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Diario de mi sumisa D −2− (primera parte)

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Un placer saludar de nuevos a los lectores, esta vez escribiré cuando tuve el segundo encuentro con mi sumisa D, ella redacto el relato anterior, esta vez seré yo quien lo haga.

Lo dividiré en dos partes, para detallar mejor los hechos y no hartar a los lectores con demasiado texto. La descripción de ambos está en el primer relato así que en este y posteriores ya no lo volveré a detallar.

**********

En esta segunda sesión le había ordenado ir vestida con minifalda y blusa escotada, con su collar de sumisa puesto, además que me esperara en la esquina donde nos vimos por primera vez, ahí tendría que esperarme recargada y sin hacer caso de lo que sucediera hasta que llegara.

Llegue puntual a la cita, la cual era a las 5 de la tarde, pero decidí mantener alejado un poco, en un lugar donde podía ver claramente esa esquina donde la había citado, pero donde no podía verme ella cuando llegara.

Pasaron unos pocos minutos cuando ella llego tal como le había ordenado, al llegar a la esquina volteo para ver si ya venía en camino, al no verme se recargo en la esquina y agacho la cabeza para ocultar mejor el collar.

Dejé que pasaran unos 5 minutos aproximadamente, en ese lapso la gente que pasaba, sobre todo los hombres la veían, algunos que pasaban en auto le gritaban, notaba a la distancia como se avergonzaba, decidí que ya debía acercarme.

Al llegar con ella le dije mientras me acercaba a su oído para saludarla.

–hola mi puta, veo que cumpliste tal como te ordene.

Ella solo bajo la cabeza y dijo:

–si señor –la tome de una nalga por debajo de la falda y así la lleve al hotel, el cual solo quedaba a una calle.

Pagué la habitación, subimos, al llegar al piso de la habitación se detuvo de improviso, esperaba que le ordenara ir en 4 patas hasta la habitación como la primera vez, de inmediato le dije:

–ahora no puta, esta vez no quiero que hagas eso, ya descubrirás porqué -me miro extrañada, pero después continuó caminando detrás mí.

Cuando entramos le dije:

–ya sabes que hacer perra -de inmediato se colocó en un rincón, se desnudó y se hinco esperando órdenes.

Deje las cosas que llevaba, tome la correa, y me acerque a sus ropas, tome su tanga, la cual ya estaba mojada entonces le ordene:

–ven aquí perra y ponte de rodillas -se acercó a mí en 4 patas, se hinco ante mí y agacho la cabeza esperando órdenes.

Entonces la tome del pelo, le levante la cara.

–quédate así perra -le decía mientras le daba una cachetada, le coloque el collar, lo pase entre sus piernas, hice que sintiera la correa en su espalda, en ese momento la jale para que sintiera como rozaba la cadena en su vagina, ella dejo escapar un quejido.

El extremo de la correa lo amarre con su tanga entonces le ordene mientras jalaba de la correa para apretarla más contra su vagina.

–levántate perra -después de un– si amo -se levantó y se quedó de pie con las piernas abiertas en espera de lo que planeara hacer.

Al estar ya levantada, tome y el otro extremo de la tanga lo amarre al collar, por la parte de la nuca, de modo que el collar, estando sujeto firmemente, pasaba entre sus senos, rozaba su vagina y pasaba por su espalda, después de que revise que no estuviera flojo la mire y dije:

–ahora ponte la falda y el abrigo puta –observe mientras lo hacía, cuando termino quedo de pies esperando mis órdenes.

Le ordené que diera una vuelta para observarla, después que se empinara delante de mí para observar cómo se le veía la cadena pasando en medio de sus nalgas, entonces le dije:

–espera ahí –me levante me acerque a ella y le revele lo que tenía pensado– ahora perra iremos a comprar mis cervezas a la tienda.

Ella de inmediato se sorprendió y me dijo:

–pero hay mucha gente afuera amo.

–eso no importa perra, lo harás porque así lo quiero, además, te aseguro que muy pocos se darán cuenta.

Solo agacho la cabeza diciendo:

–como ordene amo -me acerque a la puerta y salí siendo seguido por ella.

Cuando salimos del hotel deje que viniera a mi lado, ella solo levantaba la vista para ver cuántas personas había, pero por la calle no nos topamos con mucha, algunas que pasaron, pero no notaron la situación.

La situación cambio cuando nos acercábamos al oxxo, el cual está a dos calles del hotel, en los puestos ambulantes fuera del mismo, había varias personas comiendo, ella se detuvo en seco me miro y dijo:

–hay mucha gente amo.

Yo solo la miré y le comenté:

–hasta ahora nadie te ha notado, seguirá igual perra, tu solo sigue –continúe caminando y ella me siguió.

Entramos al oxxo, sin ser el centro de atención, llegamos a donde están las cervezas, como contratiempo, las cervezas que me gustaban estaban en la parte superior de los refrigeradores; mi plan era, que si estaban en la parte baja, ella se empinara y las tomara, mostrando su culo, pero como no era así y ella es baja de estatura, tome las cervezas y nos dirigimos a la caja.

Cuando llegamos cerca de la caja le ordene:

–espérame aquí.

Se detuvo y agacho la cabeza, me forme para pagar, solo se encontraba una persona antes que yo, mientras esperaba la observaba, una chica que estaba haciendo limpieza en el lugar, cerca de la cajas, la noto y se le quedo observando, ella en ese momento levanto la cara, miro a la chica mientras se ponía roja de la vergüenza, volteo a mirarme, en ese momento ya estaba pagando, cuando lo hizo la mire a los ojos y sonreí, mientras volteaba a mirar a la chica que no dejaba de mirarla, regrese a mirarla y de inmediato agacho la cabeza.

Ya con las cosas me acerque a ella para decirle:

–ya vámonos.

Sin decir nada, con la cabeza baja me siguió, no dijo nada hasta que llegamos al hotel, mientras íbamos subiendo las escalaras dijo:

–la chica del oxxo se dio cuenta amo.

Mientras le agarraba las nalgas respondí:

–así es puta, se dio cuenta que lleve a mi mascota de compras.

Mientras seguimos caminando volvió a decirme:

–había mucha gente amo.

Antes de entrar a la habitación me di vuelta y estando frente a ella metí mi mano baja su falda, agarré su vagina mientras le decía:

–mira como está húmeda, te mojaste mientras sentías que te exhibías como mi puta esclava.

Ella se puso roja y dijo:

–así es amo –acto seguido me abrí la puerta y entramos.

Ya dentro de la habitación se puso en el mismo rincón del inicio, mientras dejaba las cosas le ordene:

–quítate la falda y el abrigo perra –enseguida lo hizo y se hinco para esperar más ordenes….

Aquí terminare la primera parte, pronto tendré la segunda, en la cual detallare como la use en la habitación y como termine la sesión con ella.

Cualquier pregunta o comentario es bienvenido al correo:

[email protected]

Espero que hayan disfrutado leyéndolo como yo disfrute experimentarlo.

(9,18)