Nuevos relatos publicados: 12

Placer como nunca antes y en soledad

  • 13
  • 13.315
  • 9,14 (29 Val.)
  • 1

Quiero empezar describiéndome, soy un chico de 18 años, casi 19, mido 1,79, soy de tez blanca, cabello castaño, ojos negros que lucen cafés más de cerca, un cuerpo muy bien cuidado y tonificado, y hermoso rostro, atrayente de miradas de los dos sexos por igual, sin mencionar aquello que se esconde en mis pantalones, una jugosa y gruesa verga de casi 18 cm, que durante el último año ha pasado más tiempo fuera de ellos que dentro, pero ya hablaré más de eso después.

Recientemente me mudé a un departamento en otra ciudad por cuestión de estudios, al principio no me había dado cuenta de que ésta sería una gran oportunidad de descubrir cada vez más sobre mí mismo a través de la masturbación. He de decir que me he masturbado desde muy pequeño, me encantaba cómo se sentía, y aún me encanta, cada vez más, es indescriptible la sensación que se tiene antes y durante el estallar dejando escapar todo el semen después de horas y horas intentando soportar, el alcanzar el gran final, complaciente, pero decepcionante al mismo tiempo, pues es el momento que indica que el placer ha terminado, hasta que decides empezar todo otra vez, podría pasarme todo el día masturbándome (y lo he hecho), es algo que amo hacer. Sinceramente pensaba que mis ganas de hacerlo se detendrían cuando empezara a tener sexo, pero tan sólo se han incrementado, qué puedo decir, se siente tan bien.

Voy a contar una de estas tantas historias en las que me he pasado horas dándome placer a mí mismo, de tantas maneras posibles, esto sucedió hace unos meses. Un día lunes cualquiera, regreso de la universidad, se habían hecho las 2 PM entre que almorzaba y terminaba de ordenar mis cosas, tenía algunos trabajos que terminar, pero algo me decía que este no sería el día para hacerlo, así que simplemente me acuesto en mi cama y estoy entre viendo la televisión y mi teléfono. Después de un rato empiezo a hacer ejercicio ahí mismo, porque realmente no tenía ganas de ir al gimnasio ese día, para cuando termino se hacen las 5:00 PM. Me echo a la cama a descansar y vuelvo a tomar el teléfono, en lo que decido revisar las redes sociales de algunas amigas para ver qué nuevas fotos han subido, para mi sorpresa encuentro varias de una de estas amigas, ella es como de 1,60, preciosa, delgada, ya no recuerdo su color original de cabello por las veces que se ha teñido, quizás castaño también, aunque en ese momento estaba rojo. Sus pechos son pequeños, pero tiene unas caderas y un culo que dan ganas de metérsela hasta la muerte, ponerla de perrito y darle por todos lados, o verla cabalgando encima de mí, de sólo pensarlo me empiezo a calentar otra vez, tengo unas ganas inmensas de tenerla frente a mí ahora y cogermela como a nadie, igual que en ese momento. En las fotos aparecía con un vestido color crema con algunos detalles o encajes (creo que así se llaman) en negro, el vestido era demasiado ceñido y dejaba ver su figura a la perfección, cómo quería arrancarle todo, en serio, empecé a imaginarme qué tendría debajo del vestido, era obvio que no traía brasier por la forma superior, le llegaba justo hasta los pechos y dejaba ver un pequeño, pero excitante escote, me había comenzado a poner caliente con estas fotos, sentía cómo mi verga pedía algo de jugueteo con mis manos.

Primero fueron roces por encima del short que tenía puesto, la sentía crecer y crecer, me estaba poniendo como loco, luego meto la mano dentro del short y comienzo a sentirla más de piel a piel, qué caliente estaba, quería acabar ahí mismo, pero eso sería muy rápido, así que lo fui postergando, en algún momento aparté el teléfono y comencé a quedarme sólo con mi imaginación (una gran imaginación por cierto), alucinaba con tenerla conmigo, destrozarle el culo, quería escucharla gemir y saber que soy el causante de su placer, introducir mi verga entre sus hermosos labios para que me la chupara mientras me veía con sus hermosos ojos, comerle el coño por completo con mi lengua, quería hacer que se corriera a la vez que lo hacía yo con ella, qué caderas tiene, me está matando. Siento cada vez una mayor sensación de placer, mi mano sube y baja por mi pene brusca y rapidamente, de repente recuerdo que no hay nadie, sólo soy yo quien vive en el departamento, así que me quito toda la ropa enseguida, y es cuando empieza lo mejor, sigo con el sube y baja de mis manos en mi pene, ya casi me corría así que me contuve, no podía terminar todavía, dejé pasar unos minutos, minutos durante los cuales aproveché para jugar con otras partes de mi cuerpo, tales como mis tetillas, hacía mucho frío y yo estaba desnudo además de excitado, la verdad es que a pesar del frío, yo me sentía muy caliente por dentro y por fuera. Empiezo a acariciarlas, son tan sensibles, me encanta cómo se siente, de repente paso mi mano por mi verga, cubierta parcialmente por pequeños rastros de semen que fui limpiando con mi mano, o más bien moviendo, pues puse un poco en mis tetillas y el resto empecé a chuparlo, era la primera vez que lo hacía, sabía raro, pero me gustaba, me estaba devorando el dedo, y con eso descubrí algo más, me encanta chupar, aunque nunca había estado con un hombre, estaba saboreando ese dedo como si fuera una verga, lamentablemente era sólo un dedo y no tenía tan gran tamaño, cuando me pongo muy caliente de repente se acaban las limitaciones, creo que soy bisexual, pues hay momentos de calentura así en los que siento que me encantaría ser penetrado por el culo o tener una rica verga dentro de mi boca, chorreando semen por mis labios, enduriéndose entre ellos, que se corran en mi boca, chupar todo ese semen liberado.

