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Dieciochoañeras muy cañeras

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Diciembre del año 2000, estábamos un año más en las fiestas Navideñas, la verdad es que detesto las putas navidades, porque parece como si hubiese que ser feliz a la fuerza, no sé, el caso es que desde que me dejó mi novia en primavera no andaba yo muy fino de ánimos a excepción de algún capricho que me había dado follándome a alguna chica que había conocido en los Clubs Góticos de siniestrillas que frecuento, si las chicas góticas del Dark Hole y el 666 son unas buenas putillas viciosas. Me encontraba en el Corte Inglés de Castellana, haciendo tiempo pues quizás esa noche iría al Dark Hole a tomar un par de copas y a escuchar algo de música, a bailar un poco, a entrarle a alguna siniestra... en fin, lo que fuese surgiendo a través de la noche ya que me gusta improvisar.

Llevo por aquí un buen rato mirando todas aquellas cosas que creo que tardaré muchísimo tiempo en tener, ropa cara, DVD´s, un bajo eléctrico, un buen sintetizador así que mi visita termina en la sección de discos, escuchando la música de los discos disponibles para escuchar, las últimas novedades, etc. Me compro una recopilación de música de baile, ya sabéis lo típico, una recopilación de 4 cd´s con varias sesiones de house, techno, dance y progressive. Me impresiona la dependienta que me atiende una rubia imponente de no más de 25 años... que hace que me ponga caliente y mi cabeza empiece a pensar cosas "educativas". Las dependientas del Corte Inglés o de cualquier almacén con esas faldas, medias, zapatos ya fuesen jóvenes o maduras siempre y cuando estuviesen de buen ver, siempre han provocado en mi un "morbo incendiario" de considerables dimensiones. Después de pagar los tres talegos que me han costado los cd´s (Papa Noel este año se ha portado bien...). Salgo en busca de mi coche que lo he dejado en una de las calles de atrás más que nada porque aquí en el parking cada media hora que tienes el coche metido te pegan cada sablazo... y muchas veces ni si quiera compras nada, pero el atraco del parking nunca falla por eso ya nunca lo meto allí. Aunque fue bastante difícil encontrar aparcamiento en esta macro-zona de Azca, centros comerciales, oficinas... más aún si cabe debido a estas peculiares fechas navideñas.

Al salir hay en un banco tres jovencitas a las que no echo más de 18 años, me atrae a la vista la que está sentada a la derecha, es altísima, quizás más que yo que a mis 21 años, mido aproximadamente 1,85, están preparadas para salir de fiesta, faldita corta y las botas altas, madre mía qué combinación, las botas altas de tacón en color crema, moradas de látex o algún material similar y la otra chica las lleva negras de terciopelo... la verdad es que siempre que paso por Alonso Martínez o Moncloa y ver a lo largo de la noche a unas mil tías con botas de ese estilo provoca en mí que al llegar a casa ya metido en la cama, unas veces cargado con más "sangre en mi alcohol" que otras, en ocasiones me he hecho pajas verdaderamente antológicas, además son las más satisfactorias puesto que el alcohol hace que todo sea más llevadero, ya me entendéis... ¿no? (aquellos que os habéis quedado sopa alguna noche en vuestra cama con vuestra polla en la mano de lo borracho que ibais seguro que si me entendéis).

La verdad no es que yo sea un sex-simbol, mido 1,86, peso 75 Kg, perilla muy recortadita, ojos marrones cejas pronunciadas, pelo castaño con mechitas rubias peinado siempre de punta hacia delante y hacia los lados. No soy un chico diez pero tampoco soy un cardo, digamos que para las chicas resulto bastante resultón, obviando que detrás de mi físico se esconden otro tipo de habilidades mucho más "interesantes". Paso delante de estas tres chicas, una morena altísima, una rubia con cara de niña que está jugueteando en sus manos con las gomas del pelo y una morena mucho más peque de estatura y complexión física... (Manejables en la cama, de las que a mí me gustan).

Paso delante de ellas, con mis pantalones levis grises, mis nuevas botas marrones (también obsequio de Papa Noel), y una cazadora gris y negra, y erguido con mirada al frente pensando en mi mundo sin más idea que llegar al coche y cargar en el cargador de cd´s los compacts que me había comprado.

