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Experiencia bi. jamas pense poder hacerlo

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Mi mujer es una puta. Lo digo con todo cariño, ella es una putita que le gusta la verga, y yo la quiero mucho. Yo se que algunas mujeres me van a recriminar el hecho de que le diga puta a mi mujer, pero no tengo otra palabra para describirla, mi mujer es una PUTA.

Que yo sepa, ha tenido ya catorce amantes desde que comenzamos nuestra nueva vida alternativa hace ya un par de años. La mayoría de las veces yo estoy presente y participo con los demás follando a Sara.

Desde el último relato, sus conquistas, han sido de una manera u otra consistente con lo que paso en Melbourne, Florida. Conoce un chico, coquetea con el, se lo folla. O, si andamos juntos, lo mismo, me dice que le gusta un chico, coquetea, luego el chico y yo la follamos. No es que esto ya no nos dé placer, al contrario, disfrutamos muchísimo, pero pensé sería repetitivo si me pongo a contar cada una de nuestras aventuras. Hasta que sucedió algo hace un par de semanas, si me permiten, lo relataré.

Mi mujer es bella, no perderé tiempo describiéndola. Si hacen el favor de leer los otros relatos, se enterarán. Es bella, es una golosa que le gusta la verga. Entre mas dura, mejor.

Le gusta chupar y que le metan la lengua en su coño, aún y con todo esto, no ha permitido que ningún hombre se corra en su boca. Un día le recriminé esto y me dijo que simplemente no le gusta el sabor de la lefa, me dijo a secas que no lo haría. Punto… A menos que…

-¿A menos que qué?

-A menos que tú lo hagas primero.- Me dijo.

-¿Estas loca?

-¿Te acuerdas de Nick?

-Si, pero ese es un maricón, un homosexual.- Sin tratar de ofender al casual lector homosexual, no tengo nada en contra del homosexualismo, ya verán por que.

-Pues ya sabes, si quieres que me trague tu semen, lo tienes que hacer primero, y de otro chico, no el tuyo, si quieres. Y aparte de eso, me tendrás que lamer mi pesetilla, (Así le dice ella a su coño) después de que me la metan.

Como decimos en México: ‘Me puso la peras a veinte’, o sea, me puso las cosas difíciles.

Dos días mas tarde, me habló diciendo que había conocido a un chico nuevo, de apenas veintitrés años y que prometía ser un buen amante. Le pregunté si sería bueno que los acompañara, me dijo que no, para que no se espantara el chico.

Al día siguiente, me contó que el chico se comportó a la altura, si bien le faltó fineza, lo compensó con energía y con cantidad. No es que tuviera una polla muy grande, pero si mantuvo la erección casi toda la noche, propinándole corrida tras corrida. Y el chico, que se llama Kenny, dijo estar interesado en un trío.

Nos encontramos a Kenny en un hotel, Llegamos nosotros primero y me di a la tarea de calentar a mi esposa. Cosa nada difícil, Sara estaba ya anticipando una sesión caliente.

Kenny llegó puntual, me saludó muy amable, y platicamos un rato, noté que estaba nervioso.

-¿Nervioso?

-Algo.

-Entiendo, así estuvimos la primera vez que estuvimos con alguien mas, creo el alcohol ayudó. ¿Quieres un trago?

Sara se adelantó diciendo que ya bastaba de plática, que venía a la acción. Se había sentado junto a Kenny en la cama, y había estado sobando la entrepierna del chico. Se dio la vuelta y lo besó en los labios. Kenny parecía estar algo dubitativo, pero aún así, cogió los pechos de mi mujer por encima de su blusa. Poco a poco, Sara desnudó al chico. Como es de esperarse, todos los amantes de Sara hasta ahora han sido tipos que tienen buen físico, y Kenny no se quedaba atrás. De tez blanca, pelo negro, y de cierto parecido a un actor del que no me puedo acordar su nombre. Cuando quedó Kenny totalmente desnudo, Sara tomó su tranca en la boca y comenzó a darle una mamada fenomenal, Sentado al borde de la cama, Kenny disfrutaba de los labios de mi mujer, la cabeza de Sara subía y bajaba y yo estaba ya a reventar. Me puse cerca de ellos para poder ver la verga de Kenny entrar y salir de la boca de Sara, ella estaba como siempre, como una puta golosa. Y siempre he dicho, mi mujer se ve espectacular con una polla en su boca.

