Nuevos relatos publicados: 12

Historia de Amy

  • 11
  • 18.516
  • 8,71 (7 Val.)
  • 0

Amy y yo nos conocemos desde hace casi 30 años. Las circunstancias normales de la vida, nos separaron, y hemos estado mucho tiempo sin vernos. Ademas, en cierta ocasión hice algo que no le gustó, y eso fastidió nuestra amistad y perdimos totalmente el contacto, debido a su enfado.

Sin embargo, seguíamos sabiendo el uno del otro. Esto es porque Amy y yo tenemos una amiga común, también de la pandilla de la infancia, llamada Morgana.   Ya tuve ocasión de contaros algo de Morgana, en otro de mis relatos.

El caso es que Morgana y yo mantenemos desde hace años una tortuosa relación infiel de amor-odio.  Comento esto último, porque  la nuestra es una historia de encuentros y desencuentros. Cada vez que Morgana aparecía en mi vida, yo tenía pareja. Morgana siempre quiso emparejarse conmigo, pero  mis relaciones solían ser estables, y yo no estaba dispuesto a romperlas así como así; es por esto que Morgana y yo manteníamos encuentros sexuales apasionados, a escondidas. Normalmente infieles por mi parte, y con los años, también por la suya, porque se acabó casando (quitando presion a sus aspiraciones para conmigo), y hemos  mantenido encuentros infieles esporádicos en todo este tiempo.

En nuestros encuentros, siempre le he preguntado por Amy, nuestra amiga común. Ella me contaba lo que sabía y podía.., porque le constaba que Amy estaba muy enfadada conmigo y no quería saber nada de mi.  Sin embargo, con el tiempo he ido sabiendo que Morgana le contaba a Amy nuestros encuentros sexuales, con todo detalle…, asunto éste que será determinante en esta historia.

Curiosamente, se da la circunstancia de que, en uno de los encuentros que tuvimos Morgana y yo, me interrogó hábilmente, y le acabé confesando que muchos años atrás, tuve una aventura con Amy.  Morgana se quedó perpleja y no daba crédito. Sobre todo, porque su amiga del alma  jamás le contó que hubiera tenido un rollo conmigo, por pequeño que fuera. Esto la dejó descolocada.

Otra circunstancia que se dio, es que  Amy tuvo un prolema de salud, y acabó en el hospital. El tema era serio, por lo que Morgana decidió avisarme, y así,  la acompañara a visitarla al hospital.

Y eso hicimos.

Cuando Amy me vió entrar por la puerta de su habitación del Hospital, su cara era un poema. No reaccionaba en un principio…, pero yo me acerqué con mucha seguridad hacia  ella para darle un par de besos, y  –entonces- me abrazó muy muy emocionada y agradecida de verme allí. Debería hacer más de 10 años que no nos veíamos. En el hospital, tuvimos tiempo de charlar, reir, contarnos cosas y recordar; en definitiva, recuperamos el tiempo perdido, en lo referente a nuestra amistad.

Afortunadamente, se recuperó. Pero volvimos a perder el contacto. Más que nada porque vivimos en ciudades diferentes. Además, Amy está casada y con hijos, al igual que yo. También trabaja. Por lo que su tiempo está verdaderamente ocupado en sus cosas. No tiene demasiado tiempo libre.

Mis encuentros con Morgana, continuaban, muy de cuando en cuando. Seguían siendo tormentosos, porque Morgana me exigía demasiado, esperaba demasiado de mí, y siempre se enfadaba porque consideraba que pasábamos muy poco tiempo juntos.  Yo seguía preguntándole por Amy; pero eso la mosqueaba aún más, porque YA sabía que –en su momento- Amy y yo tuvimos una historieta.

Y en esto que, un dia en mi flamante iphone, me apareció una notificación del programa WhatsApp (el “guasa” para los amigos) en el que me aparecía como “nuevo contacto disponible para el GUASA”  a mi vieja amiga Amy.

No fue algo inmediato. Creo que pasaron meses.  El caso es que, una noche que Morgana se había enfadado conmigo por enésima vez, porque no iba a verla con la frecuencia deseada…, le puse un “guasa” a Amy, contándole lo “insoportable” que era –a veces- nuestra amiga común, Morgana. Era de noche. Muy tarde. Creo que de Madrugada. No sé como me atreví a esas horas, la verdad.  Le mandé el típico mensaje escueto simpaticón de broma…, y ella contestó.  Contestó escuetamente, pero lo hizo.

Y así empieza esta historia….

Al principio, nos cruzábamos mensajes inocentes, sin importancia…, pero empezamos a tener ritmo, y casi sin darnos cuenta, cada noche acabábamos “guasapeando”  horas y horas hasta las tantas de la madrugada, mientras su marido dormía en la cama, y mi mujer igual; dormíamos poco, nos acostábamos muy tarde, y por la mañana temprano, al trabajo.

