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Clueless: en la onda, las amigas de Cher (Capítulo final)

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Aquella mañana tenían su clase sexual de sexo. Aquello era un coñazo, totalmente teórico y ni una imagen. Cher quiso animar la clase para lo que hizo que Sidney se corriese tan sonoramente como lo hizo la noche anterior con el consolador de dos cabezas. Cuando Sidney hubo terminado toda la clase la ovacionó, creían que fingía; ella estaba completamente ruborizada.

-Una actuación increíble, Sidney-le dijo Cher más tarde-¿La habías hecho antes?

Sidney no respondió y Cher no le forzó a hacerlo. El profesor, un gordo cincuentón, llamó a Sidney a su despacho. Quería saber porque Sid había actuado de aquella manera. Ella le dijo al profesor que no lo sabía pero Cher le metió en la cabeza el irrefrenable deseo de hacerle una mamada.

El profesor se quedó atónito con su regalo. Era un viejo verde con ninguna posibilidad de disfrutar de carne tan joven. Se corrió en la boca de la joven y posteriormente se folló su dolorido coño.

-Mereces que se te castigue, putita-dijo el profesor-Vendrás aquí en cada recreo y ya te enseñaré yo de sexo.

Sidney se dio cuenta de que estaba metida en un marrón de consideración.

Mary Joe se folló con todos y cada uno de sus consoladore y vibradores. Rod, su muñeco de goma, le había penetrado (ya el culo, ya el coño) en no menos de veinte ocasiones aquella mañana y estaba reventada. Lo intentó con todas sus fuerzas, con absolutamente todo lo que tenía a mano pero fue incapaz de correrse.

Cuando Cher llegó a su casa se dio cuenta de que Mary Joe estaba tan hecha polvo que se había quedado dormida con un pepino descomunal en el culo, una zanahoria y algunas cerezas en su coño y Rod en la boca.

Cher sintió pena de Mary Joe y le concedió un orgasmo. Mary Joe se despertó con un interminable chorro saliéndole de la vagina (el resultado de todos sus infructuosos abusos aquella mañana). Cher la dejó en paz por el resto de la tarde.

La fortuna, por el contrario, no sonrió a Sidney. Cher hizo que cogiese un inmenso tapón anal y que se lo metiese en el culo con la orden expresa de llevarlo puesto toda la tarde.

Cuando Cher oyó a su hermanastro hablar de un fiesta salvaje en la Universidad (sexo, drogas y alcohol) ella pensó que aquel era un evento idóneo para sus amigas. Les sugirió que fuesen al edificio de la fraternidad con sus uniformes de puta. Cuando llegaron absolutamente nadie les prestó atención. Tal vez fuesen las más jovenes pero sus atrevidas vestimentas no desentonaban ni un ápice. Más de la mitad de la gente estaba borracha y sus amigas no se lo estaban pasando bien así que Cher les ordenó que se metieran en el servicio y suministrasen una buena ración de sexo oral para todo el mundo.

En menos que canta un gallo los chicos se alinearon a la puerta. Cuando Sidney se la había mamado a dos chicos y Mary Joe a tres uno de los miembros veteranos de la hermandad las descubrió y se le ocurrió algo mejor que hacer con ellas. Por supuesto el poder de Cher yacía en aquella decisión.

-¿Qué estáis haciendo aquí, zorritas? ¿Por qué no os unís a la fiesta? Venid conmigo-dijo.

Un par de tipos bebidos las agarraron, les arrancaron la ropa y las ataron sobre una gran mesa, brazos en cruz y con las piernas absolutamente abiertas, cabeza contra cabeza.

-¡Competición de conejitos!-gritó uno de ellos.

Un par de hileras se formaron al instante a sus pies y los chicos se bajaron los pantalones. En la fila de Sidney había al menos treinta tios por veinte en la de Mary Joe. El resto de la multitud rodeó la mesa animando a los participantes.

-Chicos, igular las filas-mandó el presidente de la Hermandad. Se formaron dos filas de veinticinco.-Hermanos ya os sabéis las reglas. Vais a follaroslas hasta que os corrais. Y cuando os hayais corrido dejar sitio. La primera de estas dos adorables zorras que consiga que se corran todos los de su fila gana.

