo placer.

El señor se dio cuenta de mi estado de excitación, y dándome la vuelta puso la punta de su falo en la entrada de mi orificio anal. Lucia paso ahora a lubricar su polla y la volvió a colocar a las puertas de mi culo.

Lentamente fue empujando dentro la enorme estaca, yo relajaba mis músculos, el procuraba hacerlo despacio y yo ayudaba con mis manos para facilitarle la separación de mis nalgas, él lo agradeció y acerco sus labios a mi oído.

―Así me gusta, un putón sabe cómo ayudar a su señor en la penetración, por este gesto seré compasivo con tu culo. – comento.

Su polla se iba abriendo paso y mi esfínter se estiraba más de lo que nunca, había hecho hasta ahora. Sudores y jadeos invadían mi cara, intentaba relajarme, pero yo no estaba preparada aun para tener tanta carne en mi interior. Aun haciendo muy despacio y pausada la penetración, las molestias iban en aumento, y aún quedaba por entrar la otra mitad de tan tremenda polla. De pronto la saco y respire aliviada, tome aire y me desplome sobre la cama, solo fue un descanso liviano, Lucia volvió a lubricar mi culo y la polla, y de nuevo el, me tomo por las caderas.

Ahora la entrada fue más fácil y menos dolorosa, pero ya no pararía de embestir hasta notar sus testículos chocar con los míos. Su glande rozaba las paredes de mi próstata y ahora el vaivén era continuo. Al igual que vi hacérselo a Lucia, yo también era un juguete en sus manos, movía mis caderas a su antojo y me empalaba de principio a fin con fuertes sacudidas.

―¿Te está gustando tener una buena polla en tu culito, putón?, imagino que jamás has recibido una follada como esta. – dijo

Tenía toda la razón, me estaba gustando y además era la primera vez que me follaban de esa manera.

La penetración parecía no tener fin, era un tipo inagotable, su ritmo no decaía e incluso a veces lo aumentaba, mi culo comenzaba a padecer molestias por el tiempo y el tamaño de lo que entraba y salía del mismo.

Yo miraba a Lucia que en su estado de excitación, se masturbaba viéndome como me sometía el señor. Estando a punto de correrse, acerco su polla a mi boca, para vaciar su leche en mí garganta. En mi estado de excitación, abrí la boca y ella introdujo su pene para vaciar la enorme corrida que estaba teniendo.

Aaaaaaahhh, aaaaaaaaahhh, gemía Lucia, mientras yo no cesaba de tragar su liquido blanco. Chupaba y chupaba su polla con ansiedad, mientras el señor se dedicaba a agrandar mi esfínter, ya no había dolor ni molestias, mi excitación era tal que solo había placer y deseaba que aquello continuara. Mi polla también daba muestra del estado de excitacion en que me encontraba, su erección grande y dura no dejaba lugar a dudas.

Mi empalamiento era total, me hizo levantar mi cuerpo para que pudiera observar en el espejo de enfrente, la escena que estábamos produciendo. Yo vestida con un corsé negro y ligas unidas a unas medias de igual color, tacones altísimos negros con un filo rojo intenso, y para rematar unos pechos de silicona y una peluca hasta los hombros de color caoba. Mi maquillaje ya era un desastre después de muchos minutos de sexo y comidas de polla. Podría describirme como él se dirigía a mí en todo momento, un auténtico ¡putón!

La escena me calentó más aun y yo misma era ahora la que empujaba hacia atrás mi culo, Lucia estaba encantada de verme de esa guisa y animaba al señor a que me diera más fuerte sus embestidas.

―Que pedazo de putón estas hecha, estas gozando más que yo con la follada. – dijo

―Pues si quieres polla, te daré polla, toma,…toma,…toma,…. Ah,ah,ah,aaahh,aaaaahhh,aaaaaaaaaaaaaa…………….se estaba corriendo, y ya no había sitio para más carne en mi culo.

 Su tamaño creció dentro de mí, y notaba sus sacudidas en las paredes de mi culo, me tenía agarrada de tal forma que me era imposible hacer movimiento alguno. Su presión fue cesando al igual que la erección de su falo en mi interior,……….. Ya más relajada y con su polla aun soltando esperma en mi cavidad, me dispuse a masturbarme.

Mientras mi polla se preparaba para explotar, el me ayudaba con lamidas y mordiscos en el cuello y las orejas, al tiempo que me hablaba en voz tenue……. “has estado maravillosa, putón”.

―Dios…… dioooosss…… aaaaaaaahh……….aaaaaaaaaaaaahhhh……… mi polla explotaba y sacudía chorros de semen hacia arriba he impactaban en el cuerpo de Lucia que tenía frente a mí.

Bestial, una corrida bestial, jamás desde que practicaba sexo, incluida a mi mujer, había sentido tal placer y con tanta intensidad como en este mismo instante.

