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Trío en Vera

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Durante mi estancia en Carboneras, estaba próximo a Vera. Vera es un pueblo de la provincia de Almería cuyas playas son en gran parte nudistas y que por tanto tiene un carácter naturista de tal forma que el nudismo se practica incluso hasta el punto de tener zonas nudistas dentro del pueblo donde es normal cruzarse con gente desnuda. De la misma forma, no es extraño comer en un restaurante donde en la mesa de al lado se sientan tres o cuatro personas desnudas y ya que el nudismo es una filosofía liberal en sí misma, no podía faltar un local de intercambios en Vera.

Aunque hoy en día han proliferado los locales de intercambios en Vera y ya hay tres o cuatro, hace seis o siete años, sólo había éste. Este local estaba situado en la zona naturista de Vera y durante mi permanencia en las proximidades, no dejé de visitarlo regularmente y en consecuencia de las muchas visitas surgieron algunos contactos que quedarán en mis recuerdos por siempre.

Las normas del club, como en todos los clubs de intercambios que yo conozco, no permiten la entrada de los chicos solos a la zona de parejas salvo que entren invitados por una de ellas o ya vengan acompañando a una pareja, pero en este club en concreto existía una excepción un día a la semana que era los jueves. Evidentemente los jueves, denominados el día del trío por el club, era más cara la entrada para los chicos. Si cualquier día de la semana excepto los sábados que la entrada está restringida exclusivamente a parejas, tiene un precio de 30€, el jueves subía a 50€ pero con derecho a una copa más y a deambular por todas las zonas del club.

Esto lo saben evidentemente las parejas también, de forma que las que acuden un jueves saben que no van a tener intimidad con respecto a los chicos lo cual es un aliciente más ya que denota un interés por los tríos.

Fue un jueves cuando tuve el primer contacto serio en ese club. Cuando digo ese club, no lo menciono por su nombre porque en realidad no tenía nombre rotulado en la entrada y yo nunca pregunté por el nombre. Como siempre llegué al club hacia las once de la noche, cuando apenas hay dos o tres chicos y si acaso una pareja en la barra y nadie en la zona de parejas.

La zona de parejas constaba de una sala amplia nada más entrar a la derecha, llena de sofás y con una televisión emitiendo continuamente películas pornográficas para crear ambiente. A lo largo del pasillo había habitaciones, algunas pequeñas como para un trío o dos parejas en intercambio, también había una habitación más grande cubierta por una cama enorme en casi toda su superficie, como para una orgía y al final del pasillo a la izquierda tenía un jacuzzi y al fondo, los vestuarios con taquillas y toallas. Después de dar unos tragos a la primera copa, me dirigí a la sala de los sofás y la televisión en donde me senté a tomar la copa y a la espera de acontecimientos.

No tardaron mucho en entrar y al cabo de una hora casi no quedaban plazas para sentarse entre chicos y parejas. Me limité a observar sin tomar ninguna iniciativa y pude ver como se iban haciendo asociaciones.

La pareja que tenía enfrente, se había sentado junto a un chico y mientras el marido la besaba, ella comenzó a pasar la mano sobre el sexo del chico, por encima del pantalón sin que siquiera hubiese habido un intercambio de palabras previo, a lo que a todas luces era una invitación. El chico entonces se bajó la cremallera de la bragueta y se sacó el pene que ella agarró comenzando a masturbarlo mientras él le sobaba los pechos por encima del vestido y le iba desabrochado los botones para introducir la mano por el interior. En poco tiempo, ella se agachó y comenzó a hacerle una felación.

Mientras estaba distraído y me excitaba mirando a ese trio, me di cuenta de no eran los únicos que habían comenzado a jugar ya que vi como una chica se había quedado con los pechos desnudos mientras que un chico se los chupaba, dos parejas que entraron juntas se estaban sobando mutuamente y casi nadie permanecía estático.

Enfrente de mí, junto a la pareja que mencioné antes había otra pareja sentada. El tenía  a su derecha un poco separado al chico al que le estaban haciendo la felación y a su izquierda se sentaba su pareja a la cual tenía echado el brazo izquierdo sobre e el hombro. La chica me miraba con una ligera sonrisa y cuando se dio cuenta de que la miraba, abrió las piernas para mostrarme el sexo depilado ya que iba sin ropa interior a pesar de llevar minifalda.

Después de un momento de indecisión, decidí levantarme para dirigirme hacia ellos y como el sitio era justo, ellos al verme venir se movieron un poco para dejarme espacio al lado de ella, lo cual despejó mis dudas sobre si me aceptarían o no.

