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«El masaje inesperado»

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Buscaba algún lugar en mi ciudad donde me pudieran quitar una contractura en la pierna y un cachete, anote varios teléfonos de las ofertas que vi en internet, pero me equivoque en uno de los anuncios por la foto que allí figuraba, la cual parecía de un sitio de masaje deportivo (Si hubiera leído el texto del mensaje habría comprendido) Sólo anote el número junto a otros números, comencé a llamar a los siete u ocho números que tenía anotados, los tres primeros no estaban disponibles (El verano supongo) Al cuarto número que llame si me contestaron, era una mujer muy amable y muy simpática, le conté donde tenía mi contractura, desde detrás de la rodilla a la base de la espalda, ella muy amable me dijo que ella me dejaría como nuevo, anote la dirección y la hora de la cita.

Al llegar me recibió la señorita muy amablemente y me indico que me tumbara de espaldas en la camilla, que me desnudara y me cubriera con una toalla, que ella volvería en unos minutos, al regresar me pregunto dónde me dolía, de espaldas oí como se frotaba las manos con abundante aceite, tras lo cual me quito la toalla de golpe y comenzó a masajearme las pantorrillas (Ninguna masajista antes me había dejado sin toalla y mucho menos desnudo) Desde las pantorrillas fue subiendo hasta la parte de atrás de los muslos, masajeándome con mucha soltura yo me sentía muy relajado, al llegar a los glúteos, comenzó a frotarme intensamente y recorriendo todo mi trasero, mi sorpresa fue notar cómo me acariciaba los testículos al llegar al final del recorrido por mi trasero,(Mi pene se puso erecto en un instante y lucho por salir hacia atrás conmigo tumbado boca abajo, mas sorpresa aun cuando comenzó a acariciarme el pene con tanta delicadeza ufff que placer. Entonces La dije.

-Esto no parece un masaje deportivo.

Y ella me contesto que si es que no había leído el anuncio, que ella solo daba masajes con final feliz y en el anuncio lo ponía.

Me callé (No lo había leído) Me dijo que me diera la vuelta y al momento agarro mi pene y con gran ritmo me lo meneo hasta que eyacule, incluso en su ropa, con un gran chorro curvado que incluso a mi me sorprendió, «a ella también»; ya que dijo ¡Aaaaaaa! Acto seguido le pague me vestí y salí a la calle, donde seguía con mi contractura pero estaba la mar de contento.

 

- Tahotlo 22 de octubre de 2015 -

(A.L)

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