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Culiada por un desconocido en el eje cafetero en Colombia.

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Estábamos en el ascensor, nos acabamos de encontrar después de una larga jornada de trabajo, estaba alicorada, compartí unas cervezas con mis compañeros de labores. Él también tenía algo de tufo.

Qué haces le pregunté

Intento mantener la calma para no hacer una locura contigo.

Me sorprendió la respuesta. Qué locura, contra pregunte.

Me tomó por la cintura, me estremecí, él lo percibió,  me beso.

Respondí su beso, sus manos fueron a mi glúteos, las mías a su espaldas, nuestras lenguas se encontraron y sentí como me llevo hacia su masculinidad. Lo abrace con fuerza, el apretó mis nalgas con lujuria, sentí el roce de su miembro en la entrepierna.

El ascensor se detuvo, nos separamos, entro otro huésped.

 Me dijo que se llamaba Pedro. Ese martes había llegado a una de las ciudades del eje cafetero, iba de gira de trabajo. En las últimas semanas mi actividad sexual había disminuido, no sentía deseos, ni tenía ganas. Pero durante el viaje las hormonas despertaron.  Me instale en el hotel, dormí un rato, me levante, prendí la Tablet y leí algunos relatos, vi un par de video y me masturbe. Salí y empecé las reuniones de trabajo.

 Regrese tarde al hotel, iba acompañada con otros  compañeros y compañeras de la empresa, me dejaron en la puerta. Seguí al comedor,   estaban cenando otras personas, sentí que me miraban, identifique al observador, un hombre joven de una mesa contigua, cruzamos miradas, sonrisas y cada uno siguió en lo suyo. Ellos se retiraron, termine de cenar con calma.

 Antes de subir a la habitación pase por la recepción, me encontré con el desconocido de frente. Hola como estas,  sonreí, lo mire, bien gracias y tú, bien me respondió. Tome el ascensor, me bañe de nuevo y me toque pensando en lo delicioso que estaba el desconocido.

 Al día siguiente coincidimos en el desayuno, de nuevo las miradas, las sonrisas y el chau cuando Salí a trabajar.

 Regrese tarde al hotel, tome algunas cervezas con los compañeros de trabajo. Vi el ascensor, acelere el paso, la puerta se cerraba, logre tocar el botón del elevador,  y se abrió, sorpresa él estaba ahí, subía solo. Me preguntó qué haces? Repondí e iniciamos el díalogo con que inicie esta experiencia.

 El otro huésped se quedó un piso abajo del nuestro. Las puertas se cerraron de nuevo, nos volvimos a besar, fue un ósculo lleno de lujuria. Bajamos y caminamos por el pasillo, íbamos en silencio.

Me preguntó si  me gustaba su locura.

Sonríe nerviosa, le dije que sí. Voy a hacer otra me contesto. Mis pulsaciones se aceleraron.

Llegamos a la puerta de su habitación, me beso, tomo mi mano y la llevo a su entrepierna. Su pene estaba erecto, se lo acaricie mientras me besaba. Fui a quitar mi mano pero no me dejo, seguí tocando su polla. Con cada roce la sentía más dura, me sentía muy mojada.

 No sé en qué momento abrió la puerta de su habitación. En medio del beso, se dio la maña para utilizar su tarjeta. Me invito a pasar, dude, entro a su cuarto, sigue me dijo, seguía dudando. Entonces bajo su bragueta y me enseño su pene, ufff, erecto, mojado, hermoso, justo de tamaño.  Pronuncio una fase falta: te gusta. Lo mire, no respondí, me tomo la mano y me la llevo a su miembro. Lo toque un poco, lo masturbe, me halo y cerró.

 Le apreté  la verga, lo masturbe, me senté en la cama y se la mame. Me quito las manos de su pene, me tomo por la cabeza y empezó a follarme por la boca.  me la metía hasta la coronilla, la sacaba y me la volvía a meter. Me ahogaba, sentí arcadas, mi saliva mojaba y le daba brillo a la polla, otra parte de mis babas se escurría por mis comisuras y volaba por los aires.

