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Salvaje

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Como en todas las historias, conviene presentarse antes:

Mi nombre es Paola, tengo una hermana Gemela llamada Lucía. Tenemos casi 18 años, de hecho los cumpliremos el mes que viene; Somos rubias de ojos verdes, altas, delgaditas, con culitos respingones y pechos pequeñitos con pezones sobresalientes. Nuestra familia, sin ser rica es bastante acomodada; nuestros padres son bastante jóvenes pues se casaron “de penalti” cuando mi madre se quedó embarazada de mi hermano Juan con 16 añitos.

A mi hermano Juan les seguimos nosotras un año más tarde y se ve que después de nosotras “cerraron el kiosko” pues ya no tenemos más hermanos.

Hace un par de semanas nuestro hermano Juan nos sorprendió a mi hermana y a mí en pleno “69” mientras empezábamos a explorar nuestra sexualidad; el precio de su silencio fue una intensa sesión de sexo con él en la que nos desvirgó a ambas tanto de forma vaginal como anal.

Esto, lejos de desanimarnos o asquearnos, despertó en nosotras un ansía por experimentar el tema sexual de una forma plena y salvaje. No pasábamos noche en que mi hermana y yo no experimentásemos nuevos juegos y variantes sexuales.

Al cabo de varios días de nuestra primera experiencia (necesarios para que nuestros culitos y coñitos se recuperasen del uso y abuso a manos de nuestro hermano), Lucía me sorprendió poco después de correrse en mi boca.

-      Hermanita: ¿Qué te parecería comerle el coñito a otra que no fuese yo?

-      ¿Por qué me preguntas eso?

-      Pues porque Cristina me ha contado después de clase de gimnasia que el otro día con el calentón que llevaban después de la peli se enrolló con Marina, así que yo empecé a contarle el numerito que liamos entre nosotras y con Juan…

El caso es que se puso tan húmeda que el flujo le calaba las mallas y me ha ofrecido 500 euros por enrollarse con nosotras dos a la vez.

No me lo podía creer, ¡mi propia hermana me estaba proponiendo que nos prostituyésemos con otra chica!; lo que resultaba más difícil de aceptar era que la simple idea de follar con Cristina hacía que me humedeciese de una manera bestial.

Lucía rápidamente se dio cuenta de mi estado, así que con una media sonrisa irónica comenzó a deslizarse en dirección a mi entrepierna mientras no paraba de acariciar mis muslos…

Follar con tu hermana gemela tiene varias ventajas: entre otras cosas sabes que lo que a ti te hace correrte como una loca también funciona con tu hermana.

Lucía pronto comenzó a poner en práctica todas sus recientemente adquiridas habilidades, dándome pequeños mordisquitos en el clítoris mientras sus dedos invadían mi intimidad y comenzaban a acariciar la parte más profunda de mi vagina.

Ver sus ojos clavados en los míos mientras mis jugos resbalaban por su cara era algo tremendamente excitante, a las dos nos gusta la sensación de humillar a la otra; supongo que es un rastro de la rivalidad que siempre surge entre hermanos.

Muy pronto mis caderas empezaron a moverse de forma involuntaria con pequeños movimientos circulares mientras mi placer crecía.

“Este orgasmo va a ser de los gordos”, pensé mientras Lucía se separaba por unos momentos de mi coñito y me sonreía con su carita perdida con mis flujos.

Esa visión fue demasiado para mí, mi mente se perdió en la imagen de esa sonrisa viciosa mientras mi cuerpo se arqueaba y comenzaba a correrme.

Eyaculé sobre la cara de mi hermana; a veces nos pasa, y aunque al principio nos sorprendía y cortaba ahora nos gusta a las dos. Esa vez mi hermana no paró, siguió lamiendo mi clítoris hasta que se me encadenó otro orgasmo al primero e inmediatamente después un tercero…

…estaba exhausta cuando noté que Lucía sacaba sus dedos de mi coñito y los chupaba uno a uno; pronto comenzó a acercar su carita a la mía, me encantaba que oliese entera a mí…

-      Bueno, ¿qué contestas?

-      ¡Después de esto cualquiera se niega!

Lucía saltó contenta de la cama y fue derecha al teléfono para llamar a Cristina; pronto estuvo conversando con ella mientras que yo, aún desmadejada sobre la cama, escuchaba parcialmente la conversación de mi hermana:

-      Oye Cristina, se lo he comentado a Paola y me ha dicho que de acuerdo…

-      …

-      Mira Cristina, eso no es lo que habíamos hablado tú y yo…

-      …

-      No mira, no es solo cuestión de pasta, ¿sabes?

-      …

-      No sé, tendría que hablarlo con ella…

-      …

-      ¡Joder tía, desde luego tú sí que no sabes qué hacer con la pasta!

-      …

-      No mujer, yo no tengo nada en contra de Marina y Paola tampoco…

-      …

-      Lo hablaré con ella y luego te llamo ¿vale?

A todo esto yo ya estaba más mosca que un pavo en Navidad, aunque confiaba por completo en Lucía, así que cuando se sentó a mi lado comenzó a explicarme con una mirada pensativa:

-      Al parecer Cristina es más viciosa de lo que yo pensaba…

…con esa carita de mosquita muerta y resulta que ahora no solo quiere hacer un trío, ¡quiere hacer dobles parejas junto con Marina!

-      ¿Y cuáles son sus condiciones exactamente?

-      1º, ella será la que dirija el cotarro; nosotras tenemos que obedecer lo que nos diga sin chistar…

-      Bueno, es lógico, ¡el cliente manda! Dije entre risas…

-      2º, tenemos que estar preparadas para ser sodomizadas…

-      ¡Joder con Cristina!¡no me dirás que ahora le ha salido una polla!

-      No seas tonta, supongo que nos follará con consoladores…

-      3º, quiere practicar el “beso negro”…

-      Joder con la mojigata, ¿Cuánto paga por todo esto?

-      1.000 euros…

-      Pues no es tanto para lo que pide…

-      …1.000 euros a cada una, y si conseguimos que Marina se corra hasta quedar satisfecha por completo otros 500 más a cada una.

-      Bueno, la idea de comerle ese culito respingón que tiene hasta que se corra como una perra me gusta mucho, y al fin y al cabo que nos dé por el culo no nos va a pillar de nuevas después de cómo nos los partió Juan el otro día…

-      Ufff, todavía me duele cada vez que me acuerdo de cómo me lo rompió el muy hijo de puta…

A todo esto debo describir un poco a Marina y a Cristina…

Cristina y Marina tienen fama de “bichos raros” en nuestro Instituto; aunque ambas son muy guapas, nunca intiman ni con chicas ni con chicos, y de hecho fue raro el que comenzasen a hacer acercamientos a mi hermana y a mí.

