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Karina, la hija de mi amigo

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Voy a iniciar esta historia mencionando que es una experiencia personal y que ocurrió hace 3 o 4 años aproximadamente, obviamente cambiaré nombres de los involucrados para evitar cualquier tipo de problema.

Me llamo Diego tengo 34 años de edad, considero que tengo una complexión media ni gordo ni flaco, solo falta tonificar un poco el cuerpo jajaja. Mido 1.82, cabello corto negro, barba crecida pero no a lo bruto, cuido esa parte para dar un mejor aspecto; moreno y pues con medidas promedio 15-17 cm aproximadamente…

Pues bien, todo sucedió hace cuatro años aproximadamente, recién había cumplido 30 años y como casi siempre ocurría en situaciones así entre el círculo de amigos en el que me encontraba me preparaba para festejar todo el fin de semana, iniciando el viernes que salí de la oficina y hasta el domingo por la noche. En esa ocasión además de quienes generalmente estábamos Miguel 24, Israel 36, Raúl 28 y yo; se encontraban Carmen 26, Jorge 20 y Karina 17 (prima e hijos de Israel respectivamente). A los últimos mencionados ya llevaba tiempo conociéndolos de hecho, a Karina que es la más pequeña y quien es la protagonista del relato, la conocía desde que tenía 14 años.

Siempre se me hizo una niña muy bonita pero nunca la había visto como mujer, primero por su edad y segundo por ser hija de mi amigo. Es de piel muy blanca con unos ojos enormes y una sonrisa que cautivaba a la mayoría de quienes la llegaban a ver en el negocio familiar (venta de teléfonos móviles), de cuerpo chaparrita 1.60 como máximo, de complexión media con una cintura bien definida, de cadera digamos en pleno crecimiento que enmarcaban unas nalgas que si bien no eran muy grandes estaban justas para su tamaño y definitivamente muy firmes; por último deje el mayor de sus atributos, adivinaron, unos pechos bellísimos, de un tamaño según yo muy grande para su edad pero perfectamente redondos con una caída natural y lo mejor es que a ella le gustaba lucirlos.

Casi siempre usaba blusas de tirantes o muy escotadas, como en esa ocasión. Iba vestida con una blusa de tirantes blanca de esas de licra y que son ajustadas al cuerpo, por lo cual marcaba muy bien sus pechos y su cintura, debajo, y que debo confesar me éxito bastante, llevaba puesto un sujetador de encaje blanco con toques negros y piedritas de media copa, para los que no saben esos casi siempre apenas y cubren el pezón. En la parte baja traía un leggings blanco a juego con la blusa el cual hacía que sus nalguitas resaltaran bastante, a pesar de tenerlas un tanto pequeñas, y se le marcaba una tanga de esas que son apenas dos pequeños triángulos y tres hilos.

Como lo dije antes nunca la había visto como mujer hasta esta vez, entre trago y trago la cosa se fue poniendo de ambiente en el negocio y decidimos irnos al departamento de Israel, vive solo ya que se separó de la mamá de sus hijos cuando Karina tenía apenas 2 años, los chicos viven con ella y solo visitan a su padre algunos fines de semana. Seguimos bebiendo y empezamos a cantar, después pusieron salsa, del grupo soy el único hombre que baila así que ya sabrán Fue un ir y venir entre Carmen y Karina cada cambio de canción, de pronto alguien cambio de música por reggaetón, que la verdad es el género que no tolero, y cuando estaba a punto de irme a sentar y seguir bebiendo Karina me tomo de la mano y me hizo bailar con ella, al final por su edad era la música de moda. Empezó a moverse y pegar su cuerpo al mío al tiempo que me hacía la tomara de la cintura para juntarnos aún más, de pronto se pone de espaldas frente a mi sin parar de bailar repegandome su culo, que sinceramente movía de una manera espectacular, rozando mi pene que cada vez se empezaba a poner más firme y obviamente ella no notaba, de hecho lo hacía con toda la intensión porque me volteo a ver de una manera muy picara mientras mordía su labio inferior.

Esta situación creo que no le agrado para nada a Israel, su padre y amigo mío, quien de inmediato la hizo sentarse a su lado y pidió cambiaran la música.

Debo confesar que por el resto de la noche no pude parar de pensar en ese momento y dejar de mirarla, primero por lo que me provocó, después por el escote que lucía y que por momentos no sé si intencionalmente, se agachaba delante de mí dejando ver levemente la areola de su pezón rosita.

