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El cacho Nº 3 de mi esposo

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Hola mis lectores, un cordial saludo y agradecidos por todos los comentarios y el tiempo dedicado a leer nuestros relatos. Hoy estaré relatando a mi JE una de mis aventuras cuando le monté los cachos a mi esposito, el cacho Numero 3 y de la cual se hizo una rica paja y le dejare en twitter una foto.

Comenzaré diciendo que conocí a Luis porque una amiga que me visitaba mucho a mi casa, un día llegó y estuvimos hablando un rato y la llamaron por una emergencia y me dijo que ya regresaba y que dejaría su teléfono. Lo dejó sobre la mesa, el teléfono sonaba y sonaba y me dio curiosidad, como teníamos mucha confianza lo revisé, todo normal y me puse a ver los perfiles del PÍN Blackberry y vi a ese Luis que se veía muy bien en su foto perfil.

Le mandé la solicitud de PIN desde mi teléfono y al rato me la aceptó. Me preguntó que de donde obtuve su pin, le dije que se lo había robado a una amiga de su celular porque me pareció elegante y simpático. Él insistía en que le dijera que amiga, le dije —no te puedo decir, pero dime si no te gusta la idea y te elimino ya que veo que te ofendí con agregarte, me dijo —no vale disculpa, pero es la primera vez que me sucede eso de que me agreguen así.

Desde allí empezamos hablar, ese mismo día nos pedimos fotos para saber quiénes éramos y porque él dudaba que yo fuera mujer. Él pensaba que yo era un gay, me reía mucho de las cosas que decía. Bueno, le mandé unas fotos mías normales, o sea vestida y él todavía dudaba. Yo a él también le pedí fotos. A los días le mandé unas fotos sexys en ropa interior y me decía cosas ricas.

Luis vivía aquí en mi estado, como a la semana o dos semanas de estar hablando decidimos conocernos en persona. Eso fue de mañana, como a las 9:00 am, el día no lo recuerdo, la hora si la recuerdo porque estaba cocinando temprano en mi casa y pues mi excusa para salir era que tenía que comprar arroz y ramas verdes para la comida que preparaba. Le dije al cabrón de mi esposo —amor voy a salir un rato a comprar arroz, ramas verdes y otras cositas que necesito para terminar la comida de hoy, tardaré porque iré al supermercado, y mi esposo me dijo —ok se cuida por allí amor.

Yo pensaba que ya estaba eso cuadrado y me comencé a vestir, me puse una falda negra con florecitas amarillas chiquitas, una camisa de tiritos a los hombros blanca con rayitas rojas y unas sandalias que llaman romana que se amarran tejida hasta la pantorrilla, de ropa interior tenía un brasier blanco a juego con un hilo blanco. Saliendo de la casa le escribí a Luis que saldría a un supermercado a comprar unas cosas y si quería y tenía tiempo nos podíamos conocer. Él me dijo —si no hay problema si quieres te busco y te llevo hacer las compras, le dije —sí, pero ya yo salí pásame buscando por la plaza cerca de la casa (él no sabía dónde vivía, pero le di la dirección de la plaza), y Luis me dijo —ok espérame allí que se dónde queda.

Mientras esperaba allí en una esquina y llego un amigo de por allí y estábamos conversando, cuando de repente se me para un carro azul al lado, medio abrió el vidrio del lado del copiloto y me dijo —hola MF, le dijo —hola, y le dije a mi amigo que conversaba conmigo que después hablábamos. Me monté en el carro y nos fuimos. Íbamos hablando y preguntándonos cosas, le dije que mi esposo era militar (mentira) y que él estaba trabajando en Caracas y venia cada 15 días y que yo vivía en una residencia que está cerca de donde me paso buscando. Luis me dijo por dónde vivía, que era soltero y que él trabajaba para un cuerpo especial militar. Yo no sabía esa parte y cuando me dijo que era militar se me alboroto las hormonas Diooosss.

Llegamos al supermercado y se estacionó en frente de la entrada y estando allí hablábamos y Luis volvió a preguntar de como yo obtuve su pin y le dije que se lo había robado a una amiga mas no mencioné que amiga. En medio de la conversa él volteó la cara y se quedó mirando a otro lado y yo abrí mi falda, o sea me la quité de la pierna un poquito para que se me viera la pierna y una de las tiritas de la blusa se me bajo del hombro izquierdo. Allí él me dijo —¿tus senos son naturales?, le dije —si son naturales ¿y por qué me preguntas eso?, me dijo —es que se ven redonditos y paraditos, le dije —son naturales si quieres tocarlos para comprobar.

Y el comenzó a tocarme las tetas pero sobre la ropa, sus manos eran grande y abarcaba todo mi seno, me las apretaba, luego me bajo la camisa y el brasier pero sin quitármelos, salieron mis senos por arriba del brasier y me apretaba los pezones, me decía —que rico se sienten duritos y suavecitos, yo solo lo veía y me encantaban esas caricias, fue acercando su boca lentamente a mis tetas así como esperando a ver si le daba permiso y yo lo que hice fue levantar la cara y gemir por saber lo que se venía, el entendió eso y comenzó a besarme las tetas y me mordía los pezones, mientras bajo una mano y me acariciaba mis piernas muy lento, llegó a mi cuca y me la apretaba sobre el hilo uuufff yo suspiraba, en eso le apreté el guevo sobre el pantalón y le dije —déjame ver que tienes aquí, se acomodó en su asiento y se sacó el guevo y Diiiiiooooossssss me quedé sorprendida, aquello era algo enorme, demasiado largo y grueso, la verdad no había visto un guevo así, a pesar de haberme cogido a varios para ese entonces, no me había tocado un guevo de esas dimensiones.

