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Acqua alta

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Acqua alta

Las gaviotas…

La luz de la tarde que cae

-horizonte de llamas efímeras-…

El susurro de un amante enciende una sangre,

El acqua alta invade la piazza de San Marcos.

Venid a Venecia, triste cristal resquebrajado,

Naufragio lento, cementerio de arte y belleza.

Venid, por aquí paseaba Pound,

En este palacio habitó Lord Byron,

Este puente, algo distinto, lo retrató Canaletto…

Venid, venid a Venecia,

Viejo cristal quebradizo.

 

Ese amor, señor, tan sólo y tanto…

El amor, señor,

Es ese banquete –Platón-

Al que no fuímos invitados…

Hablo del amor de dos solos, juntos,

No de ese otro amor doméstico.

Hablo del amor febril, señor,

Ese amor de almas encendidas…

Aún queda cierta gloria…

 

Sueños en que me recreo

Deseo unas ojeras profundas que digan

Que el tiempo del amor ha llegado…

Deseo ese ser que sea la sal y el sol del mundo…

Deseo un paraíso de piel perfecta,

De seda viva y palpitante…

Deseo…te deseo a ti, Tadzio,

O a ti, Lolita. Te deseo, juventud toda,

Encarnada en un cuerpo siempre joven,

Para siempre mío, eternamente golfo y virgen…

Deseo un imposible, bien lo sé:

Soy de esos que creen que un sueño es alcanzable,

Por más loco que sea, por más que se muestre

Ajeno a las leyes de la vida y de la muerte.

Pero dejad que sueñe, dejad que me consuele,

Que largo es el dolor y alta la sombra,

Que breve es la belleza y cruel el tiempo,

Que absurda es la vida y larga la noche sola…

 

Pájaros de lujo

Mórbidas criaturas

Que arden en la noche…

Al corazón azul

Su sombra sola,

Al seno lleno

Su vacío,

Al labio hermoso

Su beso frío…

Mórbidas criaturas,

Exuberantes hembras,

Ahítas de amores que no son Amor,

Sedientas de un sentir más alto.

 

Como espartanos en Termópilas

Los jóvenes que se buscan en la noche,

Que en ella se desean y en ella, casi siempre, yerran,

Saben, en el fondo, que en otro cuerpo no se halla,

No puede hallarse, ni toda la verdad,

Ni toda la belleza, ni toda la dicha.

El otro es sólo una excusa, siempre,

Porque en el fondo, en lo más hondo,

Siempre estamos horriblemente solos…

Otro cuerpo, otra alma, sólo logra

Que olvidemos esto de momento.

Pero la soledad, dura como pedernal,

Vuelve cuando menos se espera:

Hasta cuando nos creamos a salvo de ella

Y al lado de un amor yazgamos,

Hasta entonces puede venirnos

De improviso toda la soledad encima,

Aplastándonos el alma sin remedio.

Somos propensos a la infelicidad,

Y todo momento de dicha nos parece breve,

Mas no hay que rendirse nunca

Ni dejar la lucha ni bajar los brazos:

A nuestra sed de infortunio

Opongamos toda nuestra voluntad de dicha,

Al enemigo invencible y ominoso,

Nuestra pequeña pero firme resistencia.

(10,00)