Marina es alta y delgada, con un cuerpo atlético y bien desarrollado aunque bastante musculosa para ser una chica, le encanta el “Wind-surf” y el senderismo. Su precioso pelo castaño lo lleva en una media melena de corte muy moderno que le sienta realmente bien, sus pechos son pequeñitos aunque algo más grandes que los míos. Es muy inteligente (creo que nunca ha sacado una nota inferior a sobresaliente) y cuando la conoces resulta muy simpática.

Sus padres tienen muchísimo dinero, y eso se nota en su aspecto juvenil y sumamente atractivo; Entre sus muchos negocios de restauración se rumorea en el instituto que son los dueños del “Hetaira”, un conocido local liberal, junto a los padres de Cristina.

Cristina es algo más bajita que Marina, pelirroja con la cara llena de preciosas pequitas, es un calco de su madre hasta en sus profundos ojitos azules. De carácter es mucho más “lanzada” que Marina (una vez la expulsaron una semana por darle una paliza a un chico que se atrevió a pellizcarle el culo), sabe lo que quiere y nunca duda hasta conseguirlo.

Si los padres de Marina tienen muchísimo dinero, los de Cristina están forrados. El tema de la expulsión de su hija lo solventaron comprando nuestro instituto, lo que entre otras cosas explica que tanto Marina como Cristina usen unas duchas exclusivas para ellas y disfruten de pequeños privilegios.

Pronto nos decidimos y llamamos para decirle a Cristina que estábamos de acuerdo con sus condiciones y para fijar una fecha para el encuentro; afortunadamente mis padres nos dijeron que ese fin de semana tendrían que viajar para visitar a nuestra tía que se había puesto enferma, ¡nos quedaríamos con la casa para nosotras solas desde el viernes hasta el domingo por la noche!

El viernes por la tarde, tras despedir a nuestros padres, recibimos en casa a nuestras “clientas”.

Para la ocasión nos habíamos puesto unos juegos de ropa interior negra de Victoria´s Secret que nos compramos a escondidas; el suave roce de la seda contra nuestra piel era de lo más excitante mientras sentía resbaladizo el interior de mis oquedades gracias a la crema lubricante que nos habíamos puesto mutuamente.

Pronto llegaron Cristina e Marina a casa, las dos iban muy guapas, con pantalones vaqueros que resaltaban sus cuerpos y muy poco maquilladas como de costumbre.

Cristina e Marina solían ser inseparables, nunca participaban en la clase de deporte del instituto por algún tipo de impedimento físico que nunca nos explicaron claramente; en lugar de eso pasaban las clases de gimnasia estudiando en la biblioteca o haciendo deporte por su cuenta.

La primera noche que vinieron a casa a estudiar fue una excepción en sus vidas, pues como ya he dicho normalmente no solían relacionarse demasiado con otras chicas ni mucho menos chicos, por lo que para nosotras fue toda una sorpresa que nos lo propusiesen y desde luego dio que hablar en clase.

Una vez dentro de casa las cuatro nos quedamos cortadas un momento, saludarnos con los dos besitos típicos en las mejillas nos parecía a todas fuera de lugar sabiendo para qué habíamos quedado…

Cristina fue la que rompió el hielo, con las mejillas algo arreboladas nos sentamos todas en el salón y comenzó a hablar:

“Ya veo que estamos todas bastante cortadas, así que voy a dejar las cosas claras desde un principio: aquí hemos venido a follar, sin cortapisas, sin excusas, no a hacer el amor ni a darnos unos simples piquitos.

Vamos a hacer con vosotras lo que queramos y os pagaremos muy bien por ello, pero sobre todo os pagaremos por vuestro silencio, lo que vais a ver y experimentar con nosotras dos deberá quedar entre nosotras.

Marina y yo hemos estado hablando de este tema mucho, como sabéis somos buenas amigas, con mucho en común y entre nosotras nunca ha habido secretos.

Las dos nos gustáis, y la idea de follarnos a un par de gemelas nos pone a mil, estoy ansiosa por romperos el culo y ver como os coméis los coñitos la una a la otra pero antes quiero que me firméis estos acuerdos de confidencialidad”

Lucía y yo intercambiamos unas miradas algo extrañadas, pero tras leer por encima los contratos ambas firmamos sin dudarlo un instante.

“Muy bien, nos dijo Cristina con una sonrisa: parece que es el momento de que os ganéis vuestro dinero, empezad a morrearos las dos”.

Mi hermana Lucía me agarró del pelo y con algo de brusquedad me atrajo hacia ella y comenzó a darme un beso profundo, metiendo su lengua en el interior de mi boca y explorando todos mis recovecos. Rápidamente comencé a participar y empecé a acariciar los pechitos de mi hermana por encima del sujetador mientras seguíamos besándonos con ansia.

De repente, abrí mis ojos y observé el rostro de Marina observándonos atentamente a Lucía y a mí mientras nos devorábamos, no pude dejar de pensar en lo guapa que estaba con esa carita de puro vicio que se le ponía; la verdad es que estaba deseando comerle el coño.

Mientras estaba distraída con esos pensamientos de repente noté como se introducía un dedo en el interior de mi vagina; la zorra de mi hermana me había tomado la delantera y su mano empezaba a frotar mi clítoris mientras su dedito me invadía el coñito, dejé escapar un profundo suspiro de placer mientras notaba como mi humedad iba mojando la mano de mi hermana.

Ahora nos besábamos las dos con los ojos bien abiertos, compitiendo entre nosotras por hacer que la otra se corriese primero pero está claro que aunque nos hubiésemos olvidado de nuestras “clientas”, estas no se habían olvidado de nosotras…

De pronto me encontré abrazada a mi hermana con sus dedos acariciándome el clítoris mientras me morreaba con Marina; a su vez mi hermana lo hacía con Cristina…

Poco a poco me fui separando de mi hermana para abrazarme con Marina; mientras ella me desabrochaba hábilmente el sujetador empezó a mordisquearme el cuello y los lóbulos mientras me musitaba al oído: “prepárate porque te voy a destrozar so puta…”

Pronto tuve tres dedos de Marina dentro de mi coñito que no paraba de rezumar jugos; cuando logré quitarle el sujetador me recreé con el espectáculo de ver como sobresalían sus pezones erectos de sus pequeños pechos. Sus pezones eran muy oscuros, con unas aureolas casi negras y extremadamente sensibles como comprobé por sus suspiros y pequeños gemidos cuando comencé a mordisquearlos con delicadeza.

Me encantaba perderme en los ojos de Marina, me miraba con una intensidad cargada de profundo deseo mientras comenzaba a arrodillarse al tiempo que su lengua iba recorriendo el camino hacia mi entrepierna aleteando sobre mis pezones duros como piedras, jugando con mi ombligo y acariciando mi vientre.