Los primeros dos folladores tomaron sus posiciones y el arbitro, el hermano que las había descubierto, dio un pitido. Empezaron a bombear como animales en celo, era una competición. De repente y sin que nadie se lo esperase, un par de chicas saltaron sobre la mesa, se bajaron las bragas y se sentaron a horcajadas sobre las caras de las dos jóvenes que tuvieron que comer conejo mientras eran folladas por un montón de tios hambrientos.

-Arbitro-dijo una de las chicas-La primera de ellas que haga que una de nosotras se corra, gana.

-Eso no está en las reglas pero nada impide una competición amistosa-dijo el árbitro.

El follador de Sidney fue el primero en correrse y fue reemplazado por el segundo de la fila. En aquellos instantes los coños de las chicas eran tan anchos que dificultaban que los chicos se corrieran.

Aparecieron dos cubos en la habitación y los chicos que no participaban empezaron a masturbarse y a mear dentro de ellos; se corrieron dentro de los cubos y cuando estuvieron llenos derramaron la mezcla de semen y orin sobre las chicas para refrescarlas.

Sidney iba en cabeza, doce de sus chicos se habían corrido por solo diez de los de Mary Joe. En eso de comer coño la cosa era distinta. Mary Joe era mucho más habilidosa y el coño que cubría su rostro derramó sus jugos dentro de su boca. El decimosexto chico que se follaba a Sidney tardó una eternidad y Mary Joe recuperó terreno. Finalmente Sidney venció derrotando a su amiga por tres chicos.

-Ha sido la más corta de nuestras competiciones. Sidney es nuestra nueva recordwoman-dijo el arbitro.-Me encantaría que os recuperaseis del esfuerzo y para eso os proporcionamos este tratamiento.

Las chicas fueron desatadas pero no podían mantenerse en pie ya que sus piernas estaban tan débiles y sus coños practicamente partidos del abuso. Uno de los hermanos puso elos cubos en el suelo y les dijo a Sidney y Mary Joe que se arrodillaran.

-Y ahora os bebereis el resto...YA.

Las cabezas de Sidney y Mary Joe fueron hundidas entre los cubos llenos de semen y orines. Sabían que se lo tenían que beber todo con las manos atadas a su espalda. Lo hacían ansiosamente mientras otras chicas en la fiesta se pusieron a mear dentro de los cubos y sobre sus cuerpos.

-Qué sabor más delicioso-dijo el árbitro-Qué pena, es todo para nuestras damas.

Las chicas sintieron nauseas y asfixia al tener la cabeza hundida en los cubos mientras algunos chicos continuaban masturbándose llenando los cubos con más semen.

Cuando uno de los hermanos empezó a echar vodka Sidney cogió la botella y pegó un trago que fue jaleado por la multitud intentando hacer desaparecer aquel sabor de su boca. Mary Joe se terminó su cubo y el arbitro levantó su mano. Su cara estaba empapada en semen. Sidney había perdido y como castigo la volvieron a subir a la mesa donde otros diez chicos (que ya habían eyaculado como mínimo dos veces previamente) se la follaron. Un hermano cogió el cubo y derramó el contenido de semen-orin-vodka sobre Sidney. Entre risas una de las chicas se subió a la mesa y meo en la cara de Sidney.

-Y ahora me toca-dijo el arbitro-Dar la vuelta a la perra-ordenó y algunos miembros de la hermandad giraron el debilitado cuerpo de Sidney haciendo que su culo sobresaliese de la mesa.-Separarle las piernas-dijo a dos hermanos que cogieron los tobillos de Sidney y fueron incrementando la separación de sus piernas.-Arriba el culito-dijo el arbitro al mismo tiempo que enterraba su gigantesco pollón en el culo de Sidney. Ella gritaba desconsoladamente mientras la polla entraba y salia de su congestionado orificio y los dos chicos le abrían más las piernas llegando casi a partirla.

-Os haremos un regalo, pequeñas zorritas-dijo el árbitro-Os llevareis un inolvidable recuerdo de esta noche.

