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Mil vidas.

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Desparrama tu cuerpo sobre la cama, deshazte entre las sábanas mientras repto por sus esquinas. Suave, ojos semi cerrados olfatean tu cuerpo, desnudo, sobre mis fauces hambrientas.

Mi saliva cae a borbotones en tu boca, mientras luchan nuestras pelvis una contra la otra a ver quien cae. La piel se vuelve húmeda, somos un pantano en el cual nos perdemos mutuamente. Los brazos mientras tanto se alzan hacia el cielo, en busca de luz, a la vez que los gemidos se pierden entre el agua cada vez más oscura.

Me muevo a contraluz entre tus caderas, te acaricio con violencia, con placer abierto como flor de primavera. Rasgo tus entrañas en mi boca mientras gimes y gimes de placer desbordado, te excita que saboree tu cuerpo entregado a mi bandeja de plata. Con solo besarte puedo sentir tus vidas pasadas en mi lengua, tus miedos y tus temores derritiéndose en una noche de verano.

Como un libro que se voltea con el viento, busco destapar cada recuerdo en ti con mis caricias,  dejarte en blanco, como un libro de nieve, y mancharte con mi tinta y mi sudor hasta quemar tu cuerpo dándote una nueva forma en la cual poder romperte mil veces.

Mi cuerpo se destroza mientras te penetro, soy un vidrio de mil colores que se bifurca en luz hacia todas direcciones;  mi personalidad errática se rompe de base, y como una enredadera enferma por el sol subo hacia el cielo torcido sobre mí mismo, con manchas de heridas pasadas pero con las manos felices de recibir el aire de este momento.

Te arrojo contra la pared para sentir mejor tu sexo, abierto y entero parte de mi cuerpo. Con fuerza, los deseos se tornan cada vez mas sinceros, fluyendo mi conciencia entre tu espalda y tu cabeza; somos un ser en transformación, cada vez mas fuerte, hacia un cuerpo en común, hacia una tormenta en nuestras vidas.

Te estremeces con el primer orgasmo y siento como vibras en mi cuerpo; el hálito entrecortado me da vida y como si fuese una piedra preciosa, otorgas brillo a mi mirada, cada vez más negra, como un color grafito, perdida en tu cuerpo agitándose.

Gritas discretamente mientas te corres como un rio sobre la vertiente de una colina, arrojas tierra en mi pecho mientras te afirmas en el pecho con la palma, destrozando mi tórax con una fuerza endemoniada y con movimientos cada vez más perversos.

Mi conciencia se pierde una y otra vez con tus contorsiones, me siento volátil como la niebla, como si piel fuese de esto, y mis pensamientos se pierden en las ramas de los arboles eternos.

Mirando fijamente la luna, eyaculo sobre tu cuerpo mientras respiras hondo y profundo. Mi cuerpo de despedaza sobre ti, como un golem desfallecido  que se entrega a su futuro más fatal. Mas tus brazos atajan mis cenizas, las juntan y me desparramas sobre tu cuerpo, recordando que somos uno, y a la vez somos mil vidas en un momento.

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