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Erotika I

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Era un viernes más, el día en la oficina había sido normal, llamadas, visitas reuniones. La tarde parecía más tranquila, casi aburrida fuera hacia un sol espléndido. Iván miraba por el balcón de su despacho y veía a la gente pasar por la calle:

-Todos tendrán sus vidas y por eso corren a buscarla -, pensó mientras abrió un poco el balcón y encender un cigarro, cosa que estaba totalmente prohibida, pero estaba solo, no había nadie en la oficina y le apetecida mucho fumar allí sin tener que bajar a la calle.

Aspiraba una gran chupada y echaba el humo mirándolo pensativo, tenía unos momentos de esos que te planteas cosas de ti mismo, esos detalles de tu vida que no te planteas normalmente, pero de repente un día, sin motivo aparente, quizás una canción, la luz de la calle o sabe por qué Dios, te recuerda o evoca algo, que te hace recordar que los días pasan, los años, la vida.

No es que no tuviera una buena vida, la tenía su mujer, dos hijos maravillosos, un gran puesto en la oficina, familia que lo adoraba, pero a veces tenía ganas de hacer algo distinto que le llenase.

Entonces se acordó del grupo del Facebook que le habló su amigo y compañero Juan,  -Este Juan, conociéndolo como lo conozco me habrá metido en un grupo porno o algo de eso, pero bueno no tengo nada que perder -, se decía mientras introducía la clave en su ordenador portátil.

Espera ansioso la carga de la página, esos segundos le hicieron sentir nervioso, esos nervios que cuando niño abre regalo quitándole el papel, o cuando eres chaval y tienes tú primera cita con esa chica que te roba los latidos. Se sentía así ese breve espacio de tiempo, cuando entró en el grupo Face, vio efectivamente un grupo de 140 miembros de ambos sexos que hablaban entre sí, no puso nada solo leía lo que allí se cocía, por fin se decidió a escribir algo:

“, ¡Hola!, buenas tardes, soy Iván, Juan me recomendó este grupo” pulso publicar y suspiró.

Observaba que hay nombres reales y ficticios, lo sabía pues poeta feliz, margarita silvestre pollaestoy y algunos más no eran nombres muy comunes en España,

Al cabo de unos segundos ya le estaban contestando muchos los presentes dándole bienvenida y algunos comentarios superficiales. Juan (madurosexy) le puso un privado diciéndole, -mucho has tardado tío, divierte verás que aquí hay muchas tías y buena gente.  -

Comenzó a charlar con los presentes cosas triviales, y llego el primer privado femenino.

Laura: ¿Iván de dónde eres?

Iván dubitativo no sabía si mentir o decir la verdad, siempre le decían que mintiera como bellaco, pero dudo, al final respondió: “De Sevilla, ¿Y tu Laura?”

Laura: De Madrid, ¿eres casado?

Iván dudó y respondió: “la verdad sí.”

Ese primer privado se quedó allí, luego le siguieron dos o tres más, pero ahí quedo todo.

Miro el reloj que marcaba ya las ocho y dijo ufffff, se me ha ido el tiempo tengo que ir a casa corriendo hoy tenemos cena y copas.

Puso en el chat general  -Hasta luego chicos -, y apagó el ordenador.

Cuando llegó a su casa, ya lo esperaba su mujer.

-Iván coño date prisa que nos esperan ya.  -, le recriminaba su mujer Silvia, estaba bien arreglada y a pesar de sus cuarenta y largos años se conservaba bastante bien, poseía una belleza trabajada en el gimnasio y una cara aún joven y serena.

-Cariño nos queda más de una hora, ven anda siéntate aquí a mi ladito que te tengo una sorpresa aquí abajo,  - mientras le decía esto se tocaba los genitales en señal de deseo inoportuno.

“Iván ahora no,  -decía Silvia - luego tu mujercita sabrá compensarte, no te preocupes -, se acercaba a él besándole y susurrándole a la oreja.”

Al pobre Iván se le puso todos los bellos de puntas, fue a abrazarla, pero Silvia ya se había puesto fuera de su alcance, lo conocía muy bien y sabía que de eso a tener que vestirse de nuevo era lo mismo.