Estaba ya increíblemente excitado, pasé del tema de la foto de una amiga a fantasías de estar con un hombre, me empecé a dar nalgadas, qué rico se sentía, quería darme más y más, es obvio que durante todo este proceso me fui tocando y estimulando más mi pene, pero sin pasarme o podría correrme antes de tiempo. Ya se estaba haciendo tarde, para cuando veo la hora, eran las 9 PM, pero esto estaba lejos de acabar. Estoy tirado en mi cama, estiro mis piernas hacia arriba e intento introducir un dedo, el índice, en mi ano, no lo logro, ya lo había intentado tiempo atrás, nunca lo he conseguido, intento entonces con el meñique, me relajo, pero parece que no lo suficiente pues aún no logro que entre. Me enloquece, yo quería meterme de todo ahí, dios, cómo estaba de caliente que quería que me partieran el culo con una enorme y dura verga, y tragarmela toda además, aunque no podía meterme ni un meñique, empecé a ver de distinta manera a un montón de cosas que tenía en mi habitación, me imaginaba penetrando mi culo con cualquier cosa que tuviera cerca, qué decepción no tener a alguien ahí que me ayudara con mis ganas de ser cogido. A pesar de no poder meterme ni siquiera un dedo, seguí intentando con el meñique, no me iba a rendir, me puse tan abierto como pude, estaba demasiado excitado pensando en que había un hombre frente a mí metiéndome su verga entera por el culo, seguía sin lograr penetrar mi ano con el dedo, así que empecé a empujar de a poco como queriendo entrar, no lo conseguí, pero se sentía rico (si eso me gustaba me imagino tenerlo completo dentro), después de un rato alternando así entre mi culo y mi verga, a veces las dos al mismo tiempo, me puse de perrito y me imaginé de nuevo que había alguien partiéndome el culo con una sabrosa y rica verga, esta vez por detrás de mí, me agaché al frente y puse mi culo paradito, como si se lo estuviese entregando a alguien, lamentablemente no había nadie más que yo, así que después de impulsarme algunas veces hacia adelante como imitando el movimiento de penetración ajena, intenté meterme un dedo así de perrito, por favor, qué delicioso se sentía, ojalá lo hubiese logrado introducir completo, pero nada, aún no podía hacerlo, qué frustrado y excitado estaba, no podía cumplir mi nueva fantasía, ser cogido por el culo, he de decir que en realidad nunca me había imaginado con hombres, pero por alguna razón me estaba muriendo por estar con uno ahí mismo que me hiciera suyo, que me diera toda su leche, si todo eso no fuera suficiente, empecé a soltar pequeños gemidos de placer, sólo para ver cómo se sentíria y fue increíble, amé y sigo amando esa sensación, es como liberarse, es como gritar que estás disfrutando, y yo definitivamente estaba disfrutando de todo lo que me estaba haciendo.

