Un día estaba caminando por las calles de mi pueblo y de sorpresa aparece Beto, un viejo amigo de infancia y me invita a dar un paseo en su carro. Al comienzo como que no me gustó la idea y luego de la insistencia de su parte acepté y subí a su carro.
Estuvimos conversando, de todo un poco, como media hora y entonces me propone ir a un lugar alejado del pueblo para mirar desde allí todo el pueblo y descansar. Le dije que, si y al cabo de un rato estuvimos solos en ese lugar, no había nadie ni se veía carros, realmente estábamos solos. En un momento, quedé mirando el rostro de Beto, me gustaba mucho y me provocó besar sus ricos labios. Me tiré sobre él y le di un beso apasionado, como me gusta besar y me quedé prendida de su boca…
Que rico es besar, me gusta hacerlo. Parece que esto calentó mucho a mi amigo y también se puso arrecho a moverse y besarme. Continuamos besándonos un buen rato y luego nos quedamos mirando y entendimos que queríamos sexo....
Me saqué la ropa de arriba y en el asiento delantero quedé con mi espalda desnuda mientras él se colocaba detrás y me acariciaba. Sentía su verga parada que rozaba mi espalda mientras me abrazaba y me agarraba las tetas.... Que placer tan rico sentir las manos de un hombre agarrándome las tetas... Me gusta, me arrecha, me pone muy caliente sentir que un macho me agarra y me desea. Me deslicé al asiento posterior y me saqué el resto de ropa mientras mi hombre en ese momento también se quedaba desnudo. Él se sentó y yo ya estaba tan arrecha que le agarré la verga y me senté encima de él metiéndome su rica pinga por mi conchita que ya estaba muy mojada. Que placer tan delicioso tener la verga adentro, me subí y bajé una y otra vez... Como me gustaba sentir esa rica verga dentro de mí, mientras me cogía a este macho mío me salían gemidos incontrolados, gritos de placer:
—Que rico... Mi amor... Que verga tan grande... Así papi... Meteme toda tu verga... Ahhhhh... Que delicioso... Seré tu puta siempre... Así, cáchame así, que rico... Que placer...
Me vine como loca, mientras Beto me soltaba su caliente leche en toda mi concha calientita...
Cómo se gusta sentir la leche dentro de mi concha....
Es tan rico… No hay placer mejor que tener una verga adentro y sentir la leche caliente...
Estuvimos así un rato y él seguía con su verga parada...
Nos pusimos la ropa y regresamos al pueblo. Quedamos en encontrarnos la otra semana para tener más sexo.