Kenny había echado su cabeza atrás, disfrutando, cogiendo a Sara por su cabello.

A los pocos minutos, Sara se puso de pie, dejando la polla de Kenny brillante con su saliva. Kenny se puso de pie con Sara y se comenzaron a besar, las manos de mi mujer en su polla y las de el se atarearon desnudándola. Sara respondió de inmediato a las caricias sobre sus tetas y de un par de dedos partiendo sus labios vaginales. Kenny no soportó mucho y trajo a Sara a la cama poniéndola bocabajo. Abriendo sus nalgas Kenny se dedicó a lamer su culo y coño.

Pero solo por unos minutos, luego se puso sobre ella y la penetró de un golpe enterrándose hasta la base. Yo me puse delante de Sara ofreciendo mi polla, pero debido a su posición no podía meterle la polla en boca. Mi mujer la cogió con la mano y me la jaló tratando de lamerla. Kenny seguía follando a Sara, pero después de unos minutos mi mujer se levantó poniéndose en cuatro, ahora si, le metí la polla en la boca y el chico se afanó a las caderas de mi mujer para follarla con más fuerza.

Sara se quitó mi tranca para decirle a Kenny que no se viniera.

-En mi coño no cabrón, no te vayas a venir en mi coño.

-Me falta mucho para chorrearme putita. ¿Te gusta mi verga?

-Si, dame más, métemela toda, fóllame cabrón.

Kenny se la sacó para cambiarla de posición, la puso de espaldas poniéndose otra vez entre sus piernas, y volvió a metérsela a mi mujer, y fue fácil, Sara estaba con mi polla en su boca y con las piernas abiertas. Después de unos minutos, cambiamos, el a la cabeza y entre las piernas de mi mujer.

Kenny anunció que se chorreaba. Sara brincó de la cama quitándome con un empujón. Luego le dijo a kenny que se pusiera de pie, sobándose su tranca, se bajó de la cama y se puso junto a Sara, ella se puso de rodillas y comenzó a lamerle la polla. Pero lo dejo solo para agarrarme de la mano y arrodillarme junto a ella.

-Abre tu boca querido-

Sin titubeos, abrí la boca, Sara puso la polla del chico entre mis labios y la pajeó un par de veces, no podía creer lo que estaba haciendo. Muy machito, muy machito y aquí tienen a su servidor con una verga en la boca. Sara siguió pajeando la polla hasta que sentí el primer chorro de lefa pegarme en la lengua, luego otro, y otro mas.

Kenny estuvo ahí hasta que la última gota cayó en mi boca.

Volteé a ver a Sara, quien me veía incrédula pero con cara de lujuria. Pudo ver bien el semen de Kenny en mi lengua. Luego cerré la boca, me tragué todo y abrí mi boca para enseñarle a mi mujer.

-¿Cómo vez querida?

-Te lo tragaste todo.

-Ahora te toca a ti.

-No todavía no, quiero que hagas algo más.

