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Susurros (Capítulo 2: Jamie...)

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Ya estamos todos de vuelta en el aula de clases, los chicos les están contando la gran anécdota con lujo de detalles a las chicas. Ellas ríen, ellos ríen. Todos se burlan de Jaime. Él no está aquí, aún no ha llegado. Me imagino que esperara al profesor para entrar, así los chicos no podrán burlarse delante de él  frente al profesor. Hace bien la verdad, a cada carcajada y a cada insulto que le hacen no puedo evitar sentirme culpable. Yo tuve la culpa de eso, si de por si el pobre ya esta tan hundido, lo único que hice fue hundirlo aún más.

Todos aquí son unas vestías insensibles. Ellos no olvidaran esto en un buen rato, no hasta que no suceda algo más relevante en contra de Jamie. Todo el tiempo ha sido así.

El maestro de lectura entra al aula, seguido de Jamie.

Al ver pobre chico pálido pasar la puerta  con el profesor, todos tratan de cesar sus carcajadas, pero fallan en el intento. Jamie los ignora y se siente en su pupitre, permitiéndome olerlo… huele a ropa limpia y shampo, nada de lo que se ‘’supondría’’ olería en fenómeno.

 ‘’Lo siento’’, sería algo que le diría. Pero no tengo el suficiente valor para hablarle justo ahora…

-Bueno chicos saquen su libro y diríjanse a la página 110 y continuaremos en la lectura que nos quedamos…

………….

Las clases ya han terminado y Jamie salió del aula casi corriendo. Tiene miedo a que los demás sigan con sus jodidas burlas. Yo rejunto mis cosas y las meto a mi mochila. Espero con muchas ansias que mi hermano ya está esperándome en el auto, por favor, por favor. No tengo ganas de caminar ahora, ya me siento demasiado cansado.

Salgo de mi salón y camino por el pasillo que conduce a la puerta principal de la preparatoria. Al atravesar esa puerta que impide que el helado viento entre a las instalaciones de la escuela, choca contra mi rostro de una manera corrosiva. El viento despeina mi cabello y hace que entrecierre  mis ojos.

‘’Por favor que mi hermano me esté esperando’’ ‘’Por favor que mi hermano me esté esperando’’

Repito en mi mente. Atravieso el jardín de la escuela y me dirijo hacia el estacionamiento. Está lleno de chicos esperando a que los recojan. Yo camino y mis pies me duelen, es como pisar hielo. Escucho musca a todo volumen mientras atravieso el estacionamiento esquivando los carros, solo alguien puede tener música rock revienta tímpanos a todo volumen.

‘’Gracias dios’’

Mi hermano esta esperando en el automóvil con el asiento recostado, está fumando.

Abro la puerta y el olor a humo y a cigarro invaden mis fosas nasales. Es asqueroso, lo detesto, no lo soporto, odio el olor del cigarro. Y en sí, al cigarro.

-Apesta a humo- Le reprocho aventando mi mochila.

-¿Sera por qué estoy fumando?- Dice con ironía.

-Apaga eso, sabes que me dan nauseas el olor a cigarro.

-Upps, eso no será posible. Mi carro, hare lo que yo quiera.

Yo volteo los ojos y me abrocho el cinturón de seguridad. El automóvil sale disparado.

…………

Al llegar a casa hay una nota de mamá pegada en la televisión.

‘’Tuve que irme al trabajo, se enfermó Claude y me pidió que la sustituyera. La comida está en la estufa, caliéntenla y sírvanse. Organicen la casa. Los quiero bebes. ’’

Joder… bueno, no tengo de otra.

Me dirijo a la cocina y abro el recipiente que contiene la comida.

Son chicken bake’s. Se ven ricos.

Mi hermano se quedó dormido en el sofá. Trato de despertarlo para que vaya a comer.

-Julian- Le muevo para despertarle – Julian.

Solo se queja y se tira al sillón para acostarse nuevamente.

Le aviento una almohada con fuerza hacia el rostro.

-¡Joder Julian despierta!- Le grito.

-¿Qué mierda?- Pregunta exaltado.

-Ya te serví  la comida bella durmiente- Bromeo con él.

Los dos comemos en la mesa. Conversamos poco, él me cuenta de alguna chica que se tiro, Nada nuevo.

Terminamos de comer y yo me levanto a dejar mi plato en el fregadero.

-Te toca lavar los platos- Digo mientras saboreo el ultimo trozo de comida.

-¿Por?- Pregunta infalible.

-Porque yo te serví y calenté la comida.

-Ya que pues- Dice resignado.

Yo guardo la comida sobrante en toppers y las meto al refrigerador. Limpio un poco la mesa y ordeno un poco la sala.

Mi hermano conecta su celular al auxiliar y pone su maldita a todo volumen. Yo entro a mi habitación y la ordeno un poco. Saco mi ropa sucia de mi mochila y la echo al cesto de la ropa sucia.

…………………

Ya son las 5:00 pm y estoy frente al espejo. Estoy alistándome para ir a ver a Ellie. Mi cabello pelirrojo es corto así que no necesito peinarlo tanto, es cuestión de solo pasarle el peine. Mis ojos verdes brillan. Mis labios se ven morados y mi piel clara. Llevo puesto unos jeans, un sueter y una chaqueta.

Meto dos condones en mi bolsillo que le acabo de robar a mi hermano de su cajón lleno de ellos. Me siento algo ansioso por lo que pasara esta noche a decir verdad, en especial porque sé que eso sucederá, a no sé qué lleguen sus papas y nos arruinen el momento de nuevo, pero ella dice que eso no sucederá hoy. No sé qué pasara después, después de tener sexo con ella, ella querrá que las cosas se hagan más formales  y yo no quiero llevar algo formal, no me gusta. No sé cuál será la manera adecuada, gentil y educada de decirle que ya no querré nada con ella. Esto lo sé porque es lo que siempre pasa, siempre de tener sexo quiero cortar todo lazo con las chicas… ¿Sera porque no me satisface? No lo sé, pero me abruma.

No puedo encariñarme lo suficiente con alguien. No puedo lograrlo y eso es frustrante.

Dejo de darle vueltas a las cosas y me dispongo a salir de mi habitación.

-¡Julian!- Grito para encontrar a mi hermano – Julian, ya me voy.

No escucho nada, la televisión está apagada y su habitación se encuentra  vacía. Espera….

Abro la puerta principal de la casa y para mi sorpresa, el vehículo no está.

El maldito se fue.

Bueno, por lo menos lavo los trastes como se lo pedí.

Salgo de la casa y meto las manos en mis bolsillos mientras camino hacia la casa de Ellie.

Su casa está sola, como lo prometió. No hay carros, solo se ve encendida la luz de su habitación.

Me aproximo hacia la puerta de su casa y toco el timbre. Ella sale al instante.

-Hola- Dice Ella.

Lleva unos jeans y una blusa color lila que le marca sus curvas.

Ella suelta gemidos y me monta estupendamente. Sus senos revotan en mi cara y…

Estoy apunto. Su cabello golpea mi cara y su dulce olor es como manzana.

