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El cálido viento del Este 03: Jesús para Julio, los dos para mi

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Cuando entré en casa encontré a Laura y a Asier en el salón, estaban hablando distendidos entre  ellos y el sonido de fondo de la televisión les envolvía. Había paquetes por todas partes, intenté pasar inadvertido y atravesar delante de la puerta sin que me vieran, fue un intento fallido, mamá tiene ojos en la nuca.

-Iker, ya estás aquí, voy a prepararte algo para que cenes.  –no puse objeción alguna, no serviría de nada.

-Voy a cambiarme y bajo enseguida.  –tuve que dejar mi bolsa en el suelo y acercarme para darles un beso a ambos.

-Baja rápido, no te entretengas que ya es tarde.  –¿tendrá importancia la hora?, si ella se va a ir a la cama cuando se caiga de sueño.

Dejo la ropa sucia en la cocina para que Ramoni se encargue  y subo a mi habitación, quiero llamar a Jesús ahora; el momento en que caes en las redes de mama se conoce de antemano, cuando puedas escapar de ellas es un misterio. Oigo el sonido de llamada y no me contesta, insisto de nuevo dos minutos más tarde y, al fin, escucho su voz, llegué a pensar que estaba arrepentido de lo que habíamos hecho y que no quería saber nada más de mí.

-Dime Iker.  –Su voz sonaba suave y confiada, me había equivocado en mi presentimiento.

-¿Estás bien Jesús?  –pasan unos segundos antes de que me llegue su respuesta.

-¿Lo dices por lo de ayer?, ¿por lo que hicimos en el deportivo y en mi casa?  -su voz continúa sonando normal.

-Claro, a eso me refiero, sentiría haberme precipitado y jodido nuestra amistad.  –suena su risita sofocada.

-Iker, me lo pasé de puta madre, estoy deseando notar mi cipote en tu boca o en tu culo. No tienes por qué preocuparte, solamente de pensarlo se me está poniendo dura.

-Cabronazo, me tenías preocupado, no contestaste a mi primera llamada y pensé…

-Lo que no debías pensar, estaba dándome una ducha, con el calor que hace y haciendo de sherpa de mi madre todo el día, tenía una sudada que no podía soportar.

-¿Y cómo estás ahora?  -estaba imaginándolo desnudo en su habitación y mi polla ya estaba tiesa.

-Sentado en la cama y con una toalla que me la tapa.  –mi  imaginación la veía moverse bajo la toalla.

-Porque  es muy tarde y tengo que cenar, de otra forma me acercaría a hacerte una visita.  –el tío se ríe, seguro que se le ha puesto tiesa.

-Venga ya, ¿para qué llamabas?  -parece que se ha olvidado o quiere que le regale los oidos.

-Para quedar para mañana, te recuerdo que ya habíamos quedado.

-Que sí hombre, que ya sé el motivo por el que llamas, ¿cuándo y dónde?

-Podíamos quedar en mi casa pero mi madre va a estar todo el día dando vueltas recogiéndolo todo, o ir al deportivo y, si puede ser, en tu casa que será lo mejor, miento descaradamente para lograr que me invite a su casa.

-Vale, mi madre no estará pero antes iremos a darnos un baño y estar un rato en la piscina.

-Te llamo mañana, tengo que recoger algunas cosas para llevar de veraneo, no sé el tiempo que me llevará y oye, quería decirte algo.

-Soy todo oidos, dispara que me están llamando.

-Es sobre Julio, va a estar con nosotros mañana.  –dejo de hablar y espero algún comentario que no llega.

-Te hablo de Julio… -no me deja terminar la frase, me interrumpe.

-Ya sé quién el Julio del que me hablas. Porque no hay otro que yo conozca. Ese es, ¿da?, ¿toma?

-De todo, pero si te molesta le llamo y suspendo la cita con él, creí que no te importaría.  -lo he apostado todo a una jugada.

-Y no me importa, realmente es un chico que no está mal, si es que tú te los buscas, que ni con lupa.

Suspiro aliviado y pienso que no sabía bien él lo bueno que estaba Julio y como follaba, pero no se lo dije, en lugar de eso.

-Vale, todo arreglado, seguro que mañana lo pasamos bien o mejor que bien, la comida de tu madre está de vicio.

-Ya, y el hijo también.  –nos echamos a reír los dos al unísono.

