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Villana Sexy

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Mi nombre es Shyla, tengo 22 años de edad, crecí rodeada de pobreza y miseria, mientras los ricos se llenaban con huevos de pescado y entrañas de animales la boca, creyendo que es lo más gourmet e innovador al paladar. 

Mi historia comienza cuando tenía 12 años, una extraña luz invadió mi cuerpo, me dio poderes sobrenaturales y me convertí en una súper villana, todo el mundo me conoce como la Villana Sexy, con un cuerpo esbelto, deseado por toda mujer, trasero y pechos grandes a la vez firmes, piel trigueña, cabello negro ondulado. Me gusta vestirme con vestidos ajustados que marquen mi figura o trajes de látex, suelo usar colores como negro con rojo o fucsia con negro, fucsia y blanco, negro y blanco. En esta ocasión visto con un body negro con blanco, muy sensual para mi jaja y a la vez me ayuda a seducir a mis víctimas, pero nunca he llegado a tener sexo con ellos, es mi secreto, yo soy virgen y es aquí donde empieza mi relato.

Era día jueves a las 20:30 pm, yo llegaba a mi casa escondida en un sector muy alejado de la sociedad, como villana, debo mantenerme al margen, yo regresaba a mi casa... Miraba para todos lados para comprobar que nadie me haya seguido. Con mi botín lleno de dinero, para luego ir a dejarlo a la villa en donde crecí. Más bien, mi robo es robarles a los ricos y darles a los pobres su parte. Continuo, entro a mi casa y me quito mis botas, entro a mi cuarto, ¡guau! me llevé un menso susto... era Batman. Yo le hablé enojada...

—¿qué haces tú aquí?... en mi casa ¿cómo entraste?, ¿cómo? Nadie sabe que yo vivo aquí, nadie, explicame como entraste.

Él se acercó a mí y me tapó la boca con la mano, yo lo empujé y le dije reprochando.

—no me toques.

—Cálmate no te haré nada... Tranquila... Quiero saber por qué robaste toda esa cantidad de dinero y no me iré hasta que me respondas absolutamente todo.

Yo asustada respondí:

—es para la gente de la villa en donde nací, esto es lo que ellos nos quitaron a todos nosotros y yo se los devolveré a mi gente.

Él me tomó las manos y me miró fijo a los ojos, yo solo respondí...

—Es la verdad.

Él dirigió su mirada hacia el piso y caminó hasta una silla, se sentó, y me dirigió la mirada, yo solo caminé hasta mi dormitorio, cogí el dinero para entregárselo, él me abrazó de la cintura por detrás, yo me asusto, le digo...

—¿Qué haces?

Él me habla en él oído suavemente.

—quiero cogerte a ti duro, me estas matando, eres hermosa, te deseo. Dime ¿quieres sentir el mejor placer de tu vida?

—no, no puedo, seré hermosa y todo lo demás, pero no puedo, hay un secreto, soy virgen y yo quiero entregarme al hombre indicado, lo siento.

Él me giró hacia él, tomó mi mano derecha y me dijo:

—yo quiero ser tu hombre para siempre, te he amado desde siempre, me quitaré mi máscara, quiero que sepas quien soy realmente, yo te amo, no hay momento en que no te saque de mi mente, he tenido sueños contigo hermosa en él que te hago él amor y tu vibrabas de placer te besaba tu bello cuerpo, dejame ser el que te de placer y que te ame a la vez.

A la misma vez que me decía todo eso, él bajo su mano hasta mi entrepierna, me empezó a tocar por encima de la braga, yo con mi mano trataba de quitar su mano, pero no podía, el deseo era mucho más fuerte, pero a la vez le decía...