Ella acaricia mi pecho.

Siento la adrenalina subirme y comienzo a darle aún más fuerte. Ella menea sus caderas y las mueve en un vaivén. Sabe hacerlo… ella no era virgen.

Yo exploto y meto mi cabeza en su cuello viniéndome interminablemente. Ella gime una y otra vez, y el orgasmo es eterno.

Al terminar ella toma su ropa y entra al baño, me dice que no tardara. Yo me visto y tengo el condón aun en la mano. No sé dónde mierda dejarlo.

Me siento en la cama y espero a que ella salga para poder yo entrar.

Ella sale a los cinco minutos y me deja usar su baño.

Salgo y ella está sentada en la cama cepillándose el cabello.

Me siento a su lado y ella se levanta a dejar el peine en su buro.

Se acerca sigilosamente a mi y se sienta en mis piernas… oh, aquí vamos.

-Estuviste genial Adam- Me susurra.

-Tú también- Murmuro.

-¿Quieres beber algo?- Pregunta.

-Sí.

Me conduce por las escaleras hasta llegar a la cocina, me da un vaso de jugo de granada y sabe muy bien.

Nos sentamos en el sillón y conversamos un rato. Miramos algunos videos y me enseña algunas fotos de cuando era pequeña. Se miraba graciosa en la foto del halloween del 2002 con su disfraz de princesa, cabello esponjado y dientes separados. Reímos un poco y nos besamos un poco más.

Para las 8: 40 pm salí de su casa para de nuevo dirigirme a la mía.

Ahora camino por la orilla de la carretera.  Camino sin ver al frente.

Solo falta una calle para llegar a casa. Una risa hace que se me pongan los pelos de punta, Joder, ¿De dónde carajos vino eso? la calle está completamente sola. Desolada, es aterrador. Pensándolo bien, no es una risa que sea diabólica, es una risa, feliz. Tengo curiosidad por saber de quién proviene. Sigo los sonidos y las risas, pasando la calle y unos cuantos pinos. Del otro lado de esta calle se encuentra un pequeño rio. Me aproximo con cuidado y con la poca luz de la luna y una lámpara que alcanza a reflejar desde la carretera hasta el rio se ve a un bulto que avienta rocas al rio. Oh, también hay otro bulto, es un perro que se acerca a esa persona y después corre. El sujeto le avienta como una clase de pelota. Me acerco para poder apreciar un poco mejor y…

Es jamie.

Es Jamie el que está jugando aquí a aventar piedras y jugando con su perro. No sabía que tuviese un perro. Creo que nunca había escuchado su risa… es encantadora, es linda y resonadora.

Avienta piedras y cuenta las veces que ellas rebotan en el agua.

Verlo así, de esa forma me hace sentir tanta compasión por él. Es la primera vez que lo veo conviviendo con un ser humano de manera amistoso y es con un perro. Me alegra verlo feliz. Es reconfortante. Me acerco más y me escondo entre los gigantescos troncos de los pinos para poder verlo bien. Su cabello se mueve al compás del viento. Su suéter desabrochado y largo vuela y se agita como una capa mientras avienta una piedra seguida de otra y da vueltas. Es como si estuviera en un video juego o algo así. Hace movimientos extraños, como si tuviera poderes. Es gracioso de esa manera, está jugando. Es bueno que él pueda ser la persona que él quiere ser.

 Me quedo observándolo por un rato más, sus movimientos, sus gestos, sus risas, la manera en que juega con el perro, el cómo corre junto a él. Es sensacional.

Decido que es hora de irme y camino hacia mi casa. Eso me hace sentir un poco feliz, a pesar de que todo su día es un día de mierda. Al final, él puede hacer algo que a él le gusta y con lo que se siente feliz. Así, él puede terminar su día con una sonrisa. Lo admiro.

Camino lo poco que falta para llegar a mi casa por la fría y solitaria calle.

Al llegar a mi casa me percato que nuevamente está vacía, como siempre.

Entro a mi habitación  y me recuesto en la cama. Estoy cansado, oh mierda que si lo estoy. Ellie me dejo exhausto. Necesito una ducha, una caliente, y quedarme parado debajo del agua, recorriendo mi cuerpo. Esa es una sensación inexplicable.

El teléfono de casa suena.

¿Quién será? Casi nunca nadie llama al teléfono de casa, todos tenemos teléfonos celulares y siempre nos marcan a ellos.

Me acerco hacia la sala y contesto.

-Hola- Digo con voz seca.

-Hola ¿Adam?- Pregunta una voz ronca y áspera.

Frunzo el ceño. ¿Quién será?

La persona que llama es un hombre, con una voz bastante áspera, como la de…

Ya sé de quién proviene.

-¿Qué quieres tú?- Pregunto serio y con voz fuerte.

-Hijo… no me hables así, por favor.

-¿Y cómo quieres que te hable?

-Pues…

-¿Cómo si estuviese contento contigo?

-Hijo…

-No me llames hijo, Matt.

-Solo llamaba para saber cómo están hijo-En su voz se escucha ‘’arrepentimiento’’.

Yo no le creo nada…

-Estamos bien- Contesto con brevedad.

-Quiero verlos.

Ja, ¿En qué lio se habrá metido ahora?

-¿Para qué?- Pregunto con voz áspera.

-Para… todo, para saber cómo están, para estar con ustedes un rato…

-Ahora resulta que quieres vernos- Digo con cierto resentimiento en mi tono de voz.

-Claro hijo que quiero verlos, tengo cuatro años que no los veo, los extraño, son mi familia- Susurra.

-Tú lo elegiste- Le reprocho.

-Debes de estar muy grande hijo, tu voz ya es como la de un hombre.

-No entiendo, ¿Por qué ahora tanto interés por mí?- Pregunto -¿Qué hiciste ahora?

-Solo quiero verlos, eso es todo. Quiero saber cómo están tú y Julian. Y tu madre… también.

-Estamos bien- Trato de ser un poco más considerado y relajo mi tono de voz- Enserio.

-Me alegra escuchar eso, hijo.

Lo escucho.

-Estaré cerca de hay dentro de dos semanas y quería llegar a verlos. ¿Sera que se puede?

Exhalo.

No sé qué decirle.

-Si quieres…- Puedo ver mi aliento dispersarse en el aire.

-Me encantaría hijo.

Yo asiente en el teléfono consiente de que él no me ve. Guardo silencio para él.

-Debo irme hijo, hay gente esperando para llamar en el teléfono público.

Claro… para que no le rastreen.

-Está bien.

-Te quiero mucho hijo, a ti, a tu hermano y a tu madre.

Yo permanezco en silencio recargado contra la pared de espaldas.

-Estaré hay hijo, nada se interpondrá ahora. Te lo prometo. Estaré contigo dentro de dos semanas y pasaremos un buen tiempo juntos.

Quiero creerle pero es difícil.

-Okey- Murmuro.

