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Peleas con el vecino 3

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La mañana siguiente era sábado, por fin iba a poder dormir un poco más, aunque el vecino me había dado tregua y estaba dejando descansar más a menudo.

A las 11 me levanté a desayunar y al terminar puse música para limpiar y recoger con más ánimo, como siempre que hago esto me voy motivando y voy dando volumen canción tras canción y me entretengo más en bailar bachatas que en las tareas, terminando la canción me di la vuelta y ahí estaba Javi observando con su ya conocido levantamiento de ceja pero esta vez no estaba muy contento, al contrario se veía claramente que estaba enfadado, pero no logré entender porque hasta el momento que empezó a sonar otra cancioncita y él se quitó con muy malas pulgas de mi vista.

¡Aaah!!! Así que era por eso... el energúmeno se había enfadado porque mi música lo había despertado… vaaaya por dios... qué pena... ¿le molestaba? Pues ahora me iba a vengar yo, me fui al equipo y lo puse al máximo cantando a chillido limpio y cuando salió por la ventana otra vez, le sonreí descarada y le saqué la lengua.

La verdad si me pudiese matar con la mirada me hubiera descuartizado en ese mismo momento, pero también era verdad que, en vez de encogerme, me estaba excitando esa forma de mirar, deseaba besarlo otra vez, notar su polla dura... uuuffff...

De repente volví a la realidad porque me estaban aporreando la puerta.

Miré la ventana ¡Javi no estaba!  Fui corriendo a la mirilla, ahí estaba despeluznado, con su ceja levantada y los ojos de loco por matarme.

Le abrí la puerta para encararme, y reírme como hacia él conmigo, pero él siguió de largo hasta el equipo y lo paró de un tirón del enchufe y se dirigía a la puerta para irse otra vez chillándome que estaba loca, que era sábado, que quería dormir y que otra vez tenia aquel pijama que le ponía cachondo, creo que eso lo dijo sin pensar, y pegó un portazo, ni tiempo me dio a contestar el idiota.

No sabía si estaba más enfadada que cachonda o al contrario, pero abrí la puerta para hacer lo mismo que él y me sorprendió que estaba detrás de la puerta y fue entrando lentamente, me cogió de la cintura y me comió la boca dejándome sin respiración, pero le dije que quería mas, eso lo excitó y con un poco más de brusquedad me tiró encima del sofá, se tumbó encima de mi abriendo mis piernas de manera que lo rodease y con una mano sujetó las mías detrás de mi cabeza y empezó a comer mi cuello, bocado, lengüetazo, beso.

Me saboreó hasta la oreja, me dijo con su tono de voz grave que me iba a follar, mmmmm menudo gemido se escapó de mi al escucharlo, me sonrió y empezó a lamer del cuello hacia abajo, con la mano libre me sacó las tetas por encima de la camiseta, lamió mis pezones, los mordió y tiró de ellos tan rico que pensaba que me iba a correr en ese mismo momento. 

De mi salían gemidos y suspiros mezclados con su nombre.

—mmmmm Javi por favor dame ya...

Eso le volvió más loco y me presionaba más, me soltó para bajarme los pantalones cortos y volvió a abrir las piernas. Me dio besos desde una cadera a la otra, recorrió las dos ingles demasiado despacio haciendo que le suplicara.

—Javi... ¡¡ya no puedo más... mmmmmm!! —Me retorcía, levantaba la pelvis para acercar más mi deseo a su boca y él esquivaba, martirizándome, mordiéndome cada vez más cerca al clítoris. 

—mmmm... Javi... ¡que me quiero correr ya!

Solté mis manos y sujeté su cabeza para que me aliviase, lo necesitaba, estaba mojada, resbaladiza.

—¡Javi hazlo ya! 

Y pasó la lengua de la entrada de mi vagina hasta el clítoris, juro que en ese momento moría de placer, ya no suspiraba, gritaba su nombre rogando más y Javi no paró ni un momento, comió y lamió hasta que hizo que me corriese en su boca para penetrarme con la lengua y sus dedos para recoger los fluidos que solté.

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