Una de las chicas de la fiesta trajo una caja. Estaba llena de aros, anillos y otros elementos de piercing. A Mary Joe le colocaron aros en sus pezones, su ombligo, su nariz y en distintas partes de sus orejas. Con cada pinchazo Mary Joe chillaba.

-Y para ti, la medalla especial-gritó el árbitro mientras se corría en el culo de Sidney.

A Sidney le perforaron los pezones, el ombligo y tres anillos en cada uno de sus labios vaginales. Ella gritaba, lloraba y luchaba con todas las escasas fuerzas que le quedaban pero los chicos que la sostenían eran demasiado fuertes para ella.

-Vaya una entrepierna más deliciosa. Creo que voy a estrenar este coñito-dijo el arbitro que se folló a la inmóvil Sidney sobre la mesa. Ella sentía un agudo dolor en su vagina mezcla de los anillos que la partían y de la fricción de la polla. El hermanastro de Cher, bajo el influjo de su hermanita, grabó toda la fiesta.

Un par de miembros condujo a las chicas a sus casas pero Sidney y Mary Joe estaban tan hundidas que practicamente no pudieron entrar en sus casas. Se fueron a la cama con sus consoladores en sus doloridos coños, un pepino en sus culos y el más desagradable de los sabores en sus bocas.

Aquella mañana de sábado Cher vio la película de la fiesta. Sintió pena por sus amigas pero ella se lo estaba pasando de coña. Sus reputaciones se habían hundido irremisiblemente y Cher sabía que ellas estaban al borde del suicidio por la vergüenza.

Anne fue a visitar a Cher. La rubita estaba tan cansada que invitó a Anne a meterse con ella en la cama. Una vez allí Cher le comió el coño a Anne bajo las sabanas. Más tarde sus cuerpos estaban tan unidos que parecían un solo ser. Sus lenguas en contacto, sus cuerpos sudorosos tan cercanos como era posible. Cher condujo a Anne a su entrepierna y la pelirroja empezó a trabajar en el altar dorado de su amiga. Cher disfrutaba una barbaridad siendo comida que quería pasarse el resto de la vida con una lengua en su rajita, lamiéndole los labios, acariciándole el clitoris.

Cher quería una complice en sus actuaciones, aquello sería mejor que compartirlo con el resto del mundo. Con la lengua de Anne hundida en su coño haciendo que Cher se corriese una y otra vez Cher decidió que Anne era la perfecta confidente, tan profundamente enamorada que Cher estaba segura de que estaría controlada.

-¿Anne, crees que soy una perra?

-¿Cómo?¿Tú una perra? Eres la más adorable de las personas que he conocido en mi vida.

-Tal vez no tendrías esa opinión si supieses las cosas perversas que he hecho. ¿Recuerdas a Sidney y a Mary Joe? Las he convertido en putas y practicamente las he conducido al suicidio con tanto abuso como han sufrido de mi; y lo mejor de todo es lo bien que me lo estoy pasando.

-Si te lo pasas bien no puede estar mal. Cualquier cosa que te satisfaga es una cosa fantástica. ¿Qué les has hecho?-preguntó Anne. Cher no respondió. Se levantó, enchufó la camara y la tele. Anne vio las filmaciones y se metió en su coño todo lo que pudo. Aquella no era la reacción que Cher esperaba. Pensaba que Anne era una adulta razonable y que aquella película la pondría enferma. Todo lo contrario, Anne estaba consiguiendo sus mejores orgasmos, tal vez lo mejor que había visto, antes de las cosas que ocurrieron en la fiesta de la hermandad.

-Patrick me habló del piercing-dijo Anne cuando recuperó el aliento-Quiere que me perfore el ombligo y tal vez lo haga; ¿deberia?

-¿No crees que soy una perra?-preguntó Cher por segunda vez.

-Por supuesto que no. Están pasando los mejores momentos de sus vidas. Tal vez no lo piensen en estos momentos pero ya lo descubrirán como yo lo hice.

-Deberías saber que use poderes hipnóticos en ti.

-Y no sabes cuanto te lo agradezco. Mi vida ha cambiado, cada día, cada hora es una nueva experiencia. Mi lado oscuro ha nacido a la vida. Sigo siendo una buena estudiante, una auténtica persona solo que no tan tímida y todo eso te lo debo a ti.

