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Historias de oficina (4)

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Antes de empezar quiero darles una lista de personajes para que no se pierdan y les resulte mas fácil ya que hay detalles que se dieron en cap anteriores, espero que lo disfruten.

Pongan estrellas y comenten mi trabajo si quieren sugerir algo o opinar con respecto a la trama pueden buscarme en Skype como danyyps…muchas gracias por leer, abrazo!

Víctor Vask: Presidente de las industrias Vask

Mariza Márquez: nueva asistente personal de Víctor

Amanda Alain : Novia de Victor

Eva Simmons: Asistente de Lorena y amiga de Mariza

Lucrecia Vask: Madre de Víctor y Alexander Vask

Victoria Blair: Ex novia de victor (muerta) 

 

Capítulo 4 (Pasado y Presente)

Lorena no era la única persona que merecía descansar, quedaban solo dos horas para la cena, no me molestaba en lo más mínimo tener que tolerar a todos esos “amigos” que se reunirían en nuestro honor…  lo que me resultaba tedioso era tener que encontrarme una vez más con mi madre, tener que enfrentar una vez más la misma historia, aunque el hecho que Alex haya vuelto al país pura y exclusivamente para hablar conmigo y intentar arreglar las cosas con tanta saña llamaba mi atención, las palabras que me había dicho seguían en mi mente “mama está muy enferma, si algo le pasa, si ella muere antes que la perdones, será un peso que deberás llevar en la conciencia y eso querido hermano será algo que te acompañará por el resto de tus días”  ¿Cómo podía perdonar a la persona que había destruido a nuestra familia? Alex la había perdonado hace ya muchos años, creo que demostró una mayor madurez…mi mente divagaba, tener que encontrarme una vez más con ella no solo me molestaba, me daba miedo. El reloj avanzaba su marcha, mi celular sono decidí no contestar, pero del otro lado de la línea parece que no se contentarían con eso.

 

―¿Qué pasa? - conteste molesto, tres llamados seguidos…

―Hola Alex ¿cómo estás? Yo bien hermano ¿y tu? Oh de maravilla hermanito que alegría que llamaras…

―Soy un hombre ocupado Alex si llamaste para esto seré claro No-Me-Interesa … en una hora nos veremos en la cena, nos vemos allá. - Algunas veces Alex seguía actuando como un niño tonto

―Espera, espera…llamaba para hacerte recapacitar una vez más, no puedo hablar con total libertad durante la cena por eso fue mi insistencia…por favor Víctor, no has hablado con ella en muchos años, no le hablas para sus cumpleaños, no respondes a sus llamadas, no contestas sus mensajes, no escuchas a las personas que te hablan de ella, ni siquiera le hablaste cuando papá murió… ¿Cómo crees que eso se siente para una madre?

―Nos vemos en la cena. – la conversación había terminado.

 

Alex, Amanda, Lorena, Victoria todos decían lo mismo… ¿era acaso culpable de algo? Todos me señalaban como si solo tuviera que olvidar lo que había pasado, la salud de mi padre se había visto muy afectada después de enterarse que mi madre lo había engañado con su mejor amigo, nuestras familias eran unidas, aunque mis recuerdos sobre ellos son difusos, solo recuerdo que el amigo de mi padre se llamaba Ernst Wikell, según tengo entendido eran originarios de Alemania y al parecer el y mi padre eran amigos desde la infancia.

mi mente continuaba divagando, no solo estaba el asunto de mi madre sino también…mariza, cada vez pensaba más en ella, me perdía en mis recuerdos… en ese beso que me había dejado claro algo, ella también sentía lo mismo, saque mi celular y la busque en mi lista de contactos, acaricie su foto largos segundos sin aminarme a llamarla ¿Qué le diría en todo caso? “no puedo dejar de pensar en vos, me estas volviendo loco, tengo ganas de verte” fueron algunos de los pensamientos que atravesaron mis pensamientos antes que el estrepitoso sonido de una llamada entrante los interrumpiera.

