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15. Visita sorpresa de Nicolás

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Cuando he llegado a la fábrica, mi jefe se ha asomado a la puerta de mi despacho para decirme que quiere hablar conmigo sobre lo que desean que vaya preparando. Al parecer el proyecto que tenían para que empezara tendrá que esperar, tengo que colaborar con otros trabajos en marcha, que se están ya ejecutando en distintas fábricas y que desde ésta debemos apoyar.

Deberé comenzar a contactar con el personal que está aquí trabajando sobre ellos, para que me digan las labores que desean que yo vaya haciendo, lo que quiere decir que pasaré mucho tiempo en la pantalla del ordenador en videoconferencias larguísimas para recabar la información y luego participar los resultados obtenidos, la verdad es que debo esperar a que mi jefe se vaya definiendo.

Iniciaré el trabajo para informarme del detalle de esos proyectos. Así ha transcurrido la mañana. A la tarde estudiamos un planning de trabajo que deja pendiente para que sigamos al día siguiente.

Hemos ido a la inmobiliaria, y al fin podemos tener el contrato firmado, luego nos llevan hasta el estudio, lo han dejado de pena todo con restos de obra, ¿hay suciedad?, la que se quiera, no nos lo limpiarán hasta el jueves, se producen más retraso y me doy cuenta de que mi madre se está cansando, a ver si aguanta unos días más. También para el jueves nos dicen que instalarán la lavadora.

Verdaderamente lo más interesante de acudir a la inmobiliaria son los dos chicos que nos atienden, son muy guapos aunque uno de ellos sea mayor, y lo disimulo pero no puedo dejar de mirarles, este es el más atento y el que mejor nos trata, el joven parece enamorado de sí mismo, aunque no me extraña, está para que me lleve a la cama y que haga de mi lo que quiera.

Todos estos pecaminosos pensamientos son motivados por la necesidad que tengo de Nicolás.

He salido tarde del trabajo que me lleva todo el tiempo salvo algunos ratitos de descanso, llego cansado, y al menos mi madre lo tiene todo preparado, es como si tuviera una criada a mi disposición.

Nico viaja mañana a París, el día 18 se incorpora a sus obligaciones en la universidad y la empresa, espero que no sean tan complejas como las mías, además él habla francés peor que yo, tendré que impartirle clases particulares cuando nos encontremos.

También he enviado, para que lo publiquen, el último capítulo del relato que estoy escribiendo.

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Hoy, a la hora de la comida, he escuchado críticas hacia España y el proceder de nuestros políticos, no me esteraba de mucho por estar sentado en el extremo opuesto de la mesa. Uno de los comensales les pide que dejen de criticar porque hay un español a la mesa. Me ha causado una gran tristeza, considero que hay gente muy válida y preparada en mi país. He hecho un gran esfuerzo para contestar que no importa, que tenemos muchas cosas que criticar y algunos estamos dispuestos a admitir la crítica si resulta constructiva.

Me muerdo rabioso los nudillos, al pensar que con nuestra capacidad tengamos unos políticos tan incapaces, ineficaces e inútiles. Tengo que contenerme para no llorar.

No quiero hacerme ilusiones de tipo alguno, pero no dejan de comentar que después de mi preparación acabaré en Barcelona, veo  el final muy lejos de todas formas.

La verdad es que mi jefe me va a volver loco, ahora quiere, que antes de nada, pase unos días en cada departamento de fábrica para conocer cómo funciona el conjunto e ir integrándome en los equipos de trabajo de los distintos proyectos.

Estoy casi toda la tarde con él, sobre todo haciendo preguntas que él me responde y me aclara, André me empieza a gustar después de las primeras horas de contacto.

Al final, está muy amable, me dice que le han gustado las preguntas que le formulo y hace que me ruborice como si fuera una tímida chica de quince años al recibir un cumplido.

Les extraña también la confianza que han tenido mis padres en mí, para ponerme a estudiar en un sistema diferente al español y reglado por el Ministerio francés.

La verdad es que no ha sido más difícil que lo que podía haber resultado en un colegio español, salvo aquel año en educación física, como siempre se me ha dado tan mal todo eso del deporte. Había llegado una nueva profesora de Francia que inmediatamente se le otorgo el título de “macho-men” y el primer trimestre, al presentar las notas en el consejo escolar, la mía iba con un suspenso, varios profesores se opusieron y el consejo acordó concederme un aprobado, un cinco, pero bueno para mí era bastante.

El pobre Gonzalo lo pasaba peor que yo, enseñándome como lanzar la jabalina con más estilo o subir por la cuerda de nudos, o saltar el potro, siempre se ofrecía para ayudar y cuando saltaba sujetarme del brazo para que no quedara sentado en él potro y lo pudiera sobrepasar.

Había chicos a los que tenían que retirar de las clase y del Liceo por la dificultad, pero como en el resto de los colegios supongo.