-¿Y qué piensas que debería hacer ahora?-preguntó Cher.

-Tal vez decirmelo todo desde el principio. Entonces igual lo arreglamos.

Cher le confesó a Anne todas las cosas perversas pero Anne cada vez estaba más excitada. Su coño estaba ardiendo y le pidió a Cher que se lo comiese. Cher le comió el conejo a su amiga terminando con su cabeza bañada en los jugos femeninos y con el clítoris de Anne entre sus dientes. Anne gemía tan sonoramente que no escucharon a Patrick. Cuando vio a su hermanastra arrodillada comiéndose a su novia tuvo una erección instantanea. Cher estaba tan hundida en las piernas de Anne que ni se enteró de que su hermanastro estaba en la habitación disfrutando el espectáculo.

-Muy bien, mi pequeña putita adolescente. Por qué no te follas a mi novia con tu puño-dijo deseando que Anne se sintiese humillada. No estaba celoso viendo como le comían el coño a su novia. Cher obedeció a Patrick, tampoco era nada malo. Si su hermanastro intentaba hacerle algo que ella no quisiera solo tenía que usar sus poderes para detenerlo. Su mano se deslizo con pasmosa facilidad dentro del coño perfectamente lubricado; Anne gemía todavía más alto.

-Todavía se la puedes meter más, hermanita-dijo él y Cher continuó empujando rotando ligeramente su muñeca en el coño de la novia de su hermanastro. Nunca había estado tan profundamente dentro de nadie, casi hasta el codo. Cuando Cher no pudo enterrar más su brazo Patrick hizo una foto para tenerla como recordatorio.

Cher se dio cuenta de que la mente de su hermano era la más fuerte a la que ella se había enfrentado. Cher retiró el brazo empapado en jugos vaginales y empezó a chuparselo. Patrick se bajo la cremallera del vaquero y su polla apareció erecta como un obelisco.

-Cher, chupame la polla-ordenó y Cher se arrodillo y se metio la inmensa polla de su hermano en la boca. Nunca le había hecho una mamada a nadie. Lamía la cabeza, intentando meterse todo el monstro hasta la garganta. Patrick la ayudó moviendole la cabeza y ella pudo sentir como aquel pedazo de pene se iba haciendo más y más grande dentro de su calidez. De repente ella se dio cuenta de que era la voluntad de su hermano la que se imponía. Ella no podía o no quería controlarle.

Cher se esforzó y usó sus poderes para pedirle a Anne que le comiera el coño. Fue un éxito, tal vez Patrick se había vuelto inmune a sus poderes. Aquella polla en su garganta la estaba ahogando. La lengua en su coño hacía que Cher disfrutase su tarde más inolvidable. Patrick se corrió en la boca de Cher quien se tragó todo el líquido. Ella no sabía cuantas veces se había corrido en la boca de Anne. El pene de Patrick recobró la erección y cuando Cher creía que aquel pedazo de carne iba a desvirgarla su hermanastro hundió su pene en el dilatadisimo coño de Anne, echada en el suelo con su lengua en el dorado coño de Cher siendo follada por Patrick. Cher, durante breves instantes, deseo que Patrick la violase; estaba tan cachonda y mojada que practicamente le pidió que la follara pero su polla estaba muy dentro de Anne.

Un cuarto de hora más tarde todo había vuelto a la normalidad. Patrick y Anne parecían una pareja de estudiantes de psicología y Cher una adolescente con angelical rostro.

-Vi ayer a tus amigas Sidney y Mary Joe-dijo Patrick-Fueron la principal atracción de la fiesta.

Cher y Anne sabían de lo que hablaba pero fingieron que no.

-¿Qué hicieron?-preguntó Cher.

-Tal vez no deberías oirlo. Se han convertido en una asquerosa pareja de putas.-Con aquello daba por zanjada la conversación. Afortunadamente no sospechaba de su hermanastra. Cher descubrió que podía navegar por la mente de Patrick pero no influir en él. Aprovechó para descubrir sus fantasías más perversas que le gustaron tanto que decidió ponerlas en práctica con Sidney y Mary Joe.

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