 

―¿Acaso has visto la hora niño? ¡Quiero que te prepares y vengas ya! ¿está claro? - la autoritaria voz de Lorena llegaba a mis oídos.

 

Luego de un “simple Si Lorena” tome rápidamente el saco que complementaba mi traje y salí rumbo a la cena, mientras antes terminara con eso más rápido podría volver a mi casa, volver y hundirme nuevamente en mis pensamientos, buscar un lugar en mi mente donde fuera feliz, un lugar, un tiempo, un espacio donde fuera feliz, donde una sonrisa fuera algo normal y no algo fingido para una foto de prensa, una reunión con accionistas o algún trato con algún gobierno del mundo que buscaba acabar con algún grupo subversivo que fuera tan  caótico y perjudicial como ellos mismo lo eran….y sabía cuál era ese lugar, espacio y tiempo , se llamaba Victoria Blair…ella y yo nos habíamos conocido en la universidad, ella estudiaba Psicología y muchas veces nos cruzábamos en el campus, recuerdo que la primera vez que la invite almorzar fue algo muy vergonzoso y aun hoy no me explico cómo fue que ella acepto, nunca fui alguien muy popular en mi época de estudio, era muy cerrado y no buscaba formar grupo ni hacer amigos como haría cualquier persona “Normal”, me limitaba a cumplir con mis responsabilidades y me marchaba siempre ultimo debido a que siempre quería terminar mis trabajos de la forma más precisa y completa, Victoria era sin lugar a dudas un objetivo inalcanzable para mí pero después de varios días de envalentonarme decidí ir a hablar con ella, se había reunido bajo la sombra de unos árboles que se encontraban situados cerca de una de las residencia de la universidad con varios amigos, charlaban muy animados mientras bebían latas de cerveza, solo me limite a acercarme tímidamente con mis manos en mis bolsillos y mi vista fija en ella, la chica que tanto recorría mi mente, al ver que  me acercaba se levantó sacudiéndose la hierba que había quedado en su ropa y se acercó dejando atrás a sus amigos.

 

―Hola Víctor… ¿viniste a verme o solo pasabas por aquí?

―“deja de sonreírme así…” hola…. Yo…- Estaba actuando como un estúpido.

―Aja sii… tu…eres Víctor, yo soy Victoria y apostaría lo que quieras a que estamos en el planeta tierra. - dijo al momento que se reía de la forma en la que estaba actuando.

―“si dejaras de mirarme de esa forma no me costaría tanto hablar” vine para invitarte a almorzar bueno si no estás ocupada o si lo estas solamente dímelo y no pasará nada solo tendrías que decir Si o No aunque si dijeras que si sería fantástico encontré un lugar fabuloso en el centro de la ciudad y me encantaría que me acompañes y almorcemos juntos allá los dos bueno no tengo más que decir…- había escupido todas las palabras juntas y ella después de soltar una carcajada encantadora me miraba sonriente.

―Victor yo…

―Eyy miren quien apareció en el exterior. - interrumpiendo la respuesta de victoria.

―Mike déjalo, no lo molestes. - se giró molesta

―No lo estoy molestando… solo quiero presentarlo al resto de nuestros amigos. - dijo al momento que se reía y me empujaba.

―Mike no seas estúpido… no lo molestes, quiero q te vayas. – repuso ella enfadada.

―¿Nos vas a cambiar por irte con este estúpido? - dijo empujándola

―Creo que tomaste demasiado, no la toques. - no se ni siquiera en que momento tuve la velocidad necesaria, pero me situé entre ellos dos, alejando a victoria de él.

― Miren quien recordó que es un hombre, si buscas problemas los vas a encontrar.

―Mike basta…vete. - Grito ella

―¿Crees que puede darme órdenes a mi princesita? Dijo al momento tiraba un golpe con la mano abierta a victoria, rápidamente di un golpe en su brazo protegiéndola y al mismo tiempo lancé un golpe impactando mi puño en su mandíbula.