Me miró un momento a los ojos como pidiéndome permiso para devorar mi sexo, al parecer leyó en mis ojos mi propio deseo pues sacando sus dedos de mi encharcado coño comenzó a pasar su lengua lentamente entre mis labios vaginales, introduciéndola lentamente en mi interior y degustando mi sabor mientras no desviaba su mirada de la mía…

Mi hermana por su parte no se había quedado atrás con Cristina, de reojo la vi de pie totalmente desnuda; estaba preciosa con sus piernas levemente separadas para permitirle a Cristina que introdujese todo su puño en el interior de su coño mientras le agarraba a esa cabrona del pelo.

Ver a mi hermana sometida de ese modo, a punto de un orgasmo brutal casi hizo que me corriera de inmediato. Si no lo hice fue porque Marina se dio cuenta y dejó de comerme el coño para lubricarse lentamente toda la mano con una crema especial. Estaba claro que no solo a Lucía le iban a reventar el coño con un puño…

Dedo tras dedo Marina acabó por meterme a mí también su puño mientras mi hermana berreaba su primer gran orgasmo de la noche mientras insultaba a Cristina y simultáneamente le rogaba que no le sacase aún su mano del coño. Esto fue demasiado para mi, apenas había comenzado Marina a mover su mano en mi interior cuando me corrí salpicándole su carita con mi corrida.

¡Menudas putas estábamos hechas las dos! Por el momento éramos las únicas que nos habíamos corrido, nuestras clientas seguían a dos velas e incluso conservaban aún sus bragas aunque se veían claramente excitadas…

Tras recuperarnos un poco, mi hermana comenzó con lo que pensaba que sería un simple 69 “de calentamiento” con Cristina cuando de repente la oí exclamar:

-      ¡Coño! ¿Qué cojones es esto?

-      ¿tú qué crees que es, rica?

Mi mirada se desvió hacia la cara de mi hermana que tenía a pocos centímetros una inconfundible polla con una considerable erección; no había acabado de asimilar lo que veía cuando Marina con una sonrisa me hizo acercarme a la entrepierna de Cristina y le quitó del todo las bragas a esta para que lo pudiese observar mejor.

No solo había un pene de buen tamaño, este campeaba orgulloso sobre un lindo coñito a modo de descomunal clítoris…

Lucía y yo no habíamos terminado de salir de nuestro asombro cuando Marina se deshizo de sus braguitas revelando un instrumento similar ante las risas de Cristina al ver nuestras caras…

-      ¿Qué coño sois vosotras? Dijimos las dos casi al unísono.

-      Cristina: Ya os advertimos que os íbamos a reventar el culo a las dos…

-      Lucía: Si, pero nosotras creíamos que ibais a usar consoladores o algo así…

-      Marina: Ya veréis como de este modo será más divertido…

-      Yo: Pero eso… ¿os funciona de verdad?

-      Marina: Ya lo verás preciosa, puedo correrme con mi polla o con mi coño sin problemas…

-      Lucía: ¿Y llegáis a eyacular?

-      Cristina e Marina: ¡Pues claro!

Lucía pronto se rehízo de su sorpresa y comenzó a lamer el miembro de Cristina mientras que simultáneamente introducía un par de dedos en su coñito, yo observaba ensimismada el espectáculo cuando de repente noté como se apoyaba el duro miembro de Marina en mi culito.

Marina hizo que me pusiese a cuatro patas y comenzase a lamer el ano de Cristina; en esas estaba cuando vi la mirada vidriosa de Lucía mientras le comía con fruición la polla a Cristina, sin duda Cristina era una come coños sumamente experta, mi hermanita no paraba de encadenar orgasmos mientras Cristina enterraba su polla profundamente en su garganta. No terminaba de entender cómo podía meterle Cristina esa caña sin que Lucía tuviese arcadas.

Me encantaba el sabor y el olor a hembra del coño y del ano de Cristina, pronto mis dedos sustituyeron a los de mi hermana en el interior del coño de Cristina mientras que con mi lengua penetraba su dilatado esfínter. Mi hermana se abrazaba a las caderas de Cristina mientras que esta le asestaba profundas embestidas en su garganta hasta el punto de que las lágrimas rodaban por sus mejillas.

Yo estaba concentrada por completo en el ano de Cristina, la cual comenzaba con los pequeños movimientos involuntarios de cadera precursores de su orgasmo cuando Marina me hizo sacar los dedos de su coño para volver a introducirlos de nuevo tras lubricarlos cuidadosamente con una crema especial.

De repente sentí un dolor intenso y grité con fuerza. El que me hubiese olvidado de Marina no significaba que esta se hubiese olvidado de mí, de un solo golpe hundió su grueso pene en mi recto hasta la mitad y con otro brusco empujón lo introdujo por completo.

El intenso dolor me hizo llorar, cosa que como me imaginaba puso a mi hermanita a mil; no sé qué es lo que nos pasa a las dos, pero una de las cosas que más nos pone es ver a la otra sometida o humillada de la forma más dolorosa posible.

Marina me embestía con mucha fuerza, sacaba su pene de mi interior casi por completo para volverlo a introducir de un solo golpe sin prestar la menor atención al dolor que yo sufría.

-      Marina: ¡Jódete puta! ¿pensabas que ibas a ganarte ese pastón solo por correrte como la guarra asquerosa que eres?

-      Yo: Marina, por favor, ¡ve más despacio que me estás haciendo mucho daño!

-      Cristina: No le hagas caso a esa guarra, ¡rómpele el puto culo!

Mi hermana debía tener la polla de Cristina en la boca del estómago, tenía la cara totalmente roja y le sobresalían las venas del cuello mientras seguían rodándole sus lágrimas…

A este juego de “revienta a la puta” podemos jugar todas pensé mientras sufría los embates de Marina en mi pobre culo y hundía mi lengua en el interior del ano de Cristina; así que apreté con fuerza hasta notar como mi mano entera forzaba la resistencia de las paredes del coño de Cristina e introducía con fuerza todo mi puño en su interior.

Se ve que esto fue demasiado para Cristina, con un fuerte rugido noté como su esfínter se cerraba alrededor de mi lengua mientras su coño aprisionaba con fuerza mi mano y descargaba su ¿semen? En el interior de la garganta de Lucía y después por toda su cara para finalmente quedar desmadejada encima de ella.

Marina por su parte comenzó a correrse en mi culo mientras pellizcaba y retorcía con fuerza mis pezones. Me había reventado fijo, cuando dejó de encularme observé el profundo cráter rojizo en que se había convertido mi culo con el espejito que suelo usar para maquillarme. Gruesos goterones de su semen salían de mi interior mientras la muy zorra me miraba sonriendo, evidentemente muy satisfecha del modo en que me había partido el culo (lo más jodido es que la encontré guapísima y extrañamente me sentí muy orgullosa de haber resistido todo su “tratamiento” hasta el final).