La cena transcurría con normalidad, los amigos Alberto y Sandra eran agradables y simpáticos, ellos eran amigos de la Universidad, y ellas desde la infancia. Tenían vidas muy parecidas sin estrecheces económicas, parecían un matrimonio feliz, tenía tres hijos encantadores en fin a primera vista parecía perfecto, pero Iván sabía que eso no era del todo así. Alberto tenía un lio en la oficina y muchos de los viajes que realiza son a un hotel cercano con Bea y pasar unos fines de semana que no salían de la habitación.

Alberto se lo contaba todo en largas charlas telefónicas o tomando alguna copa en cualquier bar, Alberto quería mucho a Sandra, pero Bea lo ponía a mil. La verdad es que Bea era un bombón de veintipocos años, sexy, con curvas de esas que vuelven loco al más pintado, unos labios rojos gruesos adornados por dientes blancos inmaculados, es la boca que te dejarías hacer todo y por si sola te llevaría al cielo y al infierno a la vez, imaginas esos labios en el pene y te produce una inmediata erección. En esto andaba Iván cuando un codazo de Silvia lo bajo de las nubes,  - ¿Iván estás tonto? Le decía Silvia riendo, Alberto y Sandra reían, Iván miró para abajo y una erección le adornaba la entre pierna.

Tomo la mano de Silvia y se la coloco por debajo de la mesa encima de la portañuela, ella lo miró sonriendo y la mano de esta recorría toda la zona genital tentando con suavidad y de vez en cuando al llegar a la zona de los testículos. Los masajeaba con fuerza, Iván comenzó a ponerse más nervioso de lo normal, estaba excitado entre el chat, que ya tenía fantasías con Laura,  - ¿Cómo sería? Pensaba -, y Bea, la erección era plena, el glande cabeceaba de arriba buscando la libertad del eslip y del pantalón que la aprisionaba, la mano de Silvia recorría el pene suavemente pero a buen ritmo, Iván disimulaba y los cuatros seguían hablando y bromeando, pero entonces si le sorprendió su mujer q le abrió la portañuela sacando el pene fuera, lo tomo con fuerza y lo meneaba de arriba abajo firmemente.

Iván la miraba riendo y ella le devolvió una sonrisa de complicidad,  - ¿hasta dónde llegará la joía hoy?, se preguntaba Iván -, mientras ella lo masturbaba ya sin piedad, El cuerpo de Iván mantenía la calma aparentemente, mientras estaba que estallaba, Silvia aceleraba el ritmo de arriba abajo, cada vez más, estaba claro que Silvia quería que terminara, él puso su mano en la rodilla tanteando su reacción, que fue la esperada, se abrió un poco de piernas para que pudiera seguir con más comodidad, subió la mano por el muslo firme y musculado hasta llegar al final de este y el comienzo de su sexo, estaba húmedo y caliente, no le costó trabajo abrir sus labios y hacerse paso hasta la vagina que ya esperaba ansiosa una caricia. Introducía el dedo en la vagina para humedecerlo, lo sacaba y acariciaba el clítoris, Silvia intentaba mantener la compostura y seguía hablando con los demás mientras el sexo le ardía y hacia entrarle unas ganas locas de abalanzarse sobre Iván y que la penetrara hasta dejarla exhausta. Pero seguía charlando sin escapársele un solo gemido de sus labios, a la vez que masturbaba el pene de su marido que ya empezaba a dar señales de un orgasmo en breve, él acaricia el clítoris y ella el pene, los segundos pasaban despacio. Cada uno estaba deseando que llegara el orgasmo ya cosa que él comenzó a llegarle soltando un chorro de semen que caía sobre la mano de ella a borbotones ella seguía moviéndolo de arriba abajo hasta que no quedara gota de semen en sus testículos. Él acariciaba el clítoris frotándolo fuertemente e introduciendo un par de dedos en la vagina hasta el fondo notaba como cada vez estaban mojadas. Él sabía que estaba a punto, tomó de la mano de ella semen y con el dedo que acaricia su punto G lo refregó todo por él y por la entrada de la vagina, noto de pronto como caía el jugo de ella, sacó un pañuelo de papel y con naturalidad limpiaba su mano:

- Vaya con la salsa del pescado me he manchado toda -, dijo justificándose ante los comensales que nada notaban del juego que se traían debajo de la mesa ambos. Él la conocía como nadie y sabía tocarla hasta hacerle llegar hasta el orgasmo, como lo que está haciendo jugando con su clítoris y su vagina. Ella agarraba la servilleta apretándola con una mano mientras comía con la otra pero el bocado le era indiferente pues se estaba corriendo intensamente trago el pequeño bocado de pescado y lanzó un suspiro acercando la servilleta a la boca, se habían corrido ambos y nadie había notado nada.