-Bueno te dejo, bajo a cenar y ahora no te la machaques, resérvate para mañana.

-Lo mismo te digo, no me la voy a machacar cuando tú, mañana, me la ordeñaras de puta madre.

Nos despedimos definitivamente, ahora a esperar a que la verga se me bajase, este Jesús es genial, no pensé que se iba a tomar así las cosas, de esta manera que tanto nos convenía a todos.

Cuando bajé encontré a mis padres en el pequeño comedor, el salón estaba a oscuras y había un lugar con un plato y cubiertos, mi padre sentado en el asiento al lado del plato y mamá enfrente.

Ramoni me sirvió la cena, ensalada, tortilla de patata con tomate, un vaso de agua y un yogur natural, todo traído a la vez en una bandeja, se llevó el plato vacío y nos dejó solos. Comencé a comer en silencio, sabía que querían hablar de algo cuando habían decidido abandonar el salón y estaban sentados mirándome comer.

-Imagino que habrás recogido tus cosas, luego no empieces que te faltan la mitad.  –es mamá la primera que toma la palabra.

-Las bicis ya las he preparado yo y las he colocado en el coche, tú te encargas de bajarlas y montarlas allí, en el garaje, ¿de acuerdo?   -sonreí a papá agradecido, ya sabía yo que al final sería él el que las preparase.

-Gracias papá, eres el mejor.  –sonríe contento, se cómo ponerle alegre.

-Oye, Iker, ese amigo tuyo, Julio.  –deja de hablar y me mira en silencio, haciéndome la pregunta con la vista.

-¿Qué sucede con mi amigo Julio?, papá, ¿no te cae bien?

-No, no al contrario, creo que es un chaval muy majo, simpático y bueno, es que, ¡joder! Que me mira de una forma. Tú ya sabes.

-Papá, ¿quieres ser claro de una vez?

-Vale lo diré, parece que me va a comer con los ojos.  –mamá le mira asombrada, yo le miro simplemente.

-¡Qué cosas se te ocurren Asier!, pensar eso del pobre chico, con lo guapo y bueno que es. –mamá sigue en la inopia y el desconocimiento más absoluto.

-Igual es que te ve que estas bueno y le gustas.  –le digo yo con una sonrisa burlona.

-Vosotros reíros, no creo engañarme con lo que veo, pero no digo nada, si vosotros os lo tomáis así.

Se le queda cara de perro apaleado y mama y yo nos reímos. Si papá supiera cómo me miran a mi dos de sus amigos y lo que harían con su hijo, seguro que les corría a palos.

Luego la conversación vuelve a lo mismo, la lista de las cosas que hay que llevar, todo en plan meticuloso y, digo yo, si Asier va a subir todos los viernes, ¿qué más dará que nos olvidemos algo? Iremos sin poder respirar en el coche de la carga que llevaremos y luego papá ira de vacío, como un señor.

Mis padres vuelven al salón y me dispongo a ir a mi habitación, no me gustan los programas que ven en la televisión, le doy un beso a mamá y no puedo zafarme del abrazo de mi padre, ya lo digo, un día me rompe el rabo.

-Gracias de verdad papá, sabes que siempre me engancho algún dedo con las bicicletas, tu lo haces mucho mejor que yo.  -le doy un beso en la cara y él me da un cachete en el culo, no cambiará en su vida, siempre me verá como su niño.

Nada más subir a mi habitación llamo a Julio.

-Está hecho, he hablado con Jesús, mañana comemos en su casa los tres, os llamaré por la mañana para ir a darnos un baño antes de comer.  –le oigo que emite una risita.

-Eres la leche Iker, has aprendido y ganado a tu maestro, a ver cómo hacemos la jugada para que no se nos escape.

-No creo que lo haga, en realidad me ha dicho que está deseando que volvamos a estar y no puso pegas a que tú estuvieras también. Oye sobre otro asunto. Mi padre te ha calado, me ha dicho que te lo comes con la mirada, nada más no te alarmes.

-Vale, tampoco le disgustará tanto a él que le mire así, me sonríe dándome ánimos y vamos que es tu padre pero no me importaría que me la metiera. Total será como la tuya más o menos.  –suelto una carcajada que le contagio y reímos los dos, cuando nos calmamos.

-Julio, ten cuidado, la mía a su lado no tiene nada que ver, podría destrozarte el culo.

