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Fantasía #1

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Esa noche como era de esperarse, ambos mentimos en casa para vernos y pasar un rato agradable.

Yo hace un tiempo quería visitar un strip club y como mi amante me quería complacer en todas mis locuras sexuales, esa noche me llevo a uno...

Tengo que reconocer que estaba un poco nerviosa, no con miedo, sino con la sensación de tal vez encontrar más de lo que estás buscando y luego no saber qué hacer.

Entramos al sitio y era un poco oscuro con luces enfocando las chicas, la música de moda a volumen muy fuerte y los visitantes en su mayoría hombres, pero para mi sorpresa ¡también había mujeres! Así que me relajé un poco más al ver que no era la única con ese tipo de gustos.

Mientras buscábamos donde ubicarnos, él me colocaba su mano donde comenzaba mi trasero, es su parte favorita de mi cuerpo y ya que podía tenerlo libremente en un sitio "publico", ¡no lo soltaba! Yo estaba vestida muy atrevida, tenía un vestido negro muy corto, tacones del mismo color, medias veladas negras y el cabello suelto, cualquiera pensaría que era una chica mala, pero me encantaba la idea de ser otra esa noche, me gustaba jugar a que en verdad lo era y que él me tenía esa noche ya reservada.

Cuando ya encontramos el sitio donde nos sentaríamos, me dispuse a detallar todo, las chicas que hacían el show estaban ubicadas en diferentes partes del lugar, eran muy voluptuosas como se acostumbra en mi país y hacían diferentes cosas, unas bailaban alrededor del tubo, otras hacían show lésbico y algunas caminaban entre las mesas provocando y haciendo compañía a los que admiraban el show.

Él me preguntaba si era lo que esperaba y le dije que sí, que era tal cual como lo imaginaba y que me sentía bien estando allí.

Ordenamos las bebidas, yo pedí tequila porque quería algo fuerte y que me hiciera efecto rápidamente, a pesar de estar cumpliendo un deseo que tenía, necesitaba ayuda para desinhibirme.

Así paso media hora, tomábamos, nos besábamos, reíamos y en ese momento era otra, más relajada ¡y con ganas de experimentar!

Mi entrepierna ya estaba mojada, ese día decidí no usar ropa interior y la humedad me recorría hasta la mitad de los muslos, sentía un calor muy fuerte y un deseo enorme de sexo....

El show lésbico era definitivamente lo mejor, ver en frente mío a dos mujeres besándose, jugueteando, rozaban sus grandes tetas humedecidas (por algún tipo de gel creo) y luego ver como se hacían sexo oral... era demasiado caliente.

Una de ellas recostada en una silla con la diminuta tanga roja en sus tobillos y la otra arrodillada con el culo a la vista de todos, chupándole el clítoris lentamente...

En un momento me miró y nos sonreímos... ella notó en mi mirada el deseo que tenía de ser yo la que estaba allí. 

Al terminar el show, pasaron aproximadamente 10 minutos cuando la chica llegó a nuestra mesa. Era rubia, un poco más alta que yo (1.70), su cara era muy linda pero lo que a mí más me gustaba era su culote y sus tetas. ¡Me gustan las mujeres protuberantes! Su nombre artístico era Cristal.

Se sentó a mi lado, Se tomó un par de tequilas con nosotros y de un momento comenzó a pasar sus manos entre mis piernas debajo de la mesa. Yo miré a mi compañero quien ya sabía lo que pasaba y me lanzó una sonrisa, se me acercó al oído y como siempre solía hacer me dijo "tranquila amor, relajate"... yo confiaba en él ¡y para eso estábamos ahí! 

Cristal seguía jugando con su mano entre mis piernas, mientras me susurraba al oído que quería comerme la concha, ¡esas palabras activaban mis jugos que desde que llegamos a ese lugar no paraban!

Decidimos ir a una habitación los tres y ahí fue cuando todo comenzó. 

Mi amante quería verme con ella, por ser mi primera vez con una mujer y para relajarme más, me colocaron un lazo negro en los ojos, ya yo estaba completamente desnuda y Cristal empezó a besarme suavemente por el cuello, sentía su lengua tibia recorrerme lentamente hasta mis pezones erectos del placer, al mismo tiempo con su mano me estimulaba la concha, yo ya quería que bajara rápidamente y que me la comiera duro con su lengua.

Yo me quité la venda para no perderme ni un segundo. Ella estaba allí haciendo oral sin parar, yo me retorcía del placer y mi amante entró al juego en ese momento, también desnudo y me empezó a meter el dedo en el culo. Eran los dos en ese momento estimulándome ¡y yo no sabía si reír o llorar de tanto que me gustaba! Era tan placentero, mi concha emanaba mucho líquido, yo solo gritaba ¡más! más! Y mi cadera se movía también muy rápido involuntariamente.

Enseguida comencé a chuparle el pene a mi compañero con movimientos lentos hasta el fondo de mi garganta... ya yo estaba muy cerca de acabar así que me metí su pene duro y gordo, ¡él me lo movía tan fuerte que sentía que me iba a partir en dos! Estábamos muy excitados y terminamos al mismo tiempo... intensamente, fue sublime, ¡fue como descargarme por fin!

Al pasar unos 20 minutos más o menos, luego de descansar, me coloqué un arnés y me la empecé a culear, quería darle duro, sentía ese instinto animal de querer sentir que era mía, que yo me la comía y que lo que sentía en ese momento era por mí, porque yo le proporcionaba ese placer.

Al mismo tiempo le chupaba las tetas y le apretaba las nalgas por debajo, le metía y le sacaba el pene durísimo... empecé a excitarme de nuevo al ver su cara, al verla debajo de mí, gimiendo al llegar al orgasmo, yo quería sentir nuevamente la sensación de una verga dentro de mí y le pedí a mi amante que me comiera otra vez...

 

Así terminó nuestra noche, regresamos a nuestras casas y yo dormí placenteramente al lado de mi esposo, pero con la mente maquinando cual sería lo próximo a experimentar con José.

(9,00)