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Diario de mi sumisa D

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Este relato es parte de mi experiencia, pensaba escribirlo yo, pero considere mejor que sería mejor que lo escribiera mi sumisa, es el primer relato y agregare uno escrito por ella cada vez que tenga un encuentro un ella.

Para presentarnos, soy de la ciudad de México, 35 años, personas reales, no diré que atractivos, pero disfrutando de esta forma de vivir, ella de 28 años, llenita y ha disfruto esta decisión y primeros pasos como sumisa, esto sucedió en febrero de este año.

Cualquier comentario será bien recibido, así como preguntas, espero disfruten de leerlo como disfrute de vivirlo, gracias de antemano por tomarse su tiempo de leerlo.

“Hoy fue un día un poco extraño, tenía que terminar unos pendientes y desde que desperté me sentía ansiosa, hoy por fin después de mucho tiempo iba a experimentar lo que hace años había deseado, había en mí una serie de sentimientos encontrados, ansiedad, excitación, un poco de temor, nervios, deseo, que se fueron incrementando al paso del tiempo.

El día se hacía cada vez más corto y la hora se acercaba, mis sensaciones ya eran casi incontrolables y el miedo incrementaba, me estaba arriesgando a estar con alguien que en mi vida había visto en persona y que no sabía exactamente como era o lo que hacía, o quien era, o si yo estaba actuando de la manera correcta, no tenía ni la más remota idea si peligraba o no, solo tenía claro que mi deseo era más fuerte y que era probable que esa decisión fuera contraproducente.

Por fin termine mis pendientes y me dispuse a poner en orden lo que él (el que estaba a punto de ser mi amo) me había pedido, tome el collar, la cadena, las pinzas y la cuerda y las puse en mi bolsa, me detuve por un momento y volví a pensar, si esto era lo correcto o si en verdad era lo que yo quería, y nuevamente mis pensamientos, fueron apagados, por el deseo de sentir todo aquello que en ese momento era desconocido para mí. Continué poniendo en mi bolsa las cosas faltantes la falda, los tacones y algunas cosas de mi arreglo personal; cuando terminé esto me dirigí al baño y en ese momento mi cuerpo empezó a temblar, esa sensación me provoco más nervios y más temor, desconocía la causa que lo provocaba, era extraño, pero hasta cierto punto excitante y placentero, con toda consciencia empecé a depilarme y por pequeños ratos me tranquilizaba.

Al terminar la ducha, me sentía rara, mi vagina estaba lista para ser utilizada y yo tenía claro ya en ese momento lo que podría pasar, sin embargo los nervios aumentaban aunque por una extraña razón el temor disminuía, no al cien pero cada vez era menos.

Ya con todo listo, preparada para salir, me acerque a mi madre y me despedí de ella, argumentándole que iba a la escuela, ella se acercó y me beso y eso provoco una sensación de temor y de inseguridad, en ese momento, empecé a temblar nuevamente y esa inseguridad trataba de detenerme, pensé: no, ahora no me puedo echar para atrás, y con ese pensamiento salí de casa, llegue a tomar el autobús, y ya en él, (obedecí por inercia a lo que mi amo me había pedido) saque el collar y ante la mirada de algunas personas lo coloque en mi cuello, y al hacerlo una descarga de adrenalina y humedad recorrió mi cuerpo, estaba experimentando mil sensaciones juntas que en parte me agradaban y que nunca había sentido con tanta intensidad.

Al traer ya puesto el collar, me percate que era casi automático llevar la cara solo viendo al frente y a veces tener que agacharla, la mirada de la gente era extraña, llegue a indios verdes y no dude en tomar un segundo autobús que me llevara al metro hidalgo y mis nervios iban aumentando, sentía como la pantaleta rosaba mi vagina y al mismo tiempo descubría como me iba humedeciendo, en ese momento no identificaba el motivo, pero algo raro estaba pasando en mí.

Al llegar al metro las miradas aumentaron y me hicieron sentir rara, mas no incomoda, y aborde el vagón, así paso el tiempo hasta llegar a mi destino, decidí bajar una estación antes para poder cambiarme y ponerme la falda que ya llevaba en mi bolsa, después de hacerlo, me sentía completamente vulnerable, me sentía a merced de las miradas tanto de hombres como de mujeres, personas en autos particulares y de transporte publico me miraban, algunos con morbo y otros no sé cómo, hasta que llego el taxi, al abordarlo, le pedí que me llevara a la dirección que el (mi amo) me había dado.