—No, esto no está bien, por favor para…

Él seguía más y más, fue tanto que apreté su mano con mis piernas y él movía su dedo encima de mi clítoris, esta vez no quería quitarle su mano y sujetaba su mano para que no la quitase, abrí mis piernas, con mi mano conduje la suya hasta debajo de las bragas, lo miré muy excitada y me besa a la misma vez me que toca abajo, mmm dios, me encanta y le digo que no pare, él se excita mucho y me quita el vestido, yo le quité su traje, dejando ver su marcado cuerpo. Me miró muy caliente y me acostó en la cama, recorriendo con sus manos mi cuerpo, acariciaba mis muslos a la misma vez que me apretaba mis nalgas.

Me besaba tan rico a la misma vez que me acariciaba mis pechos, los apretaba, excitado, yo le dije al oído «dale, descúbrelos, están muy duros, quiero que los chupes». No tardo ningún minuto en quitármelo, al primer contacto de su lengua con mis pezones, mi piel se erizó por completo, él se rio y chupó de lleno mi pezón derecho a la misma vez que me decía «te gusta así» y yo le respondía «si, así me gusta, si, dame más» y me sacó las bragas, bajó y comenzó a lamerme con su lengua mi clítoris. Con mis manos me sujetaba mis pechos excitada, apretaba mis pezones, él lamia más fuerte y rico, Mmmm, dios mío, estaba en la espuma del cielo flotando, ay dios, él me envestía con su lengua en mi clítoris provocando una excitación muy rica e inolvidable.

Se incorporó y me comenzó a besar, acariciar mi cintura, separó mis piernas y me dijo «estás muy mojada, estás lista mi amor», yo lo miré y le dije «si, lo estoy, pero prometeme que no me harás doler», me besó nuevamente y lo empezó a meter mientras me besaba, yo sentía como me penetraba y un leve dolor que se hizo más intenso, terminó de meterlo hasta el fondo, sentía el ardor abajo, en mi vagina y como de a poco se me pasó el dolor, yo le dije «ya se pasó el dolor». Empezó a moverse despacio, como bailando, uhm, sentía como me penetraba una y otra vez, mis pezones se endurecieron, él me envestía, sentía como aumentaba el ritmo, dios, me hacía gemir de placer, auhm gritaba...

Me tenía loca, me penetraba tan duro, cambié de posición en 4, él se ganó detrás de mí, me puso contra el respaldo de la cama, incliné mi trasero para que me lo penetre y lo miré, muy coqueta le dije «que esperas ya no quieres más cariño», me dio una palmada en mi pompa, mmm... «Dame otra» le dije. Empezó a meter su pene dentro mío, que, por cierto, era bien rico y prominente. Lo comenzó a meter hasta llegar al fondo, empezó a moverse, ay sí, me decía «así me gusta mi vida... Así te gusta... Quieres que te dé más fuerte...». Yo lo miré muy caliente y le dije «si, si dame más, penetrame más así», me dio una palmada en mi trasero, estaba loco con la vista que tenia de mi trasero, pasó su mano derecha hasta llegar a mi pecho, incliné mi cuerpo hacia delante, él se subió encima mío y me envestía tan rico que deseaba que no pare, quería que siga, todo el rato así detrás mío sintiendo como su pene entra en mí y me llena de placer.

No quería parar, él me besaba la espalda, yo gemía excitada, él me colocó de lado, se ganó encima de mí, me besaba en la boca mientras me penetraba, no quería dejar de besarme, me tomó las manos, las comenzó a apretar mientras aumentaba salvajemente su ritmo haciéndome gritar de placer, comenzó más fuerte, yo estaba que explotaba, ya no daba más, estaba por acabar, no daba más le dije en él oído «voy a acabar». Ganó mis piernas en sus hombros y empezó a penetrarme, dios, estaba en la últimas me iba a correr en cualquier momento, me penetró de una forma que grité de la mezcla de excitación y explosión de sensaciones que sentía en mi vagina, terminé por acabar, él acabó dentro mío, me llenó toda su leche, mmm, estaba agotada y con él encima mío acariciándome mis brazos.

Estaba feliz junto a él, me prometió no dejarme nunca, protegerme de todo y yo prometí no robar más, pero si ayudar a mi gente.

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