—¡¡¡Guapooo!!!

Tras oír esas palabras de la chica más alta de todas que está de pie sobre el banco con un gorrito de Papa Noel (cosa que también por estúpida que parezca me pone mogollón, esa mezcla de morbo e inocencia). Supongo que si me doy la vuelta y las sonrío lo siguiente será: "ja ja ja ja, alaaaa creídooo que eres un creídooo!!". Y si sigo hacia delante quizás deje pasar una buena oportunidad de pasarlo bien o de simplemente pasar un rato agradable y echar unas risas (a costa de estas tres peques por supuesto porque soy un poquito vacilón). Así que decido darme la vuelta, y echar una pequeña sonrisa a la chica más alta, a la vez que me voy acercando al banco sacando las llaves de mi coche (siempre ayuda esto) a la vez que de los bolsillos inferiores de mi cazadora de nieve saco un cigarro del paquete de Marlboro que había comprado minutos antes.

Me enciendo el cigarro y analizo nuevamente y más de cerca de estas tres jovencitas de las que no quito ojo desde hace escasamente dos minutos. Las ofrezco un cigarro...

—¿Fumáis? —digo a la chica morena alta levantando suavemente mis cejas.

—Sí, por qué no, gracias, me contestó, a través de ella pude ver unos ojazos verdes que me transmitían un mezcla de inocencia, y morbo sexual que no os lo podéis imaginar.

—Me llamo Judith ¿y tú?

—Yo me llamo Oscar, encantado, ¿cómo os llamáis vosotras?

La chica rubia, de ojos azules se llamaba Leticia, mientras que la más menudita de todas tenía un nombre que me gustaba mucho Sylvia. Además me gustó mucho el detalle de los puntitos de brillantina que llevaba alrededor de sus pómulos.

—Y ¿qué hacen unas chicas tan guapas como vosotras aquí tan solitas con el frío que hace? ¿Estáis esperando a alguien?

—Sí, buenooo (contestó Sylvia con vocecita de niña mimosa), estábamos esperando a nuestra amiga Paula porque habíamos quedado para ir al cine y ya no llegamos a la última sesión de las diez para ver la película que queríamos ver, supongo que nos quedaremos aquí charlando un rato de nuestras cosas y luego nos iremos pronto a casa a las once o así.

—¿De qué barrio sois? Yo vivo aquí al lado.

—Pues nosotras vivimos en el Barrio del Pilar, al lado de las piscinas ¿sabes dónde te digo?

—Sí claro, yo voy mucho por aquellas piscinas en verano, me gusta mucho ese barrio, oye, y porque en vez de quedaros aquí os venís conmigo a un pub que seguro os gustará. Sois muy majas las tres y no es plan de que os aburráis sólo porque vuestra "amiga" Paula os haya dejado un poco tiradas ¿no?

—Gracias por lo de majas, y bueno... sí ¿por qué no? ¿vamos? ¿chicas?

—Sí, vale, me parece una idea guay.

Bueno, venid conmigo que tengo el coche allí aparcado detrás de esa calle, saqué del bolsillo la recopilación del Profesional Dj´s que me había comprado en el Corte Inglés.

—¿Os gusta la música fiestera chicas ?, me he comprado estos discos hace un rato.

—¡Hala, tienes coche, cómo mola! y sí, nos gusta el bakalao.

—Perfecto pues ahora lo ponemos en mi coche ¿ok? , dije guiñando el ojo a Judith.

Llegamos a mi coche, y pasaron Leticia y Silvia al asiento de atrás mientras que Judith se puso conmigo en el asiento de delante, botas de látex moradas, unas pieriecitas que madre mía cómo me ponían me daban ganas de airármela allí mismo pero sería una falta de respeto mis planes sin duda eran mucho más estructurados y "perversos"...

Las llevé a un pequeño pub donde nos estuvimos tomando un par de copas, ellas se tomaron un par de martinis con limón, Judith y Leticia, Sylvia prefirió tomarse un vodka con naranja, las tres jovencitas se mostraron muy simpáticas conmigo. Allí estuvimos, de risas, contando cosas, y bailando un buen rato cuando a eso de las once las propuse que por qué no íbamos a mi casa a ver una película que ellas me habían dicho que querían ver, Matrix.

