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En la oficina 1°

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Llegas a la oficina y ya estoy allí, llevo una camisa blanca de botones de los cuales los dos últimos de arriba se niegan a cerrar y voy enseñando el encaje del sujetador negro, debajo llevo una falda negra ajustada que llega por encima de la rodilla y tiene una raja al lateral.

Te acercas me sujetas la cola, muerdes mi cuello y me dices: 

—Buenos días, sírveme el café como a mí me gusta.

Un escalofrío me recorre la espalda y me tiemblan las piernas.

Lo preparo todo en una bandeja, y lo llevo a tu escritorio en el que ya me esperas sentado en el sillón dejándome paso.

Colocada las cosas en la mesa me giro hacia ti, subo mi falda a la cintura me siento en el filo de la mesa y abro las piernas esperando tus indicaciones.

Te acercas, apartas las braguitas, cogiendo la taza de café me acercas más al borde de la mesa y viertes un poco de café en el montecito y noto como el líquido caliente va bañando mis labios, me besas el coño y seguido vas limpiando con la lengua y recogiendo todo haciendo que me agarre a la mesa y provocando mis jadeos.

Abres mis labios y llenas el clítoris de más café y chupas y succionas y tengo que morderme la mano aguantando un pequeño gritito.

Me separas las piernas abriendo el culo

Y como una cascada dejas caer todo el contenido por todo el coño y el pequeño agujero volviéndome loca gimiendo y gritando.

—Jefe ¿me puedo correr? 

Sonríes maliciosamente, te levantas de la silla, bajas la cremallera y te sacas la polla que está a punto de estallar, apretando fuerte con el coño la humedeces con mis fluidos y de un embiste entras en mi de golpe, provocando que me retuerza, que suplique.

—por favor… dejame correrme... uummm... lo necesito por favor... uumm... me estas destrozando no aguanto más... La poya se te ha puesto tan dura que noto la presión y sé que me voy a correr aunque no me des permiso y me da igual.

—correte! 

De pronto note como un escalofrío me recorre de la cabeza a los pies estallando en mi vagina y lubricando tanto que noto que me derrito y cae encima de la mesa goteando los muslos.

—mmmmm ohh siii mmmm ooh ohh uuummmmmm.

Cuando estas a punto de correrte, la sacas rápido y me levantas arrodillándome y pajeándote en mi boca, empieza a salir semen por todos lados y cae un poco en la mesa mezclándose con mis jugos y el café.

Desafiando y sin pedir permiso me acerco a la mezcla y mirándote fijamente, limpio con la lengua aquel desastre y con cara de no haber nunca un plato le contesté. 

—gracias jefe...

¡Para que veas he cambiado el final con lo que tu me dijiste así queda mejor!! Muuuak

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