 

Mike se abalanzó sobre mi mientras que sus amigos se acercaron a apoyarlo, nos rodearon formando un circulo alrededor nuestro, victoria y sus amigas pedían desesperadas que nos detengamos, Mike tiraba varios puñetazos, pero ninguno lograba su objetivo por dos razones la primera era que el alcohol en su sangre estaba haciendo efecto en sus reflejos y la segunda era que por ser de contextura más pequeña que el lógicamente era más rápido, hábilmente evitaba todos sus golpes mientras que los míos impactaban sin ningún problema en su cuerpo, nos trenzamos en un forcejeo feroz, separándonos de repente para tirar unos golpes y volver a juntarnos a medir fuerzas, fue en ese momento que victoria no resistió más, entrando en el círculo trato de separarnos, lo que termino que en el forcejeo mi brazo impactara en su nariz tirándola al suelo, ambos nos separamos acercándonos y descubriendo que su nariz sangraba…

 

―Sr. Vaks, Sr. Vask, Sr. Vask!!. - llamo mi atención mi chofer

―¿Qué pasa lucio?- pregunte molesto.

―Llegamos sr. Vask…¿te encuentras bien?

―No, Lucio…quiero que consigas algo para mi esta noche.

―Solo lo mejor para Ud. Señor, lo tendré para cuando salga.

―Gracias lucio. - Dije bajando del auto.

 

Entre salón donde era la cena, me encontré rápidamente con mucha gente que se acercaban a saludarme, Lorena salió rápidamente a mi encuentro, facilitándome los nombre de cada una de las personas que se acercaban a hablarme, recorrimos las instalaciones hablando con miembros de la prensa o la política los cuales solo tenían tiempo de hacer una pregunta o comentario ya que Lorena se encargaba de liberarme de ellos lo más rápido posible, había recuperado algo de mi humor hasta el momento que me toco encontrarme con Alex y Lucrecia Vask o como mi hermano le decía… Mama.

 

―Parece que ha tocado una bella noche para un esperado encuentro. Dijo mi hermano al momento que estiraba su mano para saludarme para después abrazar a Lorena.

―¿Esperado por quién Alex? - Mi humor volvía a caer en picada.

―Hijo…Mi amor han pasado muchos años. - dijo al momento que se acercaba para abrazarme.

―Si el tiempo pasa…- Dije impidiendo que se acerque más con uno de mis brazos en su pecho.

―Víctor saluda a tu madre como es debido por favor. -  nuevamente la voz autoritaria de Lorena se hacía presente, lo que causo que mi mirada de molestia se cruce con la de ella, pero al verme derrotado, me acerque rápidamente a mi madre dándole un beso en su mejilla sin apenas acercarme.

―Hijo nos merecemos unos minutos para hablar…hay muchas cosas que no sabes y que necesito decir…

―Sinceramente Lucrecia no creo que tengamos nada para hablar, le voy a pedir que no haga ningún escándalo ya que se encuentra presente la prensa.

―Hijo…por favor. - dijo al momento que unas lágrimas resbalaban por su rostro.

―La reunión familiar termino, nos vemos en algunos años, gracias por venir. -  dije al momento que me daba la vuelta y me retiraba sin dejar que respondan ni dar vuelta atrás.

 

Me perdí entre la multitud, no se cuantos minutos vague entre los invitados hasta que siento que alguien toca mi hombro, ni siquiera necesite voltearme, nuevamente estaba ahí para apoyarme, mi verdadera madre,

 

―¿Ya llego mariza?

―La vi por ahí cuando te buscaba niño, Amanda también está presente, sinceramente no se quien la invito.

―¿Estás de su lado cierto?...

―Nunca me agrado Amanda lo sabes bie….

―Me refiero a mi madre, nuevamente preferiste protegerla a ella en lugar de a mí.

―Hay cosas que tú no sabes Víctor, por favor tienes que escucharla.