Nico está en París, ilusionado porque ya se siente más cercano a mí, yo también, si él supiera las ganas que tengo de tenerle, cada día me voy volviendo más adicto a él. A la tarde estuvo presentando documentación y quedó con el personal de la empresa, dos personas con las que colaborará en el proyecto, le invitaron a cenar. Tiene más suerte que yo, desde el primer día le reciben bien.

Tuvimos poco tiempo para hablar, o esa fue mi impresión, cuando abrí mi correo tenía una extensa carta suya, no me lo había comunicado y me emocionó, sentí un agradecimiento profundo porque me dedicara su tiempo.

OoOoOoOoOoOoOoOoOoO

En la empresa voy conociendo más y más, superficialmente por supuesto, pero lo importante es que voy entendiendo el funcionamiento del conjunto aunque algunas cosas me parecen reductos estancos, sin relación con el resto.

Las reuniones son las que me matan, invierto mucho tiempo y luego no me queda para nada.

Es increíble, mi madre consigue comunicarse con la inmobiliaria por mail y de milagro se entienden; es cierto que también se las arregla en las tiendas. No deja de insistirles sobre los trabajos pendientes a realizar en el estudio.

Nico me llama un par de veces, está tranquilo aunque comience mañana su trabajo, no le dará tiempo para dejar todo el papeleo solucionado aunque para él, que es pacífico y tranquilo, eso no tiene mayor problema.

Pasamos el tiempo hablando.

-Tengo unas ganas locas de que nos veamos.  –suspiro y me siento alegre y triste a la vez, él lo nota en mi voz.

-Repítelo, me gusta oírtelo decir, te amo Daniel y te prometo que nos veremos muy pronto. Te deseo no sabes cómo.  –logra que se me erice el vello y me estremezca de gozo.

Continúa mi lucha con las entidades financieras, sus condiciones son leoninas, quieren cobrarme por todo, voy a continuar buscando, no estoy conforme con que me obliguen a que abra una cuenta corriente, una cartilla de ahorro, tener tarjeta de crédito y de débito, y por todo ello te cobran,  por cada apunte,  cada cheque que gestionen, y por las transferencias. No me había ocurrido en España ni en U.K.

Francia es mucho más cara y complicada para gestiones administrativas. Como ventaja tiene que mi trabajo me gusta más que el que desempeñaba antes.

OoOoOoOoOoOoOoOoOoO

Continúo manteniendo reuniones y no hay otras novedades importantes.

Hoy se ha presentado Nico para ocuparse de su obligaciones en la empresa, se queja de que todo se resume a papeleo, le cuento lo mío, mejor se lo recalco ya que todos los días escucha mis quejas. A él le han ido a buscar de la empresa para llevarle a cenar, a mi me invitó mi jefe a la primera comida en la cantina de la fábrica.

Sigo perdiéndome un poco en las reuniones de trabajo,  hablan de problemas de los que no tengo ni idea, recurro al socorrido cuaderno con muchas hojas y varios bolígrafos, para tomar nota de todo.

Emplean muchas palabras técnicas que no entiendo en francés, me las traducen y yo quiero saberlas en este idioma, ¿Cómo puedo, si no, realizar los informes de proyectos?

Todo dentro de lo normal.

OoOoOoOoOoOoOoOoOoO

Hoy hemos tenido un show increíble, había participado en una reunión para seguir conociendo un departamento, luego me tocaba pasar por el laboratorio, me esperaban allí. A media mañana comenzaron a sonar las sirenas, al principio me asusté, me dijeron que serían los de seguridad realizando algún simulacro de accidente. Lo tienen organizado de cine, salíamos formados en fila, recibiendo nuestras máscaras antigás, en la explanada llegaban dotaciones de bomberos de Béthune y unos minutos más tarde de Lille, y la gendarmería con seguridad ciudadana y ambulancias.

Increíble de verdad, dos horas de show esperando de pie, donde supuestamente debían de recogernos si hubiera sido real el accidente.

A la tarde pido algunas carpetas, para guardar separadamente los apuntes de las diversas reuniones,  para así no llevar un montón de papeles.

Mi segunda semana de trabajo ha finalizado.

OoOoOoOoOoOoOoOoOoO

Anoche estuve mucho tiempo en el ordenador, trabajando y contestando correos y atendiendo otros asuntos, porque hoy tenemos que ir a contratar internet y no sé cuando irán a instalarlo al estudio.

Me he levantado tarde y bajamos para desayunar en la calle, fuera del aparta hotel, nos encontramos a Evans sentado en la recepción. Sin querer molestar llevaba una hora esperando, y otra hora empleada en el trayecto de tren entre Béthune y Lille, es un chico estupendo y dispuesto a ayudar en lo que pueda.

Se ofreció para ayudarnos en el traslado y le dije que no era necesario, mi madre había ido llevando durante la semana casi todo nuestro equipaje, solamente teníamos lo imprescindible para el sábado y domingo y los neceseres del baño.