Aún estaba recuperando la respiración cuando Marina comenzó a limpiar a lengüetazos la carita de mi hermana que estaba cubierta con la lefa con la que Cristina la había obsequiado abundantemente…

Eso me dio una idea, así que cuando acabó de limpiarla me puse en cuclillas sobre la carita de mi hermana y dejé que el semen de Marina que aún salía a goterones de mi culo cayese en su boca mientras que Marina y yo nos mirábamos fijamente a los ojos.

Aún seguíamos mirándonos cuando comencé a notar la lengua de mi hermana explorando mi ano en busca de los restos de semen que pudieran quedar. Cuando terminó su labor las cuatro nos sentamos completamente desnudas y relajadas en los sofás. Lucía trajo unas Coca-Colas y algo para picar, momento en que comenzamos a charlar:

-      Marina: ¡Ha sido genial reventarte el culo Paola!

-      Yo: ¡No ha sido precisamente un placer, pero por lo que me vas a pagar me alegro de que te haya gustado so cabrona!

-      Cristina: ¿Tan bueno resulta petarle el culo a una tía, Marina?

-      Marina: Es sensacional Cristina, sientes que dominas por completo a la tía, y si encima está tan buena como Paola…

-      Lucía: Ahora en serio, ¿sois mutantes o algo así?

-      Cristina: No seas tonta Lucía, solo somos hermafroditas.

-      Lucía: ¿Esa no era una diosa griega o romana, o algo así?

-      Marina: No tonta, esa era Afrodita la diosa griega del amor, nuestro nombre viene de mezclar el nombre de Afrodita con el de Hermes…

-      Cristina: en definitiva que somos hombre y mujer a la vez, es algo muy raro pero pasa en uno de cada 10.000 nacimientos creo…

-      Lucía: ¿Sabes Cristina que estás muy bien dotada? Casi me ahogas antes cuando te follaste mi garganta…

-      Cristina: Es que no te imaginas lo bien que come tu hermanita el culo…

-      Yo: Créeme Cristina, lo sabe muy bien…

Esto provocó un alud de carcajadas, el ambiente era muy agradable y distendido así que continuamos la conversación:

-      Lucía: ¿Desde cuándo os conocéis?

-      Marina: Pues desde siempre…

-      Cristina: Cuando nacimos fuimos un auténtico palo para nuestros respectivos padres, supongo que estaban desesperados y fueron a casi todos los especialistas que encontraron…

-      Marina: …y en la sala de espera de uno de esos especialistas se encontraron y charlando, charlando…

-      Cristina: …descubrieron que tenían mucho en común y ya no perdieron el contacto.

-      Marina: Por un lado ellos supusieron que la vida nos sería más fácil si ambas teníamos el apoyo de una amiga que nos comprendía perfectamente…

-      Cristina: …y por otro lado realmente tenían mucho más en común de lo que pensaban.

-      Yo: ¿Qué quieres decir?

-      Marina: Pues a que a sus padres y a los míos les va el rollo del intercambio de parejas…

-      Lucía: ¡Joder tía, qué fuerte!

-      Marina: Es muy curioso que digas eso justo después de haberte comido mi semen lamiéndolo directamente del interior del culo de tu hermanita gemela ¿no crees?

-      Lucía: Pues la verdad es que tienes razón…

-      Cristina: Además, gracias a ellos habéis conseguido este “trabajo”…

-      Yo: ¿Qué quieres decir?

-      Cristina: Mira, como te puedes imaginar nosotras perdimos juntas la virginidad, primero me follé yo a Marina y al día siguiente me reventó ella el coñito…

-      Marina: Sangraste como si te hubiese degollado…

-      Cristina: ¡El caso es que cuando a alguna le apetecía, pues se follaba a la otra y listo!

-      Marina: Al menos hasta el mes pasado, ¿os acordáis de ese día que hubo la amenaza de bomba y no tuvimos clases por la tarde?

-      Lucía y yo: ¡Pues claro! ¡Como que fuimos nosotras las del aviso!

-      Cristina: Pues Marina y yo aprovechamos para ir a su casa a merendar pues nos pillaba más cerca, al entrar oímos ruidos raros en el dormitorio de sus padres, y al mirar que pasaba nos encontramos a su padre reventándole el culo a mi madre mientras que la suya le comía el coño a la mía…

-      Yo: ¡Qué fuerte tía! ¿Y tu padre?

-      Cristina: Pues acababa de correrse sobre la espalda de la madre de Marina después de joderle el culo a base de bien…

-      Marina: …después de eso atamos cabos y un día los seguimos hasta un club de intercambio de parejas, pero eso ahora no viene al caso…

-      Cristina: …el caso es que nos apetecía probar lo del sexo anal…

-      Yo: ¿Y por qué no lo hicisteis entre vosotras?

-      Marina: No te rías, pero el caso es que nos daba mucho palo…

-      Lucía: ¿Por qué?

-      Cristina: Por un lado pensamos que podía joder nuestra relación, y por otro lado la idea de someteros y follaros nos apetecía a las dos…

-      Marina: ¿os gustaría ver algún video de nuestros padres follando?

-      Yo: ¡No jodas que os los habéis traído!

-      Marina: Si, suelen grabar todas sus escapadas y se ve que aunque muchas las borran, las más fuertes las guardan grabadas. Yo encontré el escondite de mis padres a los dos días de que los “pescásemos” follando y Cristina unos pocos días más tarde…

-      Cristina: Se ve que los míos los escondieron mejor…

Pronto estábamos las cuatro alrededor de la televisión gigante del salón, de repente apareció una grupa femenina que ocupaba toda la pantalla mostrando los labios vaginales inflamados y bien abiertos mientras un pene gigantesco se abría paso a la fuerza en el interior de su recto y la sodomizada dejaba oír sus quejidos y aullidos de dolor; sin duda a estos también les iba el sexo bien duro.

Los lamentos cesaron de súbito, la explicación quedó clara cuando el operador de la cámara enfocó un plano más general y pudimos ver cómo el padre de Cristina enculaba salvajemente a la madre de Marina mientras que la madre de Cristina la silenciaba obligándola a comerle el coño al agarrarla con fuerza de los cabellos.

Sin duda tenían mucha práctica, la escena continuó con un primer plano precioso de la carita desencajada de la madre de Marina comiendo con ansia el coño pelirrojo de la madre de Cristina hasta que con un auténtico alarido de placer esta última se corrió en la cara de la madre de Marina salpicando su cara por completo y llegando a empapar sus rubios cabellos con su espectacular corrida.

