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Elixir del Sexo 01

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Siempre he estado enamorado de mi madre, desde que tengo uso de razón ella ha sido el ideal para mí y desde mi despertar al sexo, se convirtió en una obsesión, una obsesión física, mental y emocional, pero sobre todo física. La primera vez que se me paro la verga fue viendo a mi mama desvestirse y puedo decir que casi todas las erecciones posteriores y hasta la fecha, han sido viéndola a ella o pensando en ella, imaginándomela en todas las situaciones sexuales posibles.

Siempre me ha gustado espiarla cuando se baña, cuando se viste, cuando se desviste, cuando se acuesta, y en general en todas las ocasiones que tengo para admirar su cuerpo, pero jamás he tenido ningún tipo de acercamiento sexual con ella, pero pienso que ella se imagina mi sentimiento y naturalmente trata de evitar dentro de lo posible los contactos prolongados conmigo.

Mi mama se llama Fátima, tiene actualmente 38 años de edad, y esta como para comérsela, piel morena, pelo oscuro, sonrisa encantadora, chiches grandes, cintura breve y un culote que me ha dejado pasmado y caliente las pocas veces que he podido verle sus nalgas. Yo me llamo Daniel y tengo 18 años de edad y mis hermanas Dorothy y Alicia tienen 20 años, ellas son gemelas mayores que yo. Mi padre murió hace 6 años y desde entonces mi mama no ha tenido ningún hombre, por lo menos que la familia lo sepa o lo conozca.

Me he acostado con un par de chicas compañeras de la escuela, quizás tratando de sustituir el amor hacia mi madre con el amor de otra mujer, pero todo ha sido inútil, ha sido un completo fracaso, no me llaman la atención, no me atraen físicamente, con trabajos se me para la verga cuando estoy con ellas y el placer es prácticamente nulo. No siento emoción ni deseo carnal.

Yo entiendo perfectamente que mi situación no es normal, que probablemente estoy enfermo y que quizás necesite ayuda profesional, pero no quiero, si estoy mal me acepto como estoy, y si estoy enfermo no quiero curarme, lo único que deseo ardientemente es tener a mi mama encuerada y en mi cama, y hasta que eso no suceda no voy a poder estar tranquilo de ninguna manera.

Y en esto es que llegó a mis manos aquel periódico con aquel anuncio. Lo encontré en un periódico vespertino, de esos amarillistas que solo tienen noticias de accidentes y desgracias, y en la sección de clasificados fue donde lo vi, el anuncio que cambiaría mi vida decía:

 

EL ÚNICO Y VERDADERO BRUJO DEL AMOR

NADA NI NADIE ROMPERÁ SU FELICIDAD

AMARRE GENITAL PERFECTO

A ESE SER AMADO LO PONGO EN TUS DOMINIOS AL INSTANTE

HÁBLAME Y TE CONVENCERÁS

TELEFONO XXXX-XXXX

 

Naturalmente yo no creía en brujos ni en nada por el estilo, para mi todos ellos eran charlatanes que únicamente se dedican a esquilmar a la gente creída y tonta. Pero dicen que el náufrago se agarra a cualquier madera con el fin de no ahogarse, y en ese momento yo era un náufrago dentro de la ceguera de mi pasión y estaba predispuesto a asirme a cualquier madera y ese anuncio parecía ser la única madera que estaba a mi alrededor.

De manera que me decidí y hable por teléfono al consultorio del brujo del amor, me contesto un tipo que lo único que hizo fue darme la dirección, aclararme el costo de la consulta y decirme que para cualquier cosa que quisiera yo saber tenía que ir personalmente al consultorio. Y fui.

El lugar era de aspecto pobre, en un barrio pobre, y el brujo más que pobre parecía un vago, pero cuando lo oí hablar me di cuenta que su poder no estaba en su vestimenta sino en su mente. Y en fin que para no hacerles el cuento largo, me pregunto mi problema sin pedirme nombres, me pregunto si mi situación era puramente sexual o de amor, le conteste que era solo sexo lo que yo quería, y me dio un pequeño frasco de 10 ml con un líquido ambarino.

-Le vas a dar esto a la mujer o a las mujeres que quieras –me dijo el brujo- solamente tres gotitas de este líquido y eso bastara para que se rinda a tus pies pidiéndote sexo, no tiene sabor ni aroma, por lo que se lo puedes dar en café, en refresco, en la sopa, o en lo que se te ocurra, pero recuerda que deben de ser solamente tres gotitas, si te pasas por una no hay problema, pero trata de no pasarte.