No ha atendido mi indicación y se ha presentado sin avisar y de improviso, hasta ha tenido que cambiar su turno de trabajo con un compañero. No sé qué decir ante ese detalle y me alegra pensar  en las personas tan buenas que hay en la vida de cada uno.

Desayunamos, no tenemos nada que hacer y dejamos a mi madre en el estudio, ella tiene que continuar organizando la ropa, me acompaña a una gasolinera para llenar de combustible el depósito del coche y lavarlo.

A Lorian le han llamado para un trabajo, quieren hacerle un reportaje fotográfico para alguna agencia publicitaria y se lo pagarán, ha tenido que trasladarse a Orleans de donde le ha llamado la agencia.

Me alegro muchísimo que alguien les haya contestado, no se trata de un trabajo que tenga continuidad, pero hay que empezar con algo.

Comemos con Evans en el bar de siempre, acerté al pensar que el propietario nos reconoció la última vez que estuvimos mi madre y yo y ahora con Evans nos trata como amigos de siempre.

Damos un paseo los tres y le acompañamos a la estación, quiere marchar pronto ya que mañana entra a trabajar en el turno primero.

Nico está impaciente por verme y yo también a él, el trayecto de París a Lille es de un poco más de una hora en tren y dos horas en coche, quiere venir a verme y aunque lo deseé también intento disuadirle. Creo que no he conseguido convencerle para que no cometa esa locura por un día que resultarían unas horas de estar juntos.

Se ha sentido molesto de que Evans este ayudándonos y a él le haya pedido que no venga, no entiende o no quiere entender las razones que le expongo, que a Evans no le he pedido que estuviera y ha sido una decisión de él.

OoOoOoOoOoOoOoOoOoO

Me levanté muy temprano, ayer no retiré los embalajes que dejaron los técnicos que vinieron a instalar la lavadora como me había pedido mi madre. Lo cierto es que hablando con Evans se me olvidó, ella lo había dejado todo recogido en el patio y tampoco lo vi al salir.

Primero me duché y preparé para desayunar, me coloqué unos pantalones anchos de tela suave y una camiseta que me estaba floja y con la que me siento muy a gusto para poder moverme, todo me estaba grande y mi cuerpo bailaba dentro de esa ropa. Me sentía contento esta mañana y no paraba de cantar mientras observaba mi estudio, mi casa para un año.

- Daniel voy a ir a misa y no olvides dejar los embalajes en el container.  –la abracé y la levanté del suelo.

-¿Quieres que te acompañe para que no te pierdas?  -me miró divertida y me dio un ligero beso en los labios.

-Suéltame, déjame en el suelo. No me voy a perder, tengo un plano y me conviene conocer el entorno.  –salgo con ella para hacer el trabajo que me había encargado y la sigo con la mirada mientras se encamina a la puerta de salida del gran patio, aún hay algún montón de tierra ya que no han terminado de preparar los jardines.

Me parece extraño que abra el portón de la entrada de vehículos en lugar de la puerta personal, un automóvil entra por la puerta y mamá saluda al conductor, cuando llega a mi lado no me lo puedo creer, es Nico y mamá hace una señal de despedida desde la puerta.

Bendita madre mía, me han preparado entre los dos esta sorpresa. Ha venido en coche, esas dos horas de viaje podía haberlas reducido viniendo en tren que es más seguro y hubiera empleado menos tiempo. Pienso en el peligro al que se está exponiendo y me disgusto con él y con mi madre.

Ha encontrado la dirección sin problemas. Me alegro de verle sin superar mi enfado. Todo lo olvido cuando le veo bajar del coche con su sonrisa que me vuelve loco y voy corriendo hacia él para que me envuelva en sus brazos.

-Me pareces desconocido después de un mes sin verte.  –aprieto fuerte su cintura y tiene que inclinarse para responder a mis besos.

-Yo a ti te veo mucho más guapo y pequeñajo.  –me revuelve el pelo y se echa a reír mientras sube mi camiseta y acaricia la piel de mi espalda.

-¡Joder! Nico, estamos en la calle.  –me quejo pero es lo que deseo y consigue que me caliente un montón y que aplaste mi cuerpo contra el suyo buscando el calor que despide.

-Vamos a un hotel, quiero estar contigo, ¿tú no?  -como respuesta cojo su mano y la llevo a mis labios, sin darme cuenta meto sus dedos en mi boca y se los chupo.

-¿Estas cachondo?  -vuelve a reír apretándome contra él y estrechando mi pelvis contra la suya donde noto sus tremendos deseos sexuales.

-Estoy que me muero de ganas, mi madre ha ido a misa y tardará en volver, tenemos el estudio para nosotros, a la tarde tendremos tiempo de ir a un hotel si así lo quieres.  –aspiro su perfume y tengo que esforzarme en conservar la calma teniéndole a mi lado. Formamos una extraña pareja, él tan elegantemente vestido y yo como si fuera en pijama, pero el patio estaba vacío y las casas deshabitadas aún en su mayoría.

