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Mi primer vibrador

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Llevaba un tiempo sin pareja y el único sexo que tenía me lo proporcionaba yo misma ocasionalmente.

Una tarde de café con mis amigas acabamos hablando de "mi problema" y me recomendaron usar vibradores y juguetitos sexuales, yo era muy reacia a usar esos cacharros pero al final me acabaron convenciendo de que por lo menos echara un vistazo por Internet.

Al llegar a casa encendí el ordenador mientras me iba a refrescarme a la ducha y a ponerme cómoda con una de mis camisetas anchas sin nada de ropa interior y se fue fui a la cocina a preparar algo de picar, todo esto lo hice sin parar de darle vueltas a la cabeza sobre el dichoso tema del vibrador, así que me senté enfrente del ordenador más que nada para quitarse un quehacer de encima.

Moví el ratón y escribí lo indicado en el navegador y en menos de un abrir y cerrar de ojos tenía en la pantalla cientos de categorías de todo tipo de accesorios, lencería, lubricantes de  sabores....y lo más importante vibradores; vibradores de distinto tamaño, grosor, color, de formas divertidas y otras de lo más discretas.Estaba empezando a notar un poco de calor imaginando esa cantidad de accesorios jugando dentro de su cuerpo y como no llevaba braguitas estaba empezando a mojar la silla con la entrepierna.

¡no sabía cuál escoger! Hasta que lo vi, tenía forma de conejito el cual estaba abrazado a un árbol, era rosa brillante y las orejas estaban levantadas a la altura apropiada,  el clítoris, ni que decir,  lo compré.

Estando ya en la cama no hacía más que pensar en vibradores entrando y saliendo de mi vagina y no podía conciliar el sueño, así que me quité la camiseta y empecé a tocarme los pezones con una mano mientras que con la otra tocaba la suavidad de mi coño bien depilado y sin pensármelo mal, me metí dos dedos dentro mientras con la otra me frotaba el clítoris mojándolo con mis fluidos y bombeaba cada vez más fuerte y movía las caderas como si estuviese penetrada por los juguetitos del sex shop hasta que en el último mete saca exploté en un fuerte orgasmo que me hizo gritar de gusto, así ya podía dormir tranquila.

Por fin después dos días después llegó mi  juguete tan deseado, lástima de mí que me tenía que ir a trabajar y hasta 6 h seis horas después no podría estrenarlo.

Salí agotada del trabajo, solo tenía ganas de llegar a mi sofá, desnudarme y encender el aire acondicionado, efectivamente,  al llegar me quité la camiseta y la falda vaquera que se me pegaban al cuerpo del por el sudor, encendí el aire,  cogí mi cajita del conejito y me senté en mí el sillón preferido con una pierna por encima del brazo.Ya más fresquita y recuperando algo de aire me dispuse a abrir la caja y ahí estaba en su bolsita bien cerrada, mi conejito rosa, suave al tacto, más grande de lo que se veía en la foto del ordenador y bastante más grueso, un pene si le quitase el conejo, con un botón que regulaba la vibración,

Estaba deseosa de usarlo y lo acerqué a mi coñito, y lo roce con el tanga aun puesto y lo empecé a mojar en seguida, hacía mucho tiempo que no follaba y eso era lo más parecido a una polla que iba a tener de momento, le di al botoncito y en la posición número “uno” que es un vibrar casi imperceptible lo apreté con el clítoris y recibí una descarga en la columna que me hizo retorcer y querer más, así que aparte el tanga a un lado lamí la punta del tronquito como si fuese de un cipote y lo volví a acercar a mi vulva moviéndolo de arriba abajo y ahí ya se me escapo un gran gemido, mi pelvis se movía sola frotándose contra lo que en mi cabeza se había convertido en una gran polla, casi me corro pero aún no quería, respire hondo dos veces y  me terminé de desnudar y esta vez  me senté con las piernas una a cada lado del sillón, bien abierta con el coño y el culo bien expuesto. Volví a coger mi dildo, cerré los ojos y me lo empecé a comer con ganas. Me imaginaba que era un hombre follándome la boca agarrando mi pelo obligando a mirarlo a los ojos mientras me daba pollazos en la cara y en la lengua mientras su corrida me caía encima y salpicaba en las tetas, abrí los ojos le di al botón velocidad 2 dos y lo puse en la entrada del coño y entraba y salía donde metía y sacaba solo la punta, me volvía loca cada vez que las orejas me daban en el clítoris y me hacían querer más y más, volví a tocar el botón y lo puse directamente al 4 cuatro y empecé a bombear fuerte hasta el fondo y yo gemía mientras veía como salía del coño chorreando y chapoteaba mis flujos, de vez en cuando lo sacaba y lo paseaba por el agujero del culo, para ir lubricando la zona mientras me tumbaba un poco más para dejarlo más abierto, cuando ya lo tenía preparado apoyé la punta del tronco en la entrada del anillo, empujé y de un solo golpe entro casi hasta el final

Con una mano me metía los dedos por el coño cada vez más mojado y con la otra movía la polla imaginaria cada vez más duro, más adentro con las orejitas que parecían que se querían meter por el coño, le di al botón al último número, el 5 cinco, apoye un poco el vibrador y una vez seguro que no se movería empecé a cabalgar al conejo, cada vez saltaba más, gritaba más y quería que me follasen más, me taladraba el culo sin parar,  no podía ni quería parar, estaba notando el clímax muy cerca y por fin llegó, se corrió me corrí con un gran gemido y se dejó me dejé caer en el sofá y con los dedos aun en el coño saco al saqué el conejo del culo un poco dolorido.Allí se quedó me quedé un rato hasta que me recompuse, me fui a la ducha, limpié el juguete y me fui a la cama satisfecha.

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