Nuevos relatos publicados: 12

El Viejo Depravado y la Miss Universo (1)

  • 4
  • 29.154
  • 9,06 (36 Val.)
  • 1

Era el año más feliz de mi vida, había sido nombrada miss universo en mi país, lo cual significaba interminables desfiles y promociones junto a empresas famosas, hasta que una tarde en la cual promocionaba los productos de Ésika y Bella, me llegó un mensaje al WhatsApp yo estaba segura de que era mi madre la cual nunca me deja en paz, se preocupa demasiado por mí, seguí posando para los productos y decidí ver el mensaje, pero me quedé helada al leerla decía “te voy a chupar el culo zorra”.

Nunca nadie me había hablado de esa manera y nunca había sentido tanto pánico, mientras seguía con mi trabajo, mi cabeza no dejaba de cuestionarse, quién podrá ser, si será una broma o lo peor es un enfermo de esos que raptan y violan y hasta matan, me sentía triste. Así que le mandé un WhatsApp a mi madre, le dije que viniera a recogerme a pesar de que tenía a todo a mi equipo de mercadotecnia y mis diseñadoras escoltándome a donde quiera que iba. Ese día llevaba puesta un vestido rosado con la falda mini, llevaba por dentro un sostén y calzones rosados para que no se me notará con el vestido, aunque parezca ridículo o cursi, siempre le he tenido pánico a hombres depravados más si son viejos, porque esos no le temen a nada, tanto es así que cuando terminó el desfile ya estaba temblando y más aún cuando me llegó otro WhatsApp, “sácate las bragas que llevas puestas y déjalas en ese stand de Ésika y te dejo en paz, si no las tengo dentro de 5 minutos ten por segura que te voy a violar”.

No lo podía creer el tipo me estaba vigilando, incluso en este mismo momento sabía dónde estaba, jamás había sentido tanto miedo, quería llorar en ese momento, mi madre no llegaba y casi todos los de mi equipo de mercadotecnia y diseño son gay así que, qué podían hacer ellos, por otro lado no quería caer en escándalos y a la vez el miedo hacía que yo me convirtiera de una modelo de 19 años a una niña de 13 años, asustada y acorralada, de pronto me miré a mí misma y vi cómo alcancé en medio del pánico a responder a ese extraño, “ok, pero después déjame en paz, por favor te lo suplico”. No podía creer lo que hacía, esperé un buen rato a mi madre y nada que llegaba, miré a mis alrededores, tanta gente rodeándome pero a nadie le podía decir por temor a un escándalo o a un chantaje qué sé yo, era inexperta en esto solo sentía que debía obedecer para no tener problemas, así que con las piernas temblando y los tacos sonando caminé de prisa sola, hacia el sanitario para sacarme las bragas que me pedía ese depravado, entré y mi corazón estaba por salirse, vi que no había nadie así que en medio de mis nervios, me levanté la minifalda ni bien había entrado y me saqué a toda prisa mi braguita rosa, pero al llegar mis bragas a medio muslo, siento una mano que tapa mi boca “saludos zorrita”.

Quedé paralizada y comencé a dar gritos sordos inaudibles ya que me tenía bien tapada la boca, sentí de inmediato como una mano sedosa y arrugada a mi parecer, me levantaba la minifalda con desesperación, de inmediato sentía lo que más temía, su pene completamente impaciente se abrió paso entre mis nalgas besando ya mis labios menores, momento en el cual sentí un dolor inmenso, me ardía la concha y sentía cómo ese pene buscaba entrar a toda costa, hasta que escuché un gruñido de parte de ese hombre y sentí un líquido muy caliente que salía y parecía no terminar, comenzando por embarrar mis labios menores, escapando por mis entrepiernas y escurriéndose en mis bragas, “esto solo es el principio mi zorra”, me dijo con voz grave y vulgar. Simultáneamente me subió las bragas, las cuales estaban cerca de mis rodillas y me las acomodó, sentí mucho asco ya que estaban totalmente mojadas, y me dio una nalgada que venía con un típico manoseo y de pronto desapareció, ni siquiera pude verle el rostro.

Lloré en silencio, todo mi maquillaje se vino para abajo, al final tuve una ligera esperanza ya que recordé que trató de penetrarme, pero al final acabó antes, salí muy asustada y humillada.

(9,06)