Sujeté su mano para llevarle hacía el estudio, no me permitió que se lo enseñara o creo que no lo pensé. En unos segundos estaba sobre la cama besando a Nico con inmensos deseos, amor y loco de pasión, mientras le iba desnudando hasta tenerle abrazado y sentir el calor de su cuerpo y las caricias de sus vellos en mis manos.

-Espera pequeñín, yo también te quiero tener desnudo.  –se coloca de rodillas y va retirando mi camisa sacándola por la cabeza.

-No me canso de mirarte, eres el chico más bello que haya podido ver.  –sus labios se cierran sobre mi tetilla haciéndome suspirar, me besa todo el pecho y me pide que me coloque de pie para quitarme los pantalones y el slip, se queda traspuesto mirándome con adoración.

-¡Cuanto te extraño cuando no estoy contigo!  -me abraza enterrando su cara en mi vientre.

Besa mi cuello y me hace estremecer de placer, sus brazos me abrazan como si quisiera evitar que me escape, ¿dónde voy a ir si quiero estar con él? El roce de los pelos de su cuerpo logra que me erice y estremezca.

No pude resistir más y me tiré encima de él, comencé a lamer su ancho pecho lleno de vellos, enredaba mi lengua en ellos y llegué a sus tostadas tetillas de puntiagudos pezones, se las chupé delirando y mamando de ellos para después pasar mi lengua por sus aureolas, seguí besando y lamiendo hacia abajo volviendo a degustar su duro y marcado abdomen, me sentía poseído por una lujuria que no me dejaba pensar, solo lamer y chupar su varonil cuerpo de macho.

Su pene chorreaba precum, firme y duro como una roca mirando al techo del estudio, le admiré unos segundos porque pedía a gritos que lo metiera en mi boca golosa, retiré el pellejo de su glande para tenerlo descubierto y pasar mi lengua por él, luego lo engullí, olía y sabía delicioso, mis labios lo envolvían y mi lengua, dentro del calor de mi boca, lo batía aplastándolo contra mi paladar, le escuchaba suspirar y me encendía en mi pasión más y más.

-Chupas de maravilla, sigue, sigue.  –movía sus caderas queriendo meterme más su verga, yo lo lamía haciendo circular mi lengua por ella, entreteniéndome en su frenillo para sentir sus estremecimientos al lamer ese punto.

Insistía empujando y lo fui metiendo lentamente hasta tenerlo todo completo en mi boca y garganta, descansé un momento para sentirlo vibrar en mi boca, engordándose cuando recibía el latigazo de la sangre que enviaba su corazón hasta que comencé a bajar y subir por su tallo apretando mis labios sobre él. Elevé mis ojos y pude ver el placer que le daba a mi hombre, se le caía la baba y miraba como mis labios y boca trabajaban su verga.

Fui subiendo la velocidad de mi mete y saca, follándome yo mismo mi boca con su falo, cogí sus huevos en mi mano y comencé a apretarlos y a tirar de sus vellos hasta hacerle gemir, los metí de uno en uno en mi boca, los tenía muy duros y pesados, llenos de su semen reservado para mí, me encantaban sus cojonazos morenos y llenos de pelos ensortijados.

Nico no soportaba más la espera, y yo hubiera deseado que se viniera en mi boca y recoger su semilla preciosa, guardada tantos días germinando en sus huevos para mí. Me tomó entre sus manos y me colocó boca abajo en la cama, comenzó a morder mis nalgas.

-¡Qué culito tan rico tienes!  -me decía que le gustaba mientras me lo mordía y luego besaba como pidiéndole perdón. Abrió mis nalgas y comenzó a comerme el culo, a pasar su lengua muy húmeda por mi ano, lo hacía de una forma deliciosa logrando que me mareara de gusto, era tanto el placer que sentía que solo hacía gemir y relajar mi ano para que lo penetrara.

Así estuvo un rato y tuve que contenerme para no correrme cuando su lengua penetró mi culo y lamió las paredes de mi ano.

-¡Ay! Nicolás, que gusto más rico me das.  –debí excitarle y dejó de penetrarme con su lengua para comenzar a jugar con su mano empezando a meter sus dedos en mi culo.

Me penetraba con fuerza con sus dedos y los curvaba por dentro haciéndome  gritar y pedirle su polla, la quería ya dentro y que me llenara de su virilidad que golpeaba mis muslos manchándolos de su precum.

Comenzó a entrar en mí, no podía al principio y me relajé a pesar del dolor para permitirle la entrada, había tenido mi culo descansando durante un mes y todo me parecía nuevo, como si fuera la primera vez que me follaba el culo, además de que su verga no era una polla cualquiera, me dispuse a recibirle, sabía que también me dolería cuando llegara al final y lograra penetrar mi resistencia.