-Venga ya, ¿qué quieres?, ¿hacerle publicidad a la familia?  -hace sonidos con su boca, como si estuviera comiéndose una verga.

-Estas avisado, eres mi amigo y debía decírtelo, aunque no creo que corras peligro, no le veo a mi padre en la cama contigo.

Me lavo la boca, me desnudo y simplemente con el slip, me meto bajo las sábanas,  me haría una paja recordando la conversación con Julio e imaginando a mi padre enterrándosela en el culo tan bonito que tiene. No, mejor es dormir si es que puedo, mañana es mi último día, voy a tener a Jesús y Julio y luego vete a saber lo que nos depare la suerte en las vacaciones.

Allí no voy a tener mucha carne para llevarme a la boca, mi primo Mikel, con Edur que no sé como irá la cosa y lo que vaya saliendo, chavales que me gusten ya hay, a ver como se da este año. Me coloco la música, apago la luz y a consumir batería, mañana se cargará.

Me he debido de dormir, Ramoni está cantando sus absurdas canciones de los setenta, recogiendo mis cosas y me voy a levantar, en tres minutos aquello va a ser una locura cuando ponga en marcha la aspiradora. Me importa un huevo que vea como tengo el rabo, me levanto y me encamino al baño, me miro en el espejo, dentro de poco tendré que empezarme a afeitar, no tengo mucho vello en el rostro a diferencia con mi cuerpo. Me lavo la boca y a la ducha, otra vez que tengo ganas de una paja, estaría todo el día con el rabo en las manos, como  un simio.

Asier se ha marchado a trabajar, Laura está sentada en el comedorcito con su café con leche que va bebiendo a sorbitos y leyendo el periódico.

-¡Ay!, cariñín, ya te has levantado, te voy a preparar el desayuno y luego repasaremos la lista, por si se nos olvida algo.

-Mamá, repasamos la lista ayer a la noche, con papá delante, no lo recuerdas. –le hago una señal, llevando mis dedos a la frente.

-Nunca está de más darle un repaso, lo iré haciendo yo mientras desayunas, luego recoges tus cosas y dejas fuera de la maleta lo indispensable, nos vamos a primera hora, igual desayunamos en el camino.

-Pero mamá, ¿qué prisa tienes? Vamos a llegar, no te preocupes.

-Ramoni y yo tenemos allí mucho trabajo, como tú no tienes nada que hacer.  –mientras va preparando mi desayuno pienso en la pobre Ramoni, que la va a moler el lomo a trabajar, y luego ella dirá lo cansada que está por lo que ha hecho.

Tengo el desayuno en la mesa, tostadas con miel, un yogurt, leche con cola cao y zumo de pomelo, de color naranja ha tocado hoy. Desayuno con ganas, me lo como todo y vuelvo a subir al baño, recoger mis cosas, una toalla, traje de baño, dinero, móvil, la casa entera al bolsillo. Ramoni ya está en otra pieza  puedo mear a gusto otra vez.

-Mamá me marcho a la piscina, hoy comeré en casa de Jesús, como el otro día, no me esperes.

-Debías de traerle aquí, yo también me puedo ocupar de vosotros, luego llega su madre que trabaja la pobre y se encuentra todo lo que le dejáis tirado.

No quiero discutir, ¿qué sabrá ella de lo que dejamos tirado?, tampoco quiero que vuelva a decirme que recoja mis cosas, la doy un beso y marcho corriendo. Ya en la calle llamo a Jesús y a Julio y quedo con ellos en la puerta del deportivo. Cuando llego los encuentro esperándome, están el uno al lado del otro sin hablarse, como un poco violentos. Hace un día espléndido y vamos a la piscina descubierta.

Entramos y rápidamente nos hacen señas con la mano, en una esquina de la piscina esta gente de nuestra cuadrilla de amigos: Ibone, Enara,  Andoni, Germán, Luis, ¡joder!, y Tomás, nos saludamos todos, Tomás nos mira a Julio y  mi un poco avergonzado, para romper el frío paso mi brazo por sus hombros y me sonríe dichoso. Comenzamos a jugar, algunos se tiran al agua, Tomás se va a levantar y le sujeto de la mano, le hago un gesto para que permanezca a mi lado, en un momento nos quedamos solos, tendidos encima de nuestras toallas en la hierba, aproximo a su oído mi boca.