Seguía desnudo en mi cama y decidí dejarme descansar un rato, durante el descanso pensé en encender la computadora y ver algunos vídeos porno, esta vez de la categoría gays, no lo había hecho antes, empecé, no muchos me gustaban, sobre todo en los que parecían ser muy bruscos, a pesar de que me sentía como si quisiera que me partieran el culo a mí también, supongo que me esperaba un poco más de delicadeza, sin embargo, sí hubo muchos que me gustaron, incluyendo otros de hombres por sí solos masturbándose, me ponía a mil ver cómo terminaban y salía toda la leche, me imaginaba chupando todo lo chorreado de sus vergas y saborearlas con mi boca, comermerlas enteras sin importar el tamaño, comerlas con mi boca y con mi culo, así me sentía, dios, ya quería correrme, así que repetí algunas de las técnicas iniciales, comencé a darme nalgadas, a tocar mis tetillas, a saborear pequeños chorros de mi propio semen, chupar mis dedos, todo eso me estaba poniendo más caliente aún de lo que ya estaba, no podía ser posible, no sé cuánto tiempo habrá transcurrido desde la última vez que vi la hora, no me importaba, sólo seguía complaciéndome. Me volví a poner boca arriba, abriendo las piernas intenté de nuevo meterme un dedo en el ano, no podía, pero seguí con lo que había intentado antes, dar pequeños empujones con mi dedo, se sentía cada vez más rico, sentía que entraba un poco cada vez más, pero seguro estaría horas así antes de lograrlo (ahora que lo pienso debí haberle dedicado el tiempo necesario, otra vez será), entre mi dedo intentando invadir mi culo y mi otra mano estimulando mi verga, estaba a punto de correrme, sentía de nuevo, eso que siento cada vez al estar cerca de terminar, una increíble calentura en mi pene y en todo mi cuerpo, incluyendo en esta ocasión, mi delicioso culo, me sentía caliente en exceso como si necesitara tener algo dentro (definitivamente me compraré algún juguete después, incluyendo los reales que me pueda meter).

Ya había dejado de intentar penetrar mi ano y me empecé a concentrar en mi rica verga, estaba toda empapada de mis líquidos, casi la podías ver brillando, era enorme, creo que nunca la había visto tan grande, venosa, se sentía muy dura, en verdad quería meterla en mi boca y tragarme todo ese semen que estaba a punto de escapar de ella, pero no iba a poder (lo intenté), pasé mi mano más despacio por ella y empecé a chupar algo de lo que se había escapado hasta el momento, qué rico sabía. Seguí estimulándola, subiendo y bajando lentamente, acariciando la punta suavemente, mi cuerpo se estremecía por completo, les recuerdo que hacía frío y estaba entre mi calentura y el frío de la habitación, eso me tenía demasiado excitado, mi cuerpo estaba muy sensible, fui entonces subiendo y bajando cada vez más rápido mi mano en mi verga, presionándola, estaba yendo muy rápido ya, sabía que no había vuelta atrás, empecé a chupar el mismo índice que minutos antes había intentado penetrar mi culito virgen, a la vez que lo había usado para reunir y chupar lo que se convertiría en uno de mis sabores favoritos, el de mi propio semen. Me estaba volviendo loco, entre mi mano jugando con mi pene y el dedo en mi boca haciéndome sentir como que me tragaba y gozaba de una rica verga, estaba a punto de acabar, hasta que al fin ocurrió, me estaba estremeciendo aún más que antes, la calentura en todo mi cuerpo incrementó, sobretodo en mi pene, estaba estallando, disparando el semen por toda la cama y por mi cuerpo, para mi suerte, la mayoría cayo en mi piel, entre mis piernas y mi abdomen, estaba chorreando de mi verga y parecía no terminar nunca, cada vez salía más y más, maldición, me estaba muriendo de la excitación, esa debe haber sido la mejor masturbación que he tenido hasta ahora. Con mi cuerpo cubierto de mi propio semen, pensé que para no desperdiciar, lo mejor que podía hacer era tragarmelo, estaba ahí, empecé a reunirlo con mis manos y lo llevaba  mi boca para lamerlo, esa sensación, es indescriptible, como muchas otras, lo lamía y lo lamía, me hubiera encantado chuparlo de la propia verga, estaba calentito y sabroso, y era todo para mí, me tragué todo lo que logré reunir, y me quedé estimulando unos pocos minutos más mi enorme verga, que a pesar de todo, parecía no disminuir mucho su tamaño, así sería mi excitación en ese momento.

Me sentía increíble, estaba sin nada de ropa en mi cama, acostado, sudado y cansado, pero me sentía sucio por todo lo que había hecho (y pensado) lo cual me excitaba aún más, me masturbé otras 2 o 3 veces más de manera más clásica, aunque no calmada, puesto que fueron observando más fotos de mis putas amigas, están todas tan ricas, las quiero coger durísimo (lo logré con algunas, lo verán en otras historias), después de eso conseguí calmarme un poco y me quedé dormido, qué noche, y habría continuado en la mañana de no ser porque debía ir a la universidad, tan sólo me acompañaron algunas masturbaciones más en la ducha recordando lo que había hecho la noche anterior, estaba tan caliente otra vez, de no ser por el agua de la ducha habría dejado todo el baño cubierto de mi semen, aunque ahora que lo pienso, también podría habermelo tragado todo otra vez. No creo haber conseguido esa sensación de placer antes, pero definitivamente logré superarla más adelante en otras sesiones, esta vez de sexo, ya tendrán que leer otros de mis relatos si quieren conocer lo ocurrido.

(9,14)