El dolor se convirtió en placer, se dejó caer sobre mi y sentí sus pelos en mi espalda y su respiración agitada en mi cuello, bombeaba mi ano despacio metiendo y sacando su verga hasta el glande, me sentía muy feliz así soportando su peso mientras me abría para él y me entregaba pasivamente a su placer.

Sus pelotas golpeaban en mi culo, me sentía cogido y sometido a mi hombre, gemía placenteramente y no deseaba que dejara de entrar y salir nunca, se cansó de la postura y sin sacar su polla me dio la vuelta, ahora le tenía de frente, mirándome en sus ojos, colocó mis piernas en sus hombros y entro muy profundamente volviendo a sentir dolor en el fondo de mi vientre.

-¿Te he hecho daño mi amor? –ya no, había sido un instante cuando traspasó la barrera que formaba mi recto al final. Hice un gesto negativo con la cabeza y le sonreí.

Podía sentirle dentro de mi vientre hurgando en él y con mi mano notaba en mi tripa la forma de su verga, era increíble lo que me entraba. Le hice gestos con mi boca para pedirle que me besara, quería que parara un momento y sentir lo que me llenaba e hinchaba mi tripa, luego sin dejar de besarme comenzó a follarme, acariciaba su espalda pasando mis manos por ella y apretándole contra mí con nuestros pechos unidos y su verga dándome placer.

Pasó sus manos debajo de mí y me apretó con fuerza, mis piernas ahora sueltas abrazaban su cintura y endureció sus entradas llevándome a placeres increíbles.

-Te amo Daniel, te amo, no quiero perderte, cásate conmigo, déjame que te cuide.  –me hace llorar a pesar del placer que siento, ahora me pide que me case con él, en este momento sublime de pasión.

-Me corro mi amor, no puedo aguantar más.  –es un grito en mi oído y me clava contra la cama quedándose quieto como si estuviera muerto, solo siento las sacudidas de su verga en el fondo de mi cuerpo llenándome de su semen, y me estremezco a mi vez cerrando con fuerza mi ano al correrme con mi pene debajo de sus abdominales.

Pierdo el conocimiento unos segundos y él sigue dentro de mí sin moverse, soy yo el que muevo lentamente mis caderas sintiendo aún los estremecimientos de su miembro terminando de vaciar su preciosa carga en mis entrañas.

Voy pasando mis manos por su cara para quitarle el sudor que le corre a mares y beso apasionado sus rojos labios.

-Nico, cariño mío, ha sido delicioso, eres un hombre increíble.  -¿qué sabré yo de hombres si es el único que he tenido? Saca sus manos de detrás de mí para retirarse un poco y mirarme.

-Contigo no es difícil, nunca me había sucedido con otros chicos o chicas, tú eres mejor que cualquiera. ¿Me has escuchado lo que te he pedido?  -no puedo evitar besar su boca y morder los labios al hombre más bueno del mundo.

-Sería un desastre Nico, estamos muy bien así, pero te agradezco en el alma tu proposición, si alguna vez me caso será contigo.  –estallo en risas de júbilo, no me casaré pero me halaga y por un segundo he llegado a pensar en él como mi marido, me siento lleno de ternura y cariño hacia mi chico.

-Quiero cuidar de ti Daniel, sería tan feliz si algún día me aceptaras para llenarte de regalos sin que me los rechaces y hacer el amor varias veces al día.  –noto como escurre su leche de mi culo, tiene su verga muy dura y no me abandona, solo me besa una y otra vez mientras yo acaricio sus pectorales tan poderosos y perfectos.

Nunca encontraré un hombre como él que me quiera tanto, de eso soy muy consciente, y no sé el por qué no puedo pertenecerle como él desea, pero sería aprovecharme de su amor sin poderle corresponder en la misma medida.

Unos minutos después comienza a moverse de nuevo, su verga sigue dura como un tronco y llevo mis manos  hasta sus huevos para agarrarlos, siguen duros, calientes y pesados, llenos de esperma que necesita sacar de ellos y yo la deseo tanto.

-Quiero seguir, ¿no te importa?  -sonrío loco de alegría, es lo que estoy deseando yo también.

Estamos un poco sucios y el vello de su pecho se me pega al tener escondido mi semen entre sus pelos, se mueve para colocarse a mi espalda y levanta con fuerza mi pierna para volver a coger mi culo con energía. Podemos besarnos y acariciarnos mientras me folla y mi polla vuelve a sentir y a  saltar gozosa por el delicioso placer del pene que me penetra.  El me maneja y decide como colocarme para darme y darse el mayor gusto posible.

Vuelve a cambiar de postura y quiere que le cabalgue, estoy sobre él bajando y subiendo, sintiendo como su verga me penetra según deseo, sube sus caderas y me entra cuando bajo  en mi cabalgada a su encuentro, sus embestidas se aceleran y presiento que está a punto de correrse de nuevo, su cálido semen vuelve a rellenar mi recto, no tardo en llegar a mi clímax y verter otra vez sobre su pecho mi esperma, caigo sobre él para fundir nuestros labios en un beso sin fin, por mi parte de agradecimiento por el placer que me ha dado, luego quedo abrazado a él sin fuerzas para moverme.

