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Vuelta a follar a la fulana sexy de mi vecina

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Pasados unos pocos días mi vecina Mayka, me llamó por teléfono y me preguntó qué tal me lo pasé con la meretriz libertina de su amiga Isabel. Supuse que antes había hablado con ella, porque ardía en deseos de saber cómo nos lo habíamos montado y cuánto tiempo habíamos estado follando. Yo le conté mi versión, pues si mi vecina era una zorra de verdadera película porno, su amiga Isabel también le iba a la zaga y era mucho más sicalíptica y viciosa que su amiga. Le conté que acabé vacío y destrozado y que había perdido toda la fuerza por el rabo, ya que, al correrme, bien le pringué por todo el cuerpo con mi pringosa e hirviente lefa de macho y el resto se lo esparcí en sus enormes tetazas de sensual guarrona.

Cuando acabamos de hablar ella inició una sexual conversación que me dejó alucinado - Mira, muñeco - me dijo - quiero dejar en ridículo sexual a la pelandusca barata de mi amiga, así que prepárate, descansa y toma vitaminas que vamos a follar más que en cien películas pornográficas juntas - dijo mi vecina Mayka. Eso me acojonó bastante, pues mi vecina me tiraba mucho y me encantaba follar con ella, pero sus brutales palabras me acobardaron. Los dos días siguientes fui al gimnasio, me tiré un buen rato en la sauna, me relajé a tope los dos días y al tercero, que ya era sábado, me llamó mi vecina. - ¿Estás preparado, semental mío? - me dijo -, - Si, si - repuse yo , - ¿has descansado? - dijo ella , - Si , mucho - añadí - , - ¿ has tomado vitaminas ? - dijo ella , - Si , muchas - repuse yo , - Bueno, cariño, pues prepárate que nos vamos a encerrar en mi cuarto y nos vamos a follar con toda la lascivia, lubricidad y lujuria posible - continuó , y añadió - ponte uno de tus más depravados tangas que me lo voy a comer.

Quedaremos a las seis que para esa hora ya habrás bien reposado la comida y habrás descansado todo lo posible, ya que te quiero enterito y bien fuerte - finalizó. - Si reina mía, seré tu esclavo y haremos lo que tu mandes - terminé. A las seis me presenté en su puerta, llevando puesto mi más libidinoso y obsceno tanga, mis vaqueros que exaltaban mucho mi sexualidad y perfumé bastante la atractiva camisa de marca que yo llevaba, pues sé que eso le gustaría a la guarra de mi vecina. Llamé al timbre y sin más dilación ni tardanza me abrió. Me miró con lujuria a los ojos y yo a ella. Se acercó a olerme y al oler el fuerte perfume que llevaba nos unimos en un ardiente beso de lengua que aumentó la temperatura sexual de ambos. Llevaba un corsé, un sostén, un depravado tanga muy lascivo que resaltaba sus nalgas, y unas medias de rejilla muy ajustadas y los zapatos de tacón de aguja, todo el conjunto en rojo que resaltaba el rojo de su pelo que hacía dos días se acababa de teñir. Me llevó a la habitación y nos mirábamos con lujuria.

Yo tenía un terrible empalme y la polla se me había salido del tanga y los huevos estaban muy cargados de lefa de macho. Al llegar a su habitación, que previamente había preparado casi como una mini discoteca íntima con luces de colores y la bola con espejos y música de jazz, me fue desnudando lenta y lascivamente a la vez que nos dábamos unos libidinosos besos con lengua para aumentar nuestra temperatura sexual. Al ver ella mi concupiscente tanga tan sicalíptico, lo olisqueó y se puso todavía más cachonda, pues estaba perfumado igualmente y olía a macho en celo. Ella se dirigió a su mesilla de noche y sacó algo parecido a un strapón. Yo pregunté - ¿qué es eso ? , ella respondió - un juguetito sexual , un strapon que quiero probar contigo , cariño - , - por eso dije lo de follarnos - añadió - se lo puso y yo la miraba con miedo pues nunca nadie me había enculado .- No te preocupes, te voy a hacer gozar como un cabrón, pero antes voy a preparar tu ojete, que sabes que me pone, te lo voy a lamer y gemirás y berrearás y también te untaré un gel para que entre sin hacerte daño - Yo me puse a cuatro patas pues lo había visto hacer a mujeres a sus hombres en los vídeos porno y me dejé hacer.