-¿Y está usted seguro de que funcionara?

-Claro que funcionara, te lo garantizo al 200%: si no funciona te regreso el doble de tu inversión.

-¿Y no es dañino?

-De ninguna manera, es totalmente natural, está hecho de hierbas. Es tan inofensivo que hasta puedes usarlo en mujeres embarazadas.

¿y cuánto tiempo dura el efecto?

-Un mes, o sea 30 días, si quieres alargarlo tendrás que darle otras tres gotitas uno o dos días antes de que termine el mes.

-¿entonces si se puede usar en más de una mujer a la vez?

-Lo puedes usar con todas las mujeres que quieras a la vez y ten la seguridad que con todas te funcionara, pero ten cuidado porque la mujer se enamorara del primer hombre que vea, de manera que trata de ser tú.

-¿Y cuánto tiempo tarda en hacer efecto?

-Casi de inmediato, no más de cinco o diez minutos como máximo.

-Se me hace muy raro –le dije al brujo- que algo así pueda realmente funcionar, ¿no me estará usted tomando el pelo para estafarme?

-Esto no es un artículo de fe, si lo quieres lo llevas, si no lo quieres no lo llevas, yo no te fuerzo a nada.

La verdad ¿Que tenía que perder? Prácticamente nada pues el precio del elixir era muy económico, así que decidí comprarlo y arriesgarme, total, si no servía, pues simplemente lo tiraría y todo estaría olvidado.

Y llego el gran día. Mis hermanas se habían ido a estudiar a otra ciudad y yo viviría solo con mi mamá.

Era un viernes por la tarde, día primero de mes, esto con el fin de no perderme en la cuenta de los días en caso de que aquello realmente funcionara. Mi mama llegaba a las cuatro de trabajar y para esa hora yo ya estaba en la casa, ella siempre al llegar se servía un vaso con agua simple y se lo tomaba, pero esta vez yo le prepararía el vaso, de manera que de antemano escogí el vaso y le puse las tres gotas, agregándole una más para asegurarme y deje el vaso junto a la jarra de agua, ella podía tomar ese vaso o tomar otro, eso ya sería cuestión de la suerte. Yo estaba nervioso y con miedo, sobre todo por la incertidumbre de no saber lo que iba a pasar, pero estaba decidido.

Mi mama llego poco después de las cuatro, me saludo, dejo su bolsa en un sillón y se fue a la cocina, yo fui tras ella sin que me viera para saber lo que pasaba, y la vi., tomo el vaso que estaba junto a la jarra y se sirvió, se lo tomo completo y se volvió a servir otro medio vaso y también se lo tomo.

Ya estaba hecho, ya no había marcha atrás, yo me regrese a la sala y me senté en el sillón para ver la tele, y esperar, esperar para ver qué es lo que sucedía.

Como a los cinco minutos vi. a mi madre salir de la cocina para dirigirse a la recamara seguramente para cambiarse de ropa como lo hacía siempre, se paró en la puerta de la recamara y note que me miraba fijamente, entro en el cuarto y casi de inmediato la vi regresar vestida con la bata que usaba en casa, yo hice como que no la veía y ella regreso a la cocina para calentar la comida.

Diez minutos después escuche que me llamaba y fui a la cocina, al entrar la vi frente a la estufa dándome la espalda y quede sorprendido, había escogido la bata más transparente de todas las que tenía y no llevaba nada debajo, estaba desnuda bajo la bata. Ella nunca había andado así por la casa, ni siquiera cuando estaba sola, y me entro un ligero temblor con la convicción de que el elixir si había dado resultado, no sabía qué hacer y me quede parado en la puerta. Ella volteo la cabeza y me dijo:

“Ya casi esta lista la comida mi amor, te estoy preparando una carne asada, por favor prepara la mesa corazón”.

Aunque normalmente me dice apodos cariñosos me llamo la atención que esta vez los dijo de forma distinta. En la cocina tenemos una pequeña mesa que es donde generalmente comemos, puse los manteles y los cubiertos y me recargue de espaldas sobre el refrigerador para esperar que terminara. Ella me vio y como si fuera la cosa más natural del mundo fue hacia mí y dándome la espalda me recargo su culo y lo fricciono suavemente contra mi verga a la vez que dulcemente me decía:

“Te falto poner la jarra con agua y los vasos, si no haces las cosas bien voy a tener que castigarte.”