-Dime que vivirás conmigo, que me amas, yo te amo más que a mi vida.  –musita en mi oído mientras besa y lame mi cuello.

Le quiero muchísimo pero tiene algunas ideas y decisiones extemporáneas que me disgustan, el que tenga que exponerse de esta manera viniendo desde París en coche, además connoto cierta intención de enseñarme su nuevo y despampanante automóvil. Por cierto ni lo he mirado y a él no parece haberle importado mucho.

Mi madre prudentemente nos permite que estemos solos y retrasa su llamada para avisarnos de que nos espera en el aparta hotel, nos duchamos y sonrío mientras paso mis manos por el vello de su pecho donde han quedado depositadas mis dos abundantes corridas. Antes no ha tenido mi respuesta y ahora en la ducha abrazando y besando su espalda.

-¿Sabes que te adoro Nico? Por favor, yo también quiero estar a tu lado, pero vayamos poco a poco.  –le digo mimoso. aún tenemos tiempo para hablar y reír mientras nos abrazamos y nos llenamos de besos hasta ir a recoger a mi madre.

Vamos a comer al restaurante ya clásico y conocido por nosotros, el de Martine, el propietario nos saluda muy amable. Mi madre adora a Nico y no sabe cómo ponerle contento y le lleva cogido del brazo.

A un comentario que ella hace sobre mi seguridad, el ambiente vuelve a ponerse tenso, Nico sugiere que la culpa de que él no esté conmigo la tengo yo, mi madre le apoya y le da la razón. Entiendo que los dos desean mi seguridad y verme protegido de todo, pero también ellos deberían entender que no soy un niño.

Me callo y les observo hablar dándose la razón mutuamente, creía que todo eso ya estaba hablando y resuelto, no entiendo el por qué de volver a insistir en cosas pasadas, se han tomado las decisiones que fueran y se aceptaron por todos, y a pesar de quererle tener cerca sigo pensando en que decidimos lo mejor para ambos.

Después de comer damos un corto paseo y volvemos para recoger los coches que hemos dejado cerca del aparta hotel.

Dejamos a mi madre y salimos a la calle, vamos serios, al menos coge mi mano para pasear y la aprieta con cariño.

-Ahora podemos ir a un hotel y continuar con lo que interrumpimos a la mañana.

-¡Tonto!, tenemos el estudio para nosotros. –reímos los dos y cogemos su automóvil para llegar hasta allí y recuperar el tiempo perdido durante este mes de ausencia.

En el momento del traspasar el dintel de la puerta, me colgué de su cuello y él me elevó para que quedara a su nivel, nos miramos sin saber que decirnos salvo besarnos.

-Cariño entiendo que os preocupéis de mí y de verdad que me gusta pero ya decidimos como viviríamos, no te enfades conmigo, te quiero Nico y te deseo de una forma loca.  –no me responde pero muerde mis labios como con rabia, me separo un poco de él y le lamo la barbilla.

-Perdóname tu a mí, tengo tanto miedo de perderte si no estoy cerca de ti.  –me llevó hasta el sofá y comenzó a retirarme la ropa mientras no dejaba de besar mi cuerpo, luego llegó mi turno de desnudarle y me sentí como siempre me ocurría, deslumbrado por su cuerpo tan proporcionado y duro, reflejo de su genética como el de su hermano Jaime, como un oso cubierto de vello, me arrodillé y coloqué mi mejilla aplastando su polla contra sus abdominales.

Me sentía tan bien oliendo su miembro sumergido en los pelos de su vientre, fui jugando con su capullo una vez retirado su prepucio y luego lo fui ensalivando con la punta de mi lengua para meterlo en mi boca y mamarlo.

Metí toda su verga en mi boca y acariciaba sus huevos con una mano, palpitaba placentera cuando apretaba sus testículos, la tenía tan dura que no se doblaba para entrar en mi garganta y le veía muy excitado mirando cómo me la tragaba entera hasta llegar con mis labios a su base, aguantaba unos segundos y la sacaba para respirar y permitir que mis babas resbalaran de mi boca para no ahogarme.

No quería que se corriera tan pronto y la saqué de mi boca para besarla y lamerla de arriba abajo y meter mi mano entre los pelos de su pubis para que se relajara de la tensión que padecía.

-Te la quiero meter, tenerla en tu culo. - me estremecí al mirar el palo que sostenía mi mano tan rígido y caliente, ya sabía lo que era pero no dejaba de impresionarme que aquello pudiera entrar dentro de mí.

Me levantó del suelo y me abrazó cubriéndome con sus brazos aplastándome sobre su pecho, le besé sus tetillas.

-Cuando quieras.  –me hizo que me diera la vuelta y me sujeté en el respaldo del sofá, tiró de mis caderas hacía él y me abrió las piernas, se echó saliva en la mano y la repasó con suavidad por mi ano, pensé que lo seguía teniendo abierto de la follada que me había dado hacía escasas horas.