El padre de Cristina siguió machacando los intestinos de la madre de Marina como un campeón hasta que esta comenzó a correrse con grandes gritos; el cámara pasó de nuevo a un primerísimo plano en el que se podían apreciar hasta las contracciones del esfínter de la madre de Marina mientras se corría. Al poco cesaron los movimientos espasmódicos del padre de Cristina mientras se le oía un auténtico bramido, sin duda se había corrido en lo más profundo de esta.

La siguiente escena mostraba por fin al padre de Marina bombeando el culo de la madre de Cristina mientras esta hurgaba a su vez en el interior del culo de la madre de Marina y chupaba el semen que rezumaba de este. La escena general dio paso a un primer plano de la carita pelirroja de la madre de Cristina afanándose por lamer el semen de la otra fémina mientras en segundo plano se apreciaba al padre de Marina rompiéndole el culo con todas sus ganas. Una gruesa gota de semen resbalaba por su naricita respingona mientras que su carita era una mezcla entre sus hermosas pequitas cubiertas de semen y los flujos vaginales que le resbalaban de sus labios.

El padre de Marina escogió correrse encima de su carita de muñequita mientras esta no apartaba la mirada ni un momento de su sodomizador; pronto tuvo cubierta por una gruesa capa de regueros de blanca lefa toda su carita, momento en que esbozó una radiante sonrisa.

Lo último que vimos fue como se movía la cámara y era colocada sobre algún soporte para grabar a los cuatro progenitores charlando distendidamente entre risas y comentarios jocosos; la madre de Cristina ni siquiera se había molestado en limpiarse la cara cubierta de lefa e intercambiaba besitos y toques de lengua con la madre de Marina, sin duda sabía la fuerza que tenía esa imagen en los hombres y lo que contribuiría a que estos recuperasen pronto su vigor…

Cristina apagó la televisión y todas nos miramos entre nosotras anonadadas…

-      Yo: ¡Que fuerte! ¡Me han puesto a mil!

-      Lucía: No os lo toméis a mal, pero no me importaría lo más mínimo follar con cualquiera de vuestros padres o madres… ¡Qué pasada de polvo!

-      Cristina: No os preocupéis, a mí no me importaría nada ponerme en el lugar de cualquiera de ellos…

-      Marina: ¡Toma, ni a mí!

-      Yo: ¡Oye que eso significaría encular a tu madre, ser enculada por tu padre o comerle el coño a tu madre!

-      Marina: Cosa que tú no tienes el menor problema en hacer con la guarra de tu hermana putita mía…

Ante esa ocurrencia todas nos echamos a reír, lo cierto es que el vídeo nos había tantalizado a todas y notábamos como empezábamos a humedecernos. De repente se me ocurrió una idea: separando completamente mis piernas expuse mi coñito a la vista de todas y clavando mi mirada en Marina introduje profundamente mi dedo índice en mi interior para sacarlo claramente humedecido con mis jugos; a continuación acerqué mi dedo a su nariz para pudiera oler mi intimidad y se lo introduje en la boca para que pudiera saborearme…

Todas se quedaron sin habla hasta que de repente Cristina rompió el silencio:

-      Cristina: Lucía… ¿no esperarías librarte de que te reviente el culo esta noche verdad? Porque se me está poniendo la polla que te van a tener que coser el culo en el hospital a máquina…

Todas vimos como a Lucía se le demudaba el rostro y tragaba saliva, sin duda hasta ese momento confiaba en librarse de la sodomía…

-      Lucía: Cristina… ¿Te importa que antes vaya un momento al baño? Me gustaría ponerme antes un poco de lubricante en mi culo y ya de paso orinar, con tanta Coca-Cola tengo la vejiga llena y no creo que sea lo más adecuado si empezáis a meterme de nuevo dedos por el coño…

-      Cristina: ¿Sabes? Creo que tengo una idea mejor, vamos todas al baño…

Estaba claro que de forma tácita ya se habían establecido las parejas Cristina-Lucía e Marina-Paola (o sea Yo…); por mí era perfecto, Marina me ponía a cien, solo verla me entraban ganas de entregarme a ella, de poseerla, no se…

Y de ese modo fuimos las dos parejitas al cuarto de baño, una vez dentro Cristina hizo que me metiese en la bañera y me arrodillase, a continuación le fue dando instrucciones a mi hermana:

-      Cristina: Lucía, métete en la bañera y ponte delante de tu hermana. Vale, muy bien, ahora abre tu coñito para que ella lo pueda ver bien…

-      Cristina: Paola, ahora empieza a lamer el coñito de tu hermana; así, muy bien…

-      Cristina: Vale Lucía, ahora quiero que empieces a mearte en la carita de guarra de tu hermana, no te cortes…

Lucía y yo nos quedamos muy cortadas, y supongo que Marina tampoco se esperaba eso; todas empezamos a mirarnos entre nosotras con inseguridad hasta que Cristina intervino con firmeza:

-      Cristina: Quedamos en que por ese dinero haríais “lo que nos diese la gana” ¿no?

Se hizo un silencio sepulcral durante unos segundos hasta que miré a los ojos a mi hermana Lucía y le dije: “Vale Lucía, ¡hazlo!”.

Mi hermana estaba todo colorada cuando empezó a brotar un chorrito vacilante de orina de su interior; poco a poco el chorrito cobró fuerza hasta convertirse en un chorro cálido que se estrellaba en mi cara y resbalaba por mi cuerpo hasta escurrir por la bañera.

Cuando mi hermana acabó (pensé que nunca acabaría), Cristina tomó su lugar miccionando sobre mi rostro con rabia. Pronto acabó y yo me atreví a mirar hacia Marina por primera vez; esperaba verla asqueada o repugnada pero me sorprendió la mirada de intensa excitación con la que me obsequiaba.

-      Yo: Ven aquí Marina…

Pronto la tuve de pie delante de mí, la veía excitada y cortada así que me dispuse a animarla a empezar lamiendo su glande con mi lengua mientras acariciaba delicadamente su húmeda vagina con dos deditos…

-      Yo: Venga Marina, no te cortes, estoy deseando que me mees toda la cara y me dejes hecha una cerda, ¡empieza de una vez!

Pronto empezó a orinarme la cara sin dejar de clavar su mirada en la mía, ¡Dios, era super intenso! Sin embargo quería que fuese aún más salvaje e íntimo que con mi hermana o con Cristina por lo que poco a poco abrí mi boca dejando que su orina entrase y saliese libremente dentro de mi boca…

Al acabar, Cristina exclamó:

“Bueno, esto nos ha puesto cachondas como perras a todas, pero aunque mearle la cara a una tía o ver cómo otras lo hacen es muy excitante, follar luego con ella desde luego no es especialmente atractivo. Paola, pégate una ducha rápida y luego seguimos follando”

Marina se quedó a mi lado para ayudarme, sin cruzar palabra me ayudó a lavarme el pelo y me enjabonó el cuerpo. Después me pasó el cepillo de dientes y la crema; cuando los tenía ya limpios pensativa me preguntó:

-      Marina: “¿Qué te ha parecido?”