En el transcurso recibí la última llamada mi amo cuando el taxi estaba a punto de llegar al oxxo, en el que él me había pedido que me bajara, al bajar la mirada del taxista me provoco nervios y no me dieron ganas de voltear, solo cerré la puerta y empecé a caminar, mis pasos se volvieron casi automáticos, había algo que me detenía y algo que me impulsaba a seguir, mientras tanto en la línea su voz me seguía guiando, en ese momento ya no alcanzaba a percibir exactamente lo que estaba haciendo, mi cabeza dejo de razonar por completo cuando del otro lado de la línea él me dijo con voz firme, “ya te vi, sigue derecho, seguí”, aunque tenía ganas de voltearme y echarme a correr, algo me detenía ahí, cuando él se me acerco, lo primero que sentí fue su mirada penetrante e imponente frente a mí, y al verme me pregunto:

—me querías conocer no, esto era lo que querías.

En ese momento me quede sin palabras y sin pensamiento, lo único que pude hacer fue tragar saliva y responder ¨si¨, caminamos directo a un hotel que estaba cruzando la calle y al entrar reaccione un poco y trate de calmarme, cosa que no logre ni en un 50 %, al subir las escaleras me pidió mi bolsa, y sin pensar ni cuestionar nada se la di, él me miro y me dijo:

—te vas a ir a gatas hasta la habitación.

Yo dude un poco, pero solo lo miraba, y el al darse cuenta de ello, comento:

—no te preocupes, nadie te ve.

Nuevamente por inercia obedecí, me puse en 4 patas y un poco insegura comencé a gatear por el pasillo que se me hizo eterno hasta la habitación, él se puso detrás de mí y en ese momento me sentí completamente a sus pies, ahora si ya era definitivo, estaba ahí con él, a sus órdenes y deseos, en segundos que se me hicieron eternos, escuche el sonido y no reconocí en ese momento si era de un celular o de otro aparato, mi cabeza reacciono y me di cuenta que me estaba fotografiando y sentí como algo escurría en mi vagina, al ingresar a la habitación me pidió que pusiera todo lo que me había pedido en la cama, y sin titubear lo hice, aún estaba supongo que en shock, no alcanzaba a comprender que me hubiese atrevido a hacer eso, después vio todo y me dijo:

—bien, ¿traes los zapatos?

—si.

—póntelos.

Saqué los tacones y me senté en un pequeño sillón a ponérmelos, me sorprendí al ver mis manos temblorosas e incontrolables, fue ahí cuando los nervios me invadieron por completo y me era imposible poder atarlos, mi amo al darse cuenta de ello, se acercó y me jalo del cabello y dijo:

—no va a pasar nada que tu no quieras.

Y en automático me tranquilice un poco, por fin termine de ponérmelos y me levante, posterior a eso me pidió que me fuera al rincón en la puerta y que me desnudara, muriéndome de pena porque desconocía si mi cuerpo le iba a agradar y porque nunca antes me había desnudado así ante la mirada de nadie, me dirigí a la puerta y obedecí, al terminar de hacerlo me llamo y me pidió que me pusiera en 4, y así lo hice, y a cada palabra que él decía mi vagina se humedecía, el temor ya había casi desaparecido, se empezaba a convertir en excitación, y placer, y al encontrarme en 4 mi amo se acercó y me puso la cadena y sentí una descarga de nervios y deseo al mismo tiempo, cuando la puso se levantó y dio un tirón de la cadena al que mi cuerpo siguió en automático.

Ahora entendía que era su perra y que él era mi amo y que yo solo tenía que obedecerlo, después de unas cuantas vueltas por el pequeño pasillo de la habitación, mi amo se sentó en el sillón y me dijo:

—ahora me vas a mamar la verga.

Y yo a veces solo lo miraba y no respondía, no tenía palabras para hacerlo, paso la cadena por debajo de mis senos y la tomo por detrás de mi vagina, al tiempo que me ponía una pinza en cada pezón, y mientras yo se la mamaba, mi amo movía la cadena, y jalaba ligeramente las pinzas; posteriormente me levanto y me puso en sus piernas a modo de que yo quedara disponible para que me nalgueara, y así lo hizo, a cada nalgada que él me daba, me humedecía y sentía ardor, vergüenza, placer y excitación, cuando termino, me puso en 4 y se sentó en mi espalda y dijo:

—es hora de taparte el hocico.