-Cuídate mucho, y cuida a tu madre. También a tu hermano. Cuídense. Los amo…

-Está bien.

-Adiós.

Y la llamada se termina. Vuelvo a colocar el teléfono en su lugar y re pego mi frente contra la helada pared.

Mi padre, él se fue de casa cuando yo tenía siete años. Él había entrado al negocio de las drogas para poder sostenernos. Tuvo que dejar el pueblo debido a que ya sabían los oficiales que él se encargaba de distribuirlas. Recuerdo que siempre almorzábamos los dos en la mesa, solo él y yo, era nuestra tradición, si uno llegaba tarde el otro debía de esperarlo. Un día llegue del colegio, mamá lloraba mientras sostenía una nota, le pregunte qué era lo que llevaba en sus manos, ella me miro, se tapó la boca y contuvo el sollozo. Me dijo que no era nada, y que me sentara para almorzar, yo quería comer papá, así que le dije que lo esperaría. Ella no tuvo el valor para decirme que él se había marchado de casa. Mi comida se enfrió, al igual que mis manos y mi trasero de esperarlo todo el día sentado en la silla con la comida frente a mí.

 Desde que se fue solo lo eh visto un par de veces. Hacía mucho que no llamaba. No quiero pensar mucho sobre el tema… ese también es un tema de él que no me gusta ni tocar si quiera en mi mente. Él nos abandonó… es lo único que puedo decir.

Regreso a mi habitación y alisto mi ropa para tomar una ducha caliente.

 

Al salir me recuesto en mi cama con el cabello aun mojado. Nunca había prestado atención al silencio que se escucha en este lugar, lo vacío que si mira. Todo el tiempo termino mis días de la misma forma, mirando hacia el techo. Pensado… ‘’eso es todo’’. No había pensado en lo solo que me sentía…

Cierro mis ojos con el estúpido pensamiento de que los cerrare para descansarlos un poco. Pero la verdad es que me quedo completamente dormido, abrazado a una tonta almohada.

………

La alarma suena a las 5:30 am y me sobresalta un poco. La apago y me paro de la cama. Mierda, dormí sin calcetas y sentir el frio suelo en mis pies es como si me pincharan mil agujas en el talón. Rápido busco mis pantuflas y me las pongo. Es reconfortante. Entro al baño y hago mis necesidades fisiológicas, al terminar me acerco al espejo y veo mi cara. Tengo ojeras y la cara ceniza, mi cabello parece el de una zanahoria. Luzco fatal.

Salgo del baño y me dirijo hacia la cocina a tomar un poco de agua. Mi boca me lo pide a gritos, está sumamente reseca, ni si quiera ciento la saliva en ella. Tomo un vaso grande, el más grande que encuentro y lo lleno de agua, la bebo en menos de que pueda contar hazte cinco y termino ahogado. Mi madre aún sigue dormida, debe de estar exhausta. Trabaja demasiada, ella tiene el horario de noche.

Creo que hacer el desayuno yo sería algo bueno, así ella no tendría tanto trabajo y dormiría más. Si… eso hare hoy, no iré a correr y le ayudare a mamá hoy. Voy hacia mi habitación y saco mis audífonos y mi celular, los conecto y pongo a reproducir ‘’ Bastille – Pompeii. Saco unos cuantos recipientes y la masa de los hot cakes de la lacena.

Solo me toma minutos en preparar el desayuno completamente. Eh echo tortillas, con miel de maple y jugo de naranja. El problema es que eh dejado toda sucia la cocina, pero no importa, mi hermano lavara los trates. Eh dejado todo muy ordenado en la mesa, las tortillas en un plato, la miel de maple al lado y el jugo de naranja en una jarra cristalina.

-Vaya, te has lucido ahora- Dice mi hermano sorprendido.

-Te tocara lavar los trates-  Digo.

-Mierda, ¿de nuevo?

-Desayuna, yo iré a alistarme para la escuela ahora.

-Okey- Dice.

Para cuando volteo ya tiene una tortilla en la boca.

En mi habitación hay una ventana, es lo bastante grande, me aproximo hacia ella para ver. Es un día frio, me ha llegado un mensaje al celular de que quizás llegue una tormenta para el atardecer. Espero y no. El día esta oscuro, en un tono gris y blanco. La ventana esta toda llena de neblina. Me pregunto que hará Jamie en este instante, es algo extraño pero me llama la atención el saber cómo son sus mañanas antes de ir a la escuela. Es como un misterio.

Tomo una ducha caliente y pasa el jabón por todo mi cuerpo, por mi abdomen, mi cuello, mis piernas. Tomo el shampo y dejo caer un pequeño chorro en mi mano y lo paso a mi cabello. Vuele ah canela y ah algún tipo de flor.

Salgo de la ducha y me pongo lo primero que veo limpio y planchado, unos jeans negros y un suéter color gris, arriba me pongo un chaleco de color verde para estar muy bien abrigado. Opto por hoy llevar un gorro en mi cabeza para no tener que peinarme y salgo hacia la cocina nuevamente.

………

Voy en el auto con mi hermano y para mi suerte lleva la música a un volumen dentro de lo que cabe normal y no dañino para mis oídos. Los dos permanecemos en silencio, voy mirando por la ventanilla empañada y con mis manos metidas en mi entrepierna, ¡Joder! Sí que está muy frio hoy.

Mientras miro por la ventanilla veo una silueta, como negra de ropa olgada caminar en nuestra dirección.

Es jamie…

¿Cómo mierda se viene a pie desde su casa hasta la preparatoria? Eso es inhumano.

Le diría a mi hermano que se pare para poder darle un aventón, pero él se lo contaría a todo en la preparatoria y me haría quedar en vergüenza. No puedo, joder, ¡No puedo!

Por más que quiera seria como aventarme a mí mismo en un holló.

Pasamos justo al lado de él y yo volteo mi cara y hago como que no lo vi, no me gustaría que pensara de mí que no quise darle un aventón. Volteo por el retrovisor y para mi suerte no se dio cuenta de que yo venía en este vehículo.

Soy la peor persona del mundo, la peor. Nada me hubiese costado darle un aventón, ¡Absolutamente nada! Pero mi asqueroso ego y el jodido miedo al rechazo me lo impiden. ¡Ya lo has dicho Adam! ¿Por qué no me pongo en su lugar? ¿Por qué no puedo ser una persona un poco más sensible? Me doy asco a mí mismo.

Llegamos a la preparatoria en menos de siete minutos y me bajo con el alma entre los pies. Tomo mi mochila en mi hombro izquierdo y camino hasta adentro de la preparatoria.

Entro a mi salón y la mirada de todas me atenaza y me acorrala. No es algo raro ya. Recorro la fila y llego hasta mi pupitre. Me siento y siento un escalofrío recorrer todo mi cuerpo, por toda mi columna, se siente incómodo, como si me cayera agua helada en el cuerpo. ¿Es culpa? Si lo  es me lo merezco, es más, hasta dos.  Observo a todos que están haciendo lo de siempre, bromeando, hablando, jugando. Mi salón se encuentra divididos por cuatro grupos  el de las chicas lindas del salón, los del equipo y los que no hablan mucho y son tímidos, ah, y Jamie.

