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Aprendiendo a ser sumisa

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Yo solo tenía 18 años cuando lo vi por primera vez mis constantes cambios de escuela me habían hecho perder algunos años y esa fue la razón por la cual en mi segundo año de prepa ya tenía 18  sin embargo no fue por mucho tiempo ya que él se cambió de escuela al mes de que yo entre a esa preparatoria y pensé que nunca lo volvería ver sin embargo siempre recordé la primera vez que lo vi no podía quitarle la mirada de encima era un hombre alto, bien parecido joven no le calculaba más de 28 años y con una mirada que reflejaba autoridad que podía intimidar a quien sea. En mi último año reprobé la mayoría de mis materias algunas por exceso de faltas y otras por no entregar nada eso ocasiono que tuviera que recursar el año primero pensaba que sería el peor año de mi vida hasta que lo vi entrar al salón el primer día de clases no podía creer que el había regresado, el de inmediato me reconoció y me dijo

―Que llegas a mediados de curso y aun así no apruebas―

Normalmente hubiera contestado pero su mirada me impidió hacerlo solo lo le conteste bajando la mirada el dio una leve risa casi inaudible como haciéndome saber que el había ganado y no conforme con eso dijo

―Creo que tu terminaras cuando yo me jubile que tienes unos veintitantos―

―Apenas voy a cumplir los 20― (dije en un tono muy bajo)

― ¡Que! ―(dijo)

―Nada, nada― (dije un poco asustada)

―Si eso creí ahora si quieres pasar este año será mejor que no digas nada entendiste― (dijo mientras se alejaba de mi asiento)

No podía creerlo él era la única persona que me había logrado intimidar eso ocasiono algo en mí que jamás había sentido antes pero en fin, fueron pasando los días, parecía que él no me veía más que como una estudiante más hasta ese día que nunca sabré si fue coincidencia o él sabía que yo estaría por esos rumbos, en fin yo caminaba hacia mi casa cuando comenzó a llover muy fuerte aún faltaba demasiado para mi casa pero de pronto su auto se detuvo alado mío yo al verlo sentí un gran alivio pues sabía que no me mojaría más él me dijo que subiera que me llevaba a mi casa yo subí y el avanzo un poco durante unos minutos no pronunciamos palabra alguna pero podía notar como veía mis pechos remarcados en mi camisa de tan solo pensar en el penetrándome hizo que me mojara yo nunca había tenido sexo en mi vida y ya me había masturbado algunas veces pensando en él, el aparto la mirada de mis pechos y mientras miraba el camino dijo

―No tienes frio―

―Si un poco, pero en un rato se me quita―(dije)

Terminando de decir eso me quite mi suéter empapado con el fin de que se vieran más mis pechos él lo cual el percato de inmediato y me dijo

―Creo que tienes mucho frio, porque no te acercas aquí para calentarte de mi lado hace más calor―

Así lo ice me acerque lo más que pude poniendo una de mis manos muy cerca de su entre pierna. No podía creer lo que estaba haciendo, pero ya estaba demasiado prendía como para dejarlo así, el soltó con una mano el volante y tomo mi mano para colocarla justo en su verga la cual ya estaba comenzando a endurecerse, apenas podía creer lo grande que se sentía era inmensa comencé a masajearla por encima del pantalón hasta que él me dijo

―Que es lo único que piensas hacer―

―no, no es que yo― (dije titubeando)

―eres virgen verdad― (dijo mirándome con una mirada algo molesta)

Solo asentí con la cabeza a lo que él me dijo mientras se bajaba la cremallera

―Bien pues ya no lo serás mas―

Su erecta vergeta salió de un salto de su pantalón era más grande de lo que yo sentía eran alrededor de unos 30 cm, eso hizo que me mojara de nuevo en segundos

―Que estas esperando dale una buena mamada comienza a practicar que cuando lleguemos a mi casa quiero que ya sepas hacerlo bien― (dijo con una voz controladora y dominante)

Nunca lo había hecho antes y no creía que esa verga cupiera completa en mi boca, pero no podía negarme así que con mi lengua comencé a lamer su enorme verga sabía que no podría meterla en mi boca así que solo la lamia, pero el molesto me tomo de los cabellos y dijo

― ¡Eso no es mamar maldita puta! Abre la boca―

Abrí mi boca lo más que pude y el izo que me la tragara completa, llegaba más profundo que mi garganta e intentaba sacarla, pero él no me lo permitía me manejaba jalándome los cabellos sin dejar que la sacara ni un segundo, cada vez que usaba mis dientes el me golpeaba, de pronto él se vino dentro de mi boca no pude contener tanto semen dentro y deje que se regara por todas partes el me soltó dejándome respirar, pero enseguida me dio una fuerte cachetada y me dijo

―Maldita perra, quien te crees para desperdiciar mi leche, ahora vas a lamer hasta la última gota estúpida zorra―

Sin pensarlo dos veces y sin saber por qué comencé a lamer cada gota de su miembro, al igual que de su pantalón y de los asientos si dejar una sola gota cuando terminé me dijo

―Eso es eres una perrita muy obediente por eso te voy a recompensar en cuanto lleguemos―

No podía creer lo que acababa de hacer me había golpeado, humillado y prácticamente obligado a mamársela y a tragar su semen y me sentía mas excitada y dispuesta a hacer todo lo que él me ordenara con tal de que me clavara esa vergeta. Llegamos a su casa el bajo de su auto y yo también impacienté por entrar y que me metiera esa verga como lo había imaginado ya muchas veces, solo di unos cuantos pasos cuando me dijo

