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Gang Bang

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Dicen que es cuando más de tres hombres fornican con una mujer. Yo he estado presente en varios gang-bang, a veces participando y las más de las veces como simple observador, porque tienes que saber que cuando ocurre, normalmente la pareja protagonista quiere que participe cuanta más gente mejor y donde se produce no hay muchos inconvenientes para que todo el que lo desee se acerque a mirar o participar.

Hoy te contaré como me encontré inesperadamente en uno de ellos, en mis primeros tiempos de swinger.

Me encontraba en el pub María de Torremolinos, uno de los locales liberales más antiguos de España. Como siempre, entré relativamente temprano, es decir sobre las once de la noche, cuando apenas suele haber dos o tres personas.

Cuando apenas llevaba media hora, entró una pareja francesa de poco más de treinta años que a tenor de la confianza que mostraban con la dueña, debían de ser clientes habituales, aunque sólo en vacaciones.

Ella era preciosa, y vestía un modelo de vestido bastante escotado que dejaba adivinar unos pechos perfectos. Los dos chicos que estábamos en la barra, automáticamente dejamos de hablar para estar pendientes de ella.

Después de hablar un rato con la dueña y pedir dos consumiciones, ella se dirigió a la zona de habitaciones mientras el nos hacía una seña a los dos chicos que estábamos en el barra para que entrásemos con ellos.

Esa zona del pub, tiene un pasillo transversal a la puerta de entrada, donde hay un par de habitaciones cada una de ellas con una gran cama y con unas cortinas en lugar de puertas y ese pasillo desemboca en una estancia no muy grande, con varios sofás y mesitas y una zona libre en el centro para poder bailar. Toda la luz, muy atenuada, pero suficiente para distinguir todas las formas.

Ella se dirigió a esa habitación seguida de su pareja y por nosotros en último término y cuando entramos a la habitación, tomamos asiento, ellos en un sofá y nosotros en otro, sin decir palabra y un poco a la expectativa.

Después de hablar entre ellos, ella se levantó y extendió la mano hacia nosotros indicándonos que bailásemos con ella. El otro chico, se levantó y la tomó en posición de baile agarrado, en tanto que su pareja se sentó junto a mí mientras ellos bailaban muy cerca de nosotros.

Su pareja entonces, se levantó y acercándose a ella, le bajó la cremallera del vestido por la parte de atrás y yo me levanté y me puse detrás de ella comenzando a meterle las manos por la espalda desnuda apartando los tirantes para que ella los liberara, con lo que después de hacerlo, el vestido cayó al suelo quedando ella en tanga ya que no tenía sujetador.

Yo me pegué a ella por detrás y la agarré de los pechos sobándoselos y apretándole suavemente los pezones erectos mientras que el otro chico le iba metiendo la mano debajo del tanga por detrás y por delante, hasta que se lo bajó dejándola sólo con los zapatos.

Mientras tanto, el marido observaba la escena sin hacer ni decir nada, hasta que ella se liberó de nosotros para dirigirse a una de las habitaciones, donde se tumbó en la cama en espera de que la fuésemos haciendo cosas, lo cual hicimos después de desnudarnos y cada uno comenzó por donde quiso, en mi caso, le abrí las piernas y después de contemplar un sexo semidepilado y jugoso, le empecé a hacer un cunningulus en tanto que el otro chico le chupaba los pechos.

Probablemente, bien ese día o en días anteriores, la dueña del pub tenía instrucciones de dejar pasar a todos los chicos que entrasen, o es posible que ella misma hiciese la selección, pero el caso es que fueron entrando chicos desnudos en la habitación sin que yo me diese cuenta hasta que noté que había alguien más metiendo mano y miré a mi alrededor para ver a seis o siete chicos más, unos en la cama, otros de pié, unos con cara de expertos, y tranquilos, otros con cara de novatos, y nerviosos…

Yo en esa situación, no me sentía cómodo actuando mientras había tantas personas detrás y alrededor, por lo que me retiré y dejé mi lugar a otro para limitarme a observar. A partir de ese momento, pude darme cuenta de hasta que punto cohíbe una situación así, pues fueron muy pocos los que lograron la erección y sólo uno llegó a penetrarla, con preservativo, por supuesto. En posición a cuatro patas, mientras ella se la chupaba a su pareja. La hora siguiente, fue una continuación de tocamientos y lamidas por todo su cuerpo mientras que ella iba alternando las felaciones con todo el que le aproximaba el pene a la boca. Pasado un rato, cuando ya iba decreciendo el interés de los chicos, su pareja se tumbó boca arriba y ella se puso sobre el en posición inversa para hacer el 69 y yo, que me encontraba sentado en la cama cerca de la cabeza de el, empecé a acariciarle el ano a ella en tanto que su pareja le chupaba el sexo y al ver mi interés por su ano, el le abrió los cachetes como invitándome a meterle el dedo, cosa que hice repetidas veces y cada vez más profundo.

Poco a poco, se fueron retirando los chicos, y yo con los últimos.

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