-¿Qué os pasa hoy parejita?, preguntaba Alberto bromeando,  -estáis acaramelados como adolescente, ¿celebráis algo?  -.

Iván sonriendo les decía levantando la copa de vino,  -Venga chicos hoy es viernes brindemos por la noche, que es joven.  -, mientras se guardaba el pene con la otra mano. Silvia se levantó disculpándose para ir al servicio y arreglarse un poco, Sandra la acompañaba.

Ambas salieron del salón para dirigirse al baño quedando ellos dos solos en la mesa.

Alberto cambió el rostro poniéndose serio como en funeral,  - Iván tío la he cagado de todas a todas, mierda.  - decía esto mientras con ambas manos apoyado los codos en la mesa se echaba el cabello para atrás.

Ese gesto lo hacía a menudo cuando estaba estresado y en eso momento lo estaba y mucho, - ahora no puedo, vamos mañana al club y te cuento todo, por favor, - prosiguió, - casi arrancó a llorar, pero a eso entraron las chicas y el mismo Alberto cambió el rostro y comenzó a reír diciendo:

-mañana en el club te pego una paliza al pádel que te cagas a las 12 no falles -.

Iván acabó con el mal momento diciendo - Chicos vámonos a tomar algo que la noche es nuestra  -.

Silvia, no es que conozca a Alberto como para notar algo pero si conoce a su marido y sabe que algo pasó en su ausencia pero pensó que sería por lo de la paja que lo habrían notado,  - será eso pensó -

Todos salieron del local riendo y contándonos anécdotas de la semana, pero Iván aún se sentía nervioso como niño con juguete nuevo, y él lo tiene el grupo Facebook además es secreto que le gusta más.

Las copas caían unas tras otras y el cariz picante de la conversación fue tomando protagonismo, sobre todo por parte de ellas ya que ellos tenían la cabeza en otro sitio,

Alberto estaba inquieto y cuanto más alcohol bebía más triste se estaba poniendo, Iván se dio cuenta del estado de su amigo y corto por lo sano,  - Alberto tío, nos vamos a ir que mañana tenemos partido y luego por la noche tengo entrada para teatro para los 6 así que a dormir ya -.

Ellas no protestaron aunque la idea de irse así como así, no les hacía mucha gracia, pero Silvia sobre todo que en circunstancias normales hubiese montando en cólera le interesaba pues quería ampliar el numerito del restaurante.

Iván: Cielo por fin solos, jejeje, le decía Iván a Silvia mientras se quitaba los zapatos sentado en la cama

Silvia se fue hacia el agarrándole la cabeza y atrayéndolo hacia a ella, haciendo que su rostro se rozara por su vientre que le ardía parte por el numerito del restaurante, el alcohol había hecho el resto. El la agarro por el culo pegando más el vientre hacia él, lo hacía tanto que notaba el monte de Venus de ella, metió las manos por debajo de la falda acariciando las nalgas que apenas quedaban cubiertas por un tanga blanco de encaje, que lo volvía loco, le mordisqueaba por encima de la falda el pubis de ella rozando el daño con los bocados, pero ella era un volcán, volcán a punto de estallar, lo empujo con fuerza echándolo en la cama, se le colocó encima subiendo desde el pecho hasta la boca donde le puso su sexo, el solo podía rendirse y levantar la falda por encima de las caderas dándole un doblez para que no estorbe, él veía en sus narices la braguita blanca con esos encajes bordados y haciéndole cosquillas en la nariz, una mano acaricia el muslo, la otra apartaba la braga hacia un lado para dejar libre su sexo que comenzó a lamer como helado para niño, acariciando con la punta de la lengua su clítoris y luego la introducía dentro de la vagina, y la mano que apartaba la braga comenzó con el dedo índice a acariciarle el clítoris Silvia jadeaba mientras se quitaba la blusa y dejando el sujetador a la vista, cosa que Iván en este momento no estaba haciendo pues estaba en otros asuntos, empezó a cabalgar sobre la boca de Iván mientras se acariciaba los pechos por encima del sujetador, ella en ese momento era una fuente de sensaciones, él sabía subirla hasta el mismo cielo y esa no noche es lo que quería hacer, y en ello estaba.