Me dijo —chúpamelo, yo lo agarre en mi mano y lo escupí y comencé a masturbarlo y bajé mi cabeza y comencé a meterlo en mi boca, solo metía la puntica en mi boca y le pasaba la lengua, su guevo era limpiecito sin mal olor, eso me gusto de él, aseadito, uuufff. Me llegaba a meter solo hasta la mitad porque no me entraba más en la boca y tenía que abrir la boca demasiado por lo grueso, él a ver que no bajaba más me empujaba la cabeza hacia abajo presionándome para que lo metiera todo y me lo metió tan adentro que me dio ganas de vomitar. Él me agarró y me haló fuerte por el cabello y me levantó y me besó y me mordió los labios, eso me gustó demasiado, ser tratada así me gustaba, pero me daba miedo. Luego me volvió a poner la cabeza en su guevo para que siguiera mamando, pero me trancaba la respiración porque él me obligaba a que me lo metiera todo.

Al ratico me dice —pasemos al asiento de atrás del carro, le dije —ok vamos. Él se bajó del carro y se metió por la puerta de atrás, mientras que yo, estando adentro del carro me pasé al asiento de atrás, pero sin bajarme del carro. Estando allí atrás le di otras lamidas a ese guevo y lo dejé con bastante saliva porque sabía que ese guevo me dolería al penetrarme. Me senté en sus piernas, pero con las piernas mías abiertas y sus piernas quedaban entre las mías, estábamos frente a frente, allí él comenzó a besarme y me apretaba el culo. Después comenzó halarme duro, el cabello me lo tenía agarrado en la parte de atrás de la cabeza, me tenía dominada y a pesar de sentir miedo por su forma de tratarme me gustaba porque me excitaba de más y así me besaba el cuello. Luego apartó la falda, metió los dedos entre mis nalgas y me agarró el hilo y lo apartó a un lado, me colocó el guevo en la entrada de la cuca y yo comencé a bajar metiéndomelo lento y suave. Cuando lo iba metiendo parecía que me iba abriendo los huesos de la cuca, eso me dolió porque su guevo era demasiado grueso, pero igual lo iba disfrutando.

Yo seguía sobre él así arrodillada cabalgando y él me inclinó hacia atrás, quedando mi espalda entre los dos asientos delanteros, mientras yo aún seguía sentada en sus piernas. Mis piernas quedaron dobladas en el asiento mientras él me daba suave y profundo, en eso sentí que me estaba ahorcando, era rico, pero estaba asustada y eso me tenía angustiada no me concentraba. Él estaba casi sobre mi ahorcándome y cogiéndome y se movía de adelante hacia atrás, era rico, excitante, pero tenía miedo. En eso me haló hacia él y me tiró a un lado y me acostó boca arriba en el asiento y me abrió las piernas, allí me lo metió de un solo golpe y fuerte; me dolió demasiado, le decía que parara, que me dolía, no sé qué tenía ese hombre, mientras más le decía que me dolía y que parara, más duro me daba y me ahorcaba.

De verdad que, si me gustaba, pero sentía miedo, luchaba con él para que no me ahorcara, pero era fuerte y me daba muy duro. En eso me dio una cachetada muy fuerte, me ardió la cara, pero seguía dándome duro en la cuca, estaba muy rudo y yo comencé a llorar. A él pareció no importarle y siguió dándome hasta que acabó, yo no pude acabar porque a lo último si me sentí violada. Me dijo que lo disculpara, pero él no había cogido a una mujer tan estrecha de la cuca y que se sentía rico porque se sentía como mi cuca le apretaba el guevo. Me preguntó si había acabado y le dije —no que, si me gustó al principio, pero después me dio miedo y que me frustré. Él me sacó el guevo y se me salía la leche con sangre porque me había roto la cuca. Él se vistió y yo me acomodé la ropa ya que yo no me quite ni una prenda de ropa para coger.

Él me dejó cerca de la casa. Estuve sangrando varios días y con mucho dolor en el vientre, claro, no niego que me gustó, pero no era lo que yo quería ni esperaba que fuera así, él es un tipo violento a la hora del sexo. Llegué a la casa sin las compras ni nada, le dije al cabrón de mi esposo que la tarjeta de débito me la habían rechazado y mi esposo tuvo que salir a comprar el arroz y lo demás, mientras yo me eché un baño para relajarme. Luego Luis me siguió llamando para que lo hiciéramos de nuevo, pero lo rechazaba porque no quería volver a pasar por lo mismo y lo fui alejando hasta que ya no supe más nada de él.

Y así fue mi aventura con Luis, de cómo quedé adolorida, sangrando y cogida por puta jajaja.  Así me despido de esta aventura quedando muchas por contar… Les recuerdo que son 100% vivencias reales.

 

Y les dejo nuestro Twitter (para que puedan ver allí nuestras fotos): @MF_y_JE

Correo: [email protected]

Se Despide JEyMF Bye...

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