El sentirlo encima de mí de esa forma fue algo que me encanto, me tapo la boca y me levanto, me puso en la orilla de la cama y coloco en mis tobillos y muñecas unas como muñequeras, y me amarro las manos atrás, después abrió mis piernas, tomo la cuerda que llevaba y comenzó a atármelas una a una a modo de que no pudiera cerrarlas, fue ahí cuando quede completamente inmóvil a su merced, el tiempo seguía transcurriendo y de repente sentí como abrió mis piernas y me toco la vagina, la cual ya estaba más húmeda, y sin más aviso me penetro, al sentir su miembro entrando en mi vagina sentí una descarga de placer, sentir su fuerza y poder que ejercía sobre mí me excitaba, me pidió que volteara al espejo y me miraba, y dijo:

—que es lo que sientes al verte como una puta, te gusta no es así?

A lo que respondí:

—si amo.

Desde ese momento mis piernas empezaron a temblar y ya me fue muy difícil controlarlas, después me desamarro y me subió a la cama y nuevamente me penetro, ya era en ese momento tanto mi calentura que sin pensarlo abrí la boca y le dije:

—si así cógeme.

A lo que recibí de respuesta una bofetada por haberle faltado al respeto a mi amo, la bofetada lo único que hizo fue prenderme más, y solo pude decir:

—perdón amo.

Al terminar de penetrarme, me pidió que me levantara y que me pusiera en 4, argumentado que le había faltado al respeto y que por esa razón iba a ser castigada, cosa que igual me éxito, escuche el roce del cinturón en la piel de su mano y mis nervios se elevaron al mil, y a cada azote del cinturón, yo solo respondía: ¨perdón amo¨, ahora ya había sido castigada por haberle faltado al respeto a mi amo y el que el impusiera su poder ante mí me excitaba, después de terminar de castigarme me levanto y me puso en el sillón, le pedí de favor que utilizara condón y así lo hizo, al terminar de cogerme en el sillón me volvió a poner en cuatro y nuevamente se la empecé a mamar, después de poco tiempo quito mi boca y se la empezó a jalar me dijo que cerrara ojos y boca, y yo obedecí, después sentí ese líquido caliente cayendo y resbalando por mi cara y me excite nuevamente, cuando termino, me dijo:

—levántate y vete a lavar.

Y así lo hice, hasta ese momento no sé cuánto tiempo había transcurrido, pero las piernas me seguían temblando y moría de los nervios, no sabía si reírme o llorar, después de lavarme la cara y el cuerpo, y vestirme cómo iba antes de ponerme la falda.

Salí del baño, y acomode mi bolsa, aún estaba nerviosa y temblorosa, el miedo ya había desaparecido y me sentía completamente diferente, confiaba en mi amo, esa sesión me había encantado, disfrute como siempre lo había deseado, mi amo había logrado hacerme sentir lo que a gritos pedí por años, ahora ya estaba segura de lo que me gustaba y quería más, todo ese pensamiento transcurrió al estar poniendo mi bolsa en orden, al terminar, ya no solo me temblaban las piernas si no las manos y el cuerpo en general, mi amo al darse cuenta de ello me pregunto que como me sentía y yo le dije que estaba temblando, el pidió que me sentara un momento y el charlar de esa forma con el me tranquilizo un poco, ahora ya podía controlarme un poco más, después de eso salimos de la habitación aunque yo seguía en shock, bajamos las escaleras y entrego la llave.

Al salir yo sabía que ya no era la misma que esto era parte de mi vida y que lo mejor era que me había gustado, y deseaba más, paso el tiempo caminamos hacia el metro y mi amo me dejo en la entrada, ingrese el boleto y camine, al dar la vuelta me recargue un momento en la pared y respire profundo y una sonrisa de satisfacción recorrió mis labios, ya más tranquila y de regreso a casa baje las escaleras del metro y aborde el vagón, todo el camino las imágenes pasaban en mi mente como flash y era inevitable sonreír al recordarlas, así llegue hasta mi casa.

Ahora soy una sumisa y me acepto como tal, me gusta esa posición y seguiré buscando más."

Cualquier comentario privado, pueden enviarlo a mi correo:

[email protected]

De nuevo gracias por la atención y tiempo empleado en conocer esta experiencia.

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