-¿Estás bien Tomás?  -me mira y se pone rojo.

-Bien, bien, sí.  –desvía la mirada.

-¿Estás arrepentido de lo que hicimos?  -sujeto ligeramente su mano.

-No no estoy arrepentido, al fin y al cabo yo lo quise, tú no tienes culpa de nada y Julio tampoco, pero me siento raro, no sé cómo comportarme con vosotros, ¿qué somos ahora?, ¿maricones perdidos?, ¿nos tenemos que ir a follar en cuanto nos veamos?, tengo muchas preguntas y pocas respuestas, eso es lo que me pasa. –me quedo un momento mirándole, los dos en silencio.

-No voy a contestar tus preguntas, yo te voy a decir cómo te veo o nos veo, como gustes, Yo nos veo como amigos, seguimos siendo amigos, ¿no?, con algún secreto para la gente externa que no le interesa lo nuestro. Nosotros, sin embargo, nos conocemos mejor, sabemos de nuestros gustos y creo que eso hace que nos queramos más que antes, que seamos amigos especiales y, por lo de follar, no te preocupes, si no lo deseas no hay por qué hacerlo.

Nos tumbamos mirando al cielo, pasan algunas nubes dispersas, algodones blancos en el infinito azul del cielo y el sol de justicia que no hay quien lo mire. Al cabo de un rato Tomás me golpea en el brazo.

-Iker, creo que tienes razón, somos amigos ante todo,  nos seguimos apreciando, en realidad ahora os aprecio un poco más y de distinta forma. No te sientas culpable por nada, todos lo quisimos, creo que yo lo deseaba desde hace tiempo, no el hacerlo contigo o con Julio, con cualquiera por probar, quería saber y siempre me he sentido atraído por los chicos, lo volveremos a hacer, cuando nos apetezca.

-Eres un tío grande Tomás, lo razonas mejor que yo y ahora, en confianza, si necesitas hacerlo es mejor que sea con los amigos, hay que ser precavidos y hay mucha mierda por ahí, hacerlo con amigos y gente conocida es lo mejor.

-Gracias, venga, vamos al agua.  –Tomás tira de mi mano y me arrastra detrás de él.

Con el calor que hace, el agua esta deliciosa y jugamos mucho rato, unos entrando y saliendo del agua, sentados en las toallas, y al final estoy agotado, vuelvo a nuestro lugar. Sobre una toalla, sentados, están Tomás y Enara, como siempre, como si no hubiera pasado nada y Tomás me hace un gesto de que todo va bien poniendo los ojos como un payaso, y las palmas de sus manos hacia el cielo. Me hace sonreír divertido.

Van juntando dinero para comprar algunas golosinas, yo no suelo ser de comer esas cosas, salvo en ocasiones muy raras pero pongo mi parte de dinero. Un rato después, casi estoy dormido tumbado, una mano toca mi hombro, abro los ojos, es mi prima Idoia, es más joven que yo, creo que tres años o así, es una chica muy guapa y muy infantil, lleva un bikini con lacitos y rositas de tela.

-¡Hola preciosa!, ¿qué haces?  -le pregunto a la vez que me recuesto elevando el tronco, para que me bese, es muy cariñosa.

-Estamos por allí.  –señala un punto indeterminado hacía un lateral de la piscina. Busco entre el público y consigo ver a mi primo, su hermano Mikel, luce su escultural cuerpo paseando por la hierba, como si estuviera en una pasarela, su figura varonil, atractiva a más no poder, no pasa desapercibida, tías y algún tío le miran. Vuelvo a prestar atención a mi prima.

-Estuve con mi tía ayer, ¿no te dijo nada?  -lo de su tía lo dice por mi madre.

-No, no me ha dicho nada, ¿pasa algo?, ahora está muy entretenida preparando las cosas para las vacaciones.

-De eso se trata, le he dicho que me lleve con vosotros hasta que mis padres y mis hermanos vayan. Me dijo que lo iba a hablar contigo, que tú eras el que mandabas y que estabas enfadado porque no querías ir tan temprano.

Mire a mi prima, me fijé con más detalle en ella, ya he dicho que es una niña muy guapa, a mi me gusta y no me vendría mal que nos acompañara, aunque fuera para que entretuviese a mi madre y me dejara en paz a mí.