 Me tomo en sus brazos, me levanto y me beso.  Mi vestido  cayó al suelo, igual su camisa y pantalón, quedamos desnudos. Quería volver a chupárselo, no me dejo, me llevó hacia el sofá de la habitación, quede en cuatro,  beso mi cuello y espalda. Bajo,  me abrió las nalgas, y pronto sentí su lengua en mi ano y en la vagina.  Me deleitó con su lengua en mi culo y en mi chocha, gemí, le dije que se me comía muy rico con esa lengua.

 Dejo de besarme el coño y el ano, lo mire de reojo, el espectáculo era hermoso, un hombre desnudo,  musculoso, erecto, poniéndose un condón y presto a penetrarme.

 Me acomodo, tengo ansiedad por sentir  ese verga en mi ser. Me abre con sus manos, ubica su pene y me mete con suavidad. Siento como me abre, estaba cerradita por la inactividad sexual que traía en el último mes y medio, entra todito. Con una mano me toma del pelo y me embiste con su polla, sigue haciéndolo con suavidad, abriendo el trillo para lo que venía.

 Lo siento respirar fuerte, no hablamos, cada uno concentrado en su placer, sintiendo y dando place al otro. El ritmo fue aumentado,  empezó a cogerme con más fuerza, llegaron las palabras. Alabo mi concha, me dijo que la tenía rica, cerrada, mojada, que se comía toda su polla. Le dije que se la comiera, que le diera que me la metiera, con fuerza. Su mano tensionó mi pelo, la otra tomo mi cadera y me la enterró con fuerza y me dijo perra, repitió la embestida y me dijo puta, rebajo el ritmo pero me pego un par de nalgadas y me dijo zorra.

 Me tomo de la cintura, y fuimos a la cama, quería cabalgarlo, no me dejó, quedó de pie y yo en el borde. Me la metió con fuerza y empezó a besarme la tetas, después el cuello, conminaba vergazos con chupada de tetas y de besos en el cuello y el oído. Después me hablo, me dijo que era una aleña muy puta, me hablaba cuando me embestía con fuerza con su polla, sentía un doble placer, el de su pene  y el de su voz.

 Sus palabras siguieron, caleña perra, caleña arrecha, caleña puta, caleña come vergas. Siempre acompañada de vergazos y más vergazos.  Le respondí, le pedí más y más verga, que me comiera por puta y por perra, que me arrechaba y gozaba siendo perra y puta, y más cuando era una zorra clavada por un desconocido en un hotel.  Entre el diálogo y la mano de pene recibida me corrí, fue un orgasmo delicioso.

 El me seguía dando, le pedí su leche, le dije que esta caleña puta quería leche, que como buena zorra me alimentaba con leche. Resopló, aceleró sus embestidas, continúe hablándole, le pregunte por qué le negaba la leche a una perra tan rica y tan puta, a una caleña hambrienta de leche. Siguió clavándome, un poco más, se quitó el condón, me sente en la cama y sentí su leche en mi cara, me frente, los labios, las mejillas, el mentón y hasta el pelo quedaron con leche.

 El resoplaba en su orgasmo, yo sentía como su semen resbalaba por mi cara, percibía el olor de su leche. El cayo en la cama, me incorpore,  me vestí y salí e la habitación.  Fui a mi cuarto, entre a la ducha, y me bañe con agua caliente. Dormí como un bebe.

 Al día siguiente, nos encontramos en el comedor, nos saludamos, le dije salgo en la tarde hacia Pereira, me hospedo en tal hotel. Sonrió.  El día trascurrió normal, viaje a la capital de Risaralda, sostuve un par de reuniones, sobre las seis y media regrese al hotel, me cambie y fui a la zona húmeda. Nadaba en la pequeña piscina, estaba concentrada en mis cosas, sentí que alguien entro al agua, nade otro poco, me detuve. Sorpresa, él estaba ahí.

 No besamos, y empezamos a besarnos y tocarnos. No había nadie en la zona. Su verga se puso dura, sus dedos recorrieron mi raja y el ano. Salimos del agua y fuimos al turco o al sauna, no recuerdo. Seguimos tocándome, se la mame, me la chupó, quizó penetrarme, no lo deje, bajamos a la habitación, la mia era la más cercana, entramos, nos besamos y me puso boca abajo, me chupó el culo, me dijo que las perras de Cali tenían que ser enculadas en Pereira. Le dije que sí, que me diera por el culo con esa verga rica que tenía.

 

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