 

Decidí ignorar sus palabras, caminamos entre la gente buscando a Mariza,  me encontraba realmente ansioso de volver a verla, estaba pensando en cada una de las palabras que le diría, me imagina sus respuestas, sus gestos, su maravillosa sonrisa, fue entonces cuando la vi…estaba vestida con un hermoso vestido que encajaba a la perfección con su cuerpo detrás de ella Alex recorría con sus manos su cintura, rápidamente fue invadido por los celos, camine rápidamente hacia ellos y detrás de mí Lorena trataba de detenerme de la manera más sutil posible, estaba jugando conmigo, no había significado nada para ella nuestro encuentro, ahora estaba jugando con Alex estaba a punto de llegar a ella pero en una pequeña distracción aparte mi mirada de ella y al intentar volver a verla me di cuenta que ya no estaba ahí, solo estaba Alex cabizbajo, saque mi celular y le envié un mensaje a Lucio para que fuera a esperarme afuera del salón, varios minutos después logre encontrar a Mariza nuevamente, se encontraba en una de las mesas hablando alegremente con Amanda… mi corazón se detuvo, Lorena volvió a tocar mi hombro respire profundamente y me dirigí a su encuentro.

 

―Hola mi amor…- dijo al momento que me daba un beso el cual tuve que responder. - acabo de conocer a Mariza estábamos hablando justo de ti.

―Hola…espero que sea en buena forma. - dije fingiendo una sonrisa.

―¿De que otra manera podríamos hablar de una persona tan linda y dulce? - nuevamente volvía a besarme, mariza solo miraba hacia otro lado sin darnos ninguna importancia- todo es hermoso mi amor, tenemos que invitar a mariza a pasear con nosotros en “la intratable”- Así se llamaba nuestro barco, lo había comprado al poco tiempo de comenzar mi relación con ella y había dejado que ella lo bautice- tal vez ella y su novio quieran acompañarnos, sería una salida de parejas mi amor.

―Gracias por la invitación, pero parece que tengo que dejarlos solos, hacen una maravillosa pareja juntos. - dijo al momento que se retiraba.

―Yo también los dejo solos niño avísame si necesitas algo. - dijo al momento que me daba un beso en la frente ignorando totalmente a Amanda.

―Al parecer hay cosas que nunca van a cambiar, nunca le caeré bien a tu empleada, creo que se toma demasiadas atribuciones.

―Tenemos que hablar, quiero… Amanda, esto no está funcionando.

―¿Qué? ¿Mi amor de que hablas?

―Esto no da para más, hace meses que no estábamos bien, creí que las cosas se acomodarían con el tiempo, pero la realidad es que cada vez están peor, esto se terminó Amanda.

―Espera, espera… no puedes dejarme simplemente así, ¿crees que eres el único que tuvo que sacrificarse por esta relación? Tengo que aguantar tu humor tan bipolar, los sermones y los maltratos de esa engreída que piensa ser la dueña de la compañía, tus constantes infidelidades y que te escondieras en tu casa por casi dos meses, en los cuales ni siquiera me pudiste enviar un mensaje, resistí todo eso porque te amo, no quieres entenderlo, me desprecias y no me valoras… ¿Qué más tengo que hacer?

―Lo siento realmente…por todo, pero todo lo que acabas de decir es la prueba innegable que mereces algo mejor, yo no puedo darte lo que tu buscas, esto se terminó.

―Te juro que me vas a pagar por cada lagrima que derrame, lo juro- dijo al momento que una lagrima resbalaba por su rostro.

―Claro, ponte en la fila, porque antes hay muchos otros…

 

Me dirigí hacia el estacionamiento, junto al auto lucio fumaba un cigarrillo mientras esperaba que llegue, al verme dio una última bocanada tirándolo al pavimento apagándolo suavemente con su zapato mientras me miraba.

 

―¿Hora de arrancar jefe?

―Si, llévame a casa Lucio…¿Tienes lo que te pedí?

―Claro Victo aquí esta. - me entrego un pequeño paquete de papel madera- las respuestas a los problemas del presente no se encuentran en el pasado Jefe.

―Lo se amigó mío, solo quiero …

―Tranquilo Víctor, yo te entiendo… vamos te llevo a casa.

 

Las calles estaban desiertas, a mitad de camino me di cuenta de que no había avisado a Lorena que me iba, saqué mi celular y le envié un corto mensaje… “necesitaba irme, inventa algo a nuestros invitados” la respuesta fue rápida y directa “ya me encargué, descansa mi niño”.