Él se notaba que el pene le estallaba por dentro del calzoncillo, pero no podía liberarlo pues tenía ambas manos ocupadas así que siguió centrándose en lo que estaba, Ella echando el brazo para atrás busco en el cuerpo de Iván el pene que pronto lo encontró, lo tomo con su mano por encima del pantalón y comenzó a acariciarlo, suave, muy suave su cuerpo se estremecía por las caricias bucales de Iván pero el brazo le tenía firme y sereno acariciando el pene que cabeceaba buscando la libertad que necesitaba, ella abrió la portañuela del pantalón e introdujo la mano dentro buscándolo por debajo del eslip. Lo saco para fuera y comenzó a moverlo, estaba ya duro y erecto así que poca preparación necesitaba para verlo en su pleno esplendor. Silvia ya estaba a tope, a cada jadeo movía el pene, su calentura iba subiendo hasta el punto que soltó el pene y el pecho q se acariciaba y tomo con ambas manos la cabeza de Iván levantándola un poco para poder meter la mano por abajo ya traerla más si cabe hacia su sexo, estaba llegando al orgasmo, Iván lo sabía y saco la lengua de la vagina para chupar el clítoris y hacerla llegar así antes, eso a ella le hizo sentir que el placer le inundaba todo su ser, estaba tan sensible que es como si no tuviera piel y todo roce le producía placer puro y duro,  - más, mas, por favor Iván, mmmmmmmmm, te quiero por dios,  - gemía mientras se corría en la boca de él, echo la cabeza para atrás y decía. –mmmmmmmmmmmmm, siiiiiiiiiiiiiiiii, agggggggggggggg, dios, me corrooooo, te quieroooooo.

Un suspiro acabó con su orgasmo que había inundado la boca de Iván con todo su amor. Se bajó de encima de él, Iván con el pene fuera y erecto se retiró al baño para enjaguar su boca un poco e irse de nuevo a la habitación para volver a la carga. Ella estaba tumbada en la cama aun respirando fuerte y lo miraba sonriendo estaba abierta de piernas aun con la falda levantada y el sujetador puesto. Iván se puso en el pie de la cama, se quitó la camisa despacio, ella lo observaba, la tiró al suelo, luego comenzó a quitarse el pantalón y aun con el eslip puesto y el pene fuera comenzó a subirse a la cama avanzando a cuatro patas hacia ella. Cuando estuvo totalmente encima de ella se sentó sobre su vientre y le quito suavemente el sujetador, luego comenzó a besarle los labios besos cortos y seguidos, luego introdujo la lengua dentro de su boca besándola con pasión, es de esos besos que indica que es solo el comienzo de algo mejor, y que es que se va a consumar el acto sexual sin remedio. Silvia lo abrazo para atraerlo hacia ella pero él retrocedió soltándose de la llave de sus brazos y bajo besando el cuerpo de su esposa con mimo y cuidado, los pechos: primero uno luego el otro, siguió por la barriga plana y dura de Silvia (recordemos que ella es de gym), luego llego a la cinturilla de la falda, que levantó la cara y busco con las manos el cierre, lo desabrochó y la sacó de un tirón, se quedó solo con las braguitas que fue sacando despacio, bajando por las caderas los muslos hasta conseguir sacarlas de las piernas y tirarlas hacia un lado, él comenzó a liberar el pene del eslip y fue ella quien tomó la iniciativa levantándose de la cama y tumbándolo a él. Silvia comenzó a besar su boca mientras acariciaba el pene, luego fue besando y mordiéndole los labios, los lóbulos de las orejas, el cuello él se movía en la cama gimiendo,  -Si, Silvia mi amor, siiiiiiiiiiiiiiiii, mmmmmmmmm, - ella continuó bajando con sus labios hasta el pecho de él jugando con las tetillas, todo esto mientras le masajeaba el pene de arriba abajo, fuerte pero despacio, quería que aguantara todo lo posible, por fin llego al pubis donde tomo el pene con firmeza y se lo metió en la boca hasta la garganta, luego despacio y pegando los labios a él, lo saco entero y con la lengua jugaba con el glande, lo chupaba, daba vueltas con la lengua alrededor del, luego volvía a introducirlo en la boca y así sucesivamente, él estaba gimiendo de placer, sudaba su piel, se estremecía su cuerpo, su esposa hoy estaba haciéndolo gozar como nunca, o estaba más receptivo él, pensó Iván.