Sara se acostó en la cama, boca arriba, piernas abiertas diciéndole a Kenny que la follara otra vez. El chico no necesitó mucho aliento, aún cuando se acababa de chorrear en mi boca, la polla la tenía dura, se subió sobre mi mujer y la penetró nuevamente, comenzándola a follarla con una energía brutal. Otra vez me puse a la cabeza de mi mujer ofreciéndole mi polla, yo seguía a reventar. Kenny la besaba apasionadamente, o si se puede decir beso, era más como follar la boca de mi esposa con su lengua. Sara apretaba sus labios alrededor de la lengua de Kenny, pero éste se dio cuenta de mis intenciones y con su mano volvió la cara de mi mujer para tragarse mi tranca. Kenny la folló por varios minutos, hasta que anunció que se chorreaba de nuevo, Sara lo atrapó con sus piernas obligándolo a correrse en su coño. Luego me dijo que se lo limpiara. Me bajé de la cama, caminé alrededor hasta quedar a los pies de Sara. Comencé a besarle de una pierna a la otra, y a correr mi lengua por la parte de arriba, luego dentro de las piernas, subiendo hasta llegar a su coño depilado, excepto por una rayita arriba. Estiré mi lengua lo mas que pude y se la metí en su coño. Sara suspiró levemente al sentir mi boca y mi lengua sondeando su cuevita; abrió más sus piernas, estaba llena de leche, se le escurría y se mezclaba con los flujos de mi mujer. Comencé a tragar semen de nuevo.

Esta vez sabía diferente, mezclado con el sabor de mi mujer, me empezó a gustar. Le lamí bien su coño y le saqué todo lo que pude. Sara se estremeció con otro orgasmo cuando le terminaba de restregar su clítoris.

Después de eso Kenny la folló una y otra vez, yo me vine dentro de ella dos veces mientras la follábamos los dos al mismo tiempo, como cuando estuvieron aquí los chicos de Melbourne. Sara se volvía loca, Kenny debajo de ella, chupando los pezones que le quedaban en la cara, yo sobre ella agarrado de sus caderas metiéndosela junto con Kenny. Esto siempre le ha gustado a Sara, dos pollas en su coño. No se quien se cansó primero, pero amanecimos los tres en el hotel tirados en la cama.

Sara se levantó primero a ducharse, y Kenny y yo charlamos un rato. Luego me preguntó si estaría bien meterse con Sara a la ducha. Le dije que si ella no se oponía, yo tampoco.

Kenny se levantó desnudo, con la verga semi-dura otra vez, y se metió al baño con Sara. Dejó la puerta abierta, a propósito, y pude ver la follada que se dieron.

De regreso en casa, Sara me dijo:

-¿T digo algo y no te enojas?

-¿Qué?

-¿Pero no te enojas?

-OK. no

-Me gustó verte con la verga de Kenny en tu boca.- No contesté, no supe que decir.-Fue algo que me calentó muchísimo. – Dijo.

-Con que no se te ocurra que quieras que me la meta por el culo, todo está bien.

-No, eso no. Pero ¿Te gustó?

No la puedo engañar, tengo una extraña atracción al sexo oral desde que conocí el sexo. Me gusta ver mujeres con vergas en la boca, me gusta ver como se chorrean en sus bocas. Es tanta la morbosidad que me da, que ahora ya estoy dispuesto a participar, como donante o como recipiente.

Kenny y Jason son los únicos que vienen a casa a follar a Sara. Por lo regular ella se sale por ahí a hacer sus conquistas, o nos salimos juntos y terminamos en un hotel. Por lo regular Jason viene una vez cada dos o tres meses. Nos encanta encontrar a un tipo por ahí que sea partícipe de nuestras aventuras. Sobre todo si se presta para meterle las dos pollas a mi mujer en el coño al mismo tiempo. Pero el amante de planta es ahora Kenny, quien viene, mínimo, una vez a la semana. A veces estoy, a veces no, pero Sara siempre me da los detalles. Y a veces, se queda tirada en la cama, y me espera a que llegue para que le limpie su cuevita con la lengua.

A veces Kenny viene y Sara no está, y nos damos unas mamadas fenomenales, el se corre e mi boca, yo en la de el.

Pero el propósito original, fue logrado, ahora Sara se traga todo el semen que le den, a veces se la pasa chupándonos a Kenny y a mí. Se alterna de una polla a otra, hasta que inevitablemente no descarga a los dos tragándose todo lo que nos pueda sacar. No hay nada más erótico que ver a mi mujer con una polla en la boca, sobre todo cuando le están dando su leche.

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