-Vale Idoia, deseo concedido, puedes venir con nosotros, se lo diré a Laura, o mejor díselo tú y le puntualizas que yo estoy de acuerdo.  –mi prima se me lanzó al cuello para abrazarme y darme besos y las gracias, luego se marchó corriendo.

-¿Quién es esa chica que te besaba y abrazaba?  -me pregunta Germán que la sigue con la mirada-

-Mi prima, se llama Idoia.

-¡Joder!, pues me gusta tu prima, es guapa la chica.

-Sí, es guapa y muy joven para ti, galán de cine.  –le doy un empujón y cae cuan largo es entre risas.

-Ya se hará mayor, así no se va a quedar. –pone sus manos en sus pechos simulando las tetas de una mujer.  –joder con Germán, es un amigo, amigo que lo da todo por sus amigos, que no es guapo pero es atractivo y tiene un cuerpo 90 sobre 100, que no es gay, ¡lástima!, todos no vamos a serlo. Yo creo que él sabe algo de mí, el no lo habla y yo tampoco.

A la hora de la comida unos se van a sus casas, entre estos Tomás que acompaña a su platónico amor femenino Enara, otros han traído un bocadillo y Jesús, Julio y yo recogemos como que nos vamos a nuestras respectivas casas.

Hacemos el camino en silencio, no es porque no queramos hablar, es por el sol tan tremendo que nos aplasta, que nos hace transpirar y estar rojos y sufrimos como si fuéramos huevos que se fríen a fuego lento.

En casa de Jesús es distinto, se está de cine y el aire acondicionado, que no sé de donde sale, crea un ambiente que, en la primera impresión, se siente frío; cuando entramos en su casa y para romper el hielo abrazo a Jesús cariñosamente y le planto un breve beso en sus labios, nos quitamos el calzado y vamos a la cocina, Julio está deseando probar la comida que le alabé, al hablarle de lo bien que cocina la madre de Jesús. Empanadillas rellenas de bonito con tomate que hay que calentar un poco, una buena cantidad que ha dejado preparada, ensalada que aliño yo, se me da bien, cerezas o helados, mejor que en un restaurante y gratis.

Vamos comiendo, nos gastamos alguna broma y ya no sentimos frío, nos hemos hecho al ambiente de la casa, cuando recogemos, Jesús está de espaldas a mí y le abrazo por detrás, me arrimo a él para hacerle notar mi polla, vuelve su cabeza y me ofrece sus labios, se los beso.

-Yo lo que quería es pedirte permiso otra vez, para usar tu cepillo de dientes, o ¿has encontrado los que tiene tu madre escondidos?  -ahora es él el que me besa enfrentando nuestros cuerpos y apretándonos los dos. Julio observa. Les dejo que terminen de recoger todo y dejarlo limpio como la patena y me encamino al baño de su habitación.

Me lavo la boca y llegan mis dos amigos, le ofrezco el cepillo a Julio haciendo un gesto para pedir la aprobación de Jesús, cuando le toca a este, me fijo en lo que el otro día no me había fijado, Jesús al lavar sus dientes imprime un movimiento a sus caderas que me la está empalmando.

Termina de lavar su boca y le estoy esperando, para acabar de limpiársela con mi lengua, le abrazo y mientras le beso le voy llevando hacia su cama le empujo para que caiga en ella, con movimientos sensuales me voy quitando mi polo, poco a poco subiéndolo por mi torso y bajándolo, me pongo de espaldas a él y muevo mi culo sacándolo y ofreciéndoselo. Julio se ha sentado en el borde de la cama, acaricia el bulto que marca su cipote en el pantalón bermuda. Retiro totalmente mi polo y hago el mismo estriptis con mi pantalón, noto el bulto que esconde Jesús, que va creciendo, me arrodillo entre sus piernas, y meto mi mano por la pernera de su pantalón hasta llegar a su bulto, me relamo y le muestro obscenamente mi lengua, está empezando a sudar y no he comenzado con él.

Le bajo sus pantalanes y beso, sobre su slip, su verga que aparece por la cinturilla de lo tiesa que la tiene. Le retiro el slip, sus cojones quedan expuestos, se les ve delicioso y me llega el olor de su sexo, llego con mi boca hasta la suya.

-¿Qué prefieres usar mi la boca o mi culo?

-Tu culo que lo he tenido en menos ocasiones. –me mira y sonríe vicioso.

