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Fantasías hechas realidad.

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Todo comenzó por mi deseo de ver a mi esposa con otro hombre, era algo que se pasaba por mi cabeza y me excitaba. Haciendo uso de la confianza que tengo con mi esposa, le conté de mi fantasía, y ella decía que era algo extraña pero a la vez inquietante. Ella es una mujer voluptuosa, tiene una cara muy linda y para mi fortuna tiene un apetito sexual enorme.

Pues bien, hablábamos de esas locuras y fantaseamos con ello durante mucho tiempo, y un día en nuestro lugar de trabajo (trabajábamos en la misma empresa) ella me indicó que cierto muchacho la atraía, y que ella sabía que era correspondida por la manera en que la veía. Le dije que si quería hacer algo con él, y me respondió que podría ser, pero que no tenía ningún contacto con dicho muchacho, únicamente lo veía en la empresa.

Pero seguidamente me dijo que hiciéramos de la fantasía algo más interesante, que me atreviera yo a robarle ese día un beso y si se podía algo más a una compañera de trabajo, y que ella vería la forma de hacer lo mismo con el muchacho que la atraía, al que llamare Sebastián. Yo acepté. Ese día yo logre el cometido con mi compañera de trabajo, y ella aunque no pudo hacer lo mismo, si logro hablar con Sebastián y entablar una conexión.

Pero seguí pendiente cumplir el reto, así que ella dijo que lo cumpliría en días próximos. A la semana siguiente ella volvió a hablar con Sebastián y esta vez en una terraza de la empresa consiguió el ansiado beso, y algo más… que fue tocar su miembro y el sus senos, todo lo cual me lo conto con detalles.

Posteriormente me dijo que ella quería probar tener sexo con él, y en ese momento vi la posibilidad de hacer realidad mi fantasía, y sin dudarlo acepte. Pasaron varios meses en los que solo ocurrían besos y lo que acá en Colombia llamamos blujiniadas (tocarse por todo lado). Él sabía que ella era mi esposa por lo que aceptó que todo fuera clandestinamente.

Una semana yo no estuve presente en la empresa ya que tenía clases de un post grado, y Sebastián al notar mi ausencia le propuso a mi esposa que fueran a su apartamento, ella aceptó, y el quedó en pasar a recogerla después de la jornada laboral. Ella me contó eso y le di vía libre. Al atardecer el paso a recogerla y mi esposa dudosa le dijo que no podía porqué yo pasaría por ella para dirigirnos al apartamento, lo que popularmente se llama miedo.

No obstante, Sebastián le dijo que si aún quería que le llegara al apartamento que es cercano, le dio la dirección. No pasaron veinte minutos y mi esposa aún dudosa decidió ir, al llegar hablaron, y después procedieron a tener sexo desenfrenado… mi esposa dejo sus dudas atrás y se dedicó al placer. En dicha situación duraron aproximadamente una hora y no hubo cohibiciones, la pasaron realmente bien, y lo digo porqué mi esposa me conto todo posteriormente.

Después de eso todo lo sexual se avivó, y desde entonces no hemos hecho más que fantasear, y hacer realidad una que otra cosa. Les contaré posteriormente mas.

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