-Hey, hola tu- Aparece Luis.

-Hola- Lo saludo.

-Estoy muy emocionado Adam, muy emocionado- Dice con cierta imperactividad.

-¿Por qué?- Frunzo el ceño.

-¿No es obvio?  Ya comenzaran ‘’Las retas’’.

Ahh

Las retas son unos juegos que hacen y nos enfrentamos contra otras escuelas del estado. Me había olvidado que se aproximaban. La temporada pasada quedamos en segundo lugar, hubiésemos quedado en primero pero los del equipo contrario cometieron una falta contra nosotros y dañaron de gravedad a un miembro del equipo. Para nuestra desgracia el árbitro dijo que el no miro que cometieran una falta contra nosotros. Ellos metieron un gol y nosotros ya no pudimos seguir por nuestro compañero. Quedamos 2-3.

-Lo había olvidado- Le comento.

-¿Cómo puedes olvidar algo tan importante Adam?

-Lo sé- Rio – Pero prometo  estar más atento a todo eso, enserio.

-Más te vale- Ríe con su amenaza piadosa.

-Hoy aremos algo en la casa de Diana, ¿Iras?- Pregunta el.

-No sabía que harían algo- Frunzo el ceño.

Diana es una amiga y compañera del salón.

-Sí, sus papas saldrán por un par de días y tendrá la casa para ella sola.

-Oh, pues veré si Ellie quiere ir- Digo en un nudo de voz.

-Vaya que va enserio lo tuyo con Ellie- No sé si bromea o lo dice enserio.

-No, para nada. Solo es…una compañía- Le digo brevemente.

-Bueno, espero que puedan ir- Sonríe amablemente.

Yo le devuelvo la sonrisa y él se queda embobado mirando a Jennifer.

-¿Te gusta Jennifer?- Le pregunto en voz baja y áspera.

-No…- Guarda un silencio incomodo – Pero me gustaría para un rato… Mañana tal vez.

-Eres un cerdo maldito- Rio.

-No me digas que tu no lo harías- Bromea.

Yo guardo silencio y con eso digo mi respuesta. Pongo mis manos en mi boca.

Llega una cara azul y pálida con los brazos metidos en la chamarra.

Está a poco de congelarse.

Es Jamie…

Puedo ver el los cristales de sus grandes lentes de botella empañados.

Luis hace un gesto al ver que él se acerca y se marcha. Pero no antes de susurrar la palabra ‘’Fenómeno’’.

Él se sienta y puedo sentí el frio emanando de su cuerpo,  bueno, me da frio de solo verlo. Él pone su mochila al costado izquierdo de su pupitre y mete su cabeza entre sus brazos. Supongo para calentarse un poco. Vaya, el salón no ayuda en nada, parece este lugar un congelador. Puedo ver como Jamie está temblando, es como cachorrito. Pobre chico. Soy un estúpido, debí de darle un aventón. Yo suponía que lo traían y lo recogían de la escuela, pero ya está dicho, si veo que hoy se ira a pie le daré un aventón. La maestra de matemáticas llega y yo me reincorporo en el asiento, caso mis cosas, mi cuaderno y mis plumas.

Comienzo por escribir la fecha.

09/2/2016.

……………

Nos encontramos almorzando,  Ellie está de mi lado y está demasiado ‘’pegajosa’’, ‘’empalagosa’’, ‘’dulce’’. Me asfixia a decir verdad. Su perfume se mete entre mis fosas nasales y siento que ya es mucho respirar el mismo olor. Ella ríe y voltea y me mira agitando sus pestañas llenas de mascarilla, en veces siento que no me quita la mirada de encima. Necesito espacio. No digo que sus intenciones sean malas, pero creo que algo le afecto después de ayer, yo hubiese supuesto que nos distanciaríamos un poco más, no que quedria estar más tiempo conmigo. Le gusto… y en verdad, creo. Necesito respirar algo más que no sea su perfume.

-Necesito ir al baño- Le digo para que me suelte la mano.

-Okey, ¿Estas bien?- Pregunta mirando pasivamente.

-Sí, solo… vendré rápido- Y suelto su mano.

Me levanto de la mesa del equipo y salgo. Camino a paso tranquilo entre las mesas. Unas chicas que se encuentran almorzando me sonríen y me saludan con sus manos. Ni siquiera las conozco.  No le tomo importancia y sigo caminando pasando por entre mesas de chicos almorzando, riendo, escuchando música, jugando con la comida y diciendo cualquier estupidez que pasa por su mente. No me había percatado de la gran cantidad de parejas que se encontraban en esta escuela, todos están besándose y jurándose amor eterno… eso no es un tanto lo mío.

Salgo de la cafetería y camino por el pasillo que conduce a los baños. El pasillo se encuentra solo, ni siquiera escucho voces. Abro la puerta de los escusados y están solos, una lámpara del techo se encuentra como falsando, seguramente se va a descomponer. Me dirijo hacia los mingitorios y bajo mi bragueta para hacer una de mis necesidades fisiológicas. No tenía tantas ganas pero necesitaba salir de esa mesa. Estar con los ruidosos de mi equipo y las chicas del equipo de vóley con ellos es algo exasperante. Subo mi bragueta y camino hacia los lava manos, tomo un poco de jabón líquido y abro el grifo, el agua esta helada y mis manos escuecen al hacer contacto. Se ponen de un color colorado. Tomo un poco de papel para secarme las manos y después de utilizarlo lo tiro al cesto de basura.

Salgo de los baños y no camino por el mismo camino en el que venía, si no que desvió y camino a ningún lugar, no quiero volver a la cafetería aun. Pasó por el aula de los maestros que se encuentra comiendo. Huele mucho a café, es exagerado y el estómago se me revuelve. Paso por un gran ventanal que permite que pueda ver hacia el exterior. Me gustaría ver un poco más de sol por aquí, seria reconfortante, y así no nos miraríamos todos por aquí tan pálidos como vampiros. Este gran ventanal permite ver la entrada de la preparatoria y te permite ver de la otra planta de la escuela. Puedo ver a jamie. Si, él está hablando al parecer con un maestro. El maestro Arturo. ¿Qué hace hablando con él?

Él es un maestro algo joven, de veinticinco años, fue transferido a esta preparatoria. El maestro le dice algo mientras lo mira, pero Jamie no hace contacto visual con él, si no que el mira hacia el horizonte por la ventana. Esta sereno  y se ve tranquilo pero el maestro no deja de hablar, le dice cosas demasiado cercas de su oreja. Parece que el maestro comienza a gritarle. Jamie no hace ni dice nada, permanece quieto y mirando al horizonte. ¿Qué tanto le dirá? Si pudiera escuchar…

El maestro le dice unas cuentas cosas más y se aleja de él. Jamie cierra los ojos y parece que está llorando, es difícil saberlo desde aquí. ¿Por qué mierda el profesor le gritaría? No tiene ningún derecho. Hasta los maestros lo tratan como se le da su jodida gana al pobre. Si a mí me hicieron eso yo ya le habría dado un golpe, hay, justo hay en la quijada. Le haría saber a medio mundo que no pueden meterse conmigo. Jamie nunca podría hacer eso, se ve demasiado débil y frágil para hacerlo, por eso todo el mundo le pasa por encima como una aplanadora.