―Las perras como tu caminan en cuatro patas―

Rápidamente me puse en cuatro y caminé tras él, el abrió la puerta y una vez adentro me dijo

―Qué esperas para quitarte la ropa―

Comenzó a quitarme mi ropa hasta solo quedar con mi tanga la cual al quitarme se apreció mi coñito totalmente libre de pelo el cual al verlo él me dijo

―Porque tienes el coño depilado―

―Siento que es mi higiénico― (dije con la cabeza agachada)

―bien así me gusta siempre tienes que tenerlo así comprendes― (dijo mientras se acercaba)

―si― (dije si dejar de ver al piso)

El me tomo de los hombros y me hizo caer de rodillas

―Así es como tienes que estar siempre frente a mí de rodillas por que no eres más que una perra, una perra sucia, a partir de hoy cada vez que estemos solos tendrás unos minutos para desvestirte las perras no usan ropa, siempre te dirigirás a mi como amo o señor, tienes estrictamente prohibido hablar a no ser que yo te lo autorice, ahora yo tengo control sobre tu vida y todo lo que agás o dejes de hacer será decisión mía, siempre anduvieras a cuatro patas y me obedecerás en  absolutamente todo no importa lo humillante o degradante que sea a partir de hoy serás mi putita personal, serás mi esclava te queda claro―

―S. Si―

El me dio un fuerte golpe y dijo

―Sí que zorra―

―si mi amo― (dije mirando al suelo)

―eso es así me gusta puta ven es hora de desvirgarte tus dos agujeritos que faltan― (dijo mientras caminaba hacia su habitación)

Yo comencé a seguirlo a cuatro patas sintiéndome como una perra, pero por alguna extraña razón me encantaba, entramos al cuarto y él se sentó en la cama quitándose el pantalón y la camisa camino hacia mí me levanto bruscamente del piso y me arrojo a la cama y abrió mis piernas dejando totalmente mi coño al descubierto metió in dedo dentro de él y dijo

―Es cierto eres virgen―

Saco su dedo y metió únicamente su cabeza y comenzó a jugar con ella metiéndola y sacándola dentro de mi vagina, eso me hacía gemir como loca me estaba torturando necesitaba esa verga dentro de mí la necesitaba sentir dentro necesitaba hablar suplicarle que me la metiera, pero mordía mis labios con fuerza para evitarlo ya que no me lo ha ya permitido

―Creo que quieres decirme algo puta anda dilo― (dijo sin dejar de juguetear)

―haya... ¡por favor! Haaaaaa... Se... Mmm... Lo suplico métemela por... Haaa... Haaa... Por favor haaaa... Mmm...―(dije jadeante)

―con que la quieres dentro he maldita guarra, quieres que te coja puta he, entonces comienza a suplicar puta, suplica y grítalo pídemelo de rodillas y bésame los pies si quieres que te coja― (dijo mientras daba unos pasos atrás)

No podía creer que enserio iba a suplicar por una cogida me puse de rodillas y dije

―Por favor, por favor, cójame amo are todo lo que me pida seré su puta incondicional, pero por favor se lo suplico cójame― (cuando termine de decir eso le bese los pies repetidas veces)

―Ya sé que aras todo lo que yo te ordene puta―

Me levanto, me arrojo en la cama puso su pene en la entrada de mi vagina y de un solo golpe la metió hasta lo huevos, di un grito lastimando mi garganta y unas cuantas lagrimas salieron de mis ojos el comenzó a bombear muy fuerte y pronto el dolor se convirtió en placer y comencé a gemir como loca por un momento se me olvido todas la humillaciones que había sufrido eso lo compensaba todo estaba dispuesta a humillarme todo lo que fuera con tal de tener esa verga dentro de mí, justo antes de llegar a mi orgasmo el saco esa gran verga y dijo

―No tienes permitido correrte―

Me levanto de la cama y me arrojo al suelo quedando en cuatro patas con sus manos abrió mis nalgas y puso su verga en la entrada de mi ano sabía lo que seguía no puede contener mi lengua y dije

―No amo por favor por ahí no, ahí no hay lubricación―

Como respuesta recibí un fuerte golpe en mis nalgas con una correa de cuero que asumí que era su cinturón

―Que te dije he. No podías hablar sin mi autorización, pensaba lubricar, pero ahora ese será tu castigo así aprenderás a que al amo no se le desobedece―

Y de un golpe metió su verga dentro de mi ano, sentía como sus huevos revotaban contra mis nalgas, el comenzó a bombear con fuerza mientras que yo lloraba del dolor mientras yo lloraba el parecía disfrutarlo cada vez mas de pronto sentí como mi culo comenzó a llenarse de leche y saco lentamente su verga de mi ano sentí un gran alivio en todo mi cuerpo y él dijo

―Bien date un baño y vístete te llevare a tu casa―

―si amo― (dije dirigiéndome al baño)

Cuadro salí él ya estaba vestido y tenía una caja a un lado suyo, a cuatro patas me acerqué y él dijo

―Cuando estábamos en el auto te dije que te recompensaría por ser obediente así que toma―

Dentro de la caja había dos vibradores él me dijo

―A partir de ahora quiero que los utilices todos los días no tienes permitido quitártelos solo yo te los puedo quitar entendido―

― Sí amo, le agradezco por el obsequio yo no me merezco nada― (dije sin mirarlo a los ojos)

―Tienes razón no te mereces nada, pero aun así te los doy putita así que sube al auto mañana después de la escuela vendrás conmigo para continuar con tu adiestramiento―

―Sí amo―

 

Continuará...

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