Estuvo jugando con él antes de empezar a meter sus dedos, yo me abría todo lo que podía para que lo tuviera a su disposición bien abierto, comenzó a meterme sus dedos delicadamente y sentía mucho placer cerrando mi culo alrededor de sus dedos  y apretándolos para que no salieran.

Me quejé ligeramente cuando intentó que entraran tres de ellos y continuó trabajándome el culo con dos y agachándose para alguna vez besarme en el ano, lamerlo y dejar saliva para que sus dedos volvieran a su trabajo, me sentía muy abierto y relajado.

Me pidió que le preparara la verga con mi saliva y me la llevé a la boca para dejarla bien mojada, volvió a ponerme de espaldas a él y abrazó mi pecho mientras metía su polla entre mis nalgas, tiré mi culito para atrás pero me tenía muy pegado a él.

-No quiero meterla del todo.  –coloqué mi pie sobre el sillón, me subió con sus brazos y me fue dejando caer logrando que su verga fuera entrando al dejar descender mi cuerpo sobre ella, la penetración no era profunda pero sí muy placentera, llevé mis manos hacía atrás para sujetar sus corvas y apretarlo contra mi trasero.

-Me vuelve loco tu polla, está muy rica.  –tendría la mitad de ella dentro de mí y a pesar de ello estaba en la gloría, lleno de sensaciones maravillosas.

Estuvo unos minutos jugando a meterla y sacarla a distintas velocidades, bajé mi pié y me incliné dejándole todo mi culo expuesto, empinado para coger bien el ángulo de su miembro. Me sujeto de la cintura y apretó para meter lo que faltaba de una vez. Fue una entrada algo brutal que me dolió pero él me calmó besando mi espalda y el cuello. Giré la cabeza para ofrecerle mis labios y los unimos en un beso increíble mientras me iba follando con suavidad hasta que mi culo comenzó a colaborar en el coito.

Le tenía a mi espalda cogiendo mi culo con ganas y luego fue todo muy rápido, gruñía en mi cuello tirando de mis caderas, penetrando mi culo y entrando en él enérgico y con fuerza, haciendo que sus pelotas rebotaran cuando golpeaban mis huevos.

Sentí como corría el esperma por su polla y me la metió hasta el fondo para vaciarse en las profundidades de mi cuerpo, masturbé mi verga un par de veces y no hizo falta más para que me viniera un orgasmo que me agarrotó unos instantes sin dejarme respirar, él no dejaba de llenarme con su leche y aún se movía para que lo último se le saliera dentro de mí.

Fuimos al baño para limpiarnos y echar toda su preciosa carga de semen que llevaba en mi vientre, se limpiaba su verga en el lavabo mientras yo hacía fuerzas en el inodoro y su esperma no dejaba de salir de mí.

Salió del baño y su polla aun la llevaba tiesa, era un macho incansable y nunca satisfecho.

Puso en funcionamiento el reproductor de música, se me encogió el culo al escuchar la voz de María Callas llorando en su interpretación de la Norma de Bellini, cuando regresé una vez limpio y con crema aplicada en mi satisfecho culo, seguía desnudo sentado en el sofá, con los ojos cerrados escuchando, sintiendo la Casta Diva que llenaba el estudio con sus notas. Me coloqué el slip y me senté a su lado.

-Estuve en Barcelona con Marc.  –enredé mis dedos en el vello de su ombligo jugando con él y me apreté colocando mi cabeza sobre su pecho.

-No siento nada hacía él aparte de de mucho cariño.

-Me da pena el pobre Marc, tiene que ser terrible amar como él lo hace.  –me callé al pensar que a mí me había sucedido lo mismo con Gonzalo y me di cuenta de que, igual que yo no podría olvidar nunca, a él le sucedería lo mismo.

-¿Era bueno en la cama?  -me mira sorprendido y sonríe malicioso.

-¿Te interesa saber eso? Me parece raro que tú puedas tener celos.  –besé su tetilla al sentir como su brazo me apretaba.

-No siento celos, quizá es que estoy volviéndome morboso.  –está tan tranquilo desnudo como su madre le trajo al mundo, como si estuviera acostumbrado a que los amantes que tuvo le miraran y admiraran, pensándolo bien tenían que sentirse locas de poder disfrutar de un hombre tan viril y perfecto.

-Marc era una fiera en la cama y sabía follar muy bien.  –deja salir un suspiro y luego aspira hinchando su pecho.

-Entonces lo pasabas bien con él. –vuelve a apretarme y besa mi nuca.

-Muy bien, pero nada comparable a como lo disfruto contigo.  –dejé resbalar mi mano hasta llegar a su verga ahora semi dormida encima de sus testículos, pasé mis dedos por ellos sintiendo sus pelillos.