Mi sodomizador saco su falo, y mi culo relajo sus músculos, al tiempo que volvía a recuperar parte de su tamaño, porque ya no creo que pudiera volver a tener el mismo. Caí rendida hacia adelante y un hormigueo recorría todo mi cuerpo, tenía calambres en las piernas por la cantidad de tiempo que me tuvo en tensión y en una misma postura. El señor me beso en el cuello, a continuación a Lucia, se marchó al baño dejándonos a las dos, juntas y tendidas sobre la cama.

Pasarían como unos cinco minutos hasta que Lucia, me insto a levantarme y nos dirigimos al baño. Él estaba duchándose y nosotras nos quitamos las pelucas y los tacones, para unirnos con él al baño. Y con la lencería puesta y manchada de esperma, entramos y comenzamos a recibir la calidez del agua, después de una sesión de sexo desenfrenado.

Lucia comenzó a enjabonarme y yo hice lo propio con mi amiga, ella estaba feliz y lo demostraba con su sonrisa y la alegría que desprendía, mientras me acariciaba con sus manos enjabonadas. Me contagio su felicidad, y pasamos del jabón a las caricias y los besos. La intensidad de nuestras caricias aumentaba por segundos y en pleno apogeo, el señor nos separó y comenzó a comernos la boca a las dos al unísono.

Lucia se colocó detrás del señor y mientras era yo la única que recibía su lengua en el interior de mi garganta, ella se dedicó a enjabonarlo con sus manos por su espalda. Al segundo, el dejo de besarme y me insto a que siguiera a Lucia, pero por la zona delantera. Las dos parecíamos dos concubinas lavando a nuestro señor, continuamos  jabonándolo varios minutos, y como se veía venir, al final solo nos dedicamos a acariciar su culo y sus genitales. Esto dio lugar a poner el mecanismo de erección y minutos después su polla rozaba su ombligo sin necesidad de ayuda.

El señor cogió mi cabeza con sus manos y la coloco frente al glande de su pene, sin oponer resistencia mi boca se abrió, para dar paso por segunda vez en la tarde, al vástago duro y erecto del señor. Mis rodillas se posaron en el suelo de la ducha y, comencé a engullir y saborear su carne junto al gran chorro de agua que caía en mi cabeza.

El, hizo un gesto a Lucia y al momento dejo la ducha para ir y traer un banco que se utilizó para que el, se sentase y apoyado en la pared su disfrute fuera más relajado y mejor. Lucia aprovecho el cambio de posición y se unió junto a mí a la comida de su gran polla. A la vez que comíamos el glande, nuestros labios se rozaban y la excitación tanto de él, como de nosotras aumentaba. Éramos dos viciosas que parecíamos no haber comido hacia varios días, nos peleábamos por su polla como un niño por su juguete.

El ya daba muestras de que nuestro trabajo lo hacíamos bien, y al poco rato, aparto a Lucia de la comida y dejo para mí sola su manjar. Mi amiga salió de la ducha y volvió con un tarro que me lo entrego, era crema lubricante y solo podía valer para una cosa,…..…follar.

El señor aparto mi boca de su polla……., Ya sabes lo que hacer con eso, no te demores que necesito otra corrida. – dijo

―Aún tengo el culo con molestias señor, me va a doler mucho. – conteste.

―Déjate de tonterías, te he dicho que quiero descargar una segunda vez……. ¡y tu estas aquí para ser una buena puta!, así que empieza a lubricar si la quieres sin dolor. – afirmo de manera autoritaria.

No respondí, metí la mano en el tarro y empecé por mi culo, notaba las molestias, pero no había nada que pudiera librarme de ser enculada por segunda vez, pase a lubricar su polla y utilice bastante lubricante, para mitigar el dolor en la penetración.

Levante mis rodillas del suelo y dándole la espalda al señor me dispuse a ser penetrada, con mis manos habría las nalgas para facilitar su penetración y a continuación su glande se posiciono a la entrada,……dejándome caer lentamente. Mi culo comenzaba de nuevo a abrirse y ser empalado.

Intentaba respirar profundo y relajarme para mitigar el dolor, pero no era suficiente, las paredes de mi ano estaban muy irritadas y con esta nueva penetración aumentaban las molestias. Lucia frente a mí miraba de forma lujuriosa la escena, yo descendía mis nalgas poco a poco y su polla se abría paso entre las paredes de mi culo.

La mitad de ese enorme falo ya se encontraba dentro y yo me resigne a las molestias, no había otra cosa. Tenía que hacerlo y de un golpe hacia abajo, introduje toda la carne de su polla en mi interior.

― Joder, que dolor…. dije para mis adentros.

Ya estaba de nuevo empalada, ahora había que relajarse para que las molestias fuesen mínimas. No movimos un solo musculo durante un minuto, ni él ni yo hicimos el mínimo gesto por comenzar a bombear mi culo. Fui yo la inicie el movimiento de subir y bajar de forma pausada, me tenía que volver a acostumbrar a tener mi culo a tope de carne, y al cabo de varios minutos con ese movimiento tranquilo y calmado, el señor tomo la iniciativa.