El caso es que empezamos a intimar,  a contarnos cosas, deseos, sentimientos pasados, y a preguntarnos eso de “qué porras estamos haciendo….qué está pasando aquí….”  Y empezamos a hablar de nuestra “aventurilla” del pasado.

Amy me confesó muchas cosas. Para empezar, que yo había sido de los primeros.  Además, ha tenido muy pocas (pocas) relaciones en su vida, y sólo recuerda haberse corrido en condiciones conmigo.  Hablamos de lo tímida que era en el pasado, que fue una tonta…, aunque –me contaba- lo seguía siendo. Era muy tradicional en el sexo, y con su marido, no practicaba sexo oral, ni nada fuera de la postura del misionero. Ante mi incredulidad y perplejidad, Amy me insitía en esto, pero me costaba creerlo.

Para colmo, en nuestras largas charlas nocturnas, más de una vez salió el tema de Morgana, de mis encuentros sexuales con ella, y es ahí cuando Amy me confesó que Morgana le contaba todo, que sabía prácticamente todo.  Supongo que todo eso, hacia fantasear a Amy, y la ponía cachonda. Por una parte, supongo que el tema pseudo- sado que Manteníamos Morgana y yo en nuestros encuentros sexuales, era demasiado para Emy. Pero por otra parte, imaginaría cosas y se excitaría.

Así es que no sé exactamente cómo ocurrió, pero Amy, una tarde, en lugar de ir al trabajo (turno de noche) pidió el turno libre. Mintió en su casa diciendo que iba a trabajar, y quedó conmigo en la puerta de su trabajo.

Tuve que hacer muchos Kms en coche hasta su ciudad, e inventar una excusa en casa para pasar la noche fuera;  Pero alli estaba yo, esperando en la puerta del trabajo de Amy a que ella apareciera. Aparcó su coche en el Parking del trabajo, para dar realismo al asunto…, y la vi de lejos, caminando hacia mi coche.

Hacia muchos años que no la veía. Y en el hospital, cuando la reencontré, estaba muy desmejorada y no pude darme cuenta. Ahora estaba resplandeciente, con su melena negra ondulada, moviéndose al ritmo de sus pasos. Tenía (no me habia fijado!!) un pecho descomunal, y unos pantalones ajustados, con botas de montar por fuera, que resaltaban la silueta de su imponente trasero.  Dios Santo…Amy estaba hecha una mujer de bandera ¡!  Madura…, pero buenísima.

Abrió la puerta de mi coche y se metió rapidamente…. Nos reimos nerviosa y sinceramente, e hicimos el típico comentario de …”somos unos golfos”…, y ella me dijo “calla, calla, que me va a dar algo; nunca hice algo así!!...”  y arrancamos camino del Hotel que previamente había reservado a las afueras.

Qué nervios por ambas partes ¡!

Llegamos al Hotel, a la recepción, para tomar la llave de la habitación. Amy estaba nerviosa, pero se comportaba con naturalidad y hacíamos bromas constantes. Entramos en la habitación;  amplia y confortable. Era tipo apartamento, con cocina y dormitorio separados, y un pequeño salón con  sofá cama. Era perfecto.  

Habíamos llegado sobre las 21h.  El plan era ir a cenar, para relajarnos un poco, hablar y contarnos cosas, con un buen vino de por medio, y luego ya se vería. Ese era el plan.

Lo que aun no se, es como en menos de un minuto…, Amy estaba tumbada boca abajo, en la cama, vestida…., y yo estaba sentado a su lado, mientras le acariciaba suavemente la espalda, por debajo de su camisa. Ella se relajó, y hacía el típico  “mmmmmmm…..qué biennnnn….”

Yo me estaba poniendo supercachondo.  Así es que empecé a pensar que la cena esperaría, porque había cosas mejores y más importante que hacer Urgentemente….

Asi es que le pregunté si le gustaba y le apetecía que le hiciera un masaje..., y ella -obviamente-  contestó    "siiiiiii...."

Al principio, me mantuve sentado, mientras le masajeaba suavemente la espalda y el cuello. pero era una postura incómoda para mí. Así es que me quité los zapatos, y me senté sobre su culo, poniendo  arrodillando una pierna cada lado de su cuerpo. Esta maniobra la sorprendió en un principio, pero entre la broma de turno y el masaje que le estaba dando, pareció volver a relajarse y suspirar.