La noche siguió y poco a poco fueron cayendo por borrachos o por cansancio, al cabo de unas horas ya solo estábamos despiertos Karina, Carmen, Miguel y yo. Fui a la cocina a preparar unos tragos más y Karina entró enseguida detrás de mí, me dijo que había ido para dejar a los otros dos solos porque al parecer traían onda y habían comenzado a cachondearse. Abrió el refrigerador y me dijo “me tomaré una cerveza porque esto se está calentando mucho” enseguida se empino delante mío dejándome ver su culo firme en todo su esplendor y la tanga marcada mucho más por el estiramiento del leggings, esta situación volvió a ponerme al 1000, ella obvio se dio cuenta y volvió a echarme esa mirada pícara mientras daba un sorbo a su cerveza.

Salimos de la cocina interrumpiendo Car y Miguel, seguimos bebiendo un rato más y al cabo de una hora más decidí irme a casa, Miguel me hizo segunda al tiempo que trataba de convencer a Carmen de que se fuera con él para consumar lo que habían iniciado, Karina me miraba con ojos de que hiciera lo mismo con ella pero a pesar de lo caliente que me había puesto me detuve principalmente por su edad, aún era menor de edad, así que solo me despedí de ella al tiempo que nos dimos un último repegon de cuerpos.

En el camino a casa no me podía quitar la imagen de su culo empinado frente a mi y la escena mientras bailábamos y me restregaba su culo en mi pene duro, en cuanto llegue a casa me lo saqué y comencé a hacerme la mejor paja de mi vida, ayudó más que me mandó un whatsapp diciéndome “que pases linda noche o lo que queda de ella” acompañado de una foto con la misma blusa que usaba pero sin sujetador, sus pezones súper marcados y lamiéndose los labios de una manera muy sexy y sugestiva.

Al día siguiente continuamos la juerga, curamos a resaca juntos y volvimos a las andadas durante el resto del fin de semana, con la diferencia de que ya no hubo insinuaciones tan marcadas, tal vez su papá le llamó la atención o solo fue estrategia de ella para mantenerme más interesado.

Después de esto mantuvimos comunicación vía whatsapp y llamadas, pero no hubo tintes sexuales, sino que empezamos como con cosas de enamorados y ondas así.

Al cabo de unos días Israel nos comentó que serían los 18 años de Karina y que le gustaría festejarle de algún modo ya que su mamá (de Karina) no pensaba hacer nada y a él se le hacía muy mala onda dejar pasar la fecha así como si fuera un día cualquiera. Pidió opiniones y pues la mayoría fueron de hacerle fiesta con sus amigos y bla bla bla, yo le comenté que alquilara una casa de fin de semana, quienes no conocen México hay una ciudad llamada Cuernavaca que es de un clima muy agradable y alquilan casas muy económicas. La idea le agradó bastante y se decidió por esa opción.

Una vez que ya tenía todo definido nos dijo a Miguel y a mi que estábamos invitados, que era más familiar la cosa, pero que Karina le había pedido nos invitara ya que nos tenía mucho aprecio. Los invitados éramos José (padre de Israel), Manuel (hermano), Sandy (cuñada), Maite (hija de Manuel), Daniela (hermana y que será protagonista de otro relato), Carmen, Miguel y yo; además de Karina, Jorge e Israel obviamente.

El cumpleaños de Karina es en junio, en esa ocasión cayó en jueves y alquiler lo teníamos de viernes a domingo así que, si adivinaron, para ese fin de semana ya sería mayor de edad…

Llegó el día, me adelante con Miguel a recibir el alquiler, preparar la nevera para las cervezas y la comida, revisar que todo estuviera en orden, comprar algunas cosas que nos hacían falta, etc. Al poco rato llegaron todos y empezamos la fiesta, debo hacer mención de que aquello era un deleite para los hombres que estábamos ahí ya que todas las invitadas incluyendo a Karina y Carmen eran dignas de admirar, unos cuerpos deliciosos que lucían con unos bikinis que uff, en la familia creo que todas las mujeres habían sido agraciadas con unos pechos enormes, además el culo de Daniela y Sandy era una cosa tan hermosa, el bikini se hundía entre sus nalgas a modo de tanga y daban un espectáculo majestuoso.