Jamie mira unos pocos minutos al horizonte y se marcha. Yo me quedo parado tratando de poder encontrar alguna razón a la cual el maestro le gritaría ¿Jamie habrá hecho algo malo? No lo creo, primero creería que Julio haría algo bueno. Aunque haya hecho algo malo Jamie, el maestro no tiene derecho alguno a acercársele de esa manera y gritarle tan cercas. El debería de hacer algo. Camino de vuelta hacia la cafetería y espero poder ver a Jamie por ahí, pero no, su mesa donde almuerza se encuentra vacía. Me acerco hacia la mesa del equipo y me siento, Ellie me mira de una manera coqueta.

-Tardaste mucho- Murmura.

¿Qué? Permanezco en silencio unos segundos.

-Fui a beber un poco de agua- Digo en un hilo de voz.

-Pero… si aquí tienes tu botella- Dice con el ceño fruncido.

-Está muy helada esta, quería agua tibia.

-Ah- Dice - ¿Iras a la fiesta de Diana?- Pregunta esperanzada.

-No lo sé, ¿Tu iras?

-Solo si tú vas conmigo- Dice en tono muy dulce.

Ahhg, por favor no seas tan dulce.

-Pues vamos- Le sonrió sarcásticamente. Para mi suerte no lo noto.

El timbre suena y todos salen disparados hacia sus salones, mis amigos se levantan de la mesa dejando sus basuras hay. Yo me molesto por llevas todas las que se pueden en mis bandejas y las tiro en el cesto de basura más cercano. Ellie va enganchada de mi con su hombro y nos dirigimos hacia la horda de estudiantes para pasar por el pasillo. Al llegar al cruce donde se separa el pasillo, Ellie se despide dándome un beso en la mejilla y se dirige con sus amigas hacia su salón, todo su grupo lleva faldas lo suficientemente cortas para que la escuela las catalogue como cosas que pueden o no ser. Mis amigos van frente a mí bromeando y empujándose, el cabello de afro esponjado de julio rebota de una manera muy cómica, debo de guardar la respiración para no reírme. Al llegar al salón todos se separan y yo tomo camino por la fila que me corresponde. No se encuentra aquí Jamie, me pregunto adonde se habrá ido después de verlo peleando con el profesor Arturo. Menos mal que él no nos da clases, aunque probablemente nos de clases para el siguiente semestre. Me acerco hacia mi pupitre y me aplasto. Saco mi cuaderno nuevamente y lo dejo preparado para cuando entre la profesora Stephanie.

Jamie llega a los cinco minutos y se sienta. No hace contacto visual con nadie y mantiene su mirada agachada. En la parte trasera de su cabello puedo ver que tiene un mechón levantado, no le tomo tanta importancia y continuo mirando mi cuaderno fijamente esperando a que la profesora entre.

Pasan diez minutos y nada, la profesora no se ve aun. Ella es una maestra muy puntual, no ha faltado en todo el tiempo que nos ha dado clases ni ha tenido un retardo con nosotros, quizás hoy sea la excepción. Todo el salón ya se encuentra  parado y hablando.

Uno de los prefectos llega a los pocos minutos y nos dice que la profesora no vendrá el día de hoy por motivos personales, que permanezcamos en el salón. Dijo que podíamos platicar pero sin hacer desorden ni subir el tono de voz. Todo el salón festeja de felicidad.

Hago unos cuantos garabatos en mi cuaderno tratando de perder el tiempo. Todo el salón es demasiado ruidoso, dijeron que no gritáramos pero aquí está sucediendo de todo.

Yo permanezco en silencio.

Volteo hacia el extremo, donde se encuentra todo el equipo en una bola, como cuando hacemos juntos para jugar futbol. Oh… eso no es bueno, están tramando algo. Julio voltea a ver hacia mi dirección de una manera misteriosa y se aproxima junto con todo el equipo con miradas tenebrosas.

Suponía que venían hacia mí  pero no… se paran frente al pupitre de Jaime.

¿Qué harán ahora por dios?

-Hola fenómeno- Saluda Julio a Jamie con voz ronca.

Jamie permanece en silencio.

-¿Qué hacías?- Pregunta Julio.

-Na.. Nada- Tartamudea Jamie. Esta aterrado.

Déjenlo por favor…

-No me digas que nada- Protesta Julio – Te vimos muy entretenido en tu cuaderno.

-Solo… solo dibujaba- Murmura Jamie.

-Déjame ver- Dice Gerardo arrebatándole el cuaderno a Jamie.

Todo el salón se queda en silencio.

-¿Qué es esta mierda?- Pregunta Julio.

No puedo alcanzar a ver lo que es.

-Una lechuza- Dice Jamie sin hacer contacto visual.

-¿Y porque carajos dibujas a una lechuza?- Pregunta Edwin.

Jamie se queda callado por unos segundos y contesta.

-Porque me gustan- Murmura, es casi un susurro.

Todos sueltan la risa burlona e insípida.

-Claro… un fenómeno para otro fenómeno. Tal para cual- Ríe Julio.

¿Qué tiene que ver eso? Yo los miro en silencio. Me gustaría decirles que paren, que lo dejen en paz pero… no puedo. Eso me hace sentir impotente.

-Haber tu mochila- Murmura Gerardo. Yo subo la vista para poder ver mejor.

Jamie se queda helado pero no mueve ni un musculo. Julio se acerca y se la quita de un jalón.

Solo puedo ver a la nuca de Jamie. Él no se mueve ni mira a los chicos, está completamente halado.

Julio abre hala el cierre de su mochila bruscamente.

-Siempre eh querido ver que lleva en su mochila una persona como tú, me da escalofríos pero… me da mucha curiosidad- Voltea la mochila y deja caer sus cosas.

-¿Quién quiere ver las cosas que lleva un fenómeno en su mochila?- Grita Luis.

-¡Yo!- Grita todo el puto salón.

El equipo se agacha y comienzan a revisar lo que hay había dentro de ella. Son cosas normales, cuadernos, lápices, libros. Nada fuera de lo común.

-¿Qué es eso?- Pregunta Gerardo.

Lleva en sus manos un cuaderno, o algo así parece. Es más pequeño de lo normal y tiene dibujado como portada un escudo que lleva en el centro una ‘’H’’, y a las orillas lleva una especie de animales en las esquinas. Puedo apreciar una serpiente y un león, los otros dos no los alcanzo a distinguir.

-Cosa mía- Murmura Jamie y es apenas audible- Dámelo.

Todo el equipo lo miran como cuando los leones miran a su presa.