Mi verga se paró como un resorte y estaba a punto de ponerle las manos en las caderas para guiar su movimiento cuando se me despego y regreso a la estufa para comenzar a servir.

Durante la comida no pasó nada raro salvo el hecho de que se me quedaba viendo muy insistentemente, ella estaba sentada frente a mí y en un momento dado la bata se le abrió por el frente dejando a la vista casi la totalidad de sus hermosos melones, ella se dio cuenta que yo la veía pero no hizo nada por cubrirse, solo sonrió y siguió comiendo como si nada pasara.

Cuando terminamos, me dijo que se sentía cansada y que tenía ganas de ver la televisión un rato, que si quería yo acompañarla, le dije que si y nos dirigimos a la sala. Ella se sentó en el sofá grande y yo en el individual, se recostó en el mismo y la bata casi se le abrió por completo dejando ver gran parte de sus blancos muslos, yo hice como que no la veía y trate sin lograrlo de concentrarme en la televisión, unos minutos después me dijo:

-Hoy si vengo verdaderamente cansada, tuve que caminar mucho en el trabajo, ¿hijo me harías un favor?

-Claro que si mama, lo que quieras –le conteste.

-No quiero abusar de ti cariño, pero me sentiría muy bien si me sobaras un poco los pies.

Sin pensarlo me levante del sillón y me senté en el sofá en donde ella retiro un poco los pies para dejarme lugar, puso sus pies sobre mis piernas y yo estaba casi paralizado de la emoción y no sabía cómo empezar, ella dándose cuenta de mi turbación, me dijo:

“Sóbalos suavemente con las dos manos por arriba y por abajo.”

Comencé a tocar sus hermosos pies a la vez que veía de reojo sus muslos y su panochita pues la bata ya se le había abierto casi por completo, no pude aguantar mas y mire descaradamente hacia sus muslos, ella se dio cuenta pero pareció no darle importancia, cerró los ojos como si estuviera a punto de dormir pero su respiración denunciaba que no tenía ninguna intención de hacerlo, yo seguí en lo que estaba haciendo y ya tenía la verga completamente parada, mi mama con un movimiento que quiso parecer distraído puso uno de sus pies sobre mi camote y lo empezó a sobar lentamente, esto me dio valor y comencé a subir mis manos sobre sus tobillos llegando hasta sus pantorrillas, ella levanto los pies y me los puso en la cara, yo no me hice del rogar y me puse a besarlos y a lamerlos a la vez que seguía sobándole las pantorrillas, y me aventuraba por sus muslos, así estuvimos por un rato. Después de unos minutos ella se sentó pegada a mí, me abrazo y acariciándome la cara me dijo:

-Yo sé que me deseas hijo, he notado cuando me espías al bañarme o al vestirme, y te lo he permitido y nunca te he dicho nada porque yo también te deseo, tengo muchos años sin tener un hombre y deseo sentirlo, pero me da pena contigo, de manera que se me ha ocurrido algo, si tú quieres hacerlo me ayudaras a entregarme sin sentir tanta pena.

-Yo haré lo que tú me digas mama.

-Está bien, me voy a meter en mi recamara y te espero en diez minutos, me encontraras con los ojos tapados, yo no haré ni diré nada, pero tu podrás hacerme todo lo que tú quieras, ¿de acuerdo?

-¿todo lo que yo quiera? –le pregunte.

Todo lo que tú quieras y en la forma que quieras.

De acuerdo -le conteste.

Ella se levantó y caminando lentamente se fue a su recamara, yo estaba asombrado, todo había salido mejor de lo que había esperado, ella estaba dócil y dispuesta a entregarse y con esto realizar mi sueño de tantos años. Espere los diez minutos y fui a la recamara.