—Sí, estaría bien. Así que de nuevo en el coche nos dirigimos a mi casa, se tardan escasos 5 minutos desde el pub donde estábamos, dejé el coche en el garaje, saqué los compacts que me había comprado, vinimos por el camino escuchando la sesión techno-dance, las canciones "Achterbahn" de Blaulicht112 y "Your Spirit is Shinning" de Pulsedriver. Tuve la suerte de que mis padres ese fin de semana habían ido a visitar a mis tíos a La Coruña y estaría todo el fin de semana solo en casa. Dejé las llaves del coche, la radio y los compact en la mesilla de entrada. Tras encender las luces, me acerqué a la cocina a ver que tenía provisiones de sobra, decidí servir a cada otra copa más (estas chavalas con tres martinis cada, una administrados por vía oral... ya están lo suficientemente tonificadas como para pasar a otras tareas más productivas).

La verdad es que la calefacción en el edificio llevaba varios días jodida, pero afortunadamente mi padre tuvo el detalle de comprar este verano dos compresores y tres splits de aire acondicionado para el verano distribuidos por todas las habitaciones, con el pequeño detalle de que también contaban con una bomba de calor. Por la tarde había estado enchufado todo el sistema un buen rato así que la temperatura de mi casa no era muy fría pero tampoco muy calurosa...

—Chicas dadme las cazadoras que os las guardo aquí, y poneros cómodas, como si estuvieseis en vuestra propia casa.

Coloqué las cazadoras en el cuartito pequeño que hay al lado de la cocina, y les preparé a mis nuevas amiguitas unas copas y algo de picar, aceitunas, patatas fritas, chetoos, etc... Pasamos a mi habitación o mejor dicho subimos a ella pues vivo en un dúplex, allí en el sofá se sentaron no sin antes curiosear un poquitín por mi cuarto, ya sabéis que las mujeres son muy curiosas, así que se entretuvieron mirando la colección de Cd´s, el ordena (afortunadamente tenía por costumbre tener mi colección de fotos xxx, un par de gigas aproximadamente y demás guarrerías libertinas en carpetas ocultas en mi pc con su correspondiente contraseña, siempre hay que ser precavidos para cuando llegan las visitas), y toda mi parafernalia de software musical, sintetizadores virtuales. En las estanterías, una buena colección de Future Music, El Jueves, Heavy Rock, y algún Penthouse que otro... Con la luz de la lamparita que hay en mi cuarto puesta muy suave dejando la sala en una penumbra muy acogedora acomodé a mis tías en el sofá... no sin antes encender unos 15 minutos a tope el sistema de aire caliente... para estar un poco más calentitos y contribuir a todo lo que por mi cabeza había pasado en el corto trayecto desde el Fraguel hasta mi casa.

La película les gustó mucho, Matrix sin duda que es una película cojonuda, y no dejaron de hacer algún que otro comentario sobre lo bueno que estaba NEO (Keanu Reves, yo también opinaba lo mismo pero me contuve y me lo callé), lastima para ellas que Keanu Reves fuese gay (al menos mi bisexualidad sí me permitía poder fantasear con él aunque lógicamente fuese en sueños... ¿qué es Matrix? ¿Qué es la realidad?).

—Bfff chicas ¿no tenéis calor?, yo me estoy asando...

Lo dije al mismo tiempo que me quitaba mi camisa gris desabrochando los botones sensualmente hacia ellas, pero haciéndolo de forma que no diese demasiado el cante. Tras quitarme la camiseta y dejar mi torso descubierto y libre de todo tipo de vello, se quedaron con la mirada fija en mí dejando de prestar atención a la peli, y pude observar de reojo como Judith se mordía el labio inferior y me lanzaba una mirada de aprobación hacía mi pecho, mis pectorales ligeramente marcados pero sin estar cuadrao, y sobre todo a mi SIRKRO, mi tatuaje tribal en forma de Luna tribal, sin duda creo que eso fue lo que llamó más su atención.

—Si tenéis calor podéis quitaros algo de ropa también vosotras...

Dije de forma disimulada como si fuese una de mis gracias pero mis intenciones sin duda iban más allá de la simple broma. Judith y Leticia se desabrocharon la camisa que llevaban a través de la cual pude percatarme que Leticia tenía unos pechos realmente bonitos, mmm cómo estaba deseando descubrirlos. Sylvia llevaba una minúscula camisetita de tirantes morada en forma de top a través de la cual se apreciaba un bonito piercing en el ombligo en forma de plátano (para plátano el que más tarde se iban a comer estas tres preciosidades...).