-¿Es de verdad que yo te doy más placer?  -mi voz suena muy suave y dulce, noto como su polla se alza y suben sus huevos dentro de su escroto.

-Tú eres capaz de quitarme el sentido, nunca pensé que llegaras a ser tan provocador y putito, pero te amo como eres.  –no continúa hablando y coge mi cabeza para que la levante y coger mis labios entre los suyos.

-Me encanta darte placer y que disfrutes de mi, si a eso se le puede llamar puto, lo soy, el mayor del mundo.  –yo también gozo con él y me gusta cuando me folla aunque me cause dolor que pasa a un segundo plano cuando el placer me llena.

Se levanta con toda su larga polla tiesa y me hace arrodillar en el sofá abriendo mis piernas y me besa en mi ano.

-Huele a crema y lo tienes rojo, voy a metértela pero me avisas si te causo dolor.  –no me importa que me lo haga, quiero que goce de mi, de mi cuerpo y muevo el culito para provocarle.

-No importa, métela despacio, estoy muy bien.  –la fue metiendo hasta tocar en el fondo, allí se detuvo, comprobé con mi mano que faltaba de meter un cuarto de ella al menos, respiré profundamente.

-Empuja Nico métela toda.  -sentí un ligero pinchazo y luego se termino de deslizar hasta sentir sus cojones en la entrada de mi culo.

-¡Hooo!, es delicioso  -grité de dolor y placer al tenerle y sentirle todo dentro.

-¿Te gusta cómo te la meto?  -me preguntaba a la vez que gemíamos los dos.

-Sí, sí, sí, eres mi macho y me encanta como me follas, te quiero Nico, hazme tuyo y tómame.  –comenzó un mete y saca muy suave que me hacía delirar de placer, así estuvo un rato largo, ahora duraba más, hoy me había follado ya varias veces y la mejor era esta.

Cuando se cansó me tumbó boca arriba, yo funcionaba por sus indicaciones o permitiendo que manejara mi cuerpo como a él le apeteciera, colocó mis piernas sobe sus hombros y volvió a penetrarme otra vez, gemía de placer y cerraba con fuerza mis ojos sujetando a veces sus caderas cuando bajaba para enterrar su verga en mi ano.

Sabía que era un estupendo macho pero me sorprendía al mismo tiempo su aguante.

-Cógeme fuerte cariño, goza de mi culo, es tuyo.  –seguía como un león rugiendo y dándome una de las mejores folladas que hemos tenido.

-Mi hombre, te quiero Nico, te necesito así dentro de mi cariño mío. –volvió a cambiar de posición y me colocó tendido sobre el sofá con las piernas juntas, no había sacado su polla de mi y ahora me montaba como un loco cabalgándome mientras sentía su sudor caer sobre mi espalda.

Era maravilloso tener un macho así que no paraba y me daba su polla sin descansar rompiendo mi culo. Cada poco tiempo cambiaba mi  posición y resultaba un frenesí de sensaciones sublimes las diferentes formas en que me follaba.

Se dio la vuelta quedando debajo de mi y mirando a mi espalda, comencé a flexionar mis rodillas y a cabalgar sobre su dura polla, era genial, en esa postura acariciaba mi espalda y mi cintura, además yo me la metía según me apeteciera y fue sublime cuando metió su mano para acariciar su verga mientras entraba en mi culo rozando con sus dedos mi sensible ano.

Sus gemidos eran igual de intensos que los míos, gritaba que se iba a correr y elevó sus caderas metiendo su pene cuando yo bajaba sin esperarlo, se quedó allí rígido viniéndose en incontables chorros de semen, lo sentía sublime como me dejaba todo su semen dentro de mí, no pude soportarlo más y le acompañé en su corrida bañando con mi leche sus piernas.

- Daniel ha sido…, ¿qué te pudo decir?  -me miraba cariñoso acariciando mi pelo.

-Nada, no tienes que decirme nada, solo prepárate para tu viaje, esta locura que has cometido, pero que tanto me ha gustado, espero que no se vuelva a repetir. Te quiero mucho Nico, quizá no como tú te merezcas, pero eres lo mejor que me ha podido pasar.

-Por cierto, tu nuevo coche me ha gustado.  –le beso con cariño acariciando su cara.

Nos duchamos y se le hace tarde, quiero que conduzca de día y evitar cualquier descuido que ponga en peligro su vida, no le amo pero es lo que más se aproxima al amor lo que por él siento.

Me abraza y besa antes de meterse en el coche y lloro cuando veo que se aleja, pongo en orden el estudio antes de volver al aparta hotel donde me espera mi madre.

-Es un  chico estupendo y que te quiere.  -¡hoo!, mamá si tú supieras que me da miedo causarle daño algún día y que por eso no quiero que me vea de su propiedad y más cercano.

 

Dos horas más tarde me llama para dejarme tranquilo porque ha llegado bien a su casa a las once y media de la noche.  Intento apartarle de mis pensamientos y centrarme en lo que mañana me espera en la fábrica.

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