-¿Qué escondes ahí?- Pregunta Edwin con un tono de maldito.

-Es mío… por favor dénmelo- Dice en un hilo de voz.

-Veamos que mierdas escondes- Murmura Julio.

Jamie se levanta de un salto e intenta arrebatarlo a Gerardo.

-Ah ah ah- Dice Gerardo.

-Es mío, dámelo- Dice y es casi un grito.

-Ya te dije que lo vamos a ver fenómeno- Edwin dice.

-Agárrenlo- Ordena Julio.

Edwin y Luis lo toman de los brazos a Jamie.

Yo debo de apretar mis puños para no levantarme y darles la peor tunda de su vida. ¡No lo hagas Adam! ¡No lo hagas Adam! Me digo a mi mismo para intentar controlarme. Contengo la respiración y cuento hasta cinco. Aprieto mis ojos y ahora me aferro al pupitre. ¡Ya déjenlo!

-¡No!- Grita Jamie desesperado- ¡Suéltenme! ¡Eso es mío!

-Mira lo que me importa, dice Julio y comienza ojear la libreta.

¡No lo hagas Adam! No quieres ser tratado como Jamie, no quieres eso. Contrólate. Lucho contra mí mismo.

Las caras de Julio y Gerardo son raras, no demuestran nada.

-Son solo frases ridículas- Dice Gerardo.

-Dámelo- Dice Julio y se arrebata a Gerardo.

Julio comienza a ojear aún más rápido, lo voltea hasta llegar al final, y cae una foto en el suelo…

Cae volteada y no puedo ver  de qué es la foto.

-¡No puedo creerlo!- Dice Gerardo sorprendido.

Jamie está llorando, las lágrimas caen por sus mejillas.

Julio se agacha y toma lo foto.

Me voltea a ver a mí y suelta una risa demasiado alta e incómoda.

-Eres un maldito maricón- Murmura Gerardo a Jaime.

-¡Es Adam!- Grita entre risas.

¿Qué?  ¿¡Que!? ¿Cómo yo? ¿Qué mierda es eso? Me quedo atónito.

-¿Yo que?- Pregunto sorprendido con los ojos saltados al punto de salirme.

-Ven a verlo tú mismo- Me indica Gerardo.

Me levanto del asiento y me acerco hacia Julio y le arrebato la foto.

Soy yo... Es la foto del anuario. Hay estoy yo, con mi cabello pelirrojo y mis ojos verdes.

-¡No puedo creerlo!- Grita Edwin.

Yo miro la foto atónito.

Jamie llora en silencio. Ya lo han soltado y ahora se encuentro hay parado sin mover ni un musculo.

-Tienes que leer esto Adam- Dice entre risas Julio.

Al ritmo que lo leo lo lee Julio para todo la clase.

‘’Eres la única razón por la cual me levanto cada mañana para venir a esta preparatoria del infierno. Y siempre lo ha sido así, desde el preescolar. Eres lo único que me gusta ver. Tus hermosos ojos verdes hacen que tenga esperanzas y me siento un poco más en vivo. Odio a mucha gente, pero a ti te amo. Espero y algún día puedas verme como un amigo… o algo más. Eso es lo que más quiero en este mundo, ese ha sido mi deseo de todos mis cumpleaños. ’’

Yo me quedo petrificado.

Levanto mi vista y Jamie esta helado y las lágrimas resbalan por sus mejillas.

-Maldito maricón- Le grita Edwin.

-Fenómeno y maricón, ¿Qué más eres?- Dice Luis.

-Maricón. Maricón. Maricón- Comienza a decir todo el grupo seguido de unos golpes a sus pupitres.

Yo solo lo miro con la cara ceniza… jamás hubiese esperado eso.

Jamie me mira con sus grandes ojos entre sus gafas de botellas y sale corriendo del salón.

Yo me quedo parado mirando ese verso de esa hoja.

-Entiendo si estas cabreado- Dice Julio dándome unas pequeñas palmaditas en el hombro.

-No me toques- Lo empujo y me siento de nuevo en mi pupitre.

-Oye tranquilo- Dice él y todos se alejan y vuelven a sus lugares.

Estoy tan confundido que siento que mi cabeza va a explotar. No sé qué creer. Eso es algo raro… jamás hubiese creído que yo… que yo pues… no siquiera sé si lo puedo decir. Siento escalofríos por todo mi cuerpo recorrerme. Volteo y todo el salón me está mirando fijamente. Al ver mi cara todos se voltean y hacen como que platican y no me prestan atención. Idiotas…

Aun llevo mi foto en mi mano.

A la hora de salir me dispongo a recoger mis cosas e ir de una vez a casa, solo quiero tomar una siesta, es todo lo que me apetece ahora. Tomo mi mochila y la coloco en  mi hombro derecho. El salón ya ha quedado vacío. Las cosas de Jamie aún siguen tiradas en el suelo, el ya no ha regresado. La verdad es que no estoy molesto con Jamie, me resulta difícil de digerir esa noticia pero debo aceptarla, hay chicos que gustan de chicas, chicos que gustan chicos, chicas que gustan chicas, en sí, de todo, es natural eso. Me agacho y recojo las cosas de Jamie y las coloco en su pupitre junto con mochila, no las meto dentro de ella para que no piense que alguien le ha hurtado algo o algo así. Termino y salgo del aula.

Al salir de la preparatoria están todos los estudiantes esperando a que lleguen por ellos y algunos solo despidiéndose. Al verme salir todos ponen su mirada y comienzan a susurrar y balbucear. Ya todos lo saben… Si de por si no se acababan a Jamie en insultos ahora… será mucho peor. No le tomo importancia y me dispongo a caminar hacia el estacionamiento. Su mirada es como si me cayera una cubeta de agua helada encima de mí, me siento analizado de pies a cabeza.

Una mano me toma del hombro sorpresivamente, volteo y es Ellie.

-¿Estas bien?- Pregunta.

-Sí, ¿Por qué no lo estaría?

-Ya sabes…- Murmura – Le gustas al fenómeno- No puede ella evitar sentir gracia y continente su risa.

Volteo los ojos.

-¿Eso que importa?- Digo en un tono elevado.

-Lo siento- Murmura apenada.

-No te preocupes.

-¿Quería saber si vamos a ir a la fiesta de Diana?- Pregunta con ojos perdidos.

Pff, no tengo ganas. No tengo ganas de ser el centro de atención hay también.

-No lo sé- Digo moviendo las manos - ¿Tú quieres?

-La verdad me hubiese gustado pero si no quieres no vamos. Mejor vamos a mi casa y… te hago olvidar que le gustas al fenómeno para que te sientas más hombre- Dice coquetamente y  estúpidamente al mismo tiempo.

Eso no es aceptable, no para mí. Me irrita el que diga eso. ¿Enserio? ¿Para hacerme más hombre?

Me volteo y sigo caminando dejándola sola. No tengo ganas de lidiar con eso ahora.

Llego al vehículo y mi hermano me está esperando para mi suerte.

Me subo y cierro de un portazo.