-      Yo: “creo que eso no es lo que realmente me quieres preguntar”

-      Marina: “tienes razón… ¿Por qué has abierto la boca cuando te meaba yo la cara?

-      Yo: “quería que entre tú y yo fuese aún más fuerte y salvaje”

Ella siguió pensativa un rato hasta que al final de dio un pico en los labios y me dijo: “Muchas gracias por el regalo putita mía” y cogiéndome de la mano me llevó al salón exclamando a gritos “…y ahora, ¡vamos a follar!”.

Cuando entramos en el salón nos encontramos a Cristina tumbada en un sofá con las piernas bien abiertas para permitirle a mi hermana introducir por completo la mano en su vagina mientras que con la boca le propinaba una felación salvaje…

De repente Cristina hizo que mi hermana sacase su mano cubierta de jugos de su coño y parase la felación. Sus intenciones se hicieron evidentes cuando la colocó de rodillas apoyada en el sofá y con su trasero completamente a su merced…

Marina y yo observábamos ensimismadas la carita de miedo de mi hermana que, sabiendo bien lo que la esperaba, no lograba disimular.

-      Lucía: Déjame que me relaje un poco el esfínter con mis dedos antes…

-      Cristina: Me parece que no lo entiendes Lucía… Quiero que te duela

Marina empezaba a juguetear con su pene que a esas alturas ya estaba algo más que morcillón, su vagina brillaba humedecida y sus pezones podrían haber cortado los cristales de las ventanas de lo duros que estaban. Yo por mi parte no le iba a la zaga… ¡salvo a lo que se refiere al pene claro!

Pronto empezamos a masturbarnos mutuamente mientras observábamos el espectáculo de la sodomización de mi hermana. Cristina la estaba haciendo sufrir, acercaba su glande al ano de mi hermana y cuando Lucía se mentalizaba y se preparaba para lo que se le venía encima se retiraba con una sonrisa.

Eso lo repitió varias veces hasta que de repente de un fuerte empellón sodomizó a mi hermana metiéndole su tranca de golpe hasta la mitad. Mi hermana dio un auténtico alarido de dolor, sin duda eso le había dolido de verdad aunque en honor de la verdad Cristina no había querido ser absolutamente cruel y sin que mi hermana se percibiese había embadurnado su pene abundantemente de crema.

En cuanto mi hermana se acostumbró un poco al enorme pene que invadía su recto, Cristina empezó a meterla y sacarla con firmeza, avanzando un poco más en cada embolada haciendo caso omiso a las lágrimas de dolor de mi hermana.

-      Yo: “Marina, ¿quieres que te chupe la polla mientras ves como revientan el culo de mi hermana?”

-      Marina: “No Paola, sigue acariciándome cómo estás haciéndolo.”

-      Yo: “¿quieres volver a reventarme el culo?”

-      Marina: “No Paola, a quien de verdad me gustaría reventarle su puto culo ahora mismo es a Cristina mientras ella se lo parte a Lucía”

Eso me dio una idea y mientras que Cristina seguía enculando a mi hermana Lucía sin piedad me puse detrás de ella y comencé a mordisquear su cuello y sus orejitas mientras mis dedos hacían diabluras con sus duros pezones.

Pronto noté como se alteraban sus jadeos, sin duda le estaban gustando mis atenciones por lo que empecé a deslizarme hacia abajo cubriendo de lametones y besos su columna vertebral hasta acabar de rodillas con mi cara frente a su culito respingón.

Ella no me dijo nada, pero ralentizó el ritmo de las enculadas que le propinaba a mi hermana para permitirme jugar con su propio culo. Pronto separé sus nalgas y comencé a lamer su vagina y su ano. Cuando sus gemidos habían alcanzado un nivel adecuado comencé a introducir mi lengua y un par de deditos por su ano.

Como me esperaba Marina se acercó a mí por lo que le di a lamer los dedos que acababa de sacar del interior del coño de Cristina y en cuanto tuve mi lengua liberada un momento del interior del ano de Cristina le susurré: “ahora es la oportunidad que buscabas”.

Marina se puso de pie detrás de Cristina y apoyó su glande con delicadeza en el dilatado esfínter de Cristina; la cual al notarlo giró su cabeza, miró a Marina y lamiéndose los labios musitó: “Si vas a hacérmelo, ¡házmelo de una puta vez!”.

Marina no se hizo de rogar y de un tremendo empujón abrió camino a su pene en el interior de las tripas de Cristina mientras esta apretaba los dientes con cara de sufrimiento. Pronto acompasaron las tres sus movimientos y yo me dediqué a ir lamiendo libremente las tres vaginas que quedaban a mi entera disposición y a comparar para mí los distintos matices de sus sabores. ¡Las tres sabían deliciosamente!

La primera en correrse fue mi hermana, con un profundo gemido se corrió eyaculando en mi cara que en esos momentos estaba pegada a su coño para permitirme invadir con mi lengua el interior de su vagina.

Las contracciones de su esfínter aprisionaron con fuerza el pene de Cristina mientras que al mismo tiempo Marina seguía taladrándole el culo sin piedad y mi mano exploraba el interior de su coño. Con un fuerte grito se corrió en el interior del culo de mi hermana rebosando su semen por el dilatado agujero de esta.

Marina tardó un poco más, siguió enculando a Cristina pese a que esta se hallaba desmadejada y a su merced sin fuerzas más que para susurrar palabras ininteligibles, de repente se salió de su interior y acercó rápidamente su pene a la cara de Cristina. Gruesos chorros de lefa surcaron el espacio entre la cara de Cristina y su polla hasta que los preciosos ojitos azules de Cristina sobresalían de una máscara de semen.

Luego Marina me agarró del pelo con brusquedad e hizo que limpiase su polla de los restos de semen.

Poco a poco volvimos todas a recuperar la normalidad; aunque a imitación de su madre en la película, Cristina no quiso limpiarse la lefa de Marina que cubría su rostro, dejando que esta fuese resbalando poco a poco hasta caer sobre sus pechitos, su barriguita o sus piernas. Yo era la única que había quedado insatisfecha por lo que Marina le ordenó a mi hermana que me comiese el coño sobre la mesa del comedor hasta solucionarlo.

Cuando acabé de gemir y con mi orgasmo cubrí de flujos a mi hermana, todas nos echamos a reír y comenzamos a levantarnos del salón.