—¿Os gusta la película?

—Sí, está muy bien

La película terminó, no me acordé de que justo detrás de Matrix había grabado una peli porno que me había alquilado en el Videoclub que me gustó mucho "Noches de Vicio en Budapest" de jóvenes húngaras y tal que están muy buenas todas, ellas, en la pantalla de mi televisor aparecía una jovencita rubia siendo enculada a placer por una buena polla, la verdad es que me quede pálido sin saber cómo reaccionarían Judith, Leticia y Sylvia, seguramente cogerían sus cosas me dirían que soy un degenerado y me mandarían a tomar viento... pero cuál fue mi sorpresa cuando vi que lo que salía en el televisor estaba lejos de disgustarles.

—Halaaaa se la están metiendo por el culo... ¡qué fuerte!

—Ejem... esto... chicas, lo tenía grabado por ahí, y no me di cuenta de que estaba en esta cinta... pero no penséis mal de mí ¿vale?

—No para nada... tranquilo, es normal, además (dijo mientras me sonreía) eres un chico.

—¿Queréis que la veamos aquí juntos?

—Sí, vale pero si nos ponemos todos un poco más cómodos ¿ok?

Allí en el suelo, Judith y Leticia se quitaron la camisa dejando ver unos bonitos sostenes, blanco y morado respectivamente y Sylvia se quitó directamente la camiseta dejando sus tetas al aire, yo me dispuse a ponerme entre Sylvia que parecía la más espabilada del grupo y a mi izquierda tumbadas en la alfombra Judith y Leticia... cuál fue mi sorpresa cuando se desabrocharon el pantalón quedándose en bragas y asomando unos pequeños coños. Sobre todo el de Judith totalmente depilado que se transparentaba a través de sus bragas. Yo también me quité los pantalones dejando a la vista mis bóxers a través de los cuales mi polla se me empezaba a poner bastante dura por la situación, Sylvia enseguida se percató de que mi polla necesitaba salir de su cruel escondite... pero es que me la habían puesto como un barrote. Sylvia y yo nos empezamos a besar de repente sin pensárnoslo dos veces su juguetona lengua luchaba por hacer circulitos alrededor del piercing de mi lengua y seguidamente mis manos acariciaban esos pezones sonrosados que estaban alcanzando una dureza considerable.

—Voy a por los condones ¿vale?, dije mientras le mordí un pezón a Sylvia y la cogí de la mano para que me acompañase, la llevé a mi cama, saqué los condones del cajón, también allí guardaba la guía de Shangay y una revista de tíos en bolas disimuladamente las cogí y las mandé a tomar por el culo en el hueco que hay detrás de la estantería, he de reconocer que fui un poco brusco y la pila de unos 50 cd´s de pop español cayó literalmente por los suelos rompiéndose algunas cajas y saliéndose algunos compactos de las mismas, puse el Cd de techno-dance donde lo había dejado seguida de la sesión house que sonaría más tarde. A todo volumen sonaba " This is my world " de B-Charme, en la cama ya con Sylvia tumbada procedí a quitarle las bragas de color verde manzana que me encantaban, mojaditas ya con sus flujos, así que los olí, y me embriagó una sensación apoteósica. Besando los sonrosados pezones de Sylvia bajo lentamente hasta su zona púbica, mientras le acaricio las piernas y beso la cara interna de sus muslos acercándome por momentos a la zona peligrosa de la que emanan unos efluvios realmente acogedores que me llaman a gritos, noto el calor de su cuerpo y ahora quiero formar parte de él, mi lengua comienza a investigar esos hinchados labios de su vagina que abro suavemente con mis manos para posteriormente recorrerlos muy lentamente con mi lengua, noto unos pequeños temblores en el cuerpo de Sylvia y cómo su cuerpo empieza a gemir y empieza a retorcerse, su clítoris erecto el cual cojo con mis labios y succiono, lentamente mientras con el dedo índice acaricio sus labios y penetro su vagina lentamente percibiendo que no es virgen, mi lengua sale reluciente con una brillante bolita de titanio en ella, mi piercing entra en contacto con un hielo de la copa del cubata del cubata que me estaba bebiendo, seguidamente dejo el hielo de donde lo he cogido y con el pendiente totalmente helado con el frío del hielo, contacto con su clítoris.