No hubo intercambio de palabras. Yo creo que, en estas situaciones, (la mía y la de los demás), no se pierde el tiempo hablando porque hay prisa por ir al grano y aquí no se viene a hacer amistades. Simplemente me senté y le puse la mano sobre su muslo izquierdo comenzando a sobárselo mientras la deslizaba hacia el interior de la pierna. Poco a poco fui subiendo hasta llegar al sexo y comencé a buscar el clítoris. Ella entonces giró la cabeza y agarrándome por la nuca, me besó en los labios con la boca abierta y metiéndome la lengua profundamente a lo que yo correspondí de igual forma.

Después del beso, ella se levantó diciendo “vamos” con lo que tanto su pareja como yo la seguimos por el pasillo hasta los vestuarios donde nos desnudamos dejando la ropa en una taquilla. Cuando salimos del vestuario yo pregunté si querían entrar a una habitación de las pequeñas para tener más intimidad, pero ella dijo que prefería ir a la habitación grande porque allí iría más gente y tiene mucho morbo.

El caso es que nada más entrar en esta habitación ya estaban dos parejas tumbadas y metiéndose mano mutuamente. Ella se tumbó boca arriba y yo me puse de rodillas junto a ella inclinado sobre sus pechos comenzando a sobárselos y chupárselos alternativamente mientras ella me masturbaba.

Entretanto su pareja colocada al otro lado, se masturbaba mirando la escena. Este es un comportamiento bastante usual en estos casos. Para muchos hombres el atractivo de un trío no es participar, sino mirar como poseen a su pareja y cuanto más intensa y depravada sea la posesión, más se excitan.

Poco a poco, la habitación/cama se fue llenado de gente y aunque cada cual sólo actuaba en principio con sus asociados, sean otra pareja o pareja con chico, en algunos casos comenzaron a salirse de su círculo y a cambiar de pareja o a añadir a un tercero a sus juegos. Esto normalmente se hace comenzando a acariciar un muslo o cachete de la chica a la que quieres incorporar a tus juegos y si no hay rechazo, poco a poco se va aumentando el nivel hasta llegar a felaciones y penetraciones. Si hay rechazo, la cosa no pasa de un gesto y rápidamente el intento se queda en nada. Evidentemente esto es un juego reciproco y si tú tienes pareja y comienzas a acariciar a la pareja de otro mientras tu pareja te hace una felación, por ejemplo, si no hay rechazo, estás invitando al otro chico a que se empareje con tu chica, de tal modo que se comienza con unos compañeros de juegos y se terminan mezclando todos con todos. Cierto que a veces, (las menos), hay disputas y discusiones.

Después de un rato en esos juegos, decidí subir un poco el tono y comencé a acariciarle el sexo abriéndole los labios y tocándole el clítoris apretando el dedo y girándolo en un masaje rápido que alternaba con pellizcos moviendo el pulgar y el índice. Cuando vi que estaba suficientemente lubricada comencé a meterle el dedo corazón por la vagina mientras lo movía en círculos y notaba que se retorcía de placer. Después le saqué ese dedo y le introduje dos dedos, el corazón y el índice y cuando los tuve metidos lo más profundamente que pude, puse la palma de la mano hacia arriba y comencé a hacer movimientos de los dedos girando las puntas hacia arriba repetidamente buscando masajearle el punto G, al mismo tiempo que hacía movimientos rápidos con la mano de arriba abajo. Esto funciona en unos casos y en otros no. En este caso funcionó porque comenzó a gemir y después de tener convulsiones que eran claramente de orgasmo, se relajó y me pidió que parase un momento.

No estuve pendiente, pero creo que su pareja en ese punto ya se había corrido porque estaba mirando la escena con el pene semiflácido

Me tumbé a su lado y me puse a acariciarle los pechos mientras la besaba en la boca chupándole la lengua. Pasado un rato, parece que ya se repuso y de repente me dijo, “fóllame sin condón”, y acto seguido se puso a cuatro patas, invitándome a montarla desde atrás.

Me puse detrás de ella de rodillas y después de comenzar a penetrarla, le iba introduciendo el dedo pulgar de la mano derecha, previamente lubricado en la vagina, por el ano, lentamente y todo lo profundo que pude para comenzar a moverlo en su interior.

 

Ella tuvo al menos un orgasmo más para cuando yo llegué a vaciarme en su interior. Después de la experiencia, nos sentamos y estuvimos hablando un rato antes de marcharnos y quedamos en que nos podríamos volver a ver en un futuro en mi casa, (ellos tenían hijos pequeños y no podían quedar en la suya). Pero esto será objeto de un nuevo relato.

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