-Pues tuyo es.  –coloco mi culo sobre su verga y lo restriego contra él, comienza a suspirar y me aparto, me subo a la cama, me coloco de rodillas y se lo ofrezco elevándolo y abriendo mis rodillas. Mojo mi dedos en saliva y voy introduciendo uno en mi ano, y luego dos, y juego haciendo círculos con ellos, me estoy dando placer yo mismo, Jesús no toma la iniciativa y Julio, que sin darnos cuenta, al menos yo, se ha desnudado, le aparta un poco, se arrodilla y mete su cabeza en la raja que forman mis cachetes.

-Mira Jesús así se hace.  -le está enseñando a Jesús y una tras otra voy sintiendo en la entrada de mi ano las lenguas de mis dos amigos. Jesús aprende muy rápido, su lengua es más rígida y quiere penetrarme, entrar dentro de mí, me relajo para que lo consiga. Julio me abandona en las manos de Jesús, en sus manos, en su lengua, en su boca. Doy grititos de placer, me lo hace delicioso y esto le enardece más, aprieta su lengua como queriendo llegar al fondo. Estamos un rato jugando, él juega, yo sudo, tirito y musito –más, más, más,  Jesús más, se me escapa hasta la baba de mi boca y estoy haciendo un charco en la sábana.

-Te la voy a meter, te la voy a meter, no puedo más.

Tiene la punta en la entrada y aprieta desesperado. 

–Más despacio. –le digo pero no hay quien le contenga, antes de darme cuenta tengo toda su polla en mi recto, estoy lleno y llevo mis manos a mi culo para comprobarlo.

Se coloca de pié, flexionando sus rodillas y comienza a meterla y a sacarla, Julio aprovecha la excitación del momento y acaricia el culo de Jesús, noto como a veces se contrae cuando Julio intenta llegar más lejos. Creo que Jesús, excitado como está le va a permitir todo, imprime rapidez en sus embestidas, me la mete hasta el estómago, le miro, está delicioso, rojo como un farolillo, los labios llenos de saliva que le resbala por la barbilla y a veces me salpica y suda copiosamente. Le pido cambiar de postura, quiero observarle su cara.

-Dame, dame fuerte, Jesús.  -acaricio sus muslos con mis manos intentando atraerlo hacia mí, para que me la meta más. De repente se mueve convulso, pierde el ritmo de sus sacadas y metidas y se queda clavado en mi interior, sin tocarme salen chorros y chorros de leche de mi polla, todo lo que reservé anoche baña mi pecho hasta llegar a mi cuello y Jesús vierte todo su semen en mi interior, sus sacudidas últimas son convulsas hasta que queda satisfecho.

Nos quedamos quietos, luego él hace movimientos con sus caderas par entrar y salir lentamente, como queriendo descargar lo que le haya podido quedar en el conducto seminal.

Vuelve su cabeza hacia atrás para mirar a Julio.

-Ya puedes sacar tus dedos de mi culo.

O sea que Julio ha sido el causante de la abúndate venida de Jesús.

-Qué te ha parecido.  –Julio se dirige a Jesús.

-De puta madre, no me había corrido así en mi vida.  -le contesta Jesús. Mientras tanto mi culo va expulsando con sus contracciones la verga de mi amigo, chorrea de su punta un hilo de leche brillante y translúcido. Quedo rendido en la cama y realizo un esfuerzo para llegar con mi boca a su polla, para limpiarle la leche que le mana aún. Jesús cae a mi lado, Julio al otro lado de él, no para de acariciarle, de hacer círculos con sus dedos en el culo de Jesús y éste, poco a poco lo va elevando, se lo ofrece y Julio entiende el mensaje.

Se coloca entre sus piernas, arrastra las caderas de Jesús para que se coloque arrodillado, al elevar su cuerpo veo que el rabo lo tiene empinado, su capacidad de recuperación es asombrosa, se acaba de correr dentro de mí, en mi culo, como loco hace un momento, yo la tengo floja y casi no me puedo mover, observo las maniobras de Julio, me levanto para ir al baño, coloco mi mano en mi entrada para evitar manchar el suelo de la leche que me escurre. Cuando vuelvo me detengo de pié ante ellos, Julio va mordiendo los cachetes de mi amigo, metiendo su cara todo lo que puede y besando con sonoridad la entrada del culo de Jesús, pasando su lengua a lo largo de su raja y haciendo presión en el fruncido de su ano. Me tiendo al lado de Jesús y coloco mi rostro cerca del suyo, si cuando me follaba estaba rojo, ahora está malva, es prodigioso ver cómo está disfrutando, con los ojos cerrados, en sus párpados se notan como giran y se mueven. Acaricio con ternura su rostro, retiro el húmedo pelo de su frente y llego hasta él con mi boca para atrapar entre los míos sus labios. Me mira y creo que no me ve, suspira entrecortadamente.

