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El anciano de 68 años

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Muchos ya conocen mis relatos, tengo 18 años y estoy bien buenona.

También saben que mis preferencias son por ancianitos, ¡ya que ellos me producen un placer brutal! 

Sin más preámbulo empecemos.

Un domingo en la tarde me encontraba en mi casa, estaba acostada viendo televisión y llevaba un pijama muy sexy, tenía una cobija y estaba muy concentrada viendo ese programa. De pronto, mi familia me dijo que se irían y volverían en la noche, que mi almuerzo estaba servido y que me quedaría sola, pero que Don Silvio (el viejito amigo de mi familia que nos arregla cualquier problema que tengamos con la estructura física de la casa) estaría esa tarde allá porque teníamos un problema con el techo de la cocina, el problema era que había un hueco en un rincón del techo y a mi mama le molestaba muchísimo a la hora de cocinar. Entonces me pidió que le abriera la puerta a él, más o menos a las 2:30 p.m. que llegaría y que cerca de las 4:00 le diera un café. Así que yo accedí.

Mi mama y mi familia se fueron, me senté en el comedor a almorzar y deje los platos sucios en la cocina; al dejarlos allí vi que mi mama no había lavado la loza así que me programe para lavarla más tarde. Me acosté y seguí viendo televisión, eran cerca de las 2:30 cuando alguien toco la puerta, me levanté a abrirla y al hacerlo vi que era Silvio. Le hice un gesto de que subiera y él lo hizo, lo espere cerca del comedor, cuando subió vio me pijama (Un short demasiado corto, con mis bragas que se marcaban, una blusa pegadita sin sostén) se le brotaron los ojos y eso lo note al instante, le dije que siguiera que le iba a mostrar lo que tenía que reparar en la cocina y así lo hizo.

Entramos en ella y le señale el hueco del techo, él lo miro e hizo una expresión de asombro cuando vio que era grande y me dijo: Niña Lau, creo que me tardare toda la tarde arreglándolo. Yo le dije que no había problema, que mi familia había salido y que yo estaría al pendiente de todo, que cualquier cosa me avisara. Le preste la escalera y el empezó a repararlo con las herramientas que traía.

Me acosté en mi cama y seguí viendo televisión, ya eran como las 3:45 entonces me levante y me dirigí a la cocina a lavar los platos, él no me quitaba los ojos de encima por lo sexy que yo me encontraba, comenzó a entablar una conversación, hablándome sobre el clima, y cualquier cosa que le pasaba por la mente, mientras yo lavaba los platos y algunas ollas, cada vez que lavaba algo me hacia la sexy y eso él lo noto, y sobre todo lo aprovecho porque no se tardó mucho en decirme lo linda que me encontraba y que hacía mucho no veía a una jovencita que estuviera tan linda, yo le agradecía sus cumplidos y me seguía portando así de sexy. Después de que lave los últimos trastes le ofrecí un café a lo que el acepto.

Le dije que nos sentáramos en el comedor y yo también me serví uno. Comenzamos a hablar y hablar hasta que hubo un momento en el que el toco un tema muy atrevido "EL SEXO", y de ese tema hablamos lo siguiente:

-Él dijo: Lau, ya que estamos en confianza ¿puedo preguntare algo que quiero hace mucho tiempo?

- Le dije: Por supuesto que si Silvio

-Él dijo: ¿Hace cuánto no eres virgen? 

Su pregunta me tomo por sorpresa, pero aun así le conteste.

-Dije: Hace un par de años ¿Porque?

-Dijo: Es que me mataba la curiosidad, te ves demasiado linda, y ese cuerpo que tienes me levanta la pija a cada rato, me la paso pensando en ti, y en como serás en la cama.

-Dije: Don Silvio, no pensé que usted imaginara tales cosas, ¡me tiene muy sorprendida! Pero me considero buena en la cama ya que hablamos de eso jaja

-Dijo: Me imagino que eres muy buena, que suerte tienen los chicos que te han podido probar, estas demasiado rica. Mira no más ese cuerpo... Tiene unas tremendas tetas, esa pequeña cintura y ese culo, ese culito tuyo debe saltar mucho cuando cabalgas al chico que te está cogiendo.

Me sentí halagada y algo caliente por sus comentarios sobre mi cuerpo. Siempre he tenido presente que muchos mueren por mi cuerpo y por tenerme en su cama, pero ese viejo lo dijo de una manera tan rica.