—Ahhhh Diosss siiiii

Sylvia emite un gemido de placer que se oye en todo el cuarto, sigo lamiendo ahora su clítoris en círculos en el sentido contrario a las agujas del reloj, para depuse seguir un rápido movimiento vertical de arriba abajo y volver al sentido circular esta vez hacia el otro lado, así continúo jugueteando hasta que ella avisándome de lo bien que se lo está pasando...

—Diosss cómo me comes el coño, sigue así, qué bieeen. Me voy a correr tíooo

Sin más, capturé nuevamente su clítoris con mis labios y procuré seguir sus movimientos, los temblores llegaron nuevamente esta vez acompañados de unos terribles espasmos que indicaban el momento de su orgasmo, me corroooo, ohhhh siiiiii

Mientras Sylvia se corría y apretaba con sus manos mi cabeza contra esa vagina totalmente libre de vello en el salón se encontraban Leticia y Judith enzarzadas en un terrible morreo mientras continuaban viendo la película porno, Leticia y Judith también eran bisexuales, la lengua de Judith investigaba sobre la lengua de Leticia montándose encima de ella, estaban completamente desnudas en el sofá, donde pronto cambiaron para ponerse allí mismo a hacer un 69, ¡¡¡dos tías de 18 años, haciendo un 69 en el sofá de mi casa!!! Qué fuerte... realmente no me podía creer lo que estaba pasando pero increíblemente era cierto.

-—Ohh sí, cómeme el coño Leti, siii ¡¡¡qué bien lo haces!!! Gritaba desesperada Judith mientras ella también recorría con su lengua el coño de Leticia. La película terminó, Judith y Leti continuaban comiéndose el coño mutuamente la una a la otra, mientras yo arriba en mi cama, disfrutaba de las manitas de Sylvia con esas uñas afiladas pintadas de verde esmeralda y la cara de vicio que reflejaba a través de la brillante purpurina que lucía su carita de niña inocente... pero esta niña de inocente no tenía nada.

—Quiero ver tu polla, qué grande tiene que ser. Dijo al notar la tremenda erección que indicaban mis bóxers de color azul oscuro, sus manos me agarraron la polla por encima de los bóxers mientras su mano derecha me acariciaba el pecho... me quitó de golpe los bóxers saliendo a relucir, mi pene, 19 centímetros en plena erección con todo el vigor y la potencia de un joven de 21 años con ganas de juerga, no, no es que mi polla sea demasiado grande, las hay mucho mayores, pero también las hay más pequeñas, yo de todas formas estoy gratamente contento con estos 19 centímetros con los que la naturaleza me ha dotado, y mucho más aún con el rendimiento y el juego que le saco en estas situaciones. Los labios de Sylvia fueron recorridos por la lengua que se relamía tras ver mi carne, la mirada de vicio de Sylvia.

—Mmm qué polla más grande, qué rica que tiene que saber. Seguidamente mi glande sintió el beso de unos labios desconocidos, bueno no tan desconocidos puesto que mi boca hacía unos 20 minutos había estado conociéndolos a fondo, en la mesita de noche mi móvil comenzó a pegar saltitos, je je, parecía que también se había puesto cachondo al ver el culito de Sylia de reojo atiné a ver quién era y en la pantallita comprobé que era Lucía, mi ex-novia una chica de Guadalajara con la que salí hace un tiempo: "¡Bah! ¡Qué la jodan!" pensé, seguramente con lo calientapollas que era se habría montado ya muchas fiestecitas como ésta, pues la muy zorra después de dejarme se enrolló con veintiséis pibes así que ahora me tocaba a mí disfrutar.

Después de dejar mi móvil apagado y dormidito para que nadie me molestase ni me jodiese la fiesta, seguí disfrutando de los labios y la lengua de Sylvia sobre mi polla... delicioso, realmente lo hacía muy bien, ya veis, otra que seguramente habrá chupado muchas más pollas que yo a mis 21. Su boca acogió mi polla y ella fue deslizando su boca lentamente hasta más de la mitad de su longitud y comenzar un sube baja frenético que me puso a mil... se la sacó de la boca en un momento dado para coger aire lo cual yo aproveché... para ponerme el condón y ponerla sentadita encima de mí, no sin antes dar un buen lametón de nuevo a ese coñito que tanto me había gustado.