-Oye- Dice el – No te desquites con el vehículo.

Yo lo volteo a ver con ojos amenazadores… ¿Tú también?

-Solo conduce Julian- Digo con la voz ronca.

-Okey- Dice el levantado sus manos.

Me agrada que no toque ese tema.

Mientras el conduce, yo aprecio por la ventanilla el cómo  vamos dejando los señalamientos atrás, el cómo los pinos permanecen quietos un momento y después una ráfaga de aire llega y los alborota agitando sus ramas. No puedo dejar de pensar en cómo será la escuela mañana, tendré que soportar todo esto por un rato y ser aceptado como el ‘’ Enamorado de el fenómeno’’. Eso será algo completamente interminable pero debes aceptarlo, no tengo otra alternativa

Por otra partes, siento un dolor en el estómago al recordar las palabras de Ellie, ‘’Para hacerme más hombre’’. ¿Por qué mierda dijo eso? ¿Acaso el hecho de que le guste a Jamie me hace menos hombre? Por supuesto que no, eso es ridículo. Aparte de que… ella sabe que puedo llegar a ser tan hombre como yo quiera. Fue algo ridículo lo que dijo y no tuvo cuidado en procesar lo que ella iba a decir, solo abrió su boca y dejo salir sus mierdas.

Abro la puerta de mi habitación y me tiro en mi cama. Me siento extraño. Sentí horrible cuando mire a Jamie derramar sus lágrimas, ¿Eran por mí? Lo dudo, creo que era por la humillación que le dieron los estúpidos del equipo. Ellos no debieron hacer eso, esta vez se pasaron de la raya, fue muy cruel. Era su secreto, eran sus cosas privadas. ¡Demonios! Jamie está enamorado de mí… Suena tan extraño, ¿Gustarle a un chico? ¿Cómo? ¿Qué hice para que le gustara? Si jamás eh tenido ni siquiera una conversación con él. Se me eriza el bello de pensarlo, ¿Desde el preescolar? Eso es mucho tiempo. ¿Qué se sentirá estar enamorado? Me refiero a la forma en que él lo está de mí. Lo que escribió… sonaba lindo a decir verdad, jamás alguien me había dicho algo como eso, ni siquiera creo que por lo menos lo hayan pensado… pero estúpido, porque Jamie y yo jamás podremos ser algo, no me gustan los chicos.

Cuando el corrió sentí un vacío en mí, como si yo hubiera hecho algo malo, ¿Lo hice? Creo que no. Es solo que… no puedo dejar de pensar en todo el daño que le hacen a este pobre chico, es inhumano, es triste. Si pudiera hacer algo… lo que sea, ¿Pero qué? Recuerdo una vez, en la primaria, nos dejaban salir al patio a jugar en la hora del receso, a pesar del frio a nosotros nos encantaba salir a correr y jugar en los columpios y las resbaladillas, Jamie… él siempre fue un niño callado, recuerdo que siempre estaba solo detrás de los salones con un libro, todos los días tomaba uno diferente del estante, él se sentaba en la tierra y tomaba su jugo mientras leía con sus casi gigantescos ojos. Cuando él decía una palabra mis compañeros decían que el mundo se iba a terminar, ya que casi nunca hablaba. Toda su vida el ah estado… solo, yo me eh sentido solo pero lo mío no es nada comparado a lo de él, nada.

Las ganas de llorar me atenazan y debo de resistir para no desbordarme en llorar por ese chico, me siento fatal y es por él. Él no tiene la culpa, yo no estoy enojado con él. Supongo que ahora ni siquiera querrá voltearme a ver.

Tomo el cobertor y me tapo con el solo la mitad del cuerpo y me dejo llevar cayendo en un sueño profundo.

……….

Despierto a las 6:21 pm. Mi cuarto se encuentra a oscuras completamente, debo de encender la lámpara del lado de mi cama y me siento en el borde de la cama. Rasco mi cabeza y siento un gran alivio, es reconfortante. Estoy sediento.

Salgo de la habitación y como siempre, todo está a oscuras. No hay nadie aquí.

Vierto agua en un vaso y me siento en la mesa para empezar a tomarlo. Me siento tan solo en estos momentos… ‘’vacío’’, sería la palabra apropiada para definirme ahora. El hecho de no escuchar ningún sonido, ver todo en su mismo lugar, tan quieto, tan distante me provoca desesperación. Quiero correr, lo necesito.

Voy hacia el sofá y me tiro para ver un poco de televisión. Todo es lo mismo, aburrido y simple. Caricaturas, no. Series, no. Películas… no, ninguna de mi agrado, novelas, no. ¡Demonios!

Encuentro un canal que habla sobre las mariposas monarcas, es un documental. No soy mucho de ver eso pero lo acepto y me quedo hay.

…………….

-Adam- Algo me sacude – Adam despierta, tenemos que irnos a la escuela.

Es Julian.

-¿Qué horas son?- Pregunto adormilado.

-Las 6:40- Murmura.

¡Mierda! Me levanto como rayo del sofá.

-¿Por qué no me levantaste antes?- Le pregunto irritado.

-Porque recién me levanto yo- Ríe- Apresúrate o te dejare.

Rápido corro a mi habitación y tomo una ducha, es agua esta tibia, tardo solo ocho minutos en ducharme. Salgo de la ducha y me lavo los dientes con un tanto de fuerza más de la necesaria, siento una sensibilidad en ellos al terminar. Paso el peine sobre mi cabello y en menos de un minuto ya estoy listo.

Dejo caer la toalla en el suelo y siento el frio abrazar a foto mi cuerpo desnudo. Tomo mis boxers y me los pongo rápido, seguido tomo un pantalón, el primero que veo. Después tomo una camisa manga larga y un suéter color negro. No encuentro calcetas pares así que uso una de color blanco y otra de color gris.

Salgo de la habitación pero debo de entrar nuevamente ya que voy sin calzado, ¡Mierda!

………

Mi hermano conduce demasiado rápido, menos mal que no hay casi carros por esta calle. El carro se desplaza entre la fría carretera mientras suena la música en el estéreo muy alto, ¿Cómo mierda maneja de esa manera?

Llegamos a la preparatoria en menos de quince minutos y yo bajo corriendo del automóvil.

Ya no hay alumnos en los pasillos lo cual me indica que ya entraron a clases, ¡Mierda! Corro atreves de los pasillos, paso al lado de un maestro el cual frunce el ceño al pasarle como rayo. Llego a la puerta de mi salón derrapando.

Todos me miran extrañamente.

-¿Puedo pasar?- Pregunto con el poco aliento que me queda.

-Claro Adam, pasa- Me responde el profesor que se encuentra parado frente a la pizarra escribiendo.

Puedo ver a Jamie al entrar a la fila, él tiene su mirada agachada, como siempre. Pero ahora parece que se esfuerza por no mirarme.

Me siento y abro mi mochila, saco mi cuaderno y escribo la fecha.

10/02/2016.

