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La Coronela

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Todos los viernes los amigos del motoclub nos reunimos en un bar a pasar un rato agradable, cerveza, platica y diversión, ese viernes estábamos varios platicando en la barra del bar cuando llegan cinco mujeres maduras piden una mesa cerca de donde estábamos nosotros, al parecer estaban festejado se les veía muy animadas al rato de para una de ellas buscando los sanitarios los cuales estaban ubicados cerca de la barra cuando pasa por nuestro lado vemos a una mujer con un cuerpazo  que cualquier jovencita envidiaría, viendo la cara que pusimos coquetamente  nos sonríe siguiendo su camino, al regresar vuelve a sonreír al sentarse en su mesa sigue la plática con sus amigas solo que ahora volteaba constantemente hacia nosotros en una de esas levanto mi cerveza saludándola se sonríe así estuvimos un rato hasta que sus amigas se fueron retirando quedando únicamente ella y otra amiga un compañero y yo nos acercamos hacerles platica, nos presentamos me dijo su nombre Beatriz su amiga Lorena al cabo de unos momentos ya estábamos sentados con ellas platicando en la plática salió que era coronel retirado del ejército total que después de un rato su amiga le dice que es hora de retirarse antes de irse le pase mi numero de cel. Diciéndole si van a seguir la fiesta me invitan.

Las dos pagaron su cuenta y se retiraron mientras nosotros regresamos con el grupo siendo ahora el tema lo buena que estaba la mujer con la que yo estaba platicando en eso recibo una llamada era Beatriz.

Yo –Que tal Beatriz

Beatriz-  quería quedarme un rato mas pero mi amiga ya tenía que irse y si me quedaba sola platicando contigo les daba de que hablar.

Yo- ¿que planes tienes? ¿Ya vas a tu casa? o me aceptas una cerveza en otro lugar.

Beatriz-  acepto la cerveza  pero en otra ocasión.

Yo- bien, tienes mi número, cuando gustes.

Así  quedamos nos despedimos pensado que ahí quedaba todo, durante la semana los compromisos de trabajo me traían ocupado, el día jueves recibo una llamada era Beatriz.

Beatriz- ¿hola como estas? ¿Pensaste que no te llamaría verdad?

Yo- honestamente pensé que no te acordarías pero me da gusto saber de ti

Beatriz- la pensé en llamarte pero al fin me anime, casi siempre estoy sola mis hijos en sus actividades y mi marido constantemente fuera de la ciudad en comisiones.

Yo- que bueno que llamaste por cierto estamos pendientes con la invitación a tomarnos la cerveza.

Beatriz- me encantaría pero no quiero que me vean porque voy a tener problemas.

Yo-  solo hay dos opciones una es que vayamos a mi departamento y la otra que también es arriesgada a un motel.

Beatriz- que lanzado eres pero tienes razón, mejor  vamos a tu departamento si no tienes problemas.

Yo- no hay problema, te doy la dirección y nos vemos a las 6pm.

Beatriz – ok ahí te veo.

El día se me hizo larguísimo, me desocupe temprano prepare algunos bocadillos y puse la cerveza a enfriar, puntualmente suena el timbre del departamento, al abrir la puerta ve a Beatriz con un vestido casual mostrando su bien formado cuerpo, nos damos un beso de saludo haciéndola pasar se sienta en la sala mientras voy a la cocina a llevarle una bebida al acercarme me dice tócame el pecho para que sientas mi corazón.

Yo – a ver, poniendo mi mano en su pecho le digo se te va a salir el corazón

Beatriz- estoy nerviosa es la primera vez que estoy con otra persona que no sea mi esposo.

Yo- tranquila si te sientes incomoda nos tomamos la cerveza y no pasa nada.

Beatriz se pone de pie mirándome me dice ¡es que deseo que pase!

La tomo de la cintura acercándola hacia mí la beso  mientras mis manos se posan en sus trasero apretándola, esa fue la primera sorpresa tenía unas nalgas duras, al besar su cuello gime despacio ahora mis manos están bajándole el cierre del vestido sin dejar de besarla empiezo a deslizarlo  ella se separa un poco para facilitarlo dejando caer al piso su vestido, ahí estaba la segunda sorpresa.