Al llegar fui directo a mi habitación, me senté en mi cama y saqué el paquete que lucio me había traído, tomando uno de esos cigarrillos lo encendí y aspirando profundamente de él me tendí sobre mi suave colchón conteniendo la respiración durante unos segundos y a medida que liberaba el aire de mis pulmones me dejaba arrastrar por su influencia, sumergiéndome en mis recuerdos, a mi mente llego la imagen de victoria y de esa primera cita.

Luego de pedir disculpas, Victoria solamente tenía sonrisas para mí, nos dirigimos al centro de la ciudad, aunque lo que había pasado se encargó de sacarnos la poca hambre que teníamos, caminos en silencio durante muchos minutos, no sabía por dónde empezar.

 

―Asique… donde aprendiste a pelear así. - dijo ella rompiendo el silencio que reinaba entre nosotros después del incidente.

―Papa me enseño, cuando tenía tiempo en su ajustada agenda hacíamos muchas cosas juntos… jugar, contarnos nuestras metas, hablar de nuestras vidas…en una de esas charlas le conté que me sentía intimidado por algunos de mis compañeros y como respuesta me enseño como pelear.

―Ya veo… ¿no te enseño que no debes pegarles a las mujeres? - dijo con una sonrisa

―Yo… lo lamento muchísimo Victoria…- agachando la cabeza

―Eyy Vic…solo bromeaba- paso sus manos alrededor de mi cuello- nunca nadie me había defendido de esa manera. - me estaba poniendo nervioso

―Ven quiero mostrarte un lugar…

 

Comenzamos a caminar hacia las afueras de la ciudad, una de las colinas aledañas tenía un mirador que era famoso entre los jóvenes de nuestra edad debido a que era allí donde se dirigían a liberar sus pasiones, la expresión de ella cambio, su seño se frunció al ver el lugar al que nos dirigíamos.

 

―Ya sé lo que pasa por tu mente, pero no vamos a ir al mirador…hay un lugar en esta colina que solía frecuentar con papá cuando era más joven. - ella solo se limitó a seguirme ahora más relajada.

 

Entramos en el mirador y lo atravesamos sin siquiera detenernos cerca de una de las arboledas circundantes había un pequeño camino fuera de la vista, que conducía hacia el interior de ese pequeño bosque, en él se encontraba un enorme árbol que ocultaba la entrada a una pequeña cueva, victoria tomo mi mano y apoyo su mentón en mi hombro, podía notar que comenzaba a asustarse, al entrar en la cueva caminamos unos pocos metros y luego de pasar por un pequeño conducto ingresamos a una gran “sala” la poca luz que ingresaba desde el exterior fue suficiente para que pudiera encontrar un pequeño farol a gas que al encenderlo inundo la cueva con su luz permitiendo que se aprecien las comodidades que allí se hallaban,  había un juego completo de comedor…una vieja mesa acompañada de dos pequeñas sillas  de ahora maltratadas por el por el paso del tiempo, junto a ellas había juguetes tirados,  las pareces de la cueva eran usadas como pizarrón y un colchón que mostraba una enorme cantidad de polvo sobre su suave superficie

 

―Víctor… ¿qué es este lugar? - dijo al momento que miraba cada una de mis pertenencias.

―Es… mi castillo, cuando era solo un niño solía venir con mi padre todos los días, jugábamos que este era nuestro castillo e imaginábamos toda una historia. - dije con cierta vergüenza, pero al mismo tiempo con una gran sonrisa en mi rostro.

―Puedo ver que eres muy unido a tu padre, este lugar es maravilloso Víctor.

―Es la primera vez que traigo a alguien a este lugar- me senté en el sucio colchón, bajo la atenta mirada de victoria- El reino perdido del príncipe Víctor…así lo llamaba papá

―¿eso significa que yo sería una princesa? – dijo al momento que se sentaba al lado mio.

