Nuevos relatos publicados: 0

Mi Primera vez en el sexo

  • 4
  • 14.069
  • 8,84 (25 Val.)
  • 0

En Colombia se es mayor de edad cuando se cumplen los 18 años, es común que entre los hombres se de la costumbre de celebrarlo en un "burdel" que es como se le conoce a estos sitios donde puedes sentarte a beber un trago mientras ves bailar a las chicas sobre la barra, y si alguna te gusta, simple, la llamas, acuerdas el precio y subes al segundo piso donde entras a cualquiera de los muchsos cuartos y tener un rato loco. Llegue al famoso barrio de bogota conocido como Santa Fé, conocido por el gran numero de sitios que tiene, entre a uno de ellos con dos amigos, celebrando mi cumpleaños. Cabe aclarar que por cosas del estupido machismo ellos no sabian que yo era mas casto que el papa, sin embargo fingia experiencia en el tema.

Buscando entre las muchas mujeres vi a una, una mujer de tal vez 1.60 de estatura, vabello negro que le llegaba a los hombros, un bracier verde brillante con un short de jean y unos tacones, un atuendo que me permitía ver su cuerpo con claridad. Era de una piel trigueña, una cinturita muy bien delineada, con esas curvas que personalmente me encantan, abdomen plano y se notaba que hacia algo de ejercicio, sus nalgas eran grandes al igual que sus pechos, eso si muy proporcionados. En pocas palabras, era un cuerpo armonioso, le hice un gesto con la mano para llamarla.

se acercó y me dijo:

-hola corazón-

-hola- respondí

no charle mucho con ella, ya que no solo era mi primera vez en el sexo sino tambien en un burdel. Acordamos el precio y el tiempo, 20 minutos, que consideré sufientes para un virgen que se vendria de inmediato.

Subí tras ella mientras observaba su trasero contoneandose con cada escalón, viendo como sus nalgas trataba de salir por esos shorts, con las ganas de poseerlos en mis manos lo antes posible, coqueteabamos un poco mientras caminabamos a nuestra habitación. Cuando entramos me quité la ropa hasta quedar en boxer, eran de esos que parecían pantaloneta sin embargo donde deberia notarse una erección, no se veia nada, los nervios me tenian con las manos frias y por supuesto ella se dio cuenta.

Me sentó en la cama mientras ella, frente a mi, acerco su rosotro al mio y me susurro -tranquilo, yo no muerdo, o bueno... no siempre- y me sonrió con una picardia que ya se imaginarán. Con sus labios empezó a recorrerme por la mejilla, bajando por el cuello, siguiendo por el pecho, dando caricias esporadicas con su lengua y acariciandome con sus manos. Al llegar a mis boxer me miro mientras los agarraba con la mano y me los quitaba, dejando al descubierto un pene que ya empezaba a darce cuenta de lo plancentero que era. Se quito el bra, dejando ver esos hermosos pechos, redondos, sin marcas de bronceado, excelente!. se puso de pie y se quito el short dejando ver una tanga que combinaba con el bra, el cual, para ponerle mas picante le pedí me permitiera quitarle yo mismo. La sensación de ir bajando esta tanga despacio, mientras mis manos se rozaban con su suave piel, esto hizo que mi amigo se despertara, me empalme fuerte. Sonrió, tomo el condón y lo puso con la boca, sigui haciendome una mamada, era una sensación extraña, su boca caliente alrededor de mi pene mientras su lengua recorria en circulos la punta, despues simplemente subia y bajaba succionando cada vez que subia, lo sacaba y lo recorria con su lengua.

Se levanto y me empujo sobre la cama, quedé acostado mientras ella se subia sobre mi, sonreiamos, metió mi pene en su vagina y comenzó a cabalgarme. Recuerdo pasar mis manos por sus pechos, bajapor su vientre y despues tomaba sus caderas, su piel suave me extasiaba sin mencionar lo delicioso de la cabalgada. Posteriormente le pedí que se acostara boca arriba, queria probar el común misionero, así que lo hice. Mientras me movía escuchaba sus suaves gemidos en mi oido, sus exhalaciones, esto me hacia eloquecer, lo hacia cada vez mas fuerte, sin embargo no era esta la posición con la que queria terminar. Le pedi que se volteara , acostada, le penetré y ella cerro las piernas, amordazando mi pene, el movimiento se hacia mas intenso al igual que la sensación mientras la observaba agarrar con fuerza las sabanas y gemir ya con mas vigor hasta que simplemente... Me vine.

y así fue como probe el sexo, aunque confieso, nunca he hecho el amor.

(8,84)