Ante mis ojos estaba parada una mujer madura con su hilo dental y zapatillas se veía realmente deslumbrante, sus senos pequeños con unos pezones obscuros totalmente erectos, unas piernas torneadas realzadas por sus tacones y un trasero impresionante.

Con delicadeza comencé a besar su cuerpo, sus senos pequeños contrastaban con la dureza de sus pezones, los lamia, los chupaba sintiendo como Beatriz iba excitándose mas y mas  incluso ella me empezó a quitar la ropa desesperadamente hasta  quedar desnudo le digo al oído ¡tranquila primero  yo te voy a comer todita!

Quería apreciar su cuerpo, quería dejar esa imagen grabada en mi mente así parada como estaba me puse por detrás de ella abrazándola bese el cuello, su espalda,  al llegar  mis manos a su trasero recorrieron todo el contorno de sus nalgas bajando por sus piernas confirmando que tanto sus nalgas como sus piernas estaban macizas uuufff.

Tomándola de la mano la llevo hacia el cuarto sentándose en la orilla de la cama me mira, me toma de las caderas  mientras acerca su boca a mi verga introduciéndola toda hasta la garganta, que manera de mamar de esta mujer estaba usando su boca como si fuera una vagina haciéndome ver estrellas hasta que le digo que pare antes de que me haga venir, la recuesto con sus piernas fuera de la cama empiezo a besar sus piernas primero una y luego la otra llegando hasta su conchita abro sus piernas para situar mi boca en su depilada rajita, penetro su rajita con mi lengua arrancándole gemidos entonces empiezo a lamerle todo hasta que con mis labios atrapo su clítoris succionándolo suavemente pasando la punta de mi lengua delicadamente por su botoncito estimulándola  a tal punto de tenerla gritando de placer impulsado por sus gritos  le entierro  dos dedos en su concha provocándole su primer orgasmo.

Con voz entrecortada me dice Beatriz- Tenia tiempo que no me venía tan rico.

Yo- No hemos terminado apenas vamos comenzando.

Beatriz- soy toda tuya, haz conmigo lo que quieras.

Agarro una almohada el pongo bajo su trasero subiéndole las piernas le entierro mi verga hasta el fondo haciéndola gemir empiezo a bombearla rápidamente y después despacio controlando el ritmo para no venirme quería hacerla disfrutar.

Beatriz- dame más, no pares, que rico me coges.

No quería venirme quería ponerla en cuatro para ver su trasero siendo ensartado por mi verga así que pare un momento para cambiar de posición la tome de las caderas y se la metí lentamente viendo como ese imponente culazo alojaba  toda mi verga y sin demora empecé a cogerla con fuerza, sus nalgas chocaban con mi cuerpo hasta que no pude aguantar más soltándole el chorro de leche en su interior.

Beatriz gritaba - dame toda tu leche, llénala que mi concha quiere leche.

Al sentir lo caliente del semen en su interior hecho su trasero hacia atrás mientras estaba teniendo otro orgasmo, movía su culo hacia los lados, hacia atrás queriendo sacarme hasta la última gota, se tira en la cama y me recuesto a su lado acariciándola así estuvimos un rato hasta que agarra mi flácida verga y la empieza a menear para ponerla dura.

Beatriz – ahorita te la pongo dura quiero que me cojas otra vez.

La metió en su boca empezando a darme una mamada fenomenal, me chupaba hasta los huevos hasta que me la puso dura como fierro.

Beatriz- así me gusta ahora me la voy a enterrar todita  te voy a sacar hasta la última gota de leche, la quiero toda.

Enseguida abre sus piernas montándose ella sola se clava mi verga hasta el tope moviendo su trasero ágilmente empieza a cogerse mientras sentía como mis huevos estaban empapados por nuestros flujos.

Yo- para un momento y date la vuelta quiero ver como tu culo se devora mi verga

Así que dándome la espalda vuelve a ensartársela y continua moviéndose frenéticamente agarra sus pezones, los aprieta gritando, gimiendo con su orgasmo al sentir toda su excitación me calienta a madres.

Yo-  sigue moviendo el culo que me voy a venir.

Viendo como mi verga era devorada con rapidez hizo que me viniera  llenándole  nuevamente de leche su interior.

Quedamos los dos agotados pero contentos, no fue la última vez que tuvimos sexo seguimos viéndonos durante varios años hasta que tuvo que cambiar de ciudad.

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