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Un día de trabajo normal

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Otro día en el trabajo, sentado enfrente de mi ordenador con las hojas de cálculo de Excel abiertas junto con los programas de simulación y con un reporte que tengo que entregar en un par de días. Nada fuera de lo normal y lo corriente, con mi jefe en reuniones y mi compañera de proyecto ausente por tener al hijo pequeño enfermo como le ocurre frecuentemente en estas épocas de frío. Sin estrés, pero sin pausa continúo el trabajo hasta que suena mi teléfono.

Ha llegado un representante de un vendedor de equipos y no hay nadie que pueda atenderlo y me piden amablemente de manera obligatoria que lo atienda. Cuelgo el teléfono lanzando una insonora maldición, ¿acaso no habrá alguien más que pueda hacerlo? ¿Por qué me molestan precisamente a mí? Bueno, mejor es no darle más vueltas e ir a la sala de reuniones del piso superior y acabar lo antes posible con este mal trago, total, querrán vender algo que no me interesa así que trataré de sacar algún tipo de información que me sea útil como referencia para el futuro y los despacharé con promesas vagas.

Eso sí, la venganza la tomaré dándole la tarjeta de presentación de mi jefe y no la mía. Espero el ascensor, estoy algo de mal humor como para subir dos pisos por las escaleras. Al abrirse las puertas veo una chica impresionante, la luz del ascensor se refleja sobre su cabello anaranjado que no estoy acostumbrado a ver en mi trabajo. Está vestida de manera sobria y elegante, pero no puede ocultar su silueta y sus maneras sexys y provocadoras. La saludo cordialmente sin quitarle los ojos de encima, devorándola con la mirada y preguntándome quién será. Nos bajamos en el mismo piso y le abro la puerta de manera caballerosa. Ella se encuentra algo confundida y cuando me estoy yendo me toma del brazo y se disculpa por preguntarme dónde está la sala 5.

Mi expresión pasa de pensar dónde estaba la sala para indicarle a darme cuenta que yo estaba encaminado a ese mismo lugar. Sin evitar una sonrisa le digo que yo voy al mismo sitio y nos presentamos. Ella sonríe sabiendo que su reunión irá mejor de lo esperado, se ha dado perfecta cuenta que no puedo evitar pasar mi mirada por todo su cuerpo siempre que tenga la ocasión. Llegamos a la sala y como siempre la climatización está mal y hace un calor infernal. Ella se quita la chaqueta y veo un poderoso escote que me va a hacer sufrir, no voy a poder evitar que mi mirada se desvíe para devorarlo en mis fantasías.

Nos sentamos y ella se coloca muy cerca de mí, nuestros brazos rozándose. La conversación empieza por temas de trabajo, pero luego se ha ido desviando y nos hemos dado cuenta que somos muy apasionados de los libros y de las películas. Coincidimos en algunos y en otros nos dedicamos a discutir fervientemente para defender nuestra posición. Risas, roces, charla amena. Llega la hora de la comida y estamos aun hablando como si fuéramos grandes amigos que no se ven desde hace mucho tiempo. Sé que ahora en el edificio hay pocas personas y sé que no seremos interrumpidos así que pongo mi mano en el extremo de su falda mientras le pregunto si le gusta Juego de Tronos.

Su mirada pícara hubiera derretido un témpano de hielo en ese instante. Me dice que sí y pone su mano sobre la mía y la sube lentamente, quedando metida entre sus piernas y rozando sus bragas. Mi otra mano va a su cuello y la atraigo para que nos besemos, nos mordamos los labios y nos vayamos desembarazando de la ropa que se interpone en el camino. Abro su blusa y mis besos pasan de sus labios a su cuello y a sus pechos, bajando el sujetador y mordiendo y chupando sus pezones erectos ya. Ella va intuitivamente a bajarme el cierre y masturbarme como puede, notando mi excitación y mi deseo. Mi cerebro no piensa en nada más que en follarla ahora mismo, sin que me interesen las consecuencias de si alguien nos pilla.

La siento sobre la mesa de reuniones y le bajo las bragas, ella me envuelve con sus piernas y prácticamente me obliga a que mi polla dura la vaya penetrando lentamente. Ella gime al notarme dentro así que meto sus bragas en su boca para que no haga ruido. La cojo del culo y la acerco para penetrarla hasta el fondo y comienzo a follarla, primero con golpes lentos y duros y luego aumentando más la velocidad. La tiro del pelo para ver su cara de placer y de vicio. Nos besamos con sus bragas en su boca al tiempo que ella me deja marcas en mi espalda por sus arañazos. Hace una hora estaba en mi sitio trabajando y ahora el destino ha dado una vuelta para estar empotrando en una sala de reunión a una chica excitante e increíble. Sudor, lujuria, deseos, cada vez más rápido más duro. Sé que ella se ha corrido ya un par de veces y yo no creo que pueda aguantar más, le digo que va a recibir mi semen y ella sonríe de manera maliciosa. Trato de no gemir al sacar mi polla y correrme sobre su muslo y su falda negra, manchándola de blanco. Ella usa su mano para exprimir toda mi leche y luego de manera coqueta se quita las bragas de la boca y se lleva mi semen para probarlo sin dejar de mirarme.

 

Creo que me gustaría atenderla de nuevo la próxima vez que venga como representante de su compañía ...

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