Follar salvajemente tiene sus consecuencias, todas estábamos muy cansadas y sobre todo muertas de hambre por lo que decidimos encargar unas pizzas en lugar de ponernos a hacer algo de cena, así que mientras esperábamos comenzamos a charlar de nuevo:

-      Cristina: Bueno Marina, ya has conseguido desvirgarme el culo…

-      Marina: ¿Y te ha gustado? Porque a mí me ha encantado ponértelo como la bandera del Japón…

-      Lucía: Oye Marina, que aquí nos han reventado el orto a todas menos a ti…

-      Cristina: No te preocupes Lucía que mañana a lo más tardar habré solucionado ese tema…

-      Lucía: ¿Y si Marina no quiere que se lo partas?

-      Marina: Mira Lucía, aunque estoy nerviosa me apetece sentir a Cristina reventándome los intestinos; además ella y yo tenemos un trato desde que alcanzamos la puPaolad…

-      Yo: ¿qué trato?

-      Cristina: Mira, cuando empezamos con los primeros besitos y toqueteos nos dimos cuenta de que ninguna de las dos éramos lo que se dice “normalitas” en nuestros gustos sexuales…

-      Marina: Así que acordamos que cada una podía hacer lo que le diese la gana con la otra, le gustase a la otra o no, a condición de que la otra a partir de entonces podía exigir eso mismo para ella…

-      Cristina: Así fue como hice que Marina se tragase mi semen por primera vez…

-      Marina: …o como yo le hice su primer “fist fucking”.

-      Yo: “supongo que Lucía y yo tenemos un trato similar…”

-      Lucía: “…aunque creo que las dos somos tan zorras que no nos ha hecho falta expresarlo con palabras”

Todas nos echamos a reír después de eso, la verdad es que la tarde estaba siendo la mejor de nuestra vida…

Un buen rato de risas y cotilleos más tarde a Cristina se le ocurrió una idea perversa (creo que no tiene ideas de otra clase….)

-      Cristina: ¿Sabéis chicas? Me apetece correrme en la jeta de Paola mientras que Marina lo hace en la de Lucía…

-      Lucía: ¿No te has quedado satisfecha conmigo? Si quieres puedes volver a reventarme el culo…

-      Cristina: No es eso Lucía, aunque seáis gemelas me da morbo ir cambiando de tía, además me apetece ver cómo te deja Marina la cara cubierta de lefa…

-      Yo: Vale, pero vamos a hacerlo algo más bestia…

Pronto nos encontramos con Marina y Cristina de pie, enfrentadas en una dura pugna de lametones, besos, caricias y gemidos mientras que arrodilladas frente a ellas dos zorronas rubias hundían sus manos salvajemente en el interior de sus coños mientras les metían hasta el fondo de sus gargantas sus trancas.

Mi puño hacía lo posible por reventar el coño pelirrojo de Cristina mientras que esta trataba de asfixiarme con su enorme polla; las lágrimas surcaban mis mejillas mientras gemía desesperada por no tener otra polla taladrándome el coño o reventándome el culo. El olor a sexo desatado era absolutamente embriagador y aumentó cuando Marina empezó a eyacular sobre la carita de Lucía.

Cristina parecía tener más resistencia, pero aún así sucumbió al placer cuando al puño con que exploraba su coño uní un par de deditos en el interior de su culo… ¡menos mal que empezó a correrse!, bruscamente salió de mi boca para darme un tratamiento facial similar al acabado de recibir por mi hermanita.

Cuando sacamos nuestros puños de sus coñitos, Cristina e Marina nos ayudaron a levantarnos y nos pusieron frente a un gran espejo. ¡Parecíamos dos auténticas zorras con las caras llenas de lefa! No dejaron que nos limpiásemos las caras, y no entendimos el motivo hasta que oímos el timbre de la puerta ¡Habían llegado las pizzas!.

Como podéis imaginar nos tocó a nosotras ir a recoger el pedido…

El repartidor se quedó catatónico cuando le abrieron la puerta dos bellezas gemelas rubitas totalmente desnudas y con las caritas y los pechos cubiertos de semen. Le pagamos, rechazamos sus patéticos intentos de “unirse a la fiesta” y se fue de casa con una historia que nadie le creería, una buena propina y un considerable bulto en el pantalón que le costaría disimular…

Cuando cerramos la puerta, Cristina e Marina se nos acercaron muertas de risa (Lucía y yo no terminábamos de ver el chiste de la situación) y para “compensarnos” lamieron nuestros rostros hasta limpiarnos por completo del semen con que la “otra” nos había cubierto.

Aún estábamos algo enfurruñadas cuando nos sentamos todas a cenar, para que se nos quitase el cabreo Marina nos puso la última cinta que había copiado del escondite “secreto” de sus padres.

Pronto apareció en pantalla la madre de Cristina cabalgando sobre la pedazo de polla del padre de Marina mientras que la madre de Marina hurgaba con su lengua en el interior del ano de esta. De improviso la cámara enfocó a la madre de Marina mientras embadurnaba su mano generosamente de gel lubricante y con una sonrisa lasciva lanzaba un besito a la cámara.

Si eso nos había parecido erótico, lo siguiente que vimos fue devastador. Dedo a dedo introdujo los cinco dedos de su mano por el ano de la madre de Cristina, dilatando más y más el esfínter de esta hasta que de repente todo su puño se hundió en el recto de esta seguido de buena parte del antebrazo; Unos minutos después un bramido bestial anunció el primero de una serie interminable de brutales orgasmos encadenados que demudaron el rostro de la madre de Cristina.

La escena finalizó con la extracción lenta y cuidadosa del puño y la exhibición del gigantesco cráter enrojecido en que había acabado convertido el ano de la madre de Cristina. Cristina paró el DVD en ese momento, dejando ese inmenso agujero ocupando la mayor parte de la pantalla de plasma.

-      Cristina: ¡Joder con Mami! ¡Tu madre la ha reventado pero bien!

-      Marina: Me parece que un día de estos igual te lo hago a ti, preciosa…

Ahí nos echamos todas a reír, aunque en nuestro fuero interno me imagino que todas nos estábamos preguntando lo mismo: “¿Aguantaría yo que una tía me metiese el brazo por el culo de ese modo?”. Nos cruzamos miradas entre todas y nos quedó claro que probablemente lo acabaríamos averiguando ese mismo fin de semana, aunque desde luego con lo agotadas que estábamos no sería esa noche…

Cristina volvió a poner en marcha el DVD, para que pudiésemos contemplar a la madre de Marina sometida por los dos machos a un brutal tratamiento de doble penetración que le arrancó un primer orgasmo. A continuación los dos sementales introdujeron sus pollas a la vez por su ano lentamente, la cámara mostró como un rictus de dolor se apoderaba del rostro de la sodomizada y como este se iba transmutando en uno de placer cuando los dos padres iniciaron un lento movimiento.