Ese día empezamos a beber y festejar, nadamos un rato, comimos, seguimos bebiendo y bailando, debo hacer mención de lo afortunado que soy de nuevo, 5 mujeres bellísimas y yo el único que baila, con tremendo grupo, baile hasta bachata y reggaetón sin bronca con tal de sentir esos cuerpos frotándose cerca de mí.

Como era de esperarse, por el cansancio de la semana y el viaje, poco a poco fueron cayendo y como a eso de la media noche ya solo estábamos los mismos 4 sobrevivientes de la velada y se nos sumaba Maite. Seguimos de fiesta tomando hasta que estaba empezando a amanecer de pronto se me acercó Karina y me abrazo de frente pegándome sus enormes tetas en mi pecho empezamos a platicar ella y yo muy cerca mientras los demás preparaban otras bebidas, cuando de repente nos empezamos a besar y nos vieron los demás con caras de sorpresa, sin embargo no dijeron nada y nosotros no paramos, me fue imposible ocultar mi erección en el short que traía puesto y Karina se me restregaba cada vez más fuerte, de pronto Miguel nos interrumpió diciendo se acabaron los cigarros, hay que ir a comprar.

Tomamos las llaves del carro y nos montamos, Miguel y Carmen adelante, en la parte trasera íbamos Maite, Karina y yo, que no parábamos de besarnos. Entonces Maite dijo yo no quiero ir con estos calientes y se pasó adelante con Carmen dejándonos más espacio para poder seguir en lo nuestro.

Se bajaron los tres por los cigarros mientras nosotros seguíamos en lo nuestro, tapados con una toalla comencé a tocar el pecho de Karina, eran una maravilla y de pronto jale el sujetador, dejando al aire aquellas majestuosas tetas, eran más lindas de lo que imagine redondas y firmes, con unos pezones bellísimos, rosas claritos y grandes, justos al tamaño de sus tetas. Regresaron al auto y las guarde de nuevo en su sujetador no sin antes dar unas pequeñas chepeteadas a cada uno.

Volvimos a alquiler de la misma manera en que fuimos, nosotros solos atrás besándonos, ya eran pasadas las 7 am y el sol ya estaba completamente fuera, bajamos del carro, nos ponemos encaminamos a la terraza donde estábamos bebiendo pero a mitad del camino Karina le hablo a Maite y le dijo “¿nos echas aguas?” Ella sonrió y respondió “están cabrones, todos duermen arriba, pero van yo les aviso” entonces Karina me jalo a un baño que se encontraba en la parte de abajo del alquiler, seguimos con los besos y cada segundo me excitaba más.

Ya dentro del baño los besos dieron paso a más caricias. Comencé a besar su cuello al tiempo que desabrochaba lo único que se interponía entre aquellas hermosas tetas y mi cara, cuando lo logre pude maravillarme con ese hermoso par bien redonditas y con unos pezones de buen tamaño en color rosa, por cierto muy duros por la excitación del momento, no me contuve más y empecé a masajear uno mientras chupaba y mordisqueaba el otro, todo un deleite.

Entre los besos, chupadas y toqueteos su excitación comenzó a ser notoria, emitía unos gemidos riquísimos y cada vez más fuertes, su mano comenzó a masajear mi pene por encima de la ropa y a ponerlo cada vez más duro. Poco a poco fue desamarrando la agujeta del short y metió su mano hasta tener mi pene en ella y siguió con los masajes, yo no paraba de besarla, chupar sus tetas, masajear su culo y tocar su pubis por encima del leggings que usaba y que ya comenzaba a dejar sentir la humedad de sus fluidos.

Ya desnudos del torso, seguimos con los jugueteos y poco a poco fui bajando el leggings dejándola solo en una hermosa tanga negra de encaje, ella hizo lo mismo conmigo solo que de un tirón me bajó el short y el bóxer, haciendo que mi pene saltara de golpe. Cuando lo vio sonrió pícaramente y dijo “se ve más grande de lo que creí” acto seguido se puso de rodillas y empezó a darle pequeños besos mientras con una mano lo recorría de la punta a la base, de los besos vinieron lengüetazos en el glande y de vez en vez lo hacía desde los testículos, de pronto me dijo “que rico” y lo metió por completo a su boca, no puedo describir con palabras lo que sentí en aquel momento.