 

Nuestras miradas volvían a estudiarse y bajo la cálida luz que mostraba un aura dorada a nuestro alrededor nos besamos por primera vez con lentitud denotando una gran ternura y dejando notar las semillas de lo que sería un hermoso amor, salimos de la cueva tomados de la mano y caminamos lentamente hacia su casa, fue el primer día de nuestra relación. Todos los días íbamos y volvíamos juntos de la universidad, tras varios meses y ya con certeza de la seriedad de nuestra relación fue que Victoria me invito a conocer a sus padres quienes me aceptaron gustosos, cada uno de los miembros de mi familia la recibió con los brazos abiertos, aunque mis padres fueron muy exagerados.

 

―Bueno…veo que al fin podemos conocer a la muchacha que convirtió a nuestro hijo en un idiota- dijo mi padre sonriente luego de besar la mejilla de Victoria.

―Si, si…esperamos muchos años para que atravesara esta etapa- continuo mi madre, abrazándola

―Me están avergonzando…- dije tratando de detenerlos.

―Ya lo sabemos hijo, es nuestro trabajo… ya vas a poder avergonzar a tus hijos algún dia.- respondió  mi padre guiñándome un ojo.

 

Comencé a reírme como hacía muchos años no lo hacía, mis carcajadas dieron lugar a unas pequeñas lágrimas de felicidad y solo me detuve al quedarme sin aire, el sueño empezaba a envolverme en sus garras sin darme cuenta ya se había consumido el paquete que lucio me entrego, podía recordar una imagen muy nítida de Victoria…ella y mi madre llegaron a ser grandes amigas, siempre me decía que debía perdonarla que había cosas que yo no sabía. Al recordar las lágrimas de mi madre cuando por fin la enfrente me causo un gran vacío en mi pecho sin quererlo comencé a llorar desconsoladamente siendo este el momento que el sueño aprovecho para terminar de invadir cada uno de mis alterados sentidos quedando profundamente dormido…

 

“Hola mi amor…. Que crueles que crueles que resultan esas palabras ahora” pensé al quedarme inmóvil al ver el beso que Amanda le daba a Víctor… que horrible que resulto ese momento, Lorena por su parte se limitó a mirar su celular sin siquiera darle importancia a la pareja. El segundo beso fue demasiado para mí traté de mirar a otro lado para no ver tal escena, pero simplemente no podía, de forma educada pero rápida me di media vuelta y me dirigí hacia una de las puertas traseras de gran salón y al salir cerré rápidamente la puerta tras de mí recargando todo mi peso contra ella a medida q me dejaba caer al suelo, una pequeña lagrima recorrió mi rostro…

 

―Hola niña bonita- dijo una voz- me levante rápidamente tremendamente asustada solo para encontrarme con la divertida mirada de Eva.

―¡Por dios Eva… casi me matas del susto!!- grite.

―Ohh lo lamento mucho, yo también me asuste al ver a una chica salir casi corriendo por esa puerta y ponerse a llorar- respondió risueña, se acercó a mi abrazándome con mucha ternura- ¿Qué pasa amiga? No me gusta verte llorar

 

Solo me limite a llorar en su hombro, pasaron los minutos mis lágrimas habían arruinado totalmente su blusa, aunque ella parecía no darle nada de importancia, se limitaba solamente a abrazarme y tratar de calmarme.

 

―Mariza…ven vamos a mi Dpto. tomaremos algo y hablaremos toda la noche si es preciso, pero por favor no llores más. - sus manos frotaban mi espalda, me sentía protegida y cuidada por lo que acepte acompañarla.

 

Al llegar al estacionamiento nos subimos en un hermoso Porsche rojo del cual quede maravillada, recorrimos las calles vacías a alta velocidad produciendo que el viento alborotara mis cabellos, Eva solamente sonreía, imagino que estaba feliz de poder verme sonreír de nuevo, vivía en una de las zonas más alejadas de la ciudad, una de las zonas más exclusivas, entramos en un elegante edificio en el cual solo vimos a un encargado que nos saludó de manera muy amable a  distancia “Buenas Noches Srta. Eva , que maravillosa noche ¿No lo  cree?” definitivamente  su tono de voz dejaba notar que mi bella amiga alborotaba sus pensamientos aunque preferí quedarme callada, ingresamos a unos de los ascensores que nos llevaron al décimo piso “Mi Dpto.” dijo al entrar por una hermosa puerta de roble, todo el piso era suyo, se podía apreciar una maravillosa vista de la ciudad  desde una de las enormes ventanas que comunicaban el salón con un hermoso balcón privado.