La encalomé sobre mí y ella comenzó a pegar botes sobre mí y a gritar, con una perniciosa risa sobre su rostro...

—Mmmmm sí, fóllame cariño, fóllame... qué bien, siii fóllame... no pares. Mi ritmo aumentaba y descendía según yo quería, aunque ella era la que marcaba un ritmo frenético, un ritmo debido a que ella era más joven y con mucha más energía, y nuestra juventud hizo que aguantásemos bastante rato, estuvimos probando posturas, lo hicimos en la cama, después de lado, en la postura típica, yo arriba y ella abajo, y por fin a cuatro patas. Se la saqué con intención de metérsela por el culo... mmm cómo me ponía esa idea. La agarré del pelo y la atraje hacia mí para besarla dulcemente, mientras la susurraba que se la iba a meter por el culo muy despacito y que iba a disfrutar...

—No tío, por el culo no... que me vas a hacer daño y me va a doler, nunca me han follado el culo.

Su rostro asustado... se calmó con mis palabras, comencé mientras me frotaba contra su clítoris para que mi mástil siguiese en pie a meter el dedo índice lentamente... y saqué el lubricante que suelo usar cuando yo me masturbo con mis consoladores, un lubricante que no es ni vaselina ni nada que pueda joder el látex de los condones. El lubricante estaba helado, lo cual le gustó, puse un poquito en la puntita de su ano, y lentamente fui introduciendo mi miembro hasta su total longitud, mientras acariciaba y besaba su espalda, eso hizo que le doliera menos, pero como siempre como cualquier primera vez que te la meten por el culo, duele (y sí... sí lo sé... ). Ella cambió su rostro de miedo y algo de dolor al momento por una cara de placer enorme, decidí meterle mi consolador naranja por el coño a la vez que la enculaba, puse un condón en mi consolador, como regla principal cuando se va a usar un juguete así por dos personas distintas. (Olvidar eso que os enseñaron de pequeñitos acerca de que era bueno compartir vuestros juguetes con los demás niños/as). Mis embestidas a su culo aumentaron de ritmo cuando sentí que ya no podía más y que mi corrida era inminente la avisé... como siempre suelo hacer.

—Sylvia me voy a correr tíaaa, me voy a correr... ¡esto es la hostiaaa sí! Sylvia se dio la vuelta y delante de mí me gritó: —Dame tu leche... dámela toda... échamela en la cara y en la boca... Me quite el condón y me encontré a Sylvia con los ojos abiertos y la lengua fuera esperando mi corrida que no tardó en llegar, un potente chorro de semen, cuatro trallazos para ser exactos, impactaron en sus ojos, cerrándoselo por efecto instantáneo de mi corrida, los mofletes y por supuesto su lengua que recibió una abundante ración de semen, el semen se cayó por su barbilla hasta sus pechos, y el resto lo esparció por el lateral de su cara mezclado con su saliva, no se lo tragó porque no le gustaba tragárselo cosa que me confesaría más tarde... su cara quedó cubierta de semen, mientras se tumbaba en mi pecho, y me contaba lo mucho que había disfrutado, mientras con un kleneex limpiaba mi lefa de su cara, me dijo:

—Me ha encantado que me desvirgaras el culo.

En el salón seguían Leti y Judith, una vez más tranquilos tomamos una nueva copa, yo me había tomado tres cubatas y estaba de puta madre pero ellas se habían tomado cuatro copas y estaban un pelín borrachas, Leti y Judith todavía estaban calientes, yo me entretuve con recoger un poco aquello, al final decidimos hacer un concurso... puesto que mis tres queridas amigas me preguntaron que quién era la más guapa y la que estaba más buena de las tres.

—Haremos una cosa, aquí está el cronometro... cada dos minutos cambiaremos de turno, y me la chupáis y la que consiga hacer que me corra gana ¿de acuerdo?

Con el pedal que llevaban las tres encima no se lo pensaron dos veces... y comenzaron primero Sylvia, seguidas de Judith y Leticia quien estaba un poco disgustada por haber sido la última a la que le tocaba comerse los 19 centímetros que nuevamente volvían a estar a la vista y en perfecto estado de forma... los labios de Sylvia ya los conocía... así que me dispuse a probar los de Judith besándome con ella... y cuando me la chupaba, continué besando a Leticia a la que también entretuve mientras ponía sus pezones a mil, el tiempo pasaba y yo hacía que los turnos se cumpliesen escrupulosamente... Después de 7 rondas le llegó el turno a Leti, yo ya no aguantaba más así que hice todo lo posible para correrme sobre ella... así que la inundé con mis descargas seminales, aún con el deposito bastante provisto aunque un poco menos brutal que mi anterior corrida con Sylvia. Me puse a mil cuando vi a Judith que empezaba a morrear y a lamer la cara de Leti cogiendo todo mi semen de su cara y besándose y compartiendo mi semen como dos buenas amigas... o algo más...

—Ha estado genial...

—Me gusta mucho tu piercing en la lengua. Dijo Judith guiñándome el ojo, yo ya sabía perfectamente lo que me estaba pidiendo... sí, y sin duda se lo iba a dar.

—Pues no sabéis lo que os perdéis, porque este chico es un cielo comiéndose un coño, me ha hecho tener un orgasmo bestial... Dijo mientras me besaba dulcemente en la mejilla.

—Y cuándo te ha comido este chico a ti el coño Sylvia que nosotras no nos hemos enterado ¿eh?

—Pues mientras que vosotras como buenas amiguitas estabais comiéndoos el coño en el sofá de este chico, yo estaba con él en su cama follando y no sabéis lo bien que nos lo hemos pasado. ¿Verdad Oscar?

—Sí, muy bien...

—Luego os contare chicas... os vais a morir de envidia.

Judith y Leticia comenzaron a acariciarme el pecho y a darme besitos...

—¿Y no nos vas a comer el coño a nosotras Oscar?, hoy hemos sido unas chicas muy buenas...

Dudé hostilmente sobre aquello de "chicas muy buenas" pero en fin, la verdad es que comerme tres coñitos en una noche era lo más que se podía pedir... así que el house sonaba más suave mientras Leticia y Judith disfrutaron de una buena mamada y de mi lengua y mi piercing en sus clítoris y labios... vaginales. Leti y Judith... Dios... cómo me puso el poder comerlas el coño... las tres tenían ganas de hacer pis... (normal, después de cuatro martinis con limón y de unos cuantos orgasmos), así que fuimos a la bañera y ya con el calentón que llevaba no me importó proponerlas que me measen en la bañera y me hiciesen las tres una lluvia dorada... mmm sentir su pis calentito en mi cuerpo ya era lo más de la noche, las tres en mi bañera, primero fui Judith la que se puso en cuclillas y comenzó a mearse en mi polla... se me volvió a poner dura como una piedra... después en cuclillas Sylvia se meó sobre mi cara un copioso chorro por mi cara, mis mofletes y después por mi cuello para sentirlo bajar por mi pecho, y la última Leticia que decidió que me pusiese en postura perrito y comenzó a mearse en mi espalda... mmm, delicioso, después de esto cogí a Leti y me la metí conmigo en la ducha, enchufamos el agua caliente y nos duchamos juntos, nos enjabonamos y quedamos bastante limpios, ella aprovechó para hacerme una paja en la ducha, me corrí por tercera vez y después de esto ya eran la una y media, nos vestimos, me eché algo de colonia, y cogí nuevamente el coche y despacito las llevé hasta su casa, en 15 minutos estábamos donde me habían dicho.

Eran las dos menos cuarto, me di un sensual beso en la boca con cada una y las dejé allí, y me volví a mi casa más feliz que unas castañuelas, tuve que volver a pajearme y ya por fin con esa cuarta corrida me calmé, y me tumbé en la cama a dormir como los dioses, tenía todo el fin de semana para mí, así que ya recogería la casa mañana. Nos intercambiamos los teléfonos móviles, y nos volvimos a llamar al finde siguiente en el cual fuimos al cine a ver una película y después por la noche ya con su amiga Paula y su novio... hicimos una buena amistad. Nunca unas navidades fueron tan felices.

(9,50)