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Solterona, tetona y culona (Parte 2)

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Doña Ofelia me dijo que no estaba bien lo que estábamos haciendo, pues apenas nos conocíamos. No pasa nada le dije, a poco no te gustaría estar con alguien más joven que tú le pregunté, pues claro que si me dijo. Volví a masajear sus enormes pechos, eran increíbles no cabían en mis manos.

También ella empezó a tocarme el pene y me dijo muy sorprendida... ahh muchachito pero que verga tan grande te cargas allí abajo. Porque no te la metes en las tetas le dije, ok me contesto pero primero en la boca quiero sentirla en mi lengua, no hay problema le dije tú sabes lo qué haces, me llevo a su cama y allí se quitó el vestido que llevaba puesto, todo lo que había sentido antes con las mujeres delgadas no era nada comparado a esto.

Su cuerpo era hermoso sus tetas tenían un brillo y un color rosado, le chupe, le mame, le bese las tetas todo lo que pude, la puse en cuatro y su culo blanco estaba listo para ser penetrado. Deje que mi pene jugará un poco con su vagina peluda, pero ella me pedía a gritos que se la metiera. Como había pasado mucho tiempo sin hombre, casi 20 años sola me fue un poco difícil penetrarla.

Pero al final cedió su vagina y se empezó a mover con sabrosura gemía con placer, la tome del pelo y le empecé a dar nalgadas fuertes. Estaba teniendo sexo con una madura tetona y súper culona, ahora quiero subirme encima de ti, no hay problema le dije soy todo tuyo, se subió y sus tetas quedaron justo en mi cara. Me metí una a la boca y allí la tuve por un buen rato mientras ella seguía montada en este toro joven.

Nos venimos los dos al mismo tiempo. Quedamos exhaustos no teníamos fuerzas ni para pararnos, porque no te quedas hoy a dormir aquí, y así aprovechamos la noche que aún es joven me dijo. Está bien! Le conteste me parece buena idea. Nos quedamos dormidos casi de inmediato, al día siguiente ella ya no estaba en la cama, se había bañado y ya tenía listo el desayuno en la cama. Buenos días dormilón me dijo, hola buenos días le dije como dormiste? Me pregunto bien le dije, dormí como un bebé... eso que ni que me dijo estabas en el quinto sueño cuando desperté esta mañana y no quise molestarte.

Desayunamos y me propuso irnos de compras quería probarse ropa nueva, ya no quería seguir usando esos vestidos holgados. Claro que si le dije! Vamos así aprovecho para comprar algunas cosas que necesito.

Salimos del apartamento y en la entrada nos encontramos a don José el dueño del edificio y a su esposa, una pelirroja más joven que él con un cuerpo como el de doña Ofelia pero más joven.

Los saludamos y me preguntaron si me gustaba el lugar les dije que si, que bueno me dijeron estamos para lo que se te ofrezca! Gracias les dije y no pude evitar ver ese busto enorme de la pelirroja...

Continuará!

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