Se dejaba llevar por la felación de Silvia, pero no quería acabar si antes penetrarla y hacerle el amor como nunca, parecía que ambos tenían la noche ardiente y él quería prolongarla todo lo posible. Viendo que Silvia aceleraba el ritmo e intensidad de sus caricias bucales, y que le estaba llegando el orgasmo así que retiro a Silvia de su pene y la tumbo en la cama, se subió encima de ella y la penetro, suave poco a poco, pero comenzó a embestir más fuerte y más rápido. Ella gemía mientras le acariciaba con una mano el culo y la otra la cabeza por la nuca, él tenía las manos apoyada en la cama para facilitar los movimientos y empujar con más fuerza, los envites eran cada vez más fuertes y rápido ella gemía como posesa, el también comenzaba a jadear – Dios si, toma Silvia, toma - gritaba y además podía hacerlos pues sus hijos no estaban en casa pasaban el fin de semana con los abuelos. Cuando ella estaba llegando al orgasmo, el freno un poco el ritmo no quería eyacular aun. Pero siguió con el suficiente ritmo para que ella subiera de nuevo a la cima del clímax, y así fue ella comenzó a gritar – Ayyyyyyyyyyy, amor mío Iván te amooooooooo, por dios siiiiiiiiiiiiiiiii, massssssssssssssssss, yaaaaaaaaaaaaaaaa, lo atrajo hacia ella y lo abrazo mientras le mordía el cuello, luego acerco su boca dulcemente hacia su oído y le susurro:  -te quiero con toda mi alma, eres lo mejor que me ha pasado, Iván, te quiero -.

Iván la dejo reposar unos instantes se colocó de rodillas y le dijo “ven reina vamos al salón,”, la tomo de la mano y la llevo hasta el salón y él suavemente la sentó en el sofá, allí se sentó al lado de ella y comenzó a acariciarle el sexo, ella tomo el pene de él en la mano se basaban mientras se masturbaban mutuamente, él introdujo su lengua dentro de la boca de ella dulcemente, ella subía y bajaba la mano en toda la longitud del pene, mientras él jugaba con los dedos con el clítoris y los labios externos de ella. Él fue levantando y echado para atrás a ella cuando estuvo totalmente tumbada la abrió de piernas colocando ella una en el suelo y la otra por encima del respaldar él se situó frente al sexo con su pene recto y la volvió a penetrar, él comenzó a embestir rítmicamente mientras jadeaban, el ahora si quería terminar con lo cual marco su ritmo que le hiciera llegar más fácilmente, cosa que a Silvia tampoco parecía que le viniese mal pues agitaba la cabeza susurrando palabras de amor y satisfacción a su marido. El la miraba como se agitaba en el sofá, movía la cabeza de un lado a otro, arqueaba a veces el cuello, lo agarraba por la espalda después por el culo agitaba las piernas, él ya estaba llegando y se lo aviso a ella entonces se dejó caer encima de ella, Silvia a esto lo abrazo muy fuerte y lo atrajo tanto hacia ella que parecía un solo cuerpo en vez de dos, solo se movía la zona de la cadera de Iván que empujaba aun, a eso que comenzó a llegar el orgasmo de ella. Iván me viene por favor, córrete conmigo amor mío córrete yaaaaaaaaaaaaaaaa, En eso que él comenzó a decir – Toma Silvia, toma amor mío ahhhhhhhhhhhhhhhhhhh, me corrooooooooooo, - Iván comenzó a levantar la cabeza, mientras su pene dentro de la vagina de su esposa estallo, él le decía – Siiiiiiiiii, amor tomaaaaaaaaa, agggggggggggggg, ufffff madre – y se dejó caer mientras ella aun balbuceaba – ufffff amor te quiero. El la besaba con pasión todavía con el pene dentro de ella, ella no decía nada solo le acariciaba los cabellos con una mano y el culo con la otra. Estuvieron unos minutos así, besándose con ternura. Pasado estos minutos Iván se levantó y le tendió la mano a ella para ayudarle a levantarse del sofá,  - Vamos a la cama mi vida,  - ella se levantó y agarrada de la mano ambos regresaron a la habitación. Se tumbaron en la cama mirando hacia arriba y agarrados por la mano. Se quedaron dormidos.

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