Su ropa me molestaba..., le subí toda la ropa hacia el cullo, para tener su espalda libre.  Diosss...., qué espalda..., qué curvas..., qué piel y qué olor!!.  Su olor me embriagaba, y el suave tacto de su piel me excitaba muchísimo. Yo me esmeraba y le masajeaba la espalda, la curva de sus caderas.... Le desabroché el sujetador. Ella no me miraba. Se mantenía acostada, boca abajo, con los ojos cerrados. Le masajeaba el cuello como podía..., así es que le pedí que me ayudará a quitarse la camisa (debía incorporarse un poco).   parecía que protestaba y le daba corte. Creo que hizo algún comentario al respecto..., pero lo hizo.  Aplastó su pecho contra la cama (le daría verguenza mostrármelo tan a la primera) y seguí con el masaje de su espalda y cuello, mientras estaba sentado sobre su culo.

Me agaché y empecé a besarle la espalda, el cuello; subí hasta el lóbulo de la oreja, y me recreé en él. Le metí la lengua en su oreja y se estremeció. Se le puso toda la piel de gallina. Volteó su cara y me beso suavemente por primera vez. Fue un beso suave y esponjoso. Pero entreabrí sus labios con mi lengua y probé el sabor de su boca.

Mientras la besaba, ella tuvo que incorporar un poco su cabeza, su pecho quedó ligeramente en el aire. Metí mis manos por debajo suya, y acaricié sus poderosas tetas.  Eran enormes. Firmes. Suaves. Las sopesé en mi mano. Acaricié sus pezones. estaban duros, erectos. Mientras nos besábamos. eran besos de lengua, profundos, sabrosos.

La tumbé de nuevo, boca abajo. Tiré de su pantalon. Ella se volteó un poco, y me ayudó a despojarle de la prenda. Quería dejarse puestas las bragas, pero yo las bajé junto con el pantalon. Volví a tumbarla boca abajo.

Yo seguía vestido !!!   Totalmente. Excepto los zapatos. Ella no protestó.

Estaba rotunda. Hermosa. Desnuda para mí. Sus nalgas y espalda, poderosas, invitaban al desenfreno más absoluto. Volví a sentarme sobre ella, un poco más abajo, sobre sus muslos, y seguí masajeandole espalda...cuello..., bajaba hacia sus nalgas. Las amasaba, las abría para mirar obscenamente su ano y su vulva. Estaba chorreando. Chorreando, literalmente. Sus muslos interiores, obscenamente mojados por el flujo. Estaba super cachonda.

Volví a besarla en la espalda. Iba bajando, y cuando llegué a sus nalgos, me detuvo. Tuvo un ataque de pudor. ESO NO!!! me espetó. Yo trataba de tranquilizarla y de relajarla, pero no me dejaba bajar con mi lengua.

Me puse de pie y me quité toda la ropa en menos de 5 segundos. Ella no miró mi cuerpo. tenía verguenza. Siguió tumbada boca abajo. Volví a sentarme en sus muslos. Abri sus nalgas, y vi su vulva, literalmente encharcada.  Agarré mi poya con la mano derecha, mientras que con la izquierda separaba una de sus nalgas, y enfilé su coño. La metí sin compasión hasta el fondo. La excesiva lubricación ayudó.  La miré. Quería ver su cara cuando se la metiera de un solo empujón hasta adentro.  La ví abrir los ojos y mirarme con cara de sorpresa. Abrió su boca exageradamente, buscando aire, mientras suspiraba un   "Ahhhhhhhh.....!!!"  hacia adentro, a la vez que tomaba aire. 

Ya estaba dentro, así que me apoyé en mis rodillas, y con mis manos, le amasé sus nalgas, se las abría, mientras bombeaba sin compasión. Me apoyé con mis manos en su cuello. Le agarré su abundante cabellera, y tiré del pelo, mientras seguía bombeando. Ella cerraba los ojos y arrugaba la cara, abría la boca, buscaba aire.... Y yo la bombeaba y la bombeaba cada vez más salbajemente, mientras le tiraba del pelo y la sujetaba por un hombro.

Empecé a notar en mi polla un calor profundo; obviamente procedía del interior de su vagina. Se iba a correr. Ese calor provocó en mi una estimulación extra, y empecé a concentrarme para correrme. Mientras estaba en eso, Amy empezó a gemir y balbucear cosas incoherentes...., y me dijo.....  "Aaaaahhhhhhhhsssss......, siiiiiiiiiiii....!!!...., mmmmeeeee    coooooorrrrrrrooooooooooooooo......!!!!   Aaaaaaaaaaasahhhhhhhhhh..........  y yo embestía y embestía, y empecé a expulsar una corrida abundante y pegajosa dentro de su coño, que parecía no tener fin, mientras bufaba y me reía nerviosamente.....  Me desplomé sobre ella, respirando agitadamente. Busqué su boca, y ella me beso con lengua, profundamente agradecida, el corazón agitado, la cara desmadejada, despeinada....

Y así fue el comienzo de una noche de 7 horas follando....

(8,71)