……………

Hoy nos toca nuevamente la clase de deportes. Todos estamos cambiándonos en los vestidores. Jamie por alguna extraña razón está aquí, solo que él se está cambiando en uno de los escusados para que no lo vean me imagino. Él no me ha visto en todo el día, parece que trata de evadirme, no le culpo, debe de tener vergüenza.

-Vengan chicos- Dice Julio.

Todos los siguen hasta el baño en el que se encuentra Jamie.

¡Por dios! ¿Y ahora qué?

-¿Qué harán?- Pregunto incrédulo.

-Tomar venganza por ti- Dice Gerardo.

-¿Qué?- Pregunto atónito.

-Tú solo calla y mira- Dice Edwin en tono amenazador.

-¡Fenómeno!- Grita Julio- ¡Abre la puerta la puta puerta!

¡Demonios!

Julio de un empujón y termina derribándola.

-¿Qué es lo que quieren?- Grita Jamie ahogado.

-Saber lo que haces- Dice en tono sigiloso Luis- ¿Por qué no te cambias como todos los demás en los vestidores?

-Porque estoy en el baño- Murmura apenas audible Jamie.

Se encuentra tirado a un costado del retrete, lleva su ropa deportiva y esta echo bolita, supongo que así piensa que se protegerá.

-No huele a que estés haciendo del baño- Dice Julio - ¿Acaso alguien huele a que hizo del baño el fenómeno?- Pregunta Julio.

-No- Gritan los del equipo.

¿Qué le harán? Siento algo que sube por mi bilis y me provocan ganas de gritar.

-Deberíamos de enseñarle- Dice Julio.

¡Joder! No… no hagan eso…

-¡No!- Grita Jamie - ¡Déjenme por favor!

Julio se baja un poco sus shorts y comienza a… a orinarle.

¡Mierda! No hagas eso. Aprieto con fuerza mis puños y me sostengo, tratando de respirar y contener esta puta ira.

Jamie con sus manos tapa su rostro y Julio invita a los demás a orinarle a Jamie.

Me da nauseas esto, es repulsivo. ¡Déjenlo! ¡Déjenlo por favor!

Me siento impotente, esto es pasarse por completo de la raya, es demasiado.

Dejo de ver y decido que es mejor irme de este lugar, no soporto ver esto, no soporto el no poder hacer nada. Me siento vulnerable… es asqueroso.

………………

Me encuentro sentado en las bancas, mirando hacia ningún lado, solo pensando y perdido… me siento culpable, tan culpable que me carcome y siento al descendiendo por mi nuca hasta mi espalda, se siente caliente.

El equipo llega y se posiciona en el centro del campo para comenzar a jugar, yo comienzo a bajar las escaleras de las bancas. Jamie no está por aquí, no se le ve por ningún lado. Pobre…

Camino a paso ligero y miro hacia el campo donde se encuentra mi equipo… ¡Ya estoy harto! Esto no se quedara así… tomare venganza por esto… Lo que le hicieron a Jamie fue inhumano y no tienen ningún derecho, ¡Ninguno alguno!

Comienzo a descender aún más rápido por las escaleras, doy un resbalón al no fijarme y mis piernas me fallan desciendo por las escaleras dando vueltas. Golpeo mi cabeza fuerte mente con el barandal y todo se me nubla. ¡Mierda!

……

-¡Mierda Adam!- Grita Edwin.

Los puedo escuchar pero no los puedo ver, lucho por recobrar la vista nuevamente pero no puedo.

-Adam, ¿Estas bien?- Pregunta Gerardo estúpidamente.

La luz comienza a iluminar mis ojos y por fin recobro la vista.

-¡Que caída Adam!- Dice Luis.

Me duele la cabeza horrible, me siento raro… muy raro. Permanezco acostado justo debajo de las escaleras.

-Ayúdenme a levantarlo- Ordena Julio – Los llevaremos a enfermería.

-¡No! Déjenme, no me toquen- Les grito.

-¿Pero qué te pasa Adam?  Te acabas de dar una caída muy fuerte.

-Déjenme- Digo y me levanto torpemente.

-¿Qué pasa Adam?- Pregunta Edwin.

No les tomo importancia y salgo del campo tambaleando.

……………..

Me encuentro en mi cama acostado boca arriba. Mantengo mis ojos cerrados, me duele demasiado la cabeza mucho. Me palpita rítmicamente toda ella. Siento un chichón en mi cabeza del tamaño de una manzana. Me siento tranquila por alguna forma, como relajado, más de lo que debería. Siento algo de paz en mí, es extraño, pero siento que floto en el agua. Quizás tenga algo de sueño.

Me acurruco en mi cama y dejo fluir mi mente, todo lo dejo ir. Cuando menos lo espero ya eh caído completamente dormido.

………………

Me  dirijo hacia el salón, camino por los pasillos de color azul y blanco. La escuela se encuentra seria, es extraño. Abro la puerta del salón y hay está casi todo mi grupo. Se encuentran algunos de mis compañeros en sus lugares y otro en grupos conversando pero no de la manera que se acostumbra, esta como murmurando. Las miradas se centran en mí, todas.

Yo frunzo el ceño al ver a todos mirándome así.

El equipo se encuentra serio, están en sus lugares pero todos en grupo. Yo me dirijo hacia mi lugar y Jamie no es encuentra aún. Pobre… quizás ni siquiera venga hoy después de lo de ayer… bueno, el ah tolerado eso y más y siempre está aquí al iniciar las clases.

Me siento y acomodo mi mochila a mi costado, saco mi cuaderno y escribo la fecha.

11/02/2016.

Aún tienen todos sus miradas puestas en mí. Alcanzo a escuchar murmuros pero son muy inaudibles. Algunos susurran a sus compañeros de al lado.

¿Qué mierda está sucediendo?

El maestro llega y tiene una cara… sumamente mal, se ve fatal.

-Chicos…- Dice el profesor- Me imagino como se deben de sentir, así que por hoy dejaremos las clases para este salón.

¿Qué mierda? ¿Qué quiere decir? ¿Cómo nos sentiríamos? Que alguien me explique.

Volteo a ver al salón y ellos están serios y con la mirada agachada.

Me acerco hacia mi compañera de mi lado izquierdo, Gloria, se llama si no mal recuerdo  y le pregunto.

-¿Qué sucedió?- Pregunto con voz ronca.

Ella me mira y niega con la cabeza.

-¿Acaso no te has enterado?- Pregunta con cierto tono incómodo.

-¿Qué?

-¿Enserio no lo sabes Adam?- Pregunta con voz áspera y chillona.

Yo niego con la cabeza.

-Jamie Marks… está muerto.

.................

Este fue el segundo capitulo de mi historia ''Susurros''.

Espero lo hayan disfrutado y haya sido de su agrado.

Pronto verán el tercer capitulo.

Pueden mandarme al siguiente correo, sus aclaraciones, comentarios, dudas, en fin, lo que gusten. Se agradece de antemano.

[email protected]

Trailer:

www.youtube.com/watch?v=6guB_pJZtBU

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