 

―Todo esto…es es hermoso Eva, como puedes ¿pagar todo esto? - dije emocionada dando vueltas sobre mi misma para dejarme caer en el suave sofá que se encontraba en el centro de tan suntuosa decoración.

―No lo hago- dijo ella sonriendo al momento que se acercaba a mí- todo esto es de mis padres, realmente no necesito el dinero ni trabajar en esa compañía, pero estoy harta de que todo mundo diga que soy una mantenida de mis padres.

―¿Tus padres pagan el departamento dónde vives?

―No, el departamento es mío, el edificio es de mis padres, la condición era que si yo demostraba ser independiente y trabajaba duro me lo regalarían y…un trato es un trato.

―Qué envidia me das nena, yo apenas llego a pagar un pequeño departamento- ella se sentó a mi lado mientras con una sonrisa no dejaba de mirarme- ¿Qué pasa que me miras tanto?

―A mí me parece que alguien está evitando hablar de cierto tema que la hizo llorar.

―Ven tomemos algo. -dijo caminando hacia la cocina de donde trajo una botella de whisky, me incorpore para tomar uno de los vasos que me ofrecía.

―Muchas gracias Eva…es algo largo… - dije tratando de persuadirla de desistir de su curiosidad

―Tenemos toda la noche – dijo sonriendo

―Ok… creo que … ¿sabes qué? no pasa nada.

―Claro que pasa algo…mira como estas.

―No… ya estoy bien. – dije levantándome.

―Mariza espera, que sucede, puedes hablar no pasa nada.

―Creo que… que que me estoy enamorando de Víctor Vask

―¿Eso es lo que te pasa? - dijo ella sonriendo- ¿pero porque estas asi? Eso está bien, eso es algo lindo.

―Esta de novio.

―¿Sabes cuál es la solución para los problemas de amor? Alcohol, alcohol y más alcohol…bueno realmente no pero ¿a quién le importa?

 

Así fue como nos encontramos tomando en forma pareja esa pobre botella de whisky que era la encargada de ahogar mi mal de amores, hacia tantos años que no bebía que rápidamente comenzó a hacer efecto el alcohol en mí, me sentía mareada y me resultaba graciosas todos y cada uno de los chistes que Eva decía, la música sonaba en forma aleatoria en la radio hasta que empezaron a pasar un tema lento, Eva rápidamente se incorporó y se puso a bailar sola mientras yo seguía carcajeándome sobre ese suave sofá. 

                                                                                                                     

―Ven…baila con… conmigo linda. – dijo tomando mi mano y obligándome a pararme.

―Eva espera jajaja no se bailar… -decia sin control.

―¿Quien mas esta viéndoteee tontaaa? – nos encontrábamos bailando en el medio de su departamento.

―Eva…Eva, espera…me vas a hacer …- dije antes de cayéramos juntas en el sofá, mientras seguíamos riéndonos.

 

Eva se encontraba arriba mío riéndose como una loca con su cara en mi hombro, levanto su cara despacio y me dedico una sonrisa mientas me miraba a los ojos, hasta que elimino la distancia que hundían nuestros labios, con una suavidad sorprendente se dedicó a besarlos al tiempo que su lengua trabaja de entrar en mi boca

 

―Eva…espera…espera- dije resistiéndome

―Shhh relájate…

 

Continúo besándome hasta que fui respondiendo sus besos, nuestras lenguas danzaban una hermosa combinación de movimientos sus hábiles manos comenzaron a sacarme mi vestido de a poco, su experimentaba boca descendió a mi cuello mordiéndolo logrando que un gemido escapara de mis labios al escucharlo comenzó a torturarme dando pequeños besos cerca de mi oreja al momento que una de sus manos apretaba uno de mis senos, mi respiración comenzaba a acelerarse y solo dejaba que ella actué sobre mí, cada vez estaba más y más mojada.