Me dio una mamada de profesional, mamaba y frotaba mi pene con una mano, daba lengüetazos y de nuevo lo chupaba hasta que me hizo venir en su boca, fue un momento riquísimo el sentir como descargaba todo en su boca y ella lo saboreaba, después de tragar toda mi leche solo dijo “lechita por la mañana, que rico”

Seguimos en lo nuestro y era mi turno, así que la recosté en el piso y comencé a besarla por todo el cuerpo, acariciaba sus senos y su coñito por encima de la tanga, la cual fui bajando poco a poco hasta quitarla por completo, aquello era una vista maravillosa, sus enormes senos apretados por ella misma entre sus brazos y su sexo expuesto por completo solo para mi. Lo tenía depilado casi por completo, solo una línea muy delgada adornaba su pubis justo como modelo de revista para caballeros. Después de morderse el labio inferior me dijo con un tono muy cachondo “te gusta? Lo arregle así para ti” aquellas palabras me encendieron por completo, la hija de uno de mis mejores amigos que recién alcanzaba la mayoría de edad planeó cogerme quién sabe durante cuánto tiempo…

Estaba completamente excitado, las palabras de Karina me pusieron a mil y luego aquella vista inmejorable, así que comencé a comerle el coño por varios minutos, al mismo tiempo mi pene se empezaba a recuperar y tomar fuerza de nuevo, chupaba su clítoris, notaba cuanto lo disfrutaba por sus gemidos, como se retorcía y un squirt que tuvo, mojándome toda la cara.

Fue entonces que recibí mi señal, así que me incorporé, me arrodille entre sus piernas y de un golpe penetré su coño, incomparable la sensación; si bien ya no era virgen y tenía su experiencia, lo estrecho de su vagina era una maravilla, sentía todo su calor y su humedad, las contracciones de sus paredes cada vez que la embestía, rodeo mi cintura con sus piernas y me apretaba para que lo hiciera con más fuerza, pasamos a una posición diferente. Me senté sobre el retrete, cerrado con su tapa obviamente, y entonces ella se paró sobre mi con las piernas abiertas, se chupo los dedos abrió su vagina y me monto como toda una profesional, me demostró todo lo que sabía hacer, sus movimientos aunque un poco torpes eran de buen ritmo y lo más importante es que ambos lo estábamos disfrutando.

Una vez que descanse un poco decidí ponerla en cuatro puntos, la imagen de aquel culo desnudo empinado frente a mi es una imagen que hasta el día de hoy tengo fijada en mi mente, me arrodille detrás de ella y comencé a penetrarla de nuevo, primero suave, poco a poco fui subiendo la intensidad hasta que lo estaba haciendo de una manera tan fuerte que la hice gritar tan fuerte que Maite corrió a preguntar si todo estaba bien y recomendarnos le bajáramos a los ruidos porque ya no tardaron en despertar los demás. Le hicimos caso pero sin dejar de follar como se debe.

Cambiamos de posición nuevamente, esta vez ambos parados ella recargada en un tocador y yo detrás de ella, apenas comenzábamos el vaivén cuando Maite toco y nos dijo “ya apúrense porque mi tío (Israel) y mi abuelo ya se levantaron” fue entonces que tuve que apresurar la marcha, las embestidas eran con fuerza pero mucho más rápido que antes buscando terminar lo más pronto posible para evitar ser descubiertos, fue más excitante ya que para evitar que gritara de nuevo con una mano le tape la boca mientras que con la otra la rodeaba por la cintura para que recibiera con más fuerza las embestidas, le dije “ya casi acabo me voy a salir” y entonces escuche las palabras mágicas “no lo saques, termina adentro”, estas palabras me excitaron tanto que acelere el paso y de pronto le deje ir toda la leche caliente que me quedaba, el sentir los espasmos de su cuerpo a la vez que se le doblaban las piernas me hicieron entender que había hecho un buen trabajo.

Nos volvimos a vestir, salió ella primero del baño y yo me quede encerrado porque Israel ya había bajado y no debíamos levantar sospechas. Nos juntamos todos a desayunar en la mesa del patio y comenzamos a hablar de la buena fiesta de la noche anterior, Algunos con resaca, otros desvelados por la fiesta, pero había alguien que no pudo dormir y fue testigo silencioso de todo lo ocurrido esa madrugada.

Continuará...

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