Abrí la puerta y los ojos se me hicieron más grandes, ella estaba acostada en la cama, boca arriba los ojos tapados con el antifaz que usa para dormir, y totalmente desnuda. Me acerque y me senté junto a ella y suavemente la comencé a acariciar desde sus hermosos pies hasta su pelo sin dejar un solo centímetro de su piel sin tocar, le bese los pechos y le chupe los pezones y le acaricie la panocha metiéndole dos de mis dedos mientras ella gemía un poco. No pude aguantar más y me desnude rápidamente, con mi pene totalmente parado me situé sobre sus piernas y se lo metí sin compasión y ella a pesar de estar lubricada, dio un brinquito y un pequeño grito, y después se dejó llevar. Me recosté sobre ella y me moví rápidamente tardando solo unos pocos minutos en venirme, explote de placer casi de inmediato supongo que por el deseo largamente reprimido. Me separe y me recosté junto a ella besándole los labios.

-me vine muy pronto –le dije- no me pude aguantar, pero te prometo que el próximo lo gozaras más.

-no te preocupes, yo también estoy segura de que en el futuro lo haremos mejor– me contesto ella a la vez que con su suave y dulce manita me acariciaba la verga.

Yo seguí besándola y acariciándole las chiches y la espalda y las nalgas y las piernas y el culo y la panocha y todo lo que alcanzaba yo a acariciarle. Ella se sentó en la cama y sin quitarse el antifaz, con su boca busco mi verga, la encontró y se la metió y comenzó a chupármela toda desde los huevos hasta la punta, la lamía y la besaba, creo que realmente la disfrutaba.

Al poco tiempo tuve la verga de nuevo totalmente parada, se la saque de la boca y la puse boca abajo, admire y acaricie sus nalgas con las ansias de quien tanto había deseado algo y hasta entonces no había podido tenerlo, sus nalgas eran suaves y redondas, grandes y paraditas, le toque su culo y ella paro más sus nalgotas, se lo acaricie y le metí suavemente un dedo y lo moví dentro de su agujerito, era suave como un guante de seda y totalmente apretado. Me puse sobre ella y le metí la verga por la panocha, tuve la tentación de metérsela en el culo, pero me aguante sabiendo que ya tendría ocasión de hacerlo muy pronto y no quería apresurar las cosas ni echar a perder lo que ya había ganado, pues no sabía cómo iba ella a reaccionar, en ese momento yo ignoraba a ciencia cierta que ella estaba totalmente a mi merced para hacer cualquier cosa que yo quisiera.

Se la clave hasta el fondo y ella ayudo abriéndose las nalgas con las dos manos a la vez que las paraba lo más que podía ya que tenía todo mi peso encima, metí las manos abajo de ella y le acaricie las tetas, ella gemía y se movía, me decía lo rico que sentía y me pedía más, que no se la sacara y que la inundara con mi leche. Estuvimos más de media hora en esa posición hasta que el estímulo de sus nalgas y lo apretado de su panochita me hicieron venirme de nuevo, por segunda vez estallo la bomba blanca en su interior, fue una enorme cantidad de leche que había sido guardada para esos momentos, ella grito y se relajó, yo me sentí feliz y después de terminar me deslicé hacia un lado quedando boca arriba con la vista perdida en el techo de la habitación.

Debido posiblemente a la laxitud de mi cuerpo por el placer recibido, sin quererlo me quede dormido, pero no por mucho tiempo, quizás menos de una hora, y cuando desperté, ella estaba con la cabeza sobre mi estómago chupándome solamente la punta de la verga, ya se había quitado el antifaz y cuando noto que yo despertaba se recostó junto a mi abrazándome y besándome en la boca.

-Eres lo más hermoso del mundo –me dijo- y yo quiero ser tu puta, ¿quieres que sea yo tu puta?

-Claro que si mamita.

-Pero no me digas mamita, dime puta, quiero que me trates como una puta y hacer todo lo que hacen las putas y que me cojas por donde quieras y como quieras. ¿Está bien?.

Era increíble el cambio que había sufrido mi mama, yo nunca había imaginado que ella pudiera hablar así, con esas palabras y mucho menos dirigiéndose a mí, yo no podía llamarla puta, mi cerebro se negaba a hacerlo, pero tuve que vencerlo si quería yo llegar hasta el final de lo que ya había empezado.

-Esta bien… putita –le conteste tímidamente.

-Que buen hijo tengo –dijo ella poniéndome sus chiches en la cara y agarrándome la verga- de ahora en adelante tu vas a ser el amo y yo voy a ser la esclava.

-¿Vas a ser mi esclava obediente?

