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Ejercicios sexuales

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Mi esposo y yo nos lanzamos a la aventura de acudir a un Gym para mantenernos en forma. Yo cumplí, pero él no, pues sus ocupaciones -es gerente distrital de un laboratorio y ello abarca viajar a seis estados- no le permitían ir con frecuencia. En cambio yo, como toda mi vida he luchado con mi peso, pues soy tendiente a subir, necesitaba ir a hacer ejercicio para mantenerme saludable.

Como era de esperarse, la primera vez fui sola. Mi marido no pudo pues viajó a Mérida, Yucatán. Esto fue el pasado mes de marzo. Fui, entregué mi credencial y me hicieron pasar al área de aparatos. En el lugar estaban mezclados hombres y mujeres y se me designó a un instructor. Desde el primer momento supe que algo ocurriría. Mido 1.57, tengo piel apiñonada y tengo, dicen, un culo hermoso y piernas bellas. Llevé unos leggins y mi playera pegada que supongo que me hacía ver bien. El tipo que era mi instructor era un hombre de 1.90. unos 110 kilos y puro músculo y de piel oscura.

Me trató bien y fue paciente pues yo era un poco torpe para algunas cosas. Me acostó en  un aparato acojinado e hizo ejercicios conmigo, Me alzó las piernas y me hizo bajarlas varias veces. Me llevó a la caminadora y me puso algunas rutinas, algunas muy duras. All final estaba agotada tras una hora y media de ejercicios. Me ordenó que fuera a bañarme y me cambié. Sentí que debía despedirme y cuando me vio de faldita y blusa con unas zapatillas casi se le salen los ojos. Me preguntó si estaba cansada y yo le dije que sí. Me sugirió que me realizaran un masaje y yo le dije que no conocía a nadie. Ni tardo ni perezoso se ofreció a realizarme el masaje. Le pregunté sobre qué tenía que hacer y si lo realizaría allí y me dijo que lo esperara unos minutos.

Cuando salió me preguntó si tenía auto y le dije que sí. Le pregunté que cuanto me cobraría y me dijo que $150 pesos. Acudimos a su casa y entramos a la sala. Luego me pidió que pasara a un cuartito donde había una mesita que tenía un hueco. Era acojinada y me dijo que me desvistiera y me pusiera una toalla. Le hablé cuando estuve lista y entró. Se había puesto una camiseta sin mangas y un short de lycra. Se veía hermoso con sus grandes y musculosos brazos y le noté un buen bulto que seguramente representaba que tenía una gran verga.

Me acosté de espaldas y mi cara entró en el hueco de la mesa y comenzó a tallarme las piernas. Lo hizo como unas cinco minutos y la sensación era deliciosa. Me colocó una crema y sentí sensacional y mucho descanso. Apretó, talló y acarició mis pies de los cuales expresó que eran muy suaves y bellos. Volvió a masajear mis muslos y luego apretó mis caederas y la parte baja de mi espalda. Apretó mis hombros y talló mi espalda con esa rica crema.

Yo sentía fabuloso y luego me pidió que volteara y comenzó a tallar mis brazos. Yo apenas me cubría con la toalla y entonces comenzó a masajear en círculos mis senos. Casi me vuelvo loca. Acarició mi ombligo y luego se puso un aceite en sus manos que olía delicioso y tallo mi vientre hasta que llegó a mi vulva. Con un dedo taló mi vulva y clítoris y en ese momento sólo deseaba que me cogiera. Metió su dedo en mi vagina y yo lancé un delicioso gemido. Estaba lista. Siguió con mis piernas y regresó a mi vulva para introducir otra vez su dedo. Lo hizo varias veces hasta que me corrí, salpiqué un poco sus manos y gemí intensamente.

Voltée a ver su pito y lo acaricié y él sintió rico pues volteó a verme y mordisqueó mis senos. Yo estaba demasiado caliente y le rogué: "Papito, házme tuya, estoy hirviendo, por favor, házme tuya" y se quitó su playera para mostrame su hemoso pecho. Se bajó su lycra y su calzón y me acercó su pene que si bien no era muy grande ya estaba muy erecto. Se lo mamé como yo lo sé hacer y él enloqueció..

Me cargó con una facilidad pasmosa y me llevó a su cama y allí me prendió con su verga y me jodió como unos 10 minutos hasta que eyaculó sobre mis pechos. Le chupé el pene para extraer el semen restante y repetimos la operación, pero esta vez se lanzó encima de mí y luego me cargó. Me paseó de pie mientras me penetraba. Me preguntó si me gustaba lo que me estaba haciendo y yo casi a punto del orgasmo le dije: "Sí mi amor, sigue, sigue" y así lo hizo hasta que me volvió a poner boca arriba y arremetió con fuerza y rápidamente hasta hacerme enloquecer. Nuevamente eyaculó pero ahora le pedí que me lo arrojara en mi boca". Yo estaba feliz.

No voy seguido al gimnasio y sólo tuve un encuentro más con él, pues es muy asediado y seguro que se despacha a otras, pero pues por lo menos lo que viví con él aquí puedo relatarlo. Vaya que en esas dos ocasiones quemé calorías y me mantuve por debajo de mi peso.

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