-Le dije: Silvio muchas gracias por lo que dice de mi cuerpo, pero usted no se queda atrás, yo me imagino el gran tamaño de su pija, y sé que a pesar de su edad debe ser bueno para cabalgar.

Él también se sorprendió mucho.

-Dijo: Laurita, si no te molesta, ¿puedo tocarte un rato?, es que un viejo como yo nunca tiene la oportunidad de tener tan cerca a una ricura como tú.

-Le dije: Claro!, pero creo que haremos algo mucho mejor que solo una tocadita.

Él se sorprendió por lo que dije y se quedó quieto, así que decidí tomar el control de la situación y comerme a este viejo, después de todo no estaba tan mal, tendría unos 68 años y se desvivía por mi cuerpo y por probarme.

Así que le dije que se levantara, lo conduje hacia mi cuarto; ambos entramos en él, cerré la puerta y las cortinas, lo acosté en mi cama y apague el televisor.

El seguía atónito, y yo me le acerque y le dije: Silvio, hoy seré suya, puede cabalgarme como quiera, pero para hacer todo eso debe prometerme que no le dirá a nadie lo que pase hoy. ¿Entendido?

El asintió con la cabeza y me tomo por la cintura, introdujo su lengua en mi boca y me beso de una manera tan apasionada que comencé a mojarme, (Aunque yo ya estaba un poco mojada desde que él dijo todo eso sobre mi cuerpo) se sentó en la cama y me sentó justo en su bulto que ya se notaba bastante y se veía de gran tamaño, nos besamos por otro rato más y de repente empezó a tocar mis tetas, me quito la blusa del pijama y quedaron al aire, se deleitó un buen rato mirándolas y tocándolas, después prosiguió a mordisquear mis pezones y juguetear con ellos.

Cada vez se sentía mas su enorme bulto, se notaba que traía un paquete muy delicioso, me bajo de sus piernas y me acostó en la cama quitándome mi Short y mis bragas, para después olerlas por unos segundos y decir:

“Que mojadita te puse Laurita"

Se quitó su camisa y su pantalón, quedando solo en bóxer, yo me baje de la cama y le dije que se sentara, baje su bóxer y pude comprobar que su pija era de unos 22 cm. Nada mal para un anciano de alrededor de 68 años. Él me dijo: Esto es todo lo que te vas a tragar Laurita. Yo me calenté aún más con esas palabras y me la metí en la boca, comencé a chuparla delicadamente para después hacerlo más y más fuerte, Silvio empezó a gemir y no paraba de halagar mi forma de chupar; bajo una de sus manos hasta mi conchita que para ese momento estaba bastante mojada, con sus dedos jugó con mi clítoris e introdujo uno de ellos, gracias a esta deliciosa estimulación yo también empecé a gemir y chupé aun con más ganas esa deliciosa pija que unos momentos iba a cabalgar. Él me dijo que parara y así lo hice.

Me senté y él me dijo: Ahora me toca complacerte a ti" me acostó y empezó a practicarme sexo oral. Yo no paraba de gemir ante esa habilidosa lengua que sabía hacer muy bien su trabajo, mientras me chupaba el clítoris y los labios vaginales me metía dos dedos; tanta combinación de placer hizo que yo estallara en el orgasmo más feroz que he tenido hasta ahora.

Él me dijo: Me encanta darle esa clase de orgasmos a putitas como tú.

Después de eso, me acomode mejor en la cama y recogí un poco mis piernas, desde ahí él pudo contemplar mi concha mojada por su saliva y por mis flujos vaginales, puso la punta de su pene en la puerta de mi vagina y comenzó a juguetear con ella, hasta que yo no aguante más y le pedí que me la introdujera hasta el fondo; el sin pensarlos dos veces lo hizo de un golpe, y toda esa pija entro en mí, hizo un mete y saca que me pareció eterno, ya que quería que él se viniera.

Y en un par de minutos escuche que su voz sonaba entrecortada y sus gemidos sonaban a una venia de esas que solo los ancianos producen. Y efectivamente... se corrió en mi con embestidas muy salvajes que me produjeron otro orgasmo, pero no tan feroz como el del sexo oral. 

Hasta aquí mi relato del día de hoy, espero que les haya gustado.

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