Le tiende sobre la cama girándolo hacia él. Jesús me mira extrañado, las dos veces que me la ha metido a mí ha sido diferente, salvo en este último momento y le veo extrañado de la postura que le hace adoptar desde un principio.

-Todo va bien, no te preocupes, con la verga de Julio es mejor así, te va a gustar, tranquilo. 

Y vuelvo a besarle en la boca y ahora chupa con pasión mis labios y luego mi lengua que le meto, me la muerde un poco cuando Julio aprieta en la entrada de su culo para introducírsela, me hace daño y luego me la envuelve con la suya. Julio ha entrando en él, con suavidad  y sin parar mientras en el rostro de Jesús se ve un rictus de dolor, vuelvo a besarle y acariciar su rostro.

Me acerco a su cara y susurro en su oído.

-Ya la tienes dentro de ti, ahora respira hondo y tranquilízate.  -beso sus párpados y retiro el sudor que perla su frente, en su rostro se va dibujando una tierna sonrisa de beatitud y es él el que mueve sus caderas para que Julio comience su trabajo. Hacer el amor es una maravilla, un prodigio, pero verlo hacer en la forma en que ellos lo están haciendo es una tierna delicia, ver a Julio como se esmera, como le recibe Jesús, es un espectáculo divino, podría ser sexo únicamente, no es verdad hay amor en la entrega que se dan.

Me acerco de rodillas hasta él y coloco la punta de mi verga en sus labios, abre su boca y meto el capullo en ella, la chupa y a veces la abre para poder respirar. El rabo de Julio entra y sale de él como el cuchillo que se hubiera hincado en un melón bien maduro, se apoya sobre sus codos y baja su cabeza para unir su boca a la de Jesús, besa mi verga  se la disputan con sus lenguas los dos.

Julio aguanta un montón, lleva más de cinco minutos entrando y saliendo de él y ha dejado mi polla en la boca de Jesús, solamente para él. El primero en correrse soy yo, no permite que me retire y sujeta con su brazo mi pierna, me vierto entero en su boca, mi leche le resbala por la comisura de sus labios y envuelve el glande en ella, hace gestos raros con su boca, se la saco y curva su cuerpo buscando una mayor penetración y de su rabo salen chorros de leche brillante y tibia tiritando de placer, un momento después es Julio el que grita angustiado y se mete profundamente en el vientre de Jesús.

Voy recogiendo con mi boca la leche de Jesús que le resbala por su torso y su vientre y se la ofrezco para que la coja de mi boca y la compartimos los tres.

-Mañana me voy de vacaciones.  –les miro con pena cuando, como si fuera una reflexión hecha para mí mismo, salen de mis labios estas palabras.

Estamos sentados los tres en el sofá de su sala, hemos recogido todo el alboroto de su habitación, nos hemos duchado y ahora descansamos.

-En mi casa nos iremos a primeros de Julio.  –señala Julio a la vez que pasa su brazo por mis hombros.

-Yo ni lo sé, mi madre aún no me ha dicho nada y como trabaja, tendré que estar aquí hasta que ella coja sus vacaciones.

-Pues ya, hasta después de las vacaciones no vamos a poder repetir esto.  –a la vez que hablo acaricio el lóbulo de la oreja de Jesús.

-¿Qué me cuentas de la nueva experiencia?  -me mira sonriendo malicioso.

-Me ha gustado mucho y la próxima será la tuya la que me meta.  –pone su mano encima de mi pantalón, justo donde palpita mi polla.

-Esas ya son palabras mayores chaval. –suelta Julio y nos reímos los tres.

Les atraigo hacia mí, cada uno con un brazo hasta juntar sus cabezas y les abrazo con fuerza, les quiero, son mis amigos, ellos se besan uniendo sus labios.

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