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Gloria, madura de mi adolescencia - 03

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Nos despertaron los golpes en la puerta de Daniel que quería salir del cuarto, me había olvidado que la había dejado cerrada.

Gloria se levanta se pone un deshabillé negro transparente y va atender a Daniel que ya se estaba desesperando y teníamos miedo que algún vecino pensara mal.

Yo me levanté me puse un jogging que había llevado y me dirigí donde estaban, al entrar en la cocina lo veo a Daniel sentado en la mesa esperando desayunar, y Gloria desnuda con el deshabillé, era toda una escena bizarra.

El día transcurrió normal y sin sobresalto lleve a Daniel al parque, después almorzamos y yo tuve que salir hacer unos tramites para mi vieja que ya los tenía programado.

Igual cada vez que nos cruzábamos nos tocabamos o un piquito o un beso siempre algo había, parecíamos dos recién casados.

LLegue del centro tipo 19 horas, Daniel estaba en el living mirando TV y sale Gladys con un camisón negro nuevo corto, transparente, toda maquillada y con unos tacos agujas.

Me recibe con un abrazo y un beso de lengua que debe haber durado una eternidad, comencé a meter mano por todos lados, me había encendido y me aparta me dice: Espera mi amor espera, bañate y te deje un regalito para que te pongas esta noche, mientras yo voy a terminar de cocinar para mi hombre y se fue agarrandome una nalga del culo.

Me dirijo al cuarto y sobre la cama había un pijama corto de color negro transparente y una nota que decía: para que los disfrutes conmigo y unos labio pintados.

Me bañe y sali luciendo el pijama y realmente me sentía desnudo, me daba cosa que Daniel me viera y se diera cuenta de ello. Cuando ella me ve asi vestido pega un grititos de alegría me abrazó y beso de la alegría.

Cenamos como si no pasara nada como algo normal.

Gladys se fue acostar a Daniel y yo me quedé haciendo sobremesa mirando TV.

Tardó como quince minutos, cuando vuelve se para en el marco de la puerta y me dice: Vamos mi amor ya lo dormí soy toda tuya.

Mientras nos besábamos me iba contando que le había contado lo nuestro a una amiga viuda y que le había dicho que estaba muy bien y la envidiaba por sentir tanto placer.

En eso me pone boca arriba en la cama ya desnudo con mi pija parada a más no poder y mirándome se va sentando en ella. Empieza con el sube y baja muy suave, muy sensual y en un momento toma el teléfono de la mesita de luz y con el dedo en su boca me hace seña que haga silencio. Marca un número, espera un par de segundos y dice: Ya lo tengo adentro y como te lo prometí te estoy llamando.

Yo no podía creer lo que estaba escuchando pero a la vez me excitaba mucho. Pone el altavoz y dice Inés ahora Juanjo te puede escuchar y del parlante salió un gemido intenso.

Me siento le doy un beso a Gladys y le le digo con voz baja y de excitado: Hola Ines me escuchas. y ella responde con un siiiiii.

J- Me escuchas claro. La escuchas a Gladys gemir.

Ines - Siiii

J - te estás tocando.

Ines - Siiiii

J - Sentí como me cójo a tu amiga y como lo disfruto. Y le muerdo una teta y Gladys supiera.

Gladys- Por Dios que rico como me entra.

Ines - Te llena, decime es grande.

Gladys - Es grande pero no más importante es que la sabe manejar muy bien mmmmn

En eso se empieza a sentir que Inés está por acabar.

J - No acabes, te digo que no acabes aún.

Inés - Pero lo necesito por favor.

J - Hasta que yo no acabe nadie puede acabar entendiste.

Ines- Siiii entendí

J- Si entendí que? Le pregunté con voz segura.

Ines - Siii papiii

Gladys me mira extrañada y le guiño un ojo y la empiezo a bombear con todo.

Sentí en un minuto como toda mi leche se concentró en mis huevo y subía por mi pija. Gladys se aferraba a mi con toda su fuerza.

J - Ines estas ahi.

Y se le escapa a Inés un Sii papi casi inaudible.

J - Quiero acabar con mis dos mujeres vamos los tres a la vez.

Y esas palabras era como si hubiera tirado alcohol al fuego enseguida empezaron a gemir las dos como locas.

Gladys se aferraba a mi y me mordía el hombro. Su concha estaba tan húmeda que el ruido de mi pija al entrar se escuchaba en toda la habitación. Ines del otro lado del teléfono no se quedaba atrás sus gemidos eran casi gritos. 

En un momento dado la miro a los ojos a Gladys que la tenía a caballito enfrente a mi la agarró de las caderas y la empiezo a sentar con golpes secos ya sentía venir la leche. Empiezo acelerar el ritmo y les grito ahoraaa y tenso mi cuerpo y los tres nos unimos en un solo grito de placer como si estuviéramos juntos. Y del orgasmo que tuvimos los tres fue como si quedáramos desmayados hasta el otro día.

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