Agarro mi cintura e inicio le vaivén de subir y bajar mis nalgas, cuando subía casi sacaba fuera su tremenda polla y al bajar todo lo contrario, se regodeaba y mi culo se fundía con su piel. El al igual que hice yo, comenzó de forma lenta pero eso no duro mucho, minutos más tarde, la penetración alcanzo su plenitud y el movimiento de subir y bajar era rápido y sin ninguna tregua para relajarme.

Volví a ver las estrellas con su empalamiento, el dolor aminoro y ya sentía dentro de mí el clímax al que me estaba llevando mi sodomizador. Aun con el agua cayendo encima de mi cuerpo, el sudor volvía a aparecer, al igual que los jadeos, y las ganas de introducir más aun, esa polla en mi interior.

Medio en trance estaba que no me percaté de que Lucia, grababa la escena frente a nosotros, la recrimine por lo que hacía, pero ni yo quería parar a esas alturas de excitación, ni ella hizo caso a mis miradas de enojo.

―Tranquila, que esto es solo para nosotras, luego lo vemos y nos reiremos juntas. – comento al ver mi cara de enojo.

Quise creerla y me concentre de nuevo en gozar de la maravillosa enculada que me estaba ofreciendo el señor. Momentos después comencé a notar que la polla tenía espasmos en el interior, se iba a volver a correr de nuevo.

―Me voy,…me voy…. Ahahahahaaaaaaaaaaa……….. mientras me llenaba de leche, yo apretaba mi culo contra su polla para sentir los movimientos del espasmo en mi interior.

Me agarro fuertemente por la cintura y yo sin poder aguantar un segundo más, ahahahahaaaaaaaaaaaaaaa…..me estaba corriendo sin siquiera tener el más leve roce con mi polla.

 La primera vez que tenía una corrida sin tocarme, fabuloso, fantástico…… la leche salía lenta pero sin descanso, un hilo de esperma bajaba por toda la polla hasta perderse en el suelo de la ducha.

Lucia no dejaba el móvil, atónita por lo que contemplaba, se masturbaba a la par que grababa mi escena. Yo apenas tenía fuerzas para separarme del señor, el me ayudo a ponerme de pie y en esa postura, saco su falo del culo. Me tire al suelo de la ducha, y me dedique a disfrutar en mi mente de todo lo acontecido.

El señor termino de ducharse y a los pocos minutos, se estaba despidiendo de nosotras con un beso en sendas bocas.

―Sois muy buenas putitas, la próxima vez más y mejor. – dijo

Se dirigió al dormitorio y al rato lo vimos salir vestido de forma muy elegante. Dándonos un beso con la mano, se marchó,  Lucia y yo seguíamos en el suelo de la ducha, alzamos los cuerpos y nos dispusimos a quitarnos la lencería, no sin dificultad a causa del agua.

Ya liberadas de esas prendas nos enjabonamos la una a la otra, de repente comienzo a notar algo raro en mis piernas…….. bajo la mirada y Lucia me sigue……… ¿Qué es eso que tienes sobre las piernas?.... no lo sé. – contesto

―Leche, estas soltando leche, jajajajaja……. comenzó a reír.

―Es cierto, estoy eyaculando por el culo, jajajajaja……

No era para menos, en una tarde dos tremendas corridas y por algún sitio tenían que salir.

Nos abrazamos las dos y comenzamos a reír y saltar sobre el suelo de la ducha…. jajajajajajajajaja……. ¡que putas estamos hechas! – dijo Lucia.

―Y que lo digas, nunca habría dicho que haría lo que esta tarde ha ocurrido aquí. – conteste

Terminado el vaciado del esperma, Lucia me inyecto la manguera de la ducha, para terminar de limpiar por dentro, cualquier resto de semen. El agua ya salía limpia, ahora solo había que secarse y prepararse para volver a casa.

―Lucia. – Yo me quedo tu ropa y te la limpio para la próxima vez.

―Yo. – Gracias cariño, creo que es mejor así.

Comencé a vestirme y adecentarme de hombre de casa, para volver a la rutinaria vida que estaba teniendo en el entorno de mi hogar. Lucia me hecho una última ojeada para asegurarse de que todo estaba en orden y me dio su aprobación con un último beso.

―Nos vemos otro día cariño, y espero que sea pronto, pero recuperada de las molestias que llevo en estos momentos. – dije

―De acuerdo Carla, ya nos llamamos, un beso. – Lucia

Salí al pasillo de la octava planta y pulse el botón, el ascensor comenzó a subir, una vecina salía de su casa. Nos saludamos y subimos juntas al interior.

―¿Qué tal como ha ido la tarde?. –…… no me puedo quejar, ha sido muy agradable y divertida a la vez. – conteste

Llegamos al bajo, nos dijimos adiós y marche hacia donde estaba mi coche, arranque y puse dirección a casa. Hoy ni podía ni tenía intención, de echar un polvo con mi mujer, solo deseaba recordar y descansar al mismo tiempo.

Estaba llegando, aparque  y subí para casa……………………….

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