Nuevos relatos publicados: 13

¡Pero Bichitooo!

  • 4
  • 14.822
  • 8,28 (36 Val.)
  • 0

Mi primo, un hermoso muchacho de figura masculina como para coméselo una enterito, llega a casa a pasar las vacaciones, y yo, una chica un poquitín mayor que él, y dueña además de un cuerpazo bastante más grande y pesada, comencé a acosarlo de contínuo no pudiendo él contrarrestar mi abrumadora superioridad, quedando por mí así atrapado y sumido en un estado de permanente desesperación.

De contínuo casi yo lo fastidiaba: pasaba a su lado y mi mano iba derechito a sus bolas, lo cosquilleaba, lo atrapaba y besuqueaba todito, le hacía morisquetas cada vez que me miraba, lo encendía en provocaciones eróticas de todo tipo, etc.,   etc.,   etc. ...

Él, fastidiado y quejándose, protestaba y yo, fastidiándolo aún más, le decía: "Pero, bichiiitoooo!" cosa que adopté como un contínuo dicho hacia él.

tres días seguiditos así torturándolo, hasta que el cuarto día lo agarré, lo desnudé completamente desnudo, me lo llevé a la fuerza hasta mi dormitorio, lo acosté a la fuerza amarrándole las manos y los pies a los cuatro barrotes de la cama, y ahí...comencé a divertirme en grande.

Debo decir que mis fuerzas inmensamente superiores a las de él hacían que su resistencia por tratar de evitar lo que yo le hacía eran completamente nulas,y resignado no tenía otra cosa que hacer que entregarse a mí resignado y por demás caliente.

No tuvo otra idea que hacerse el que le gustaba lo que yo le estaba haciendo, y comenzó a reír en una especie de ridícula complicidad a lo que yomás aún reía, y más aún lo torturaba y él se desesperaba enloquecido.

Cosquillas....toques...pellizconcitos...cachetadas...mis pies pasando por su cara y la obligación de hacerlo lamer y chupar...en fin: ¡todo!

Comencé a mamarlo, y aquél su inmenso chorizo grandote y bien gruesote y parado como el de un caballo, comenzó a ser juguete en mis manos, pies, y toda mi anatomía.

Me revolcaba desnuda encima de su desnudéz, y hacía lo que quería con él. Gritaba como enloquecido en una loca mezcla de desesperación y placer, y yo no paraba de decirle "pero, bichiiiiitoooooo!!!"

Lo hacía acabar como a un bestia haciéndole saltar la leche a chorros, y les juro que jamás vi una pija que largase tanta crema espermática como aquella de mi dominado primo. Mi cuerpo solía quedar llenito de leche por todas partes, y aquello había pasado a ser cosa diaria.

Horas me lo pasaba follándomelo así montada en él y meta arriba-abajo-arriba-abajo-arriba-abajo-arriba-abajo-arriba-abajo así follándolo.

Lo follaba, y le decía meta reírme: "Pero, bichiiiiitoooooooo!" y él gemía y suspiraba y bramaba y sacudía su cabeza desesperado y acababa dando terribles gritos y aullidos de placer y locura.

Lo tuve toditas las vacaciones así a mí sometido, y aquéllo, fue una cosa por demás hermosa y felíz,que ni él ni yo podremos jamás olvidar.

Lo vivía montando así desnudo y lo hacía llevarme montada sobre sus hombros aunque yo fuese mucho mas grande y pesada .

Todo, en una contínua fiesta donde yo lo tenía siempre a mí así sometido. Día y noche.

Mis padres salían muy tempranito, y yo ya salía corriendo a agarrarlo, y él no tenía mas remedio que soportarme.

Se había entregado, es cierto...todo él era una permanente calentura sexual extrema por mí, y su carita lo decía todo sin hablar: estaba, completamente loquito. Si hasta él ultimamente solía buscarme para que yo..."lo amasara"!

Era irse mis padres y quedar nosotros dos solos, y ya empezaba esa contínua orgía en la que yo hacía lo que quería con él re-caliente.

Volaban sus ropitas y ya quedaba completamente pelado y ya el día enterito yo lo tenía meta y meta cocharlo como energúmena.

Un día, me acuerdo, él mismo me suplicó que yo lo azotase con un cinto; recuerdo que estaba yo ordenando mi placar, y acomodando unos cintos, y él vió y me pidió que por favor, yo lo azotase. Nos reímos...y..comenzó la paliza!!!

"Pero, bichiiiitoooo!", le decía yo mientras lo azotaba, y él, reía y reía. Sí: aquel chico, había ya quedado completamente "domado" por mí.

Jamás, olvidaremos aquellas vacaciones que tan lindamente las disfrutamos él y yo. Jamás!

(8,28)