Empezó a lamer mi culo muy sabiamente y yo aullaba y berreaba de placer anal como un verdadero semental en celo. La muy golfa sabía cómo hacérmelo, pues yo estaba llegando a un clímax brutal. Mi enhiesto rabo estaba todavía más duro y a la vez que ella me lamía y lengüeteaba mi ojete, me azotaba las nalgas y eso me ponía mucho más cachondo. Después de estar bien pringoso de su saliva, me fue perforando el ojete con un dedo lentamente, luego dos, luego tres y yo aumentaba mis alaridos de placer anal que esta cuasi prostituta me estaba dando. Lanzó un chorro de viscoso gel en dirección a mi ojete y siguió y continuó perforando con sus dedos mi pringado culo en pompa y yo gemía, aullaba, gañía y gruñía de placer de placer anal. Continuaba azotándome las nalgas y eso me ponía mucho más cachondo y yo seguía berreando de placer. Cuando ella notó que ya estaba muy preparado, asió sus manos a mis nalgas y clavo con fuerza el strapon.

Yo di un bramido de placer que casi escupí la lengua. Inició un suave y lento metisaca y yo parecía una lasciva máquina sexual de resollar, soplar, bufar y jadear y creía morir de puta lujuria. Ella expresaba unos sicalípticos insultos sexuales que parecía que me estuviese follando a una mugrienta de infecto puticlub barato de carretera y eso me ponía más y más vicioso. A la vez que me taladraba, me agarraba con fuerza de los cojones y ese dolor me ponía más y más cachondo y no quería que acabara ese empalamiento anal que la fulana de mi vecina me estaba haciendo. Me sentía como un verdadero actor porno y ella como si fuese una Lady Dominatrix y eso me encendía. Después de 20 minutos de jodienda anal, ella sacó el strapón y yo ahora le iba a dar a ella su ración de rabo de auténtica carne, antes nos comimos a besos linguales, yo le magreé y sobé sus tetazas con lasciva fruición y le acabé dando un azote en una de las nalgas y ella se puso delante mía. Se puso a cuatro patas y comencé a lamer su ojete y eso hizo que graznara, jadeara, gimiera, gamitara y berreara como una zorra en lascivo en celo. 

Cuando ya estaba bien pringado e impregnado de mi saliva, la agarré con salvaje fuerza, me di más saliva a todo mi enhiesto rabo y di un fuerte empellón a su ojete que tragó toda mi pollinaza hasta chocar mis gordos cojones cargados de lefa contra su caliente culo. La estuve petando salvajemente, mientras me insultaba y me decía todo lo cabrón y chulo que era yo, pero que la estaba matando de placer. Perforaba y horadaba su lúbrico y bullente ojete y notaba como presionaba los músculos de su esfínter anal para ella tener más placer anal. La asía y atenazaba con mis manos para que el metisaca fuera más orgásmico y ella se miraba en los espejos como era follada por mí y me volvía a insultar procaz y suciamente, porque sabía que eso me gustaba. Yo me afianzaba en su ano con mi taladrante cipote y ella continuaba jadeando, lanzando y exhalando depravados insultos sexuales como una sucia zorra en celo. Cambiamos varias veces de posición y ella me agarraba con fuerza de las pelotas, porque así se lo pedí y eso me ponía más cachondamente vicioso. Después de haber sufrido durante casi 45 minutos los embates de mi rabo en su culo, se levantó para clavarse mi cipotón en su hirviente coñargón, porque tanta lujuria habíamos emanado que ahora quería que nos corriésemos. Dicho y hecho levantó su coño y de golpe y porrazo se clavó mi cipote y me empezó a cabalgar.

Yo la agarraba de las tetas y ella me cabalgaba como si fuera una lujuriosa cow-girl en sexual un rodeo y empezaba a gemir, jadear, bufar, resoplar y resollar. Me apretaba con fuerza los cojones. Me hacía daño, pero no me importaba porque estaba más y más viciosamente salido y notaba como me ardía la polla dentro del coño caliente de mi vecina Mayka. Después de tanto trote y quejido, nos corrimos los dos a la vez prorrumpiendo un seco grito y caímos los dos en un pequeño mareo hasta que nos despertamos. Yo me quedé rendido de este polvo tan sicalíptico y brutal, ella estaba a mi lado y me sonreía libidinosa y pícaramente con restos de mi lefa en su agitado y ardoroso coñargón de zorra en celo. Sus cuevas sexuales lanzaban humo y yo había perdido toda mi sexual y masculina fuerza por mi cipote de tanto dar rabo a esta puta puerca. Nos levantamos, me llevó al cuarto de baño de la mano y allí nos dimos una ducha. Todavía le dio tiempo a hacerme otra mamada de las suyas, para salir todavía más relajado y contento, ya que la muy golfa, se tragó mi lefa de macho semental en celo. Me alejé muy radiante del lascivo polvo tan obsceno que le había pegado a esta ramera lasciva y ella me prometió que seguiríamos viéndonos mas de ahora en adelante.

(8,25)