-Si, voy a ser tu esclava, esclava de tu verga, haré todo lo que me ordenes, y a la hora en que me lo ordenes, seré tu puta y tu sirvienta, y a cambio de todo eso solamente te pediré una cosa… Que no tengas ninguna otra mujer, yo quiero ser todo para ti y por eso te obedeceré en todo, ¿estarás de acuerdo en esto papito?.

-Claro que si putita –le conteste ya con más confianza mientras le chupaba y le acariciaba sus chichotas.- pero creo que eres muy egoísta y las esclavas no deben ser egoístas.

-Lo que tu digas mi señor- dijo mientras besaba y lamia mi oreja

Mi sueño se había vuelto realidad, tenía yo a mi mama como siempre había querido tenerla, encuerada y a mis órdenes. Esto era inclusive más de lo que yo había soñado, el hecho de que ella casi me rogara para ser mi puta eso si nunca pude imaginármelo. Pero ya estaba hecho, me resistía yo a creer que todo eso fuera por causa de una poción mágica, pero aparentemente no había ninguna otra explicación, tenía que ser la poción del brujo, ahora debía yo de tener cuidado para cuando se venciera el plazo para el efecto de la dosis, poder darle una nueva dosis con anticipación, esa tenía que ser mi única preocupación.

Y así pasamos toda esa noche cogiendo.

A la mañana siguiente me desperté muy temprano, vi. A mi mama desnuda junto a mí, recordé todo lo sucedido y tuve miedo de que cuando ella despertara ya se le hubiese pasado el efecto del elixir, quien sabe cómo reaccionaría ella al verme ahí encuerado. Y por otro lado, también tenía yo que pensar en lo que yo haría si el efecto no había pasado, tendría que darle mis primeras ordenes ya como mi puta, tendría que organizar como viviríamos en delante, de manera que yo pudiera saciar todos mis instintos sexuales en ella y llevar a la realidad todos los sueños eróticos tenidos durante todas las masturbaciones que me había hecho pensando en ella, en fin, lo primero era que ella se despertara para ver que me decía, de manera que decidí levantarme y entrar al baño haciendo el mayor ruido posible para despertarla.

Cuando Salí del baño unos minutos después, ella ya estaba despierta, echada boca arriba y con los ojos abiertos, en cuanto me vio me dijo:

-Papacito lindo, me hubieras despertado para acompañarte al baño.

-No tenía caso ¿para qué?

-Por lo menos para sacudirte la vergota que tienes mi amor o para lo que tu me ordenaras que hiciera.

-Pues ahora será para la próxima, no te preocupes putita ya habrá muchas ocasiones en que tendrás oportunidad de obedecer mis órdenes.

-Claro que si mi señor.

De inmediato me di cuenta que ella seguía en mi poder, me senté en la cama junto a ella y le agarre las chiches.

-Bueno putita -le dije- antes de cualquier otra cosa quiero que vayas a la cocina a prepararme un café.

-Claro que si mi amorcito.

Ella se levantó de la cama enseguida y yo me recosté, vi. que se dirigió al closet y saco una bata para ponérsela.

-espera un momento –le dije- ven para acá.

Ella se acercó a la cama y yo acariciándole las piernas le subí la mano hasta la panocha y se la apreté con fuerza, ella dio un respingo de dolor pero no dijo nada, entonces le comente:

-No quiero que te pongas nada, quiero que andes encuerada por la casa.

-Está bien papito, ¿puedo ponerme solamente unas sandalias?

-¿Estas sorda o eres idiota puta estúpida? Te estoy diciendo que nada –le conteste volviendo a pellizcarle más fuerte su panochita.

-Si mi vida, ya entendí.

Salió de la habitación y a los cinco minutos regreso con una taza de café caliente y me la entrego, yo recostado en la cama tome la taza y le ordene.

“quiero que me mames la verga mientras me tomo mi café, pero hazlo despacio y con mucho cariño.”

Ella se sentó en la cama, agarro mi verga y se la metió en la boca empezando a lamérmela lentamente mientras se me paraba hasta quedar totalmente dura. Me bebí el café mientras pensaba en los muchos momentos que me aguardaban con mi mami putona que ahora era mi esclava sexual y que haría cualquier cosa que yo le ordenara.

C O N T I N U A R A

Espero que les haya gustado cualquier comentario x favor a mi correo:

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Aclaración: Este relato lo base en uno que ya había visto antes con la intención de irlo ampliando poco a poco, pronto publicare la continuación

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