-      Marina: Desde luego nuestros papis están hechos todos unos campeones…

-      Cristina: Joder Marina, ya es la quinta vez que se corre tu madre…

De repente uno de ellos sacó su polla del culo de la madre de Marina e introduciéndola de golpe en el dilatado coño de esta comenzó a correrse ruidosamente. Cuando se la sacó su puesto fue ocupado por la polla de su compañero que descargó también con abundancia en el interior de su coño.

Cuando el padre de Marina terminó de eyacular, se levantó y se dirigió hacia la cámara para hacerse con ella y tras darse un breve morreo con la madre de Cristina esta última se dirigió hacia la madre de Marina y comenzó a lamer el semen que rebosaba a borbotones del coño de esta, la sesión de sexo acabó con un beso lésbico en el que compartieron el semen y risas y bromas mientras se disponían a sentarse y a seguir charlando.

Aunque la “acción” había terminado, ninguna de nosotras quiso levantarse para coger el mando y apagar el DVD, estábamos muy a gusto cenando con el runrún de fondo de la charla “de los mayores” cuando de repente un “bombazo” hizo que nos callásemos de golpe…

-      Padre de Marina: ¿Sabéis? Tengo mucha curiosidad por saber cómo será petarle el culito a un hermafrodita…

-      Madre de Cristina: A ti lo que te pasa es que te pone mi hija…

-      Padre de Marina: Mujer, eso es verdad; no puedo evitarlo, cada vez que te parto el culito o me corro en tu cara me imagino cómo será hacérselo a tu hija…

-      Madre de Cristina: Yo soy más cerda que tú, a mí me gustaría comerle el coño y el rabo a Marina mientras mi hija me parte el culo…

-      Padre de Cristina: ¿Y qué hay de esas nuevas amigas que han hecho?

-      Padre de Marina: ¿Las gemelitas?¿Las hijas de Tomás y Laura?

-      Padre de Cristina: Sí, esas mismas…

-      Padre de Marina: Pues que tienen un señor polvazo…

-      Madre de Marina: Aún son muy crías…

-      Madre de Cristina: Sí bueno, pero de casta le viene al galgo…

-      Padre de Marina: ¿A qué te refieres?

-      Madre de Cristina: Pues que teniendo los padres que tienen lo normal es que les vayan las cosas “fuertecitas”…

-      Madre de Marina: Es verdad, tienes toda la razón…

-      Padre de Marina: ¿Os acordáis del corte que pasamos la primera vez que nos encontramos en la fiesta del “Hetaira”

-      Madre de Cristina: ¡Y tanto que me acuerdo! En la orgía del cuarto en penumbra tú estabas partiéndome el ojete a base de bien. En eso tu mujer me planta el coño en los morros, se lo como hasta que se corre en mi cara y cuando levanto la vista para ver la carita que pone cuando la muy guarra se corre de esa manera… ¡Era a Laura a quien le había comido el coño!

-      Padre de Marina: Lo que yo me pregunto es como se las arreglan para poder frecuentar tanto el “Hetaira” sin que esas dos se enteren…

-      Madre de Cristina: Pues contándoles el cuento del familiar que está malito… ¿Qué te crees?

Creo que a todas se nos había atragantado la pizza, especialmente a Cristina al oír la “confesión” de su madre…

Nos miramos unas a otras anonadadas, pronto empezamos a hablar:

-      Lucía: Cristina… ¿serías capaz de partirle el culito a tu madre?

-      Cristina: No lo sé, la verdad es que me da mucho morbo el ver cómo le dejan el culo cada vez que follan, pero nunca había pensado en ser yo la que me la follase hasta reventarla… se me hace raro…

-      Marina: ¡Pues si a tu madre le hace ilusión yo estoy dispuesta a dejar que me coma el rabo y el coñito cuando quiera! ¡Y cuando acabes de petarle el culito ya me encargo yo de relevarte!

Todas estallamos en risas de nuevo, la conversación era de lo más surrealista, pero nos lo pasábamos de miedo…

-      Yo: ¡Que fuerte lo de nuestros padres!

-      Cristina: ¿Lo de que vayan a un local de intercambio de parejas o lo de que le comiese el coño mi madre a la tuya?

-      Yo: Supongo que lo primero…

-      Lucía: Yo lo que me pregunto es con quien follaría mi padre esa noche…

-      Marina: ¡Vete a saber! ¡Igual se folló a mi madre!

-      Lucía: ¿Os imagináis lo que hubiese pasado si nos da por aparecer por allí?

-      Marina: Vosotras con máscara aún podéis pasar desapercibidas, pero nosotras…

La conversación prosiguió durante casi una hora, al final acordamos irnos a la cama, todas estábamos cansadas y acabamos rendidas todas juntas en la cama de matrimonio que usualmente compartíamos mi hermana y yo. Al rato de estar acostadas empecé a notar como el pene de Cristina presionaba sobre mi culito y su mano empezaba a acariciarme las tetas.

Aunque estaba cansada me di la vuelta para intercambiar besos y caricias con Cristina, por los movimientos de la cama noté que Marina y Lucía también se habían puesto en faena, sus susurros y gemidos me estaban poniendo realmente caliente y por como notaba la erección de Cristina supe que a ella tampoco le eran indiferentes…

-      Yo: Cristina, si quieres volver a darme por el culito tendré que ir un momento a prepararme…

-      Cristina: No Paola, ya te daré por el culo mañana, ahora me conformo con un polvete “clásico”…

Pronto me encontré debajo de Cristina, con mis piernas bien separadas para permitirle que me penetrase en profundidad. Cuando al fin me penetró, comenzamos un beso profundo; deseaba que me penetrase aún más profundamente, me sentía más viva que nunca…

A mi lado mi hermana Lucía cabalgaba sobre el pene de Marina hundiéndolo en lo más profundo de su interior mientras Marina pellizcaba suavemente sus pezones, las dos me ponían a mil. De repente Marina comenzó a correrse, con un fuerte grito eyaculó en lo más profundo de mi hermanita la cual se tumbó insatisfecha sobre ella.

Después de dejar un poco a Marina, Lucía se desacopló y se sentó sobre mi cara, frente a frente con Cristina que seguía bombeando sin parar, machacando mi coño sin descanso…

¡Joder, como me ponían esas dos guarronas! Pronto alcanzó mi hermanita su primer orgasmo gracias a las travesuras de mi lengua por toda su entrepierna, y con las contracciones de su vagina empezaron a brotar mezclados de su interior los líquidos seminales de Marina y los vaginales de mi hermanita.

Apenas había empezado a disfrutarlos cuando Cristina llegó al clímax dentro de mi mientras seguía abrazada a Lucía con la que se besaba…

Cristina se salió de mi interior dejando libre mi coño para que mi hermana me llevase al orgasmo a lengüetazos. Al final todas nos quedamos dormidas abrazadas.

(9,08)