 

―Eva….

―Shhh… te voy a regalar una hermosa noche…- dijo al momento que sus labios atrapaban uno de mis senos

 

Comenzó a torturarme mientras jugaba con uno de mis pezones con su lengua y su mano comenzaba a acariciar mi vagina, sus dedos la recorrían y una oleada de impulsos eléctricos me invadieron haciendo que mi cintura se mueva al ritmo de sus toqueteos, mis gemidos comenzaron a salir de manera descontrolada, ella solamente me miraba con una pícara sonrisa al momento que introducía uno de sus dedos en mi interior observando cada una de mis reacciones causando que me sonrojara al sentir su mirada y escuchar los gemidos que ella lograba arrancarme, fui yo la que esta beso se acercó a besarla fui yo, mis labios fueron recibidos con alegría, mi respiración entrecortada denotaba mi gran  estado de excitación, mis manos recorrieron sus cabellos para luego comenzar a bajar por su cuerpo suavemente recorriendo cada una de sus curvas al momento que me detenía en sus senos acariciándolos sobre el vestido,  leyendo sus gestos, adivinando sus morbosos pensamientos, la bese nuevamente con deseo al momento que seguía tocando su hermosa figura sin apenas darnos cuenta entre besos y toqueteos estábamos desnudas sobre ese fino y suave sofá, mi lengua recorrió su cuello al momento que escuchaba sus gemidos, bajando hasta sus senos donde sentí un fuerte impulso por probar ese nuevo sabor con total libertad y sin refrenar mis deseos.

 

―Tranquila, tranquila, ahora me toca a mí. – se levantó de repente y se arrodillo frente mi abriendo mis piernas. - ¿lista?

―¿Lista? ¿Lista para qu……mmm Eva…

―Shh relájate. – me decía sonriendo

 

Su lengua recorría hábilmente mi vagina, esa nueva sensación de placer estaba creando todo un nuevo mundo en mi cabeza que no podía terminar de asimilar, dos de sus dedos entraron en mi interior, ambas sensaciones me estaban llevando a la gloria mientras lo único que podía hacer era gozar, decidí tenerla conmigo, obligando a que subiera de nuevo al sofá  y luego de un hermoso beso comencé a imitar sus movimientos llevando dos de mis dedos hacia su interior, iniciamos un fantástico frenesí de deseo y pasión era como si tanto una como la otra intentáramos ver quién podía hacer llegar al clímax a la otra primero, nuestros gemidos llenaron la habitación, el roce continuo de nuestra piel, el sonido de nuestros impuros actos, la humedad que nuestros dedos conseguían arrancar de nuestros cuerpos, nos condujeron a un hermosos orgasmo que nos hizo retorcer nuestros cuerpos y arrancar nuestros últimos suspiros de placer antes de que cayera en un profundo sueño.

Un vacío me rodea, siento imposibilitado mi cuerpo, mis gritos solo se oyen en mi mente, su rostro repulsivo me sonríe, puedo sentir su hedor, siento ganas de vomitar, siento ganas de morir…me levanto sobresaltada en una suave cama, una fina sabana de ceda cubre mi cuerpo desnudo,  miro para todos lados buscando una explicación, la habitación maravillosamente decorada es enorme, las enormes ventanas permiten la entrada de una gran cantidad de luz natural, siento mi cuerpo relajado, un gran reloj de pie marca la hora exacta, faltan solo minutos para las siete de la mañana…¿Dónde estoy?

 

―Buenos días bella durmiente…¿Cómo dormiste hermosa?. – Eva aparecía con una fuente con un dos su cuerpo solo estaba cubierto por una camisa blanca que cubría poco más de medio muslo.

―Buenos días Eva…

 

Un nuevo día, una nueva sorpresa, esta semana definitivamente terminaría acabando conmigo.

(9,50)