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Una putita más para la biblioteca

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Como recordaran trabajo como bibliotecario en una escuela en México D.F., y ya he tenido varias experiencias sexuales en mi empleo.

Ahora fue con una alumna de esta escuela la cual actualmente cursa el 5 semestre de la licenciatura en relaciones comerciales, se llama Sandra, ella es morena un poco alta, delgada, tiene unos senos pequeños pero muy exquisitos, unas caderas que de verdad amigos están muy ricas.

Bueno pues todo inicio cuando ella entro llorando a la biblioteca, y la atendí me dijo que necesitaba llorar porque acababa de tener una discusión con su novio, le preste como todo caballero mi hombro para que desahogara, me platico a grandes rasgos lo que le había sucedido, y al final de su plática me dijo que quería pagarle con la misma moneda a su pareja. A lo cual yo estaba más que dispuesto a ayudarle pues desde que nos hicimos amigos siempre me ha gustado.

Empecé con lo clásico que hago cuando tengo un encuentro sexual aquí en la biblioteca, cerré la puerta con llave y apague las luces de la sala de estudio, dejando prendidas únicamente las del acervo.

Cuando terminé la abracé tiernamente, nos empezamos a besar, baje a acariciarle sus nalgas, su cintura, iba subiendo con mis manos por todo su cuerpo, empecé a quitarle su chamarra, ella me iba quitando mi saco, cuando terminó de sacármelo, me bajo el cierre de mi pantalón y extrajo de su prisión mi verga que ya estaba completamente erguida, y dura, lista para que ella la disfrutara.

Yo seguí desnudándola, le quite su blusita y su brassier, cuando empecé a bajar su pantalón me di cuenta que traía una pequeña y diminuta tanga que apenas si le tapaba su conchita, pera este momento ella tenía varios de sus flujos vaginales deslizándose por sus piernas, baje de inmediato a lamer esos líquidos tan deliciosos, subí lentamente por entre sus piernas hasta llegar a su monte de Venus, la senté en una mesa, le abrí las piernas, y empecé a jugar con su clítoris, ella empezaba a gemir muy rico, y eso es algo que a mi prende aún más, estaba yo en mi labor con su conchita cuando sentí que ya le venía un tercer orgasmo, se bajó de la mesa, y me senté en su lugar entonces empezó lo mejor, me regaló una mamada de campeonato, pues se metía toda mi verga a su boca, sentía mis testículos como golpeaban con su barbilla.

Estaba mamando tan rico, que hizo que mi eyaculación tardara mucho más tiempo, cuando ella sintió que estaba ya a punto para ser penetrada, se saco mi verga de la boca, y se puso recargada contra la pared y con las nalgas paradas, era un espectáculo maravilloso, su culo a mi disposición listo para ser taladrado por mis 21 cms. Empecé a jugar con la cabeza de mi verga con su concha, la fui metiendo lentamente, para no lastimarla, ella solo emitió un leve gemido, ya cuando tenía media verga dentro me pidió que se la dejara ir de un golpe.

Y así lo hice le metí hasta la empuñadura, y empezó el mete y saca, estuve bombeándola casi 15 minutos, en diferentes posiciones, Sandra llevaba casi 3 orgasmos más, y quería tener más aunque no lo crean estimados lectores, entonces para esto me pidió que se la metiera por el culo, ella era virgen de ahí, y quería que yo la enculara, empecé a lamer un poco su ano para dilatarlo un poco, le metía uno o dos, hasta que lo sentí ya dilatado empecé a tratar de meterle mi verga, poco a poco, se la iba metiendo y ella solo atinaba a morderse los labios del dolor, hasta que me dijo "métela rápido cabrón enculame papito, metela hasta el fondo" y así fue, se le metí de un golpe, podía sentir como mis huevos pegaban con sus nalgas, su culo me apretaba demasiado mi verga que sentía que me iba a venir en su culo, así estuvimos como 5 minutos, cuando ya me iba a venir, me salí de ella, y le puse mi tranca en su boca, todavía alcanzó a mamarme un poco cuando termine dentro de su boca, le mandaba muchos chorros de caliente leche, que ella tragó casi en su totalidad, solo dejó escapara dos hilillos de semen por las comisuras de sus labios, mismos que ella limpio con sus dedos y luego los chupo.

Nos levantamos, nos vestimos y nos volvimos a besar, no sin antes decirme ella, # quiero que seas mi verga personal y de nadie más, quiero que me cojas cuando quieras y cuando yo quiera, esta verga (me agarro de mi verga sobre mi pantalón), es para mi ", a lo que respondí, claro preciosa cuando gustes, sabes que aquí estaré esperando para darte tu ración de verga.

Sellamos el pacto con un rico beso, se despidió de mí y salió de la biblioteca.

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