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Georgina… toda una vida de travestismo. CAPÍTULO 19 SOY O NO SOY UNA SUMISA?

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Durante meses mi vida con Raúl entró a una rutina más o menos regular, Raúl seguía estudiando en el colegio militar, yo seguía estudiando y trabajando, durante dos semanas mientras Raúl estaba libre y en casa yo era culeada a placer noche tras noche y algunas veces durante el día los sábados o domingos, y cuando Raúl estaba “encuartelado” en el colegio militar yo satisfacía mi calentura con mis consoladores acribillando mi culo sin piedad como Raúl lo haría… era una rutina agradable y cómoda… hasta cierto punto muy placentera, pero…

Mientras mi culo era feliz con su ración de verga o consolador diaria, mi cerebro era un caos… me costaba mucho conciliarme con la idea que Raúl me estuviera manipulando para convertirme en su perrita sumisa, si bien era muy placentero para mi culo era muy desconcertante para mi mente.

Además estaba el hecho que Raúl cada día era más y más exigente y dominante, yo tenía que obedecer a sus mandatos de inmediato y sin chistar. Pensando fríamente me di cuenta que cuando me llamaba “puta”, “perra”, “marica” “come-vergas” “traga leche” “puta culo guango” etc.

En realidad lejos de molestarme me excitaba mucho que me llamara así, después de todo ¡yo soy una puta! o no?... lo que me disgustaba era la mirada burlona en sus ojos cuando me humillaba, Raúl gozaba sabiendo que yo aceptaría cualquier humillación de parte suya con tal que me cogiera, que me culeara, que me llenara el culo de verga… ese era su triunfo: saber que yo estaba dispuesta a aceptar cualquier cosa con tal que él me culeara.

Hasta que por fin un fin de semana mientras desayunábamos decidí hablar seriamente con mi macho, armándome de valor le dije: Raúl hay algo de lo que quiero hablar contigo… espero que lo tomes con calma y no te molestes.

Ok de que quieres hablar? Contestó

Mira mi amor creo que estamos llevando muy lejos este juego del amo y la esclava… no crees?

Mirándome fijamente repuso: como que juego, aquí  yo soy el macho y tú la hembra o no?

Si de acuerdo, acepté… pero últimamente has abusado un poco de mí no crees?

No te entiendo, contestó molesto… vamos a hablar claro de acuerdo? ¡Y no me interrumpas! Ya que estamos siendo sinceros responde esto: eres hombre o mujer?

Vamos Raúl… contesté con voz temblorosa… tu sabes que…

No, no, no vamos aponer las cosa en claro me dijo echándome una mirada asesina. Tú eres ¡un hombre!, ¡un puto!, ¡un marica de acuerdo!? Y yo te acepté  como ¡MI MUJER! Y cuando decidimos vivir juntos quedó claro que aquí en esta casa ¡yo soy el hombre y tú la mujer! De acuerdo?... entonces no sé qué es lo que quieres Georgina.

(Cuando Raúl se enojaba siempre me llamaba Georgina, cuando estaba de buen humor me llamaba Gina)

Recobrando un poco la compostura respondí: eso quedó perfectamente claro desde un principio mi amor… pero lo que quiero decir es que últimamente te has portado muy abusivo conmigo, y lo haces porque sabes que te amo y que con tal de no perderte estoy dispuesta a casi todo… pero los abusos constantes que me haces me producen mucha incomodidad, me entiendes? es muy molesto para mí cuando me estas cogiendo que me jales de los cabellos con violencia, o me golpees con fuerza cuando estás excitado, tolero alguna nalgada fuerte de vez en cuando, pero últimamente me nalgueas como queriendo hacerme daño y eso lo veo mal.

Suavizando un poco su mirada respondió: creí que te gustaba y disfrutabas mientras te culeaba con rudeza… no me digas que no lo disfrutaste, ¡gritabas como marrana en matadero! ¡Si hasta pedias más y más verga! Y ahora me sales con esto?... no entiendo.

Le dije: si mi amor reconozco que disfruto como una perra las cogidas que me das… mientras me culeas pierdo la noción de todo ¡ADORO QUE ME METAS LA VERGA! ESO NO LO NIEGO… TAMPOCO NIEGO QUE SOY UN MARICÓN, UN PUTO COMO DICES PERO NO PUEDO ¡NI QUIERO! CAMBIAR. Me gusta lo que soy ¡SOY UNA MUJER EN UN CUERPO DE HOMBRE!, si bien mi cuerpo es el de un hombre ¡MI ALMA Y MI MENTE SON DE MUJER!. Y lo único que te estoy pidiendo es que fuera de la cama, en la vida cotidiana me respetes y me des el trato que me merezco ¡COMO MUJER!... es mucho pedir?

Ya completamente calmado contestó: tienes razón reconozco que me he propasado un poco… pero te prometo que voy a ser más cuidadoso en mi trato contigo… de acuerdo?

¡Gracias mi amor! Respondí entusiasmada y al borde de las lágrimas, acariciando su rostro y llenándolo de besos. ¡Gracias mi amor, muchas gracia por comprenderme!

No terminamos de desayunar Raúl me cargó y me llevó a la cama y esta vez no me cogió… esta vez “me hiso el amor”, primero me besó  todo el cuerpo recorriendo cada centímetro de mi anatomía con su lengua y labios, hasta detenerse un mi culito, acomodándose para hacer un sesenta nueve así mientras yo le mamaba su rica verga Raúl me comía el culo de una manera deliciosa, ahora sin necesidad de malos tratos solo con el roce de su verga entrando y saliendo de mi culo me estaba llevando una vez más al orgasmo, cuando me hiso sentar de frente y mientras me daba ricos sentones en su vergóta y abrazada a él le susurré: no me molesta si me dices puta al fin y al cabo soy “TU PUTA” papi.

Esa mañana me cogió como no lo hacía desde la primera vez, cuando me desvirgó noté que en ocasiones cuando estaba muy excitado comenzaba a culearme más rudamente, entonces yo le susurraba al oído: calma mi amor trátame con cariño y dulzura, sabes que me tienes totalmente, soy tuya, tuya solamente, soy tu puta particular papi, puedes cogerme como quieras… pero hazlo con ternura mi amor.

Él contestaba entre jadeos y sin dejar de culearme: ¡SI MAMACITA ERES MÍA! ¡ERES MI PUTA! ¡YO TE HICE MUJER! ¡YO ESTRENÉ TU CULO! ¡TU CULO ES MÍO, ERES MI PUTA! ¡ESTE CULITO ME PERTENECE! ¡TU CULO ES MÍO Y SOLO MÍO!

¡SI PAPITO MI CULO ES TUYO! ¡MI CULO TE PERTENECE! ¡SOY TU PUTA Y ME ENCANTA QUE ME ENSARTES TU VERGA HASTA LOS HUEVOS! ¡AY, PAPITO COMO TE QUIERO, TE ADORO PAPACITO!

Cuando me puso en cuatro patas como perrita le pedí que me clavara la verga despacito, quería disfrutar de la culeada al máximo mi pene estaba duro como piedra y sentí que mis huevos iban a estallar de pura excitación, no tocaba mi verga por temor a venirme de pura excitación, me encanta estar cachonda, me gusta y disfruto mis sensaciones cuando estoy caliente, cuando estoy cachonda siento y veo todo de una manera más intensa, es como estar ebria sin tomar alcohol. Todo parece más nítido y lo más rico: son las ricas punzaditas que siento en mi ano, cuando estoy cachonda lo que hace que mi culo parezca tener vida propia y me exige con cosquillitas y un delicioso hormigueo una verga para calmar su hambre de verga y leche.

Y la verga de mi marido estaba haciendo maravillas con mi culo, cuando me recostó sobre mi espalda y puso mis piernas sobre sus hombros yo ya había tenido al menos tres “orgasmos anales”

Sentía como si eyaculara pero de mi verga solo salía el líquido lubricante que segregamos por el pene cuando estamos muy excitados, yo estaba supercachonda porque mi verga no paraba de producir ese líquido, y la verga ya me dolía de lo dura que la tenía.

Por primera vez en los meses que llevábamos juntos Raúl se atrevió a tomar mi verga con su mano mientras me culeaba, de momento perdí la concentración por la sorpresa, cuando Raúl lo notó, me susurró al oído: tranquila putita déjate llevar y disfruta de la culeada.

Entre pujidos le contesté: si papito lo que tú digas, ¡pero no pares de cogerme! ¡Me culeas riquísimo mi amor, sigue!! Me estas matando de placer papi! ¡Adoro sentir tu verga en mi culo! ¡Goza de mi culo amor, llena mi culo con tu verga papi! ¡Quiero tu leche en mi culito!

Realmente ese fue un palo memorable cada cambio de postura producía nuevas sensaciones en mi todas placenteras, todas agradables, parecía que cada metida de verga en mi culo despertaba partes de mi cuerpo hasta entonces dormida, mi mente reprimida en muchos sentidos ahora se abría a una nueva realidad, ahora sabía que mi culo era tan bueno o más que una vagina, ahora estaba plenamente convencida que yo no tenía nada que envidiar a las mujeres biológicas, supe que no es mi culpa haber nacido puto, marica, o cómo diablos nos llamen, en ese momento pensé: “soy puto, soy homosexual, soy maricón, marica, soy mujer, soy la suma de todo ¡soy yo! Me dejé llevar por el intenso orgasmo que experimenté en ese momento así mientras eyaculaba sobre la cama descubrí quien soy en realidad.

¡Soy la puta perfecta! ¡Soy lo que ninguna mujer bilógica se atreve a ser! ¡Soy culeada noche tras noche! ¡Soy deseada y rechazada al mismo tiempo! ¡Soy el sucio secreto del hombre que me llena! ¡Soy lo que un hombre no sería jamás! ¡Soy mujer, muy mujer! ¡Soy la mujer perfecta!

Mientras estos pensamientos giraban dentro de mi cabeza Raúl descargó su leche en mi culo volviéndome a la realidad, caímos rendidos en la cama Raúl encima de mi espalda con su verga aun metida en mi culo, fue ahí tendida de bruces en la cama, abierta de patas, encuerada, despeinada bien culeada y con mi culo abiertocomo pozo y chorreando leche de mi hombre cuando me di cuenta que amo lo que soy en ese momento me acepté tal y